El Nacimiento de una líder.

11 De Noviembre de 1520.

Se oían gritos desgarradores desde la sala de parto donde se encontraba Hurrem, La esclava rusa que llego al palacio Otomano a inicios de 1520 y al poco tiempo enamoro al Sultán Suleiman, dando paso en este momento donde se encontraba entre la vida y la muerte.

Entre lagrimas y gritos logro acabar con el proceso de dar a Luz, Nigar Kalfa, su amiga estuvo a su lado en todo momento, cargo al nuevo miembro de la dinastía con una sonrisa en el rostro.

──¿Cómo esta?──Pregunto Hurrem jadeando mirando como Nigar cargaba a su hijo.

──Es una hermosa Sultana y lo mejor es que esta sana.──Respondió Nigar eufóricamente mirando a Hurrem.

La rusa guardo silencio un momento mientras observaba a la niña, era una niña, habia dado a luz a una Sultana, esto era peligroso, Mahidevran o Mükerrem podrían deshacerse de ella en algún momento, no habia dado a luz a un príncipe donde podría apoyarse, esto no la ayudaría a sobrevivir en este palacio, la quería lejos.

Era una niña, una niña pequeña.

──Dámela.──Pidió Hurrem extendiendo sus brazos para recibir a la niña y una vez que estuvo en sus manos, la observo fijamente y sonrió levemente recapacitando mientras veía a la pequeña, si bien era una niña, era su hermosa hija, sangre de su sangre.──Esta naricita es de tu abuela.

Hurrem agarro la nariz de su pequeña con una sonrisa, aquella niña era idéntica a su difunta madre, era a sus ojos igual de hermosa que su adorada madre.

──Y esta manita es mía.

El momento de la ceremonia de nombramiento habia llegado, entrando las demás consortes, la hermana del Sultán y la madre, Suleiman cargaba la bebé con sumo cuidado y le observo a los ojos, esbozo una leve sonrisa al verla, le recordaba en algo a Hurrem.

──Tu nombre es Kosem.──Sonrió Suleiman mientras besa su frente.──Tu nombre es Kosem, Kosem: "La líder de la manada."

Mahidevran y Mükerrem miraban la escena con alegria, Hurrem habia dado a luz a una niña y al poco tiempo el Sultán dejaría de verla, ella no tendría un príncipe para entronar y moriría sola en el viejo palacio, nadie la conocería en la Historia Otomana.

Luego de la ceremonia de nombramiento dejaron a solas a Hurrem y Kosem, la rusa tarareaba una melodía de cuna de su lugar de origen.

──Mi hermosa Líder.── sonrió Hurrem mirando a su pequeña.── Oh cariño, no importa que digan esas brujas, tu serás la Sultana más poderosa que este imperio haya podido tener, todo el mundo te recordara y temblará de tan solo oír tu nombre.

Hizo una pequeña pausa mientras miraba con devoción a su hija, por unos instantes se reprochó por no haberla querido durante unos minutos.

──Eres mi pequeña Leona, mi pequeña Sultana y mi vida entera, mi más grande aliada.── lágrimas se asomaron por los ojos de Hurrem.── Perdóname por no reconocer tu valor hace unos instantes, pero estaba asustada, asustada por lo que me depararía en este palacio.

Hurrem beso la cabeza de su hija otra vez y se limpio las lágrimas.

──En este palacio no quieren a las niñas, las consideran débiles, pero tú no tienes la culpa de eso, nadie la tiene, pero te prometo que nunca dejaré que alguien te haga sentir menos por ser una niña, quién haga siquiera un comentario, lo arrojare al Bosforo, te lo juro en nombre de Allah.

“Debes ir con cuidado,
no irás a ningún lado,
si esta leona te atrapa
será cruel.

Que todos vean
mis victorias,
que me cubran
de gloria,
ahora la corona
yo llevaré.”

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