❝ʟᴏ ʜɪᴄᴇ, ᴛᴇ ᴅᴇᴊᴇ.❞ (ᴘᴀʀᴛᴇ 2)

Después de un largo tiempo debatiendo consigo mismo sobre que sería lo que aguardaría en el resto de los sobres, llegó a una conclusión a la que creyó, debió haberlo hecho antes de pedirle a Ichiro que abandonara la habitación.

Sin dudas, la celda no era el lugar óptimo en el cual ponerse a leer contenido tan intimo como lo había sido el de las últimas cartas, por lo que dedujo que lo mejor era salir de ahí, a un sitio en el que supiera que no habría demasiada gente molestándolo, pero que también le dejara quedarse ahí un tiempo indefinido, sin pensar en que los guardias lo regresarían a regañadientes. Asomó la cabeza por entre los barrotes y llamó a un guardia para preguntarle si era posible pasar el resto del día allá, a lo que el sujeto accedió, abriendo la reja y llevándolo tomado del brazo.

Como imaginó, la biblioteca estaba vacía. Parecía ser que nunca nadie se pasaba por ahí, y no le extrañaba, ninguno de los chicos que estaban encerrados tenían precisamente una apariencia de come libros, así que al menos tenía sitio libre para tumbarse en algún rincón del piso y leer.

— ¿Buscas algo en especial, muchacho? — una mujer de edad avanzada se asomó por una de las estanterías

— Ah, no... ¿tiene algún sitio en donde pueda quedarme a leer esto? — le mostró el montón de sobres — no quería quedarme en la celda

— Por supuesto — sonrió con amabilidad — sígueme, tenemos una zona de lectura muy bonita, está casi intacta, los chicos no pasan mucho por aquí

Llegaron a un rincón de la sala que fungía como biblioteca, en la que había un par de sofás, de apariencia impecable y mullida. La mujer le hizo una seña para que pasara a sentarse, haciendo caso. Se acomodó en el de mayor tamaño.

— Si necesitas algo más estaré por aquí, puedes hacer ruido, no hay nadie de cualquier manera. Tengo algo de agua y bebidas embotelladas en mi sitio, si quieres algo también puedo obsequiarte una.

— Claro... gracias.

Si hubiera sabido que la biblioteca era un sitio tan solitario con una persona tan amable como esa señora, hubiera empezado a pasarse por ahí más seguido desde hacía tiempo atrás. Quizá ahora que lo sabía terminaría haciéndolo más seguido aun cuando no fuera el más asiduo a la lectura.

Se removió sobre el sofá, dejando la mitad de su torso recostado. No sabía si era realmente mullido o si es que haber estado durmiendo sobre un colchón barato y un trozo de concreto lo hacia sentir todo ahora más cómodo. Fácilmente podría quedarse dormido, pero ya habría ocasión para eso.

Había dejado los sobres que había leído antes dentro de la cajita de cartón en su celda, bajo su cama, para que así nadie se percatara de ella. Prefería conservarla como un secreto. Tomó una bocanada de aire y se dispuso a leer el resto de las cartas.

Algunas eran más cortas que otras, había estado utilizándolas como una especie de diario en el que le relataba sus días. Imaginaba que lo hacía para sentirse menos en soledad de lo que parecía ser, y quedó confirmado en una de ellas.

Kazutora:

Hoy es el último día de secundaria, no sé cómo sentirme al respecto. Estoy emocionada por la preparatoria y esas cosas, pero aun así, despedirme del aula en donde te vi por primera vez, con ese aspecto tímido pero que no dejaba de asustar a algunos me duele.

Lo he pensado más a menudo de lo que me gustaría, pero a veces siento que ya no tengo nada más para aferrarme a ti, lo único que me quedaba era este sitio y mirar diariamente hacia tu asiento como si de alguna manera fueses a aparecer detrás de mí repentinamente, mirando a la ventana, como siempre. Pero ahora ni siquiera voy a poder sostenerme de eso... le conté a Ima, y ella cree que es bueno, que el cambio de aires me ayudará a no sentirme tan desolada como lo hago, pero nunca estoy segura de que esa sensación pueda ser capaz de escaparse de mi pecho.

De igual manera, intentaré darle una oportunidad a todo esto, esperando que salga de la mejor manera para mí, para ambos... aun sigo hablando de nosotros como si no te hubieras despedido, uh... quizá también debería de hacerlo, no lo sé. Me gustaría saber que opinas, pero ya sabemos cual es mi situación con los buzones, así que, no vale mucho la pena. Me quedó con lo que mi imaginación sueña que dirías.

En otras noticias... mi padre está conociendo a alguien. Sé que de leer esto estarías pensando, "¿por qué me incumbe eso?" y es verdad. Es solo que no se lo había dicho a nadie hasta ahora, me lo contó a penas hace unas horas, en sus palabras es una buena mujer, trabaja en el departamento de policía como recepcionista, es un par de años menor que él y parece ser que no tiene hijos.

Te diría que ansío conocerla, pero no es así. Sincerándome contigo, me asusta un poco lo que pensaría mamá sobre esto. Sabes sobre como fue todo el asunto con ella, y aun me cuesta un poco admitir que verdaderamente la extraño, aun cuando disfruto mucho que no esté cerca de mí, es algo extraño. Ya te hablaré sobre la nueva chica y mis opiniones actualizadas una vez que papá tenga valor como para traerla a casa.

Te quiero.

Atentamente: Dai.

No había evitado esbozar en su rostro una sonrisa mientras leía sus confesiones en dicha carta. Sin duda, parecía no haber cambiado mucho durante todo ese tiempo. Ese espíritu ambivalente que la había caracterizado durante todo el tiempo que la conoció seguía bien presente dentro de ella, y le hacía feliz saber que la Dai que alguna vez había conocido seguía siendo la misma de siempre.

Siguió leyendo el resto de las cartas, en la mayoría de ellas contaba cosas sobre su escuela, como seguía empeñándose en ser la chica con las mejores notas de la clase, y como ahora que en la preparatoria ella e Ima habían quedado en salones distintos, no tenía mayor competencia. A veces su caligrafía se notaba más apresurada, quizá era todo un resultado del estrés que sentía debido a la escuela.

En otra de ellas, le relataba como había sido su primer encuentro con la mujer que era la ahora novia de su padre, decía que le asustaba un poco el parecido que había entre ella y lo que recordaba que había sido su madre alguna vez, ambas eran rubias, pero al contrario de su madre, Kaori carecía del lunar que le había sido heredado, y su cabello era muchísimo más largo. En sus palabras, no era una mala mujer, era simpática y parecía querer mucho a su padre, pero algo dentro suyo no la terminaba de aceptar del todo.

"Siempre fui la única mujer en la vida de mi papá, se siente extraño saber que comparto sitio con alguien más ahora. Estoy esforzándome por que las cosas salgan bien, pero si fuese por mí... sin duda lo preferiría con mamá antes que con nadie más, por más terrible que ella fuese"

Se sintió preocupado ante aquella sentencia. Esperaba que ahora que habían pasado un par de años, la situación entre la novia de su padre y sus sentimientos hubiese mejorado.

Continuó, encontrándose con más notas respecto a la escuela, sentía que el estrés la estaba abrumando, además de tener ahora notas en nivel de excelencia parecía ser que había sido nombrada delegada de clase, y ahora no tenía tantos problemas para relacionarse con el resto de sus compañeros.

"Creo que si algo me enseñaste bastante bien fue a dejar de ser una niña berrinchuda, mandona, y desagradable... bueno, quizá sigo siendo algo berrinchuda y un poco desagradable cuando estoy irritada, pero sé que ya no soy tan mandona como antes. Y es gracias a ti... gracias, mi Kazu"

Sonrió de oreja a oreja. Se sentía sumamente orgulloso de saber que las cosas con el resto habían mejorado. Sin embargo, la sonrisa no permaneció mucho tiempo en su rostro al llegar al siguiente sobre.

Kazutora:

Acepté una cita hoy.

Bueno, estoy mintiendo. Es la segunda o tercera cita que tengo con este chico, no estoy segura. Lo conocí gracias a Ima, él está en su clase, y por lo que parece, había estado observándonos juntas durante los recesos. Le dijo a ella que yo le parecía muy bonita, y que le gustaban mis ojos... si hubiera sido por mí no hubiese aceptado nunca, pero ella estuvo insistiendo tanto que al final le dije que sí, y terminó siendo más agradable de lo que pensé.

Es bastante buen chico, quizá decir que no me gusta sería mentirme a mi misma y a todo el mundo, porque, bueno... realmente me gusta. No estoy segura de si lo quiero, pero sin duda alguna puedo decir que aunque llegue a hacerlo, estoy segura de que jamás lo querré como a ti. Supongo que lo que papá dice respecto al amor terminó siendo más verdad que mentira.

Cuando hablamos sobre Kaori me dijo que estar con ella no significaba que hubiese dejado de lado a mamá, pero que el amor también es algo que cambia, se transforma y evoluciona. Que mi madre estaría por siempre en sus pensamientos, pero eso no significaba que no pudiera enamorarse de nuevo, y ahora que estoy en esta situación creo que tenía razón, más de la que yo pensaba.

Seishu (o Sei, como suelo llamarle, ya conoces mi manía de recortar nombres) es guapo, también es muy dulce, parece ser que yo también le gusto realmente... así que intentaré darle una oportunidad. Quizá se confiese hoy, no estoy segura. Tuvimos una conversación sobre flores el otro día y fue bastante insistente al querer saber cuales eran mis favoritas, así que, bueno, es solo una sospecha. Probablemente lo estoy sobre pensando.

En fin, he estado preguntándome todo esto desde la primera cita que tuve con él... ¿te haría daño que intenté querer a alguien más aun cuando sepas que jamás querré a nadie como a ti, Kazu?

Ojalá pudiera conocer la respuesta.

Te sigo queriendo igual que siempre.

Atentamente: Dai.

Le fue inevitable sentir una punzada de tristeza dentro del pecho. Aun con la afirmación de que nadie sería querido como él lo era, las cosas podrían haber cambiado en el paso de todos esos años, y le dolía pensar que mientras él estaba atascado en ese sitio en donde el tiempo parecía no pasar, ella ya lo había dejado detrás, enamorándose de otra persona. La idea de que el cariño desenfrenado que alguna vez había sentido por él se había esfumado lo hacía sentir asfixiado, pero sabía que era injusto pedirle que no quisiera a nadie más.

Siguió leyendo solo para comprobar que, tal como lo había deducido, el tal Sei se le había confesado esa tarde, y ahora eran pareja. Decía estar feliz, y eso sin duda lo hacía feliz a él, aun cuando la tristeza fuese más a la cabeza en la carrera de ambas emociones por ver cual se apoderaba primeramente de él.

"De cualquier manera, ten por seguro de que los lugares que alguna vez fueron nuestros, como el roble o la azotea, seguirán siendo solamente de nosotros dos. Te prometo que nunca nadie tomará el lugar que tienes en mi corazón, Kazu."

Palabras que lo hacían sentir aliviado. Le agradecía por sobremanera, aun a pesar de que las cartas hubiesen sido escritas con tanto tiempo detrás, parecía saber siempre que era lo mejor para decirle cuando se trataba de él, después de todo, Dai siempre había actuado como un sedante para cualquiera de sus dolores, llegando en el momento preciso.

No sabía exactamente cuanto tiempo había pasado hasta ese momento, pero el tragaluz de la biblioteca ya no reflejaba una luz clara como la que tenía cuando recién había llegado, sino que ahora era anaranjada, con tintes rojizos y amarillentos entremezclados en ella. No le quedaba demasiado por leer, así que se esforzaría por hacerlo rápido. Se levantó su sitio para acercarse a la mujer encargada y pedirle algo de agua. La vio desaparecer tras un pequeño mostrador, tiempo que aprovechó para mirar de soslayo a las estanterías.

— ¿Qué estás leyendo, muchacho? — la voz de la señora que recién volvía lo hizo pegar un salto, ella sonrió — no te he visto tomar ningún libro desde que llegaste

Le extendió la botella de agua y el la aceptó, desenroscando la tapadera — Sí, bueno... son cartas

— ¿De alguien especial?

— Sí, de una... amiga — pronunció esto último con una especial aflicción

La mujer notó el cambio en su semblante — Bueno, no te interrumpo más, tengo que cerrar esto en dos horas así que aprovecha el tiempo.

— Lo haré — le pegó un sorbo grande al agua, sintiendo su garganta refrescarse conforme el líquido pasaba. Se limpió los labios — gracias.

Caminó de vuelta al ala de lectura, tomando asiento en el mismo sofá, donde había dejado los sobres que le restaban por leer. Cerró la botella de nuevo y continuó la lectura.

En sus notas, Dai parecía estar cada vez más abrumada, la escuela parecía estarla consumiendo más de lo que le hubiese gustado pensar, eso, sumado al hecho de que la novia de su padre estaba diariamente en casa, tener que aplazar sus planes con Sei porque era incapaz de concentrarse, perder comunicación con Ima debido a su mal carácter...

"A veces siento que me estoy desbordando con tantos cambios ocurriendo al mismo tiempo. Estas cosas no sucedían cuando estabas a mí lado, junto a ti al menos me sentía contenida, las cargas sobre mis hombros no parecían pesar demasiado porque, de alguna manera, sentía que podía compartirlas contigo sin entregártelas por completo. No es que con Sei no pueda hacerlo, es solo que me cuesta abrirme por completo hacia él aun cuando él lo hace conmigo. Conozco toda la historia de su familia, los detalles que más daño le hacen, pero me asusta que piense que está saliendo con un fantasma.

Lo quiero, realmente lo quiero. Pero no sé si elegí un buen punto de mi vida para decidirme a querer a alguien más."

Guardó el papel en el sobre cuidadosamente. No ocultaría su tristeza al pensar lo mucho que le hubiese gustado estar para ella en ese tipo de situaciones, hacerle la vida un poco más grata con sus frases torpes, o con sus acciones poco premeditadas. Pero no valía de nada seguir lamentándose, no podía volver ni el tiempo, ni a las calles, por lo menos no en un tiempo.

Kazu:

Sei vino a visitarme a casa hoy, pero Kaori estaba aquí. Me sentía demasiado extraña cuando lo escuché hablando de una manera tan natural con mi papá y con ella que pensé que algo de aire me sentaría bien, así que le pedí que por favor fuésemos a dar un paseo alrededor del vecindario.

Me dijo que sí, siempre accede cuando se trata de estar a solas conmigo, dice que le gusta mucho mi compañía, y que siempre cambio para mejor cuando estamos solos, él cree que las personas me abruman, y quizá tiene razón.

Pero, mientras paseábamos pasamos por aquel viejo parque donde alguna vez estuve contigo, y vi que cortaron aquel roble, ¿aun recuerdas cuál? Me gusta pensar que sí. No pude contener las lágrimas cuando no vi más que un tocón roto sobre el césped, me senté en la acera de al lado y directamente comencé a llorar. Sei no entendía porque estaba tan afectada, era "un simple árbol" en palabras suyas, pero no lo era para mí. Fue como si me arrancaran un trozo de ti, de los que dejaste en mí.

Ahora que lo removieron, ¿me habrás olvidado? En aquel tronco sellamos la promesa de que no nos dejaríamos atrás, pero ahora los juegos infantiles fueron reemplazados por otros nuevos, y no dudo que en cualquier momento saquen de la hierba las raíces de lo que fue ese árbol.

Sé que dijiste que me dejarías ir, pero dejar ir no es lo mismo que olvidar, ¿o sí? ¿soy solo yo aferrándome a tu recuerdo esta vez? Sincerándome, creí que cuando lo hubiesen cortado, ya habría pasado tiempo suficiente como para dejar todo lo que sentí en ese momento detrás, pero justo ahora pienso en salir corriendo hacia allá para llorar por ti.

¿Nuestra promesa seguirá vigente aun cuando el lugar en donde la sellamos cambió tanto?

Te quiero mucho, Kazu.

Atentamente: Dai.

Ríos de agua salada escapaban de sus ojos, deslizándose a través de sus mejillas sonrojadas. Hipeaba en silencio, intentando que nadie descubriera el montón de sentimientos que se desbordaban por su mirada en el momento. ¿Qué clase de preguntas eran esas? Al menos para él, aquel árbol no era lo que había efectuado su juramento, sino el amor que alguna vez se habían tenido. No importaba que ella hubiese cambiado de opinión ahora que el sitio había cambiado, todo había cambiado, pero eso no afectaba en lo más mínimo en su intención de mantener su promesa. La llevaría por siempre. No quería dejar de hacerlo.

Dejó el papel de lado unos momentos solo para limpiarse los rastros de llanto sobre el rostro. Tomó una bocanada de aire antes de continuar.

Las cosas parecían seguir mal.

"Sei dice que estoy ausente, no sé como mostrarle que no es así, que estoy aquí aunque el tiempo no me de lo suficiente como para pasar más momentos con él. Soy una novia terrible."

"Mi promedio acaba de bajar, solo es un medio punto, pero... sabes cómo es esto en mí cabeza. Me siento demasiado mal. Me estoy volviendo una completa inútil de nuevo, ¿será que mamá siempre tuvo razón? ... No sé qué pensar"

"Estoy a punto de entrar a último año. Todo el mundo está preocupado respecto a las universidades, pero yo genuinamente no puedo preocuparme, no sé que quiero hacer... sabes que amo la gastronomía, pero me asusta no poder costearla, es muy costosa, y ahora que papá está con Kaori, bueno... nunca me ha dejado de lado, ni a mí ni a mis sueños, pero sin duda las citas a restaurantes y eso le deben de estar pasando factura. Supongo que tendré que investigar sobre becas"

"Encontré una beca con la que cumplo al cien por ciento con todos los requisitos, no tendría que salir casi nada de mi bolsillo... pero está en América. Específicamente en Nueva York. No sé si estoy dispuesta a irme a un sitio tan lejano, no quiero dejar a papá, a Ima, a Sei... ni a ti. No sé qué pensar"

"Papá va a casarse con Kaori. Kaori está embarazada. Tuve que llamar a Sei y pasar la noche en su casa para no entrar en una crisis aun mayor. Cuando me dio la noticia comencé a gritar como una loca. Sé que está mal, pero... no siento que esta sea mi familia. No sin mamá. No con ella y un bebé que se aproxima... no siento que esta sea realmente mi vida. Me siento mal."

Su vida realmente parecía haberse convertido en un caos. El llanto que antes se había adueñado de él ahora había sido reemplazado por una mueca que se entremezclaba entre la aflicción y el miedo de que algo malo pudiera haber pasado con ella. De que la tristeza la hubiese consumido más de lo que debía y que hubiese intentado... no. Sacudió la cabeza intentando removerse los malos pensamientos que tuvo en el momento, el corazón se le había encogido en un puño ante la idea.

No iba a poder averiguar más si no seguía leyendo. Aun si lo que venía era aun peor. Tenía que saber que había sucedido.

Kazu:

Tuve un ataque de pánico mientras estaba en la escuela (ahora sé que ese es su nombre)

Papá me llamó completamente emocionado para decirme que el bebé de Kaori es una niña. Aun cuando él sabe que la idea del bebé no me sienta para nada bien, pero creyó que la noticia de tener una hermana pequeña quizá podría alegrarme un poco. Pero no tuvo razón esta vez.

Sei estaba conmigo cuando ocurrió. Sentí como si el aire no pudiera llegar a mis pulmones, como si alguien más estuviese asfixiándome con una cuerda por detrás de mí. El corazón me iba a mil por hora. Sentí que iba a morir. Terminé rasgándole el saco del uniforme con las uñas y llorando sobre su hombro porque no sabía que hacer en estas situaciones. Al final él terminó llevándome en brazos a la enfermería.

Siendo sincera contigo, no es la primera vez que esto pasa, pero si es de las pocas en donde alguien me ha visto en este estado. Las primeras veces fueron poco después de que te fuiste, siempre por las noches, me sentía tan deshecha que aun cuando lloraba hasta quedarme dormida, terminaba despertando en las madrugadas con el pecho apretado hasta que conseguía calmarme. Solo estuvieron sucediendo durante aproximadamente un mes y después desaparecieron, creí que no tendría que enfrentarme a ellos nunca más.

Después de que se fueron solamente quedaron algunas secuelas, no puedo dormir del todo bien, solo unas dos o tres horas, y después mi cerebro no es capaz de conciliar el sueño por más tiempo. Sumado a todo lo que implica ser delegada de clase, estar con Sei, mantener buenas notas... me siento agotada.

Cuando llegué a la enfermería la señora me dio una bolsa de papel para poder calmar mi respiración. Ima también se apareció por ahí, ella y Sei se quedaron conmigo hasta que pude estar tranquila, y la enfermera llamó a mi papá para decirle lo que había ocurrido, le recomendó que lo mejor para mí era ir con un psiquiatra, sobre todo porque le dije que no era la primera vez que me sucedía.

Estoy escribiendo esto después de mi cita. Es una mujer bastante amable, me hizo un montón de preguntas y me explicó que lo que estaba sucediendo conmigo se llama ataque de pánico, terminé hablándole sobre todo lo que te he escrito... incluso le hablé sobre ti. Terminé llorando alrededor de media hora con ella, y me dijo que le gustaría que siga visitándola al menos hasta que termine la preparatoria. También me dio unas pastillas que debo tomar dos veces por día, tienen un nombre muy raro.

Con todo lo que está sucediendo, irme a la escuela en América ahora no parece tan mala idea.

Te quiero.

Atentamente: Dai.

Podía entenderla más de lo que le gustaría. Si alguien había experimentado en carne viva todo lo que significaba la ansiedad, era Kazutora. Días enteros temblando, noches sin poder dormir por pensar que estaba a punto de morir. Escalofríos, uno tras otro, un corazón que parece estar a punto de huir de su pecho, garganta cerrada, y la desesperación acumulándose dentro de sí esperando el punto exacto para explotar y lastimar.

Al menos después del ataque, las cosas para ella parecían haber mejorado.

"Estoy visitando a la psiquiatra una vez por semana, hablar con ella sobre todo esto, me está haciendo darme cuenta de demasiadas cosas... quizá he estado siendo demasiado egoísta"

"Las pastillas ahora me ayudan a dormir, se siente demasiado bien poder descansar... mis notas están subiendo aun más, estoy pasando tiempo con Sei, y también con Ima... y ya no lloro, al menos no tan seguido"

"Creo que visitar a la psiquiatra me está haciendo darme cuenta de muchas cosas. Hoy hablé con papá respecto a como me sentía por la situación de Kaori y la nueva bebé... le conté que me sentía desplazada, como si mi familia ya no fuese más mi familia. Hablamos mucho. Y ahora me siento bastante mejor que antes, al menos siento que ahora puedo convivir con ellas, la barriga se le está notando mucho, están pensando en adelantar la boda y todo, no quieren que se note demasiado con el vestido que va a usar. También le conté sobre la beca en América, y dijo que si eso es lo que realmente quiero hacer, está dispuesto a apoyarme"

"Hoy es la boda de papá y Kaori. Compré un vestido bonito, Sei e Ima irán. Espero que sea una buena noche. Después de esto intentaré llamar a la escuela de Nueva York... deséame suerte."

Tras esa ultima petición, había finalizado las cartas que iban adjuntas en el montón de sobres de antes. Sin duda la carta que recién terminaba de leer lucía mucho menos vieja que el resto, ahora solo le quedaba aquel sobre solitario, desprendido del montón. Hubiera querido tomarse un poco más de tiempo para averiguar que era lo último que venía ahí, pero era un ahora o nunca. Tenía que averiguarlo. Quería hacerlo.

Despegó la pestaña que lo mantenía cerrado y de él sacó la carta. Cerró los ojos y tomó aire, como quien no quiere la cosa. Abrió los ojos mientras desdoblaba el papel, colocándolo frente a su cara, para finalmente afrontar sus palabras de una vez por todas.

Recomendación: escuchar la canción de multimedia (Lo hice, te dejé - Daniel, me estás matando)

Kazutora:

Hacía mucho que no te escribo. Pero, aún así, me gustaría contarte lo que ha pasado desde la última vez.

Continué con la psiquiatra, he mejorado mucho en este último año. Hacía mucho que no sentía tanta calma en mi vida. Creo que al final tocar fondo terminó ayudándome a mejorar, ¿curioso, no crees? También continué en la escuela, con Sei e Ima. Ahora las cosas con Kaori van mucho mejor, estamos pensando en un nombre bonito para su bebé, Akari es muy bonito, a ella también parece gustarle, todavía no se lo hemos planteado a papá, pero imagino que a él también le gustaría.

Y, bueno, lo más importante... recibí la beca.

La escuela se llama Instituto culinario de América, al parecer hay tres sedes, me dieron a elegir la que yo quisiera... al final elegí la que te había contado antes, la de Nueva York. Creo que su ritmo de vida es bastante similar al de Tokyo, al fin y al cabo ambas son ciudades grandes, con mucha gente. Estaré sola, pero como veo las cosas ahora, estoy segura de que me sentará bien.

Con lo mucho que todo ha cambiado últimamente, tomé una decisión. Justo ahora estoy a punto de dejar atrás mi vida en Japón, al menos por unos años, y decirle adiós a las personas que alguna vez fueron de importancia para mí es algo que debo hacer, por mí, por "Comenzar de cero" como es debido.

Hace unos días terminé con Sei, siendo sinceros entre ambos, sabíamos que las cosas estando en continentes diferentes iban a ser demasiado complicadas, así que creímos que lo mejor para ambos era terminar ahora, aun cuando sigo guardándole un cariño especial, después de todo, no fue tiempo en vano. Dijo que iría a despedirse de mí al aeropuerto, pero aun no estoy segura. Ima, mi papá y Kaori van a llevarme para allá, por lo que tendré la oportunidad de darles un último abrazo antes de marcharme. Pero, aun así, sigue faltando una de las que siempre serán las personas más importantes de mi vida.

Algo que consideró injusto y por lo que me he recriminado a solas muchas veces fue el nunca haber tenido el valor de responder, por miedo, o por egoísmo, lo que haya sido, te lo he dicho antes. Lo lamento muchísimo. Sé que debí hacer esto mucho antes, pero ahora soy más madura, y me gustaría despedirme de ti, aun cuando no pueda verte, quiero dejar en claro algunas cosas. Por ambos, por lo que alguna vez fuimos el uno para el otro.

Sabes lo mucho que lamento haberte dañado, pero espero que ahora que eres capaz de leer mi lado de la historia puedas comprenderme, aunque sea un poco. Aun con el paso de los años, nunca dejé de quererte, por más que lo intenté, por más que quise acostumbrar mi mente a alejarse de ti, era incapaz. Siempre estarás conmigo, Kazutora.

Sé que en el momento en el que las cosas sucedieron, ninguno de los dos estaba en su mejor momento, tú tenías tu propia lucha, y yo también llevaba la mía a cuestas, pero aun así, estoy segura de que jamás voy a querer a alguien con la misma intensidad con la que te he querido a ti durante tantos años. Y es que me enamoré de ti con la mayor fuerza que mi corazón tuvo, tan perdida e intensa. Pero seguí creciendo y me asustaba estancarme en el pasado, como lo hice toda mi vida, sin saber que eso era lo que realmente me estaba haciendo; decidí seguir por ti y por mí, mi Kazu.

Sin embargo, sé que te llevo en mí siempre, en mis brazos recordando como era abrazarte, en las caricias de mi rostro que no planean desvanecerse ni con el paso de los años, en mis labios e incluso en mi rostro, tal como te lo prometí aquella tarde bajo el roble que cortaron ya hace unos años. Incluso en los guantes de cocina que me obsequiaste al decirme adiós, a los cuales prometí no dejarlos atrás nunca, tal como a ti.

Por eso, por el amor tan grande que sigo guardando en mi pecho para ti, por el recuerdo tuyo que aun permanece en mi mente, por todo lo que eres para mí, Kazutora, es por lo que, por primera vez realmente acepto el dejarte ir.

Sé que tú has continuado con tu vida, y no sabes lo mucho que me alegra, así como yo he continuado con la mía, ambos tomamos rumbos distintos, pero que siempre tendrán algo en común: el recuerdo del primer amor, uno tan vivo, tan profundo, que estoy segura siempre vivirá, al menos en mí, ya sea a plena luz del día o en un rincón de mi corazón, pero siempre ahí, siempre conmigo. Al igual que el lunar que ha estado siempre debajo de mi mirada y que también comparto contigo.

Y es por eso, por que sé que ambos hemos tomado y decidido nuestros caminos, que sé que pedirte que sigas atado a mí es una tontería. Si quieres olvidarme es algo que entenderé, incluso el hecho de que te niegues a leer este montón de cartas es algo que acepto y soy consciente de que puede pasar, pero no quería marcharme sin afrontar el buzón y dejar este paquete ahí.

Sé, por todo el cariño que he estado guardando para contigo durante estos años, que si el destino alguna vez decide volver a ponernos sobre el mismo cariño, ambos descubriremos como seguir adelante, ya sea por la misma senda en la que hayamos sido colocados, o por una distinta.

Confío en que, en algún punto indistinto de mi vida, volveré a ver tus ojos brillando a la luz del día, y lo que alguna vez creí que era oscuridad en ti me mostrara que no era nada más que algo de luz que necesitaba pulirse un poco más para brillar. También espero que si algún día te tengo de frente de nuevo, encuentres en mí el brillo que alguna vez creí haber perdido, pero ahora siento que está de vuelta.

Espero algún día resplandecer, para ti, por ti, y contigo.

Te querré por siempre, mi Kazu.

Atentamente:

Dai.

Las lágrimas que él creía no volverían a aparecer durante el resto de la tarde nuevamente hicieron cristalina su mirada, pero esta vez, no lo embargaba ni la aflicción ni la tristeza. El haber encontrado por fin una respuesta a todas sus dudas, a los pensamientos que de vez en cuando terminaban llevándolo a su recuerdo, lo hacía sentir como si la cadena que alguna vez creyó haber removido de su pecho ahora estuviese hecha cenizas. El alivio se había adueñado de él, y en compañía de la felicidad, no pudo evitar esbozar una sonrisa mientras limpiaba los rastros de agua salada en sus mejillas.

Miró hacía el tragaluz para comprobar que era de noche, estando seguro de que, en Japón o en cualquier otra parte del mundo, en algún momento, ambos estarían mirando el mismo cielo otra vez, y no necesitaba nada más. La nueva promesa de algún día volverse a encontrar, si es que el destino estaba decidido a hacerlo, era algo que lo acompañaría hasta el día en el que volviese a pisar las aceras de las calles de Tokyo.

AH, hace muchísimo que no me sentía tan satisfecha con un capítulo.

Últimamente esta historia me estaba costando la vida, me sentía bastante mal e incluso comencé a tomarle un repele muy feo, más del que me gustaría, porque es una historia sumamente importante para mí. Nunca me había leído tanta gente, y mi ansiedad terminó jugándome en contra más de lo que me gustaría, estaba volviendo todo demasiado triste y pesado, y no era lo que quería hacer, por lo que tomé una decisión. Respirar, dejar de ser tan extremadamente exigente conmigo misma, y volver a disfrutar hacer esta historia tal como lo hacía hace unos meses. Creo que de esa manera, tanto ustedes disfrutan mucho más leerla, así como yo escribirla.

Por lo queeeee, voy a estar subiendo un cap o dos a la semana, sin un día fijo, ya nos queda super poco para terminar, y prefiero hacerlo con gusto que sintiéndome presionada. Así todxs llegamos al final sintiéndonos contentos. Cosa que me emociona mucho, debo admitir. <3

También hay otra cosa que me gustaría mostrarles, y es que después de mucha práctica y pelea de mi vs Ibis Paint jajaja, al fin conseguí consolidar a Dai como una OC, dejé un anunció en el tablero, y tanto en su ficha como en mi Instagram (@imfryting) pueden encontrar el dibujo actualizado de mi bebita. <3

En fin, espero que el cap les haya gustado, no olviden dejar un voto y un comentario si es así. Lxs quiero mucho, gracias por seguir siguiendo esta historia. <3

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top