─... Y no me molesta sino sientes lo mismo, solo creí que sería bueno que lo supieras─ Hinata siente como si el corazón fuese a salirsele por la boca en cualquier momento, sus nervios no hacían más que aumentar mientras se quedaba allí mismo, clavado en el suelo con la mirada fija en Kageyama.

El miedo al rechazo debe desaparecer, le susurra una voz en su cabeza.

Kageyama no puede soportar más el dolor que lleva en el pecho, justo en el centro, junto con una desbordante sensación de satisfacción que se produce cuando las palabras de Hinata cobran sentido para él.

Le gustaba. Le gustaba demasiado. Era momento de soltar esos sentimientos correspondidos... Era momento de ser honesto con él mismo y con Hinata. Todo eso que había estado queriendo esconder ahora mismo no podía retenerlo.

─También me gustas─ era algo bueno de que ambos fueran impulsivos.

Hinata no podía salir de su asombro.

¿Estaba escuchando mal o Kageyama había aceptado sus sentimientos?