Capítulo 16

Si, lo hizo.

-¡Hyung!, salga del baño, quiero verlo...

-¡Y-Ya!... es-espera un poco más, ya termino. -contesto entre enojado y avergonzado.

¿Cómo pudo aceptar una cosa así?

Nunca se puso una falda en su vida, tampoco se imagino en una, pero ahora, viéndose a el mismo en el espejo, tratando de bajar el ruedo de la prenda que se amoldaba de manera linda en su fina cintura y hacia ver su redondo trasero, ni hablar de la remera blanca manga cortas que poseía.

Sin palabras, sin duda un día totalmente vergonzoso.

-¡Kai Hyung! -grito un desesperado Yeonjun, quién ya se encontraba cambiado con una falda purpura más una remera igual a la que le había pasado al Omega que aún no salía del baño.

Sin remedio, tuvo que tomar mucha fuerza de voluntad para salir del baño, pero cuando intento abrir con la perilla, una vez sacado el seguro, la persona que se encontraba afuera ya se había adelantado y con las miradas conectadas ambos se sonrojaron.

-Te v-ves...

-Mal, me veo mal seguramente. -lo interrumpió retrocediendo para verse en el espejo del baño con angustia, pero unos reconfortantes brazos rodearon su cintura.

Hueningkai no lo notaba, pero Yeonjun tenia la mirada super brillosa sobre su cuerpo y en lo que tenia puesto, talvez el contrario seguía negando que le quedaba bien, pero las lindas curvas del acanelado no lo apoyaban, lo hacían ver mucho más hermoso, como ardiente.

Dios, algo estaba creciendo en su falda.

-Te ves sumamente precioso y no. - tapo la boquita del mayor antes de que pudiera interrumpirlo nuevamente. -No miento y sabes que nunca te mentiría...

Las mejillas contrarias se sonrojaron hasta las orejas, miro nuevamente su vestimenta en el espejo para darse cuenta que Yeonjun también se encontraba ya cambiado y aún que le costo admitirlo, se veían bien con esa ropa puesta.

-Ahora déjame ponerte lápiz labial. - hablo con emoción, yendo nuevamente hacia el cuarto y volver con el producto mencionado más un moño. -Faltaba el toque final...

Con su fuerza, alzo el cuerpo del Omega para colocarlo sobre la encimera del baño y super concentrado agarro un poco del cabello pelinegro, abrochando el moño verde que combinaba con la falda que tenia puesta, luego lo acomodo mucho mejor en el costado de su cabeza para sonreír orgulloso.

Kai ya era bellísimo de por si, pero ahora con su ropa puesta, perfectamente amoldada a su cuerpo, más su carita tímida, no había nada que se comparara, ni si quiera el se veía tan bien con su ropa como el cuerpo fino del Omega.

-Ahora el labial. -con picardía dejo salir su sonrisa y al momento de destapar el producto el olor llego a la nariz del mayor.

-¿Eso es chocolate? -cuestiono acercándose un poco más para terminar de confirmarlo.

-Lo es, algunos de los labiales vienen así. -obviamente mentía, eso se lo había comprado como golosina hace unos días pero quería emplearlo ahora con el Omega.

-Oh, bien. -sin sospechar nada, estiro su carita para que el Alfa lo tomara por el mentón delicadamente comenzando a delinear su labios con el producto en manos.

Yeonjun se encontraba hipnotizado, ver esos acolchonados labios ser pintados por su golosina favorita no era más que el paraíso, además, imaginarse lo que se venia después solo intensificaba sus ganas de abalanzarse a Kai y comerlo por completo.

-Listo. -finalizo con los sus labios ansioso por besar al pelinegro, pero este se dio la vuelta para mirarse en el espejo y hacer un puchero.

-El color no me queda bien. -hizo una mueca, a veces no le gustaba el tono de piel, por lo que se sintió triste por un momento, pero un beso en la mejilla hizo desaparecer sus pensamientos inseguros.

-Entonces déjame quitarlo...

Volvió a estirar su carita para que se le fuera extraído el chocolate en sus labios, pero cuando sintió la cálida lengua del Alfa tuvo que abrir sus ojitos y observar lo rojo que se encontraba lamiendo sus labios.

-Jun-... Mhg. -no termino la oración gracias a el Alfa chupo su labio inferior, entonces una mirada hambrienta apareció y comprendió todo.

Yeonjun lo quería comer.

De pronto fue besado, entones pudo sentir el sabor a chocolate invadir su propia boca cuando la lengua del contrario se aventuro dentro suyo, comenzando una batalla de lenguas donde el sabor a chocolate los embriagaba a ambos, tanto que se hicieron un lio de saliva como de suspiros calientes y sabían que no pararían.

Las manos del Alfa fueron a su cintura y las del Omega se aferraron a la remera blanca del contrario, empezando a profundizar el beso, ambos con las mejillas rojas más sus respiraciones pesadas juntos a sus aromas combinados.

-A-Alfa. -susurro el Omega, separándose un poco para tomar aire.

Pero los ojos hambrientos del pelirosa, lo ponía ansioso, además, también quería más.

-Otra vez. -demando, agarrando el pinta labios de chocolate para delinear los hermosos acolchonados del contrario para luego volver a besarlo en un rápido movimientos.

Los ojitos del Omega no se habían cerrados del todo, estos se encontraban entrecerrados con un gran brillo reflejados en ellos, amando como Yeonjun lo adoraba en medio del beso, algo brusco, pero así le encantaba.

Empezó a encaminar sus manos hacia la cabellera larga del menor, para así agarrarlo con fuerza y ladear su cabeza así poder disfrutar mucho más del beso, que entre chasquidos junto a pequeños ruiditos obscenos seguía siendo realizado.

Solo se separaban cuando querían aire, donde era justo el momento donde Yeonjun volvió a pintar los labios de Kai para luego volverlos a unir a los suyos, entre pequeños gemidos que dejaba salir el mayor cuando el contrario chupaba o mordía su labios con esmero.

La lengua, saca la lengua Omega. - ordeno volviendo agarrar el labial que poco a poco dejaba de conservarse intacto gracias a los usos previos.

Temblando y necesitado por la voz del Alfa, saco su lengua totalmente excitado, no había que negarlo, pero cuando la mano contraria pinto su lengua con chocolate para luego succionarla a su gusto, fue inevitable gemir y empezar a mojar su entrada con lubricante.

-Tan excitado por mi boca, ¿no es así, Omega? -hablo divertido, acercando hasta pegar sus pelvis y empezar a friccionar sus miembros que eran separados por la tela de las faldas.

-Mhgg~... -medio que gimió en respuesta atrayendo al menor a un nuevo beso un poco más agresivo y hambriento que los anteriores.

Ambos disfrutaban el sabor a chocolate entre sus bocas, el sabor único de sus salivas mezclándose y con sus lenguas, estaban muy excitados, casi como si estuvieran en celo al mismo tiempo, sin saber si fue por la ropa o por el chocolate lo que causo su calentura, pero si sabían que ninguno quería parar.

Kai enredo sus piernas en la cintura de Yeonjun, atrayéndolo y comenzando a moverse de arriba a abajo, ganándose un gruñido del contrario, entonces cegado por querer seguir escuchando al menor, agarro el labial y lo esparció por su cuello.

-Eres travieso. -soltó un risa, moviendo su cabeza para darle el absoluto acceso al cuello.

Sin esperar por más, ataco el blanquísimo cuello que tenia pequeños circulos con chocolate y entonces pudo confirmar que esa fue la mejor idea que se le pudo haber ocurrido, ya que podía sentir como sus fosas nasales se drogaban con el aroma del Alfa más el sabor que succionaba con su boca y ni hablar de los jadeos que eran escuchados por sus oídos.

Le encantaba saber que podía volver igual de loco al Alfa con su boca, que no era el único que lograba hacer gemir al otro y eso era solo el inicio.

-Eres genial con esa boquita, Omega. -paro su trabajo gracias a que el menor agarro su mentón para que se miraran a los ojos y pudiera seguir hablando.
-Pero yo también se usar la mía...

En un rápido movimiento, quito la remera del mayor, tirándola a la mierda, volviendo a agarrar el labial que poco quedaba, para trazar una linea, desde el comienzo del cuello, hasta pasar por medio de sus pezones, los cuales también pinto, y terminando en su ombligo.

-Quiero que gimas mi nombre. -pidió dedicándole un pequeño beso en los labios, antes de comenzar a bajar donde había empezado el dibujo.

-¡Mhg!, Yeonjun. -gimió dándole el gusto al pelirosa, mientras que sus manos se aferraban al borde de la encimera con mucha fuerza cuando la carne de su cuello fue mordida y succionada.

Los besos siguieron el camino hacia su pecho, donde la lengua calientes del Alfa delineo un pezón para luego chupar con mucha fuerza, haciéndolo gemir fuerte, sintiendo como maltrataban su botoncito entre esos dientes.

-¡Alfa!, e-esto es-¡Ahg!, se siente b-bien. -admitió con los ojitos bien brillosos, con un par de lagrimitas que mojaban sus largas pestañas, producto de la excitación que sentía en ese preciso instante.

Yeonjun sonrió, luego succiono un poco el otro pezón para seguir bajando esta vez al ombligo del chico el cual también succiono y para su sorpresa, el Omega reacciono en un salto cuando beso esa zona.

-¿Te gusta aquí, Omega? -pregunto pasando la lengua de aquí para halla, maravillándose por las expresiones del lindo chico que lo miraba desde arriba con lagrimitas en sus mejillas.

Hizo un ruidito de afirmación y eso fue lo único que necesitaba el pelirosa para seguir comiendo esa zona, mordiendo como marcando lo que aun no era suyo, encantado con los gemidos del mayor que pronto coloco una mano en su cabellera para agarrarse de el.

Pero cuando Yeonjun se acercaba a esa zona, le era inevitable no oler el aroma a lubricante de Kai, por lo que miro una ultima vez al chico confundido, ya que había detenido sus chupones, para alzar la falda y con su lengua lamer, encima de la braga, la entrada mojada.

-¡Ahh!, ¡Y-Yeonjun! -grito fuerte, tarándose un poco para atrás con ayuda de sus brazos, agradecido que la encimera del baño sea grande.
-Es-espera, Alf-¡Ahg!...

El sabor de la cereza con el chocolate que aún abundaba su boca, era simplemente la combinación más exquisita que alguna vez probo, por lo que no se detuvo a sacar esa hermosa braga, que usará en otra ocasión, para seguir lamiendo todo el lubricante esparcido en la parte baja del Omega que ya lloraba de la excitación.

El aroma de Chocolate con Menta se intensifico, así como el de Cereza con Azucena, ambos chicos se estaban embriagando con la combinación de aromas que hasta Yeonjun gemía de tan solo lamer a Kai quien ya sollozaba del placer.

Tan, pero tan necesitado se encontraban que no hacia falta preguntar nada, por lo que el Alfa bajo su ropa interior y de un solo movimiento penetro la entrada del Omega cuando volvió a subir, viendo como este abría los ojos con su boquita toda ensalivada.

-Aún s-sigues apretado, ¿Cómo es eso posible? -hablo el menor quedándose un rato quieto viendo como aún el pelinegro seguía acostumbrándose a su tamaño.

Claro, había que recordar que Yeonjun no era pequeño y que haya entrado sin preparación no solo ardió, si no que fue la cosa más placentera de la galaxia para Hueningkai que juro ver un par de estrellas cuando incluso su punto dulce fue alcanzado.

Con mucho esfuerzo, agarro al Alfa de los hombros y lo rodeo para tener un poco de estabilidad, luego beso su mejilla para que el resto fuera historia.

Jodeme Alfa... jodeme el culo como s-solo tu sabes hacerlo. -susurro con su caliente aliento, cerca del oído del peliverde que lamio y mordió con gusto.

Sin más que agregar, el mencionado cambio su mirada una muy oscura, agarro de los muslos al chico y con fuerza lo estampo contra la pared, pero no sin antes mirarlo, paseando su lengua por todo su propio labios, completamente hambriento.

Oh... mi lindo Omega. -la voz ronca de Yeonjun solo hizo temblar el cuerpo del mencionado que comenzó a gemir de tan solo imaginárselo. -Voy a hacerte el amor, tan, pero tan duro, que me sentirás por días...

Hueningkai no alcanzo a decir más nada cuando Yeonjun volvió a salir de el para penetrarlo con mucha más fuerza que hace rato, haciéndolo sentir completamente lleno de esos veintiséis centímetros y sintiéndolo tan profundo que le encantaba.

Solo pudo gemir en su boca, comenzado a besarlo con desesperación, mientras también comenzaba a moverse así hacer que las penetraciones fueran mucho más placenteras para ambos, mientras que las manos del menor se amoldaban a su cintura ayudándolo a bajar cuando el subía, también con la ayuda de la pared.

-¡L-Lunas!, Junnie-Ahg... me e-encant-¡Aah! -el pelinegro sentía las corrientes de placer recorrer su espalda, ni hablar de las firmes manos de Yeonjun que lo apretaban de una manera que lo hacia sentir en las nubes.

-Y a mi me encanta volverte loco. - admitió en medio de un gruñido, las paredes del interior palpitante de Kai eran la gloria, sin duda un paraíso precioso, donde solo el podía hundirse y llenarlo como tanto le gusta a su Hyung.

-Ju-Junnie... ¡Aah!, si, ahí... a-ahí. - siguió gimiendo con los ojos cerrados, totalmente perdido en las sensaciones que le hacia sentir el contrario.

Y como si fuera posible, las penetraciones subieron el nivel de agresividad y empezaron a ser muy contundentes, Yeonjun de verdad que lo estaba jodiendo muy fuerte, justo en su próstata, amaba la sensación de ser tratado de esa forma, pero solo por Yeonjun.

El Omega gemía demasiado fuerte, la verdad que hacia mucho ruido y entre los azulejos se escuchaban como ecos, ecos que eran música para los odios del Alfa que no paraba de maltratar el agujerito del mayor.

Literalmente se sentía como si estuvieran en celo, las feromonas de ambos eran tan fuertes como excitante, que los dos estaban totalmente nublados y concentrados en poder hacer sentir bien al otro.

Era agresivo, muy agresivo como fuerte, pero eso no parecía importarle a ninguno de los dos, ya que sus gemidos combinados eran la respuesta exacta de que lo estaban disfrutando demasiado.

-A-Alfa... Alfa, y-yo...

-Juntos, Omega...

El cosquilleo en sus vientres avisaron lo que estaba a punto de pasar y con un par de embestidas más, se vinieron al mismo tiempo, Hueningkai manchando las dos faldas, mientras que Yeonjun anudaba dentro de ese ano llamado paraíso para el.

Sus respiraciones eran muy cansadas, sus frentes se juntaron, sabían que debían permanecer quietos por un rato, pero al Omega ya le estaba encantado los nudos del Alfa hormonal, por que disfruto ser llenado hasta el fondo y del dolor.

Total no podía quedar en cinta y aún que no era momento de pensar en esas cosas, así disfrutaba mucho más los orgasmos del Alfa dentro suyo.

Por lo que lo agarro de los cachetes y beso profundamente sus labios.

Aquello fue maravilloso.

-Me encantas, Junnie...

-Y tu a mi, Hueningkai...

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