LINDOS OJOS
CAPÍTULO TRES
Lindos ojos,
— ¿Realmente quieres ir a esa cena? — Kyomi se giró, mirando a su hermano con una ceja elevada.
— ¿Por qué insistes tanto con eso? ¿Tiene algo malo que vaya? — Su hermano negó. — Si no quieres que vaya solo dímelo, Watanabe Ryo.
El menor tembló, siempre se había sentido intimidado cuando su hermana decía su nombre completo con aquel tono.
— Está bien, no te preocupes, dejaré de molestar. — Ryo señaló unos tacones negros. — Esos te quedan bien. — Resaltó antes de salir de la habitación de la mayor.
— ¿Gracias? — Kyomi rio tomando los tacones, colocándoselos.
Caminó hasta un espejo de cuerpo entero que había en la habitación y se observó antes de sonreír satisfecha. Vestía un bonito vestido pegado al cuerpo de color negro con un cinturón dorado y el calzado que había seleccionado su hermano no estaba mal, tampoco tenía el gusto muerto.
Kyomi salió de su habitación bajando a la sala de estar en donde su hermano se encontraba ya listo, solamente vestía un pantalón negro y una camisa blanca de mangas largas y botones, se veía bastante elegante a pesar de vestir tan sencillo.
— Andando.
— ¿Vino un auto por ti? — Su hermano asintió.
Tomando de su mano, Kyomi salió de la casa junto a su hermano, subiendo a un automóvil negro que había llegado por ambos. Durante el camino hablaron un poco, Ryo le contaba a su hermana mayor sobre cómo había sido contratado por Kokonoi y sus compañeros para preparar sus cenas importantes o casuales de vez en cuando y lo bien que ganaba por hacerlo. Kyomi estaba sorprendida de lo grande que era su hermano en ese momento, definitivamente estaba orgullosa de él.
— Hemos llegado. — Avisó el chófer, Ryo agradeció bajando del vehículo, ayudando después a su hermana mayor.
La castaña no pudo evitar sorprenderse al ver la enorme casa en la que estaban, no podía describir con palabras aquello, era enormemente lujosa. Tomando de la mano de su hermano entraron al sitio, siendo guiados por dos hombres de buen vestir hasta un enorme living en donde se encontraban varios hombres conversando.
— Watanabe Ryo ha llegado. — Avisó uno de los hombres a su lado, llamando la atención de todos los demás.
Kyomi se sintió algo nerviosa al sentir las miradas de la mayoría posarse sobre ella, esperaba que al menos Kokonoi hubiese hablado con los demás sobre su presencia allí y no fuese de entrometida.
— Oh, sí viniste. — Hajime sonrió. — Muchachos, invité a la hermana de Watanabe a cenar, espero que no les moleste.
No lo había hecho, Kyomi suspiró intentando no perder la calma.
— Puedes comenzar, Watanabe. — Ordenó uno de ellos, Ryo miró a su hermana.
— Ve a sentarte con ellos, estaré en la cocina, llámame si sucede cualquier cosa. — Kyomi asintió, sintiendo como el menor plantaba un corto beso en su frente antes de retirarse.
— Ven aquí, Watanabe. — La castaña se acercó al grupo, inclinándose antes de sentarse.
— Buenas noches, es un placer estar aquí, como ya debieron escuchar, soy la hermana mayor de Ryo, Watanabe Kyomi. — La castaña tomó asiento al lado de Kokonoi, quien le dio una sonrisa.
Sus ojos recorrieron a cada uno de los hombres hasta encontrarse con unos curiosos ojos azules que le miraban con intensidad. Kyomi no pudo evitar removerse algo incómoda en su sitio.
— Watanabe-
— Puedes llamarme Kyomi, no tengo problema.
— Kyomi ¿Por qué nunca antes habíamos escuchado de ti? — Preguntó un hombre alto de cabellos violeta.
— Oh, estuve en el extranjero por muchos años, ayer recién volví a Japón.
— Comprendo, tu hermano nunca nos habló de ti. — Una sonrisa de estiró en el rostro del hombre.
— Suele ser algo reservado con los temas familiares. — Aclaró la castaña. — Podríamos decir que entre tantos familiares solamente nosotros somos cercanos al otro.
— Ya veo.
— Entonces ¿Recién llegas del extranjero? — Preguntó el hombre de ojos curiosos. — Seguro que tus amigos deben de estar ansiosos por verte.
— Solo mis dos mejores amigas. — Respondió algo confundida la menor. — Me fui de Japón repentinamente, así que perdí el contacto con muchas personas importantes para mí, supongo que es normal en la vida.
— Y lo es. — Respondió el peli-rosa. — Es una lástima perder buenas amistades.
— Tienes razón. — Varios hombres observaron confundidos a los dos, quienes comenzaron a hablar repentinamente.
Kokonoi elevó una ceja, curioso ¿Cómo es que su superior había comenzado a hablar tan tranquilamente con aquella dulce chica de cabellos castaños?
— Creo que ustedes dos se llevan muy bien. — Hajime miró a Kyomi antes de sonreír. — Dime algo, Kyomi... ¿Estás soltera?
— ¿Soltera? — Las mejillas de la chica se coloraron un poco. — Sí, lo estoy.
— ¿No estás interesada en tener alguna relación?
— Yo...
— La estás asustando, idiota. — Interrumpió otro hombre, era similar al de cabellos violeta. — Ignóralo.
— La cena está lista. — Avisó la voz de su hermano menor desde el comedor, todos se pusieron de pie, Kyomi iba a imitar su acción, de no ser por el hombre que se colocó frente a ella y ofreció su mano.
— Gracias. — Sonrió la castaña, tomando la mano del mayor, dirigiéndose juntos hasta un enorme comedor.
¿Acaso todo ahí era enorme?
— Parece que no estás acostumbrada a ver cosas tan grandes. — Bromeó el hombre de cabello corto violeta.
— En realidad no. — Respondió Kyomi. — Estoy acostumbrada a lo sencillo, no podría jamás imaginarme viviendo en una casa así.
— ¿Te gusta? — Cuestionó el hombre a su lado. Kyomi asintió.
— Es una casa hermosa. — Fue entonces que Watanabe bajó su mirada, notando finalmente las dos cicatrices en las comisuras del hombre. Pudo notar los ojos contrarios mostrar inquietud, así que solamente apartó su mirada y sonrió con amabilidad. — Oh, tienes unos lindos ojos.
La sorpresa en el rostro del hombre fue evidente, segundos después solamente pudo soltar una risa nasal, negando y caminando hacia la mesa. Kyomi imitó su acción, mirando todas las sillas en el sitio ¿Había algún orden en las sillas? ¿Podía sentarse en cualquier lado?
— Kyomi. — La castaña miró al hombre de cabellos violetas cortos. — Siéntate aquí. — Señaló la silla a su lado, la mujer asintió, tomando asiento en donde había indicado el mayor.
— Bien, creo que sería adecuado presentarnos ya que aún no lo hacemos.
______________________________
💦 Un voto y un comentario se agradece.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top