AGRESIVA ACTITUD
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS
Agresiva actitud,
Kyomi se puso de pie, colocándose una bata de color crema antes de dirigirse al enorme ventanal, observando los edificios que rodeaban aquel maravilloso hotel bajo el nombre del sujeto que descansaba sobre aquella enorme y suave cama.
Watanabe sonrió, girándose para tomar su teléfono e inmortalizar aquella increíble vista que tenía, no todos los días podría ir a un sitio como ese, una noche como esa, y con un hombre como ese.
Dejando su teléfono a un lado, la castaña se dirigió a la cocina, sirviéndose un vaso de agua para refrescar su garganta mientras recordaba lo que había sucedido horas antes de quedar dormida.
Una pequeña sonrisa se estiró en sus labios.
Probablemente de los tres hombres Rindo podía ser el más romántico, y aunque Sanzu lo era también, su romance llegaba a ser nivelado con su excentricidad y personalidad extrovertida.
Rindo solía ser más serio, cuidadoso y detallista.
La menor se giró, volviendo a la cama con el hombre quien aún descansaba. Con cuidado de no despertarlo apartó unos cuantos de aquellos desordenados mechones violeta que cubrían el rostro ajeno, analizando más a detalle sus facciones.
Un brazo rodeando su cintura le sobresaltó, Kyomi sintió como era atraída al pecho ajeno, logrando sacarle una risa.
— ¿Estás despierto? — El hombre no respondió, Watanabe apoyó su cabeza en el pecho de Rindo, cerrando sus ojos. — Sería genial si vieras las vistas... Es una noche preciosa.
La mano de Rindo aflojó su agarre, Kyomi entendió que estaba aún descansando así que no habló más.
Sus ojos se cerraron también, la calidez y compañía del hombre a su lado le producían gran comodidad, y le habría sido fácil quedarse dormida nuevamente con el mayor.
De no ser por ese nombre.
— Tetsumi... — Kyomi se sentó en la cama, observando al hombre con sorpresa. ¿Quién demonios era Tetsumi?
La castaña no quería pensar mal de aquello, quizá solamente era una amiga o un familiar cercano del hombre a su lado, y preferiblemente no se haría ideas extrañas en su cabeza.
Esperó unos segundos más, el hombre se removió en su sitio, abrazando por la cintura a la menor mientras continuaba susurrando ese nombre.
El ceño de Watanabe se frunció.
— Rindo. — La mujer movió el contrario, intentando despertarlo. — Despiértate. — El hombre se removió, abriendo de a poco sus ojos.
— ¿Qué pasa? — Rindo miró a la mujer, notando su ceño fruncido. — ¿Sucedió algo?
— ¿Quién es Tetsumi? — La expresión tranquila de Rindo pasó a ser una de preocupación y molestia.
— ¿Cómo conoces ese nombre? — El hermano menor notó a la mujer elevar una ceja, al parecer no respondería sin antes ella obtener una respuesta. — Tetsumi... Ella... Es solo una ex pareja que tuve, no es nada importante.
— Mientes. — Rindo frunció el ceño.
— ¿Por qué diablos mentiría sobre un estúpido nombre como ese? Deja de inventar tonteras, Kyomi.
Watanabe se sorprendió ante la repetida actitud agresiva y cortante del hombre, para Rindo tampoco pasó desapercibida su respuesta.
— Bien, ni siquiera sé por qué me molesté en preguntarte.
Kyomi se colocó en pie, tomando sus prendas de vestir regadas en el suelo.
— ¿Qué haces?
— ¿Qué hago? — Watanabe miró al hombre, riendo con ironía. — Muy fácil, Rindo. Me largo.
— Espera, espera. — El hombre se sentó en la cama. — No te puedes ir.
— ¿Me retas? — La menor terminó de vestirse, tirando la bata a la cara del hombre. — Mira cómo me voy, pendejo.
Rindo se puso en pie, tomando la muñeca de Kyomi, esta le miró por unos segundos, sin decir nada.
— No te vayas. — Watanabe frunció el ceño aún más. — Lo siento, no fue la manera correcta para decirlo, solo... Ese nombre me trae malos recuerdos.
— Lo hecho, hecho está. — Rindo apretó su agarre, logrando hacer a la castaña quejarse. — Rindo... Suéltame.
— No te vayas, Kyomi.
El hombre se sorprendió al ver un puño ir hacia su rostro repentinamente, esquivándolo con dificultad. Sus ojos fueron rápidamente a la puerta al sentir como dejaba de tomar la muñeca de la menor, y segundos más tardes un portazo resonaba por todo el sitio.
Rindo observó la puerta fijamente, procesando todo lo que había sucedido en tan poco tiempo.
— Aún muerta sigues jodiéndome la vida, Tetsumi. — Rindo maldijo múltiples veces. — ¿Por qué soy tan imbécil?
El hombre se apoyó contra la puerta, dejándose caer sentado contra la misma mientras tiraba de sus cabellos hacia atrás.
— Mierda, Kyomi...
Watanabe detuvo a un taxi, subiéndose al vehículo segundos después y dándole al chófer la dirección a casa de Haruchiyo.
¿Había sido muy inmaduro de su parte hacer aquello?
Aunque de cierta manera le había molestado demasiado la actitud del hombre al preguntar por aquel poco familiar nombre. ¿Por qué demonios Rindo había reaccionado así? Solamente era una pregunta, no tenía demasiada importancia y fue innecesaria su respuesta cortante y molesta.
— Idiota. — Susurró la mujer, tomando su teléfono para marcar el número de Haruchiyo.
Esperaba que el hombre no estuviera durmiendo a esa hora.
— ¿Kyomi?
— Voy hacia casa en taxi ¿Crees poder prestarme dinero para pagarlo? Prometo devolvértelo lo antes posible.
— No seas tonta.
La llamada finalizó, Kyomi soltó una risilla nasal, apoyando su cabeza contra la ventanilla, observando el camino hasta que el automóvil se detuvo frente a aquella enorme construcción.
Un hombre vestido de negro esperaba en la entrada, y fue quien le ayudó a bajar y quién pagó por el viaje al taxista sin siquiera tomar el cambio.
Acompañando a la mujer, el hombre de buen vestir le dejó en la sala de estar, en donde Sanzu se encontraba, y no solo.
Junto a él se encontraban Takeomi, Kakucho y Mochi hablando felizmente entre ellos.
— Buenas noches. — Saludó cortésmente la menor ganando la atención de los cuatro hombres.
— Hola, Kyomi. — Saludó Takeomi mientras fumaba un cigarrillo. — ¿Vienes de casa de los hermanos?
— No exactamente. — Los ojos de la mujer se movieron lentamente hasta Haruchiyo, quien le observaba fijamente y en silencio mientras fumaba también un cigarrillo.
Kyomi estaba segura de que el hombre podía descifrar lo que sucedía con ella con tan sólo observarle de esa manera.
— Iré a la habitación a descansar, estoy cansada. — La castaña se despidió de los cuatro, caminando a las escaleras.
La conversación entre los ejecutivos se reanudó, Sanzu se puso de pie repentinamente.
— Vuelvo en un momento.
Avisó el hombre, tomando la misma ruta que la castaña había tomado momentos antes de desaparecer por aquellos escalones.
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¿Captaron una referencia en la ex novia de Rindo?🗿
De paso quería decirles que probablemente lleve mis libros a una nueva plataforma (Manobook), continuaré publicando en Wattpad, no se preocupen, pero sería genial si pudieran apoyarme en la nueva aplicación (aunque no sé cómo usarla, sería genial tener un tutorial😭).
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💦 Un voto y un comentario se agradece.
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