Amy

—Tienes que aceptar que Frank es sexy —  escucho decir a Lily sorprendiéndome. Me fijo en su cara con las cejas alzadas y comienza a reír a carcajadas, luego se sienta en la cama y, como la conozco, sé que está a punto de comenzar una de sus conversaciones—.  ¿Qué es lo que hay entre tú y Alejandro?

Su pregunta me sorprende tanto que por reflejo me siento en la cama junto a ella. Llegamos posiblemente hace como dos horas. El profesor nos ha dado múltiples indicaciones y nos encomendó a dormir ya que en el viaje no pudimos  descansar nada. Nuestro cuarto tiene las paredes de un color rosa bastante bonito. Contamos con taquilleros, un espejo y también de una mesa con tres sillas dónde hemos puesto algunas cosas para ir acomodando. De cama tenemos una litera donde me pedí la cama de arriba, aunque si no hubiera sido así igual Lily le da miedo dormir arriba.

—Nada — respondo mientras reviso mi reloj esperando a ver que ya es hora de ir a almorzar para escaparme de esto. Obvio aún quedan unas horas.

—¿Segura? —me presiona  mientras muestra su inseguridad, obviamente no me cree, pero, ¿quién me creería después de hacer aquel cambio de asiento para el viaje? Aun así se han dado cuenta que solo nos hablamos cuando es necesario.

— Sí. — Veo como me alza una ceja con desconfianza y suelto un suspiro cansado antes de sincerarme con ella— . Muy, muy segura no. —digo rápido y escucho su risa en el fondo mientras me dirijo al baño. Ella me persigue y continúa con nuestra conversación.

— ¡Te gusta él y estoy segura de que a él le gustas tú! —grita emocionada por todas partes.

—Por eso no te cuento nada. —el tono de decepción en mi voz es obvio; solo me molesta que todos digan que a él le gusto yo si ni siquiera él tiene idea—. Deja de decir esas cosas.

Escuchamos como tocan a la puerta y ambas nos miramos extrañadas al mismo tiempo.

—¿Quién será? ¿Esperas a alguien?—Me pregunta con intriga mientras se dirige a abrirla.

—Yo no espero a nadie , ¿y tú?—Observo como me niega con la cabeza y abre la puerta.

Para nuestra  sorpresa son los mismísimos reyes de Roma de los cuales no tenemos idea de que hacen aquí y por lo visto quieren pasar. Frank es el primero en hablar.

—¿Podemos pasar? — Escucho aún desde el baño como le pregunta a Lily y esta accede. Bufo al oírlos entrar y termino de secarme las manos tan rápido como puedo.

La primera persona a la que miro es a Ale. Lleva puesto otro short de tela y una camiseta con mangas debido al calor. Me muestra una de sus sonrisas que parece ensayada desde el día anterior y paso de largo. Subo hacia mi cama y dirijo la mirada hacia Lily haciéndole ver la pata que ha metido. Se alza de hombros divertida y junto a los otros dos se sientan en la mesa.

Estuvieron con nosotras por un largo tiempo, hablamos un poco sobre el viaje y cómo no habíamos dormido nada. Todo ese tiempo intenté no prestarle atención a Ale, dirigía mi mirada hacia Frank e intentaba participar lo menos posible de la conversación.

Afortunadamente la hora del almuerzo llegó, haciendo que cada uno tomara su rumbo y nos dirigiéramos al comedor. Allí nos encontramos con el profesor el cual nos dijo que íbamos a ir a cantar a un lugar que es parte de la Nación después de que cada uno almorzara y se cambiara de ropa. Almorzamos y cada quién a su cuarto para prepararnos, vestirnos e irnos para la actividad. Después de todo eso solamente regresamos a la escuela dónde nos encontramos albergados.

Luego de todo el resumen de hoy, en estos momentos estamos disfrazándonos  para celebrar Halloween que se celebra en la noche de este día. Lily se encuentra aún maquillándose de enfermera diabólica, el disfraz le queda fenomenal y se ve absolutamente fabulosa. La ayudo con algunas cosas como el gorro y el pelo , para después yo disfrazarme de bruja . Termino con ella, satisfecha por nuestro trabajo y corro a ponerme la  ropa negra y a maquillarme una telaraña en la cara ya que no tengo mucho que ponerme en realidad. Y la idea de una nariz postiza con verruga no me llama mucho la atención.

Nos fijamos por última vez en nuestros  intentos de disfraz y decidimos que nos vemos bastante decente para salir a la fiesta cuando  escuchamos la puerta sonar. Lily ordena que  pasen y otra vez Alejandro y Frank se ponen en nuestro campo de visión cada uno con sus disfraces. Frank se  ha disfrazado de vampiro y por otro lado Alejandro de hombre lobo. Se nos quedaron mirando por unos segundos haciendo que nos sintamos incómodas y al notarlo rápidamente nos piden acompañarlos a cenar. Abro la boca para decirles que no hace falta y cuando me doy cuenta ya Lily está enganchada del brazo de Frank.

Llevo una mano a mi frente y niego con la cabeza tras verlos salir juntos. Vuelvo a fijar la vista en Alejandro que me señala la puerta y decido solo por hoy darme por vencida y bajar con él. Descendemos las escaleras rumbo al comedor donde están preparando la comida de esta noche.

Al llegar nos sorprendemos al ver que está completamente decorado de calabazas y guirnaldas de calaveras. Todo tiene  un aire de misterio que nos fascina logrando que entremos todos rápido a escoger una mesa. Cenamos y vamos a la fiesta que  estamos preparando en el cuarto más grande de todos que es el del profesor aprovechando también que era en el primer piso; como él no va a estar en la escuela sacamos la litera de su cuarto, pusimos las bocinas y las luces de colores, comenzando así una fiesta genial que debe durar hasta las cuatro de la mañana.

Desfilan por la pista de baile todo tipo de monstruos y caricaturas que se mueven al son de la movida música que hemos puesto para relajar. No tengo idea cuánto tiempo pasa pero comienzo a sentir los efectos del alcohol y el cansancio del viaje. Recuerdo que mañana hay concierto por la noche y tenemos que ensayar tempano así que decido salir de aquí y buscar a Lily, ya que no me di cuenta en el momento que se alejó de mí. Me despido de todos, y comienzo a buscarla por todos lados sin poder encontrarla. Decido ir hacia el segundo piso para ver si ya estaba en la cama y  me encuentro con Ale.

— ¿Has visto a Lily?— pregunto preocupada pensando que tal vez sepa algo de ella.

—Me avisas cuando la veas porque yo no encuentro a Frank —responde divertido sabiendo que los dos estamos  pensando lo mismo: Están juntos.

Eso se suponía que no estaba en los planes, ¿pero qué le vamos a hacer?  Me dirijo hacia Ale para decirle que me voy a ir a dormir pero digamos que él no se lo toma de una buena manera.

—No bailaste conmigo hoy. —Hace un puchero de lo más adorable mientras me río de sus palabras.

—Pues me lo hubieras pedido, no sabía que querías bailar conmigo.

—¡Pero si te lo dije, antes de la cena! — refunfuña indignado y le tiro de la mano para que me suelte pero en vez de eso  se acerca más a mí poniéndome nerviosa.

—No lo recuerdo. —defiendo con una sonrisa creyente mientras me acercaba más a su cara para enfrentarlo. Puto alcohol.

—Tienes muy mala memoria —comenta  acercándose más a mí  y me echo hacia atrás pero no cuento con la pared.

—Me voy a dormir —aclaro empujándolo suavemente hacia atrás mientras intento salir de aquí, no quiero que esto se vuelva  más molesto de lo que ya es.

—Espera —me toma del brazo empujándome hacia él—, ¿quieres ver algo hermoso?

—¿Qué? — pone los ojos en blanco y comienza a jalarme hacia uno de los pasillos alejados de la fiesta—. ¿A dónde vamos?

— A mi lugar favorito.

Lo sigo hasta un espacio que tiene un balcón del que desde ahí se puede  ver toda la ciudad de noche. Me fijo en cada una de las luces que se ven desde aquí ,algunas se reflejan en el agua ya que estamos bastante cerca del muelle. La noche de hoy está estrellada y desde aquí aún se puede oír la música de la fiesta.

— Me alegra que te haya gustado —dice sacándome de mis pensamientos. Parece que me he quedado callada todo este tiempo. Le sonrío sincera y saco mi móvil para intentar capturar cada momento de este lugar.

—Pues sí, es genial. La vista es preciosa. ¿Cuándo lo encontraste? —me giro fijándome en su cara que tiene los ojos puestos en mí. Siento como en mi estómago se forma un nudo y la sangre en mis mejillas corre rápido.

— Lo encontramos Frank y yo después de la actividad porque necesitábamos un lugar alejado para fumar. —asiento con la cabeza y dirijo mi mirada otra vez a la ciudad. Sabía que Alejandro fumaba, lo había visto en algunos momentos. No sé para la mayoría de las chicas , pero no veo sexy a nadie fumando, no me gusta el olor que deja el cigarro, así que no soy muy fan de fumar—. ¿Sabes? Esta noche está igual que tú.

—¿Oscura? —digo a modo de broma y escucho su risa por respuesta.

Me giro de frente hacia él y sin darme cuenta ya tenía su rostro lo suficientemente cerca como para sentir su respiración en mi cara. Sus ojos reflejan todo lo que ocurre en su interior: duda, deseo, alegría y preocupación. Se me hace tan fácil leer sus expresiones  y lo que siente que lo único que logra es asustarme.

—No, hermosa. —Me coloca las manos sobre la cara y siento como se acerca poco a poco a mí.

No entiendo como su aroma hizo que nada importara, nada de lo que pasó, ni de lo que me dijo hacía unos días me importaba, solo quería tenerlo para mí, unos segundos. Sentí como desaparecía el mundo en el momento en que Alejandro me besó, el mismo Alejandro del que estuve enamorada tres años seguidos, estaba realizando una de las cosas que tanto soñaba mientras me imaginaba como sería pasar por eso. Sobrepasó todas mis expectativas, su sabor era dulce y el beso era una mezcla entre delicado y excitante. Todo mi cuerpo sentía una calma total y después de tanto tiempo tenía ese sentimiento "falso" de que alguien podría volverme a querer.

Luego de unos segundos me separo de él. Siento como todo mi cuerpo tiembla, mis piernas flaquean y tengo esa sensación amarga  de que estoy cometiendo un error. Me fijo en su expresión e imagino que como la mía solo refleja miedo y que ninguno de los dos sabe qué ha pasado.

Tengo el impulso de salir corriendo de aquí, corro hacia mi habitación y cierro la puerta con fuerza para después sentarme con la espalda contra esta. Sé que a partir de hoy nada será igual, ya en estos momentos Lily no me interesa, sólo me pregunto: ¿Qué acaba de pasar?