Alejandro

—Perdón, ¿qué?

Suspiro cansado y vuelvo a fijarme en ella esta noche. Las cosas se sumaron en mi cabeza más rápido de lo que quise aceptar. Los recuerdos y las aclaraciones de Amy se fueron sumando poco a poco en mi mente y me di cuenta verdaderamente de lo estúpido que he sido, pero ahora no quiero cometer el mismo error. Siento algo por ella, algo que no había sentido con las otras muchas que he estado, y eso significa bastante para mí. Puede ser que ella piense que soy patético o incluso que estoy jugando con ella pero sí quiero que tengamos algo más que el beso de hace dos días.

—¿Quieres ser mi novia? —repito destacando la última palabra. Pasa su lengua por los labios quitando los restos de helado mientras me mira expectante.

— ¿Es una broma? Nunca antes has tenido novia, ¿por qué yo?

—Porque me gustas más que cualquier otra —Admito y Amy abre mucho más los ojos—. Si quieres puedes pensarlo y tal vez…

—No hay nada que pensar. —siento como mi corazón se detiene por unos segundos antes de que ella vuelva a hablar. Se fija en el pequeño pote de helado ya vacío y regresa a observarme—. Está bien, quiero estar contigo.

Sonrío intentando que no note lo tonto y feliz que me ha hecho su respuesta. Me levanto del asiento decidiendo que ya era hora de volver. Regresamos a la escuela como a las diez y media  después de todo lo acontecido en el parque, agarrados de la mano como si fuera ya algo normal y natural. La llevo hacia su cuarto, terminamos de hablar un poco más acerca de lo de hoy, me despido con un beso en los labios y me voy hacia el mío. Ya en él me acuesto en mi cama boca arriba y solo puedo pensar en que todo tiene que ser un sueño, aunque en el fondo tengo miedo de que sea así. Tengo miedo de despertar y que me vuelva a mirar de esa forma despectiva, que en realidad no sienta nada por mí.

Me quedo recordando lo que había sucedido mientras sonrío como un estúpido cuando de pronto, el sonido de mi celular me desconcentra.

—Te llamo para saber de ti, ya que tú no me llamas. ¿Cómo te va todo? —demanda Kevin enojado llamándome a las once de la noche, lo cual es un milagro porque ya debería estar dormido.

—Pues todo bien. —respondo intentando ocultar un poco mi felicidad para que no sea muy obvia. Escucho su inseguridad a través del móvil y luego de unos segundos vuelve a hablar.

—Te escucho contento. ¿Pasó algo?— pregunta intrigado. Yo comienzo a reír y me siento encima de mi cama.

—Digamos que estamos juntos. — suelto sin más esperando su pregunta.

—¿Juntos quiénes?— Y ahí está la pregunta. Lo escucho intrigado y sorprendido. Ahora que lo recuerdo, creo que me quedé sin móvil nuevo.

—Amy y yo. — El silencio es notable por unos segundos hasta que lo oigo gritar.

— ¿¡Qué!? — Kevin grita y yo lo único que pienso es en que decirle fue una muy mala idea.

—Es una sorpresa para todos — digo entre risas.

— ¿Pero juntos cómo? — pregunta desconcertado mientras las risas llenan mi habitación.

— Somos novios.

— ¡No lo puedo creer! ¡Yo lo sabía! —exclama Kevin aire de vencedor. Qué fastidio.

—No te precipites. —le digo sin más—. Comenzamos hoy mismo. Todo va despacio, pero bastante bien—escucho su risa de fondo.

Después de hablar decido dormir, no iba a esperar a que llegara Frank, así que en el momento que me acuesto el sueño me vence.

~~°~~

Al día siguiente me despierto y casi me da un ataque al corazón. Al despertarme miro hacia abajo para saber cómo está Frank y para mi sorpresa no está aquí. Abro un poco más los ojos para mirar mejor por el cuarto y así encontrarlo, pero no lo veo por ningún lado. Ya aparecerá, muy lejos no se pudo ir.

Salgo de la cama con una sonrisa en la cara y camino hacia el baño para asearme, cambiarme de ropa e ir a visitar a mi novia. Llego al cuarto de Amy y, como lo suponía, está peinándose y arreglándose para bajar a desayunar.

—Buenos días. — saludo mientras cierro la puerta y entro al cuarto.

—Hola, ¿cómo dormiste? —me pregunta luego de darme un beso en los labios.

—Bien. ¿Vamos a desayunar? — esta me sonríe divertida y se separa un poco de mí antes de volver a fijarse en el espejo.

—Sí, claro. ¿Has visto a Lily? No vino aquí anoche a dormir. ¿Le habrá pasado algo? —me pregunta preocupada y lo único que logra es que comience a reír.

Me mira sorprendida mientras me frunce el ceño.

—Tú tranquila. No sé dónde está pero anda bien acompañada. — logro decir entre risas.

— ¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿De qué te ríes? —inquiere divertida y camino hacia ella para llevarla a desayunar.

—Vamos. — La tomo de la mano y bajamos a desayunar.

Mientras desayunamos entra el profesor a explicarnos lo que vamos a hacer el día de hoy, ya que es el último día y regresamos mañana al instituto. Hoy es el concierto de clausura y la fiesta de clausura de los coros. Les explico: luego del último concierto de la noche en la sala principal, los coros caminan toda la ciudad hasta llegar al parque más visitado para ir todos juntos hacia la fiesta de clausura, que es una fiesta gigante con todos los participantes la cual se acaba como a las tres de la madrugada.

Después de saber todas las tareas de hoy regresamos a los cuartos, ya que no saldremos de aquí hasta las siete de la noche. Voy al cuarto de Amy y, como era de esperarse, Lily no estaba, así que los dos nos quedamos arreglando todo y conversando hasta que escuchamos la puerta abrirse y adivinen qué, son Lily y Frank con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hasta que al fin aparecen —acata Amy divertida. Lily se sonroja y lo único que hace Frank es mantener una sonrisa patética en la cara.

—Pues sí. Estábamos ocupados, ¿verdad, Lily? —dice sentándose junto a nosotros.

—Sí, verdad — logra decir Lily muy sonrojada y avergonzada mientras se sienta al lado de Amy.

—Sin detalles, por favor — digo bromeando y todos comienzan a reír.

—Tranquilo, si no quieres saber no te digo. Espera un momento, ¿qué haces aquí Ale? — pregunta Frank intrigado mientras observa a Amy. Sus mejillas se encienden unos segundos y me observa fijamente antes de volver a fijarse en Lily.

—Pues estoy acompañando a mi novia para que no esté sola— admito sonriéndole a Frank.

—Espera un momento, ¿novia?— dice Lily mirando con cara de asombro a Amy.

—Estamos juntos. — anuncia Amy con la cara roja como un tomate.

Los dos ríen divertidos por todo lo apropiado de la situación y nosotros le seguimos el juego hasta que escucho a Frank nuevamente.

— Oye Ale, ¿qué te parece si intercambiamos cuartos? —me dice guiñándome un ojo mientras reímos de buena gana al ver a las chicas tan rojas.

—Creo que sería una buena idea. — contesto mientras somos interrumpidos por el sonido de mi celular. Al ver que es Rayan el que llama la risa se me congela.

— ¿Hola? —contesto nervioso haciendo que Amy frunza el ceño.

— Hola Alejandro. ¿Cómo les va?—escucho que dice entusiasmado.

— Hola, Ray, todos estamos bien. — me fijo en los chicos, asienten con la cabeza y Rayan continúa hablando.

— ¿Está Frank ahí contigo? Es que lo llamo a su móvil y no me responde.

—Sí está aquí conmigo. ¿Quieres hablar con él? —Me acerco a Frank y comienzo a hacerle cosquillas para que Rayan lo pueda escuchar.

—No, era para saber si estás con él. Oigo risas. ¿Amy está ahí contigo? —escucho la esperanza en su voz y siento como el corazón se me empieza a romper.

Siento que me pongo pálido y no sé qué decirle. No creo que sea capaz de decirle esto a él ahora y no quiero destruir el ambiente que tenemos en este momento.

—Sí, aquí estamos todos, Lily también — admito llamando la atención de las chicas.

—Pues mándales saludos a todos y diles que se les extraña mucho —dice con tono de tristeza y yo comienzo a sentirme como una mala persona. ¿Será que no pensé bien en esto?

—Está bien, yo se los digo.

—Bueno, te volveré a llamar hoy por la noche. Cuídate. —continúa entre risas y asiento con la cabeza aunque no logre verme.

—Tú también. —Cuelgo el teléfono y me siento de nuevo en la cama. Amy me pregunta si estoy bien y me observa preocupada.

—Rayan, dice que les manda un saludo a todos.

— ¿Qué van a hacer sobre eso? —pregunta Lily siendo la primera en hablar del tema.

Sé que debemos enfrentarnos a esto porque así lo hemos querido, pero espero que él nos pueda entender.

— Él es nuestro amigo y tiene que entendernos. Claro que me entristeceré si no nos entiende, pero creo que ya va siendo hora de que pensemos en nosotros — responde Amy mientras se levanta para ir a almorzar.

Todos asentimos con la cabeza. Frank y yo nos despedimos de ellas y nos dirigimos hacia el cuarto para vestirnos y almorzar. No se habló más sobre el tema de Rayan. Ya entrando la noche nos fuimos a prepararnos para el concierto de clausura.

~~°~~

A las ocho de la noche  ya estábamos saliendo para el concierto. Amy estaba hermosa. Es una chica tan hermosa e inteligente que todavía me pregunto por qué nunca me di cuenta de la persona asombrosa que tenía a mí lado todos estos años.

En el concierto dimos todo lo posible, la pasamos demasiado bien y eso que todavía no habíamos llegado a la fiesta principal de la clausura. Para todos, el camino de ida hacia el parque era nuevo menos para Amy y para mí, ya lo habíamos caminado y lo conocíamos bastante bien, así que nos adelantamos para llegar.

Cuando llegamos a la fiesta privada aquello estaba repleto con música puesta a todo volumen, comida por todas partes y personas de muchos países bailando en cada rincón posible. Comemos algo y aprovecho para sacarla a bailar porque sé que le encanta. Bailamos de todo, desde música de los noventa hasta reggaetón y rock. Regresamos a la una de la mañana a los dormitorios y estábamos tan cansados que nos bañamos y nos fuimos directamente a dormir, pero cuando llegué a mi cuarto tenía a una inquilina nueva.

Creo que Frank se cogió demasiado a pecho su broma y no quería estar en ese cuarto a esa hora de la noche con esos dos, así que me dirigí al cuarto de mi novia. Amy ya estaba medio dormida y se despertó en cuanto entré.

— ¿Qué pasó? —pregunta soñolienta mientras me acomodo a su lado.

— ¿Puedo dormir contigo hoy? Antes de irnos mañana. — le digo con una sonrisa en la cara acompañada por un beso en la mejilla con la esperanza de que me deje quedarme.

—Sí, claro, pero, ¿qué sucedió? —inquiere intrigada.

—Nada, el cuarto de al lado está lleno.