Tanjirou Kamado.
Two-shot.
↬ Continuación.
Al final, las cosas no terminaron como pensabas. En el buen sentido.
Cuando empezaste las clases, tus expectativas eran realmente muy bajas. Jurarías que ni siquiera ibas a hacer amistades en las primeras semanas.
Pero ahora, te encontrabas en un grupo bastante particular y diferente. Ahora junto con Kanao, conociste a los amigos de la infancia de los hermanos Kamado a Inosuke y Zenitsu.
El azabache de puntas azuladas era realmente energético y con algunas ocurrencias que te hacían preocuparte de que se metiera en problemas. La última vez apareció sin camisa en una clase, fue todo un show.
Aunque no lo negabas, tú lo disfrutaste.
Hablabas con él cuando no te estaba retando en quien tenía más fuerza física.
Zenitsu era un poco llorón, pero desde que te conoció demostró querer ser tu amigo. Cuando se calmaba porque las mujeres le ponían muy nervioso, solía compartir la comida contigo y charlar sin aburrirse.
Entendiste que detrás de su primera impresión, se encontraba un chico de buenos sentimientos.
Kanao y Nezuko se la pasaban contigo en algunas materias, comenzaron las clases de los clubes y tuvieron que cambiar su horario. Nezuko se iba a al club de escritura, un día te expresó en un papel que su pasión era escribir historias ya que no era buena hablando.
Kanao se iba al club de jardinería por su fascinación a las flores y las mariposas.
En cierta parte, llegaste a sentirte rara.
Te acostumbraste a su presencia, era como que te faltaba algo cuando salías de clase y no las veías.
Por otra parte, no sabías si de nuevo la suerte estaba tirando indirectas que no veías, pero siempre terminabas viendo clases con Tanjirou. Desde que desaparecieron tu dos mosqueteras, ahora te sentabas con el pelirrojo el cual siempre apartaba un puesto a su lado.
Entre días y días, hablaban bastante antes de la clase y después. Como terminaban viendo las últimas materias hasta el final de la tarde, caminaban juntos de regreso a la residencia.
Y esa tarde no fue la excepción. Después de escuchar el timbre de salida y que el profesor apagara el Video Bin jurabas que te ibas a quedar dormida si no fuera porque Tanjirou te daba palmaditas cada en vez. Cuando volteabas a verlo, te sonreía.
Sentías la cara roja, ¿este chico no tenía presente el espacio personal?
A veces se acercaba demasiado, no sabías si eran cosas tuyas. Pero a veces parecía querer hacer algo y lo agarrabas en el momento. Cambiaba de tema o daba una risa nerviosa.
Algo anda mal.
Sabías bien que eras un poco distraída y a veces lo que sucedía a tu alrededor no las captadas en el primer momento. Pero se veía a tres millas de distancia que su actitud ha estado sospechosa últimamente.
—Vámonos, ( _ )-san. —se levantó de su asiento, guardando sus cuadernos. Le imitaste, te espero para que salieran juntos.
Caminaron por los pasillos, el cielo estaba en tonos fríos. Parecía que se acercaba una tormenta a lo lejos.
Tanjirou notó que mirabas por las ventanas en su caminata.
—Oh, será mejor llevarnos el paraguas por si acaso. —asentiste, se desviaron en la entrada de la salida para sacar de los casilleros unas pequeñas sombrillas.
Cuando salieron, observaste a tu alrededor buscando entre los rostros de los estudiantes que se encontraban saliendo.
—¿Uh, qué sucede ( _ )-san? —Tanjirou se detuvo, mientras estabas de espaldas.
—Uhm. Me parece raro que ni Zenitsu ni Inosuke nos estén esperando. —la verdad siempre salían a la misma hora, era inusual no escuchar los gritos de ambos.
No hubo respuesta, volteaste. Entonces notaste como Tanjirou colocó su cabello hacia adelante.
Parpadeaste un par de veces. ¿En qué momento?
Se veía realmente bien, pero tenía una mueca graciosa manteniendo algo de aire en sus mejillas.
—¿Qué pasa? —sonreíste tratando de no reírte. —¿A qué se debe eso?
—N-no es nada. El cabello me estorba en clases así que cuando salgo de clases lo arreglo. —raro, jurabas que nunca lo había hecho. Empezó a sacar de su bolso una bufanda de cuadros negros y verdosos.
—Te queda bien. —le dijiste, haciendo que sus mejillas se sonrojaran. Diste unos pasos hasta quedar al frente de él. Entonces sacó la bufanda y la colocó sobre tu cuello acomodándolo.
—Está haciendo mucho frío, será mejor que la uses. —te sonrío.
—¿Eh? ¿Pero qué hay de ti? —tus mejillas dolieron, no podías aceptarlo.
—Estaré bien. —te miró, pareció titubear. —A cambio, p-puedes tomar mi mano.
¿Qué clase de estrategia era esa?
Tragaste saliva.
¿Dónde estaba tu rol de canela, desde cuándo era tan directo?
Le observaste, aún parecía nervioso a pesar de lo que estaba diciendo. Desviaba su mirada cuando buscabas hacer contacto visual.
—Está bien. Es lo menos que puedo hacer. —sonreíste, tomaste su mano.
Salieron de la escuela y comenzaron a caminar por las calles hacía dirección de la residencia. A veces preferían irse a pie y no tomar el autobús. El cielo ya reflejaba un hermoso atardecer que te dejaba hipnotizada.
Las luces de los locales llamaban su atención, se veían hermosos en contraste.
La mano de Tanjirou estaba cálida, jurabas que no debía estar pasando frío. Pero de todas maneras te preocupaba un poco.
No faltaba mucho camino, lástima que cuando estabas disfrutando un momento especial el tiempo se iba tan rápido. No querías soltar su mano.
Ya cuando iban a cruzar la calle para llegar, diste un suspiro silencioso.
Los colores del semáforo y los carros pasando los iluminaban.
Viste su perfil, recordando por un momento en la extraña desaparición de sus amigos.
Sonreíste, apretando su mano.
Se dio cuenta, volteo a verte y sonrió de vuelta con los ojos cerrados.
El semáforo cambió de color.
—Muchas gracias por prestarme tu bufanda. —se detuvieron en la entrada. Estuviste a punto de quitártela pero Tanjirou negó con las manos.
—No, no. Está bien. Puedes quedártela.
—¿E-estás seguro? Quiero decir, es algo muy apreciado para ti. —te detuviste.
—Por eso mismo quiero que tú la tengas.
Después de eso, se despidió de ti. Poco a poco veías como se alejaba pero movía su mano en el aire con entusiasmo.
Tal vez tú eras la causa de esa felicidad.
Extra.
—¡Demonios Inosuke, has silencio! —el rubio junto con el azabache estaban asomados por una esquina hacia la entrada de la escuela observando a sus dos compañeros.
—¡Pero ya quiero irme de aquí, ¿Hasta cuánto tiempo tenemos que esperarlos?!
—¡Lo suficiente, Tanjirou nos pidió este favor y lo menos que podemos hacer es apoyarlo! ¡Me vas a aplastar, quítate de encima!
Mientras seguían discutiendo, vieron como sus amigos se alejaron.
—¿Ahora? —preguntó Inosuke.
—No.
—¿Y ahora?
—¡Que aún no, espera a que sea una distancia que no nos vean!
Hasta que estuvieron seguros, salieron de su escondite. A veces por si a las dudas se escondían detrás de los locales o cuando cruzaban la calle.
No podían arriesgarse a que Tanjirou se molestara con ellos por arruinar su momento con la chica que le gusta.
Two shot terminado wooo.
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