Muichirou Tokito.
Segunda parte. (Maratón)
︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿
—Tokito-san. —estaba sentada admirando el cielo, mientras el mentoso estaba de pie a unos pocos pasos de distancia. Volteó a verla. —¿Cuándo peleas nunca has llegado a cortarte el cabello sin querer? es decir, lo tienes bien largo. Más que Rapunzel.
Muichirou solo se quedó callado, con una mueca seria que le estaba causando gracia. Además de la propia estupidez de su pregunta.
—¿Esperas a que te crezca o te lo cortas todo? Yo me lo cortaría, primero muerta que sencilla. —seguía preguntando y respondiéndose sola. —¡Un momento! —gritó de repente con un gesto de alto. —Muichirou... Muichi, Mochi, Muichito, Tokito... Tokito... ¡Takito! ¡Suena como takito! ¡JAJAJA! —empezó a reír de manera descontrolada, como si hubiera dicho el mejor chiste del mundo. El azabache simplemente empezó a caminar lejos. —¡Espera, Muchito, no me dejes sola!
Lo siguió riendo por lo bajo.
—¡No te molestes, quería hacerte reír porque andas muy serio! ¿Tienes que torturar más a tus estudiantes para sentirte mejor, si es así puedo ver? ¡Tengo otra pregunta! ¿Cuándo te crece el cabello sale de una con las puntas mentas o te sale solo negro? ¡Te juro que no te volveré a llamar por tu nombre!
Tokito la encaró, haciendo que se detuviera para no chocar contra él.
—No me molesta que me llames por mi nombre o como aquellos inventos que hiciste. —parpadeaste varias veces.
—¿S-soy digna? —chillaste juntando tus manos. Muichirou continuó caminando. —¡Espera, responde alguna de mis preguntas para poder dormir! ¡Lo necesito!
Como esperaste, no respondió. Tal vez preguntándole a otro pilar ibas a poder saciar tu curiosidad.
—¡Buenas gente, ya llegué yo! —gritaste con la mano en la cintura abriendo la puerta.
—¡Pero si es la novia de Tokito-san! —dijo Shinobu con una sonrisa cómplice. Tu cara enrojeció arruinando por completo tu entrada.
—¡Ah, justo te estábamos esperando! ¿Para cuándo la boda? —preguntó Uzui.
—¡Shhh! ¡Q-qué chismosos son ustedes, cállense que si él viene me harán pasar pena! —cerraste la puerta asegurándote de que nadie estaba afuera.
—¡Boda, boda, boda! —le tiraste un cojín al peliblanco. Te sentaste mientras ambos tenían una sonrisa burlona. En la mesa había algunos bocadillos, buscaste aprobación por parte del pilar insecto quien asintió con la cabeza. Probaste unos pequeños panes dulces.
—Shinobu-san. —le llamaste, ambas tenían bastante confianza con la otra. Era la perfecta para contestar tu inquietud. —¿Cuándo te cortas el cabello te crece con las puntas violetas de nuevo?
Ella parpadeó, asimilando tu pregunta. Su gesto inseguro no te daba una buena señal.
—No lo sé, nunca le he prestado atención a eso. —dejaste caer tu cara sobre la mesa, decepcionada. —¿Por qué te interesa?
—Solo curiosidad. Se lo pregunté a Muichirou-san pero no me respondió. —ante esto, los dos pilares se vieron cómplices y sonrieron. —¿Qué...? ¡Rayos!
—Ara, ara ~ ¿Con qué tienen tanta confianza que le llamas por su nombre?
—¿Por qué hable, por qué tuve que hablar? —se tapó la cara con dos cojines a los costados de su rostro.
—¡Extravagante! ¡Lo apruebo!
—¡M-me voy de aquí! —tomaste algunos bocadillos y te lo metiste en la boca. —¿Qué? Están deliciosos. —huiste de la escena.
Caminaste por los alrededores disfrutando de tu glotonería, notaste a Tanjirou practicando en el patio.
—¡Canelitaaa! —gritaste para acercarte, él te miró y detuvo lo que estaba haciendo.
—¡(__)-san! ¿Eh? ¿C-canelita?
—Nada. —miraste a otro lado. —¿Quieres? —le ofreciste.
—¡Muchas gracias! —sonrió y empezó a comer. —¡Esta muy bueno! —te dio ternura verlo comer con las mejillas rellenas como un hámster.
—Lo sé, iba a comerme todo esto pero pensé que para bajarlo luego iba a sufrir demasiado. Así que mejor lo comparto. —siguieron comiendo mientras él te observaba.
—¿Estabas con los pilares?
—Sí, por cierto... ¿Cuándo te crece el cabello no cambia de color o algo, queda igual? —Tanjirou miró al cielo.
—Eh, no lo sé No me he fijado. —otra vez, nadie iba a poder contestarte. —Oye, ¿no te tocaba con Iguro-san hoy? —quedaste de piedra.
—¡CIERTO! ¡ME VA A DESTRUIR, YA VOY TARDE! —le dejaste lo que quedaba. —¡Compártelo con los demás, diles que me recuerden en mis mejores momentos!
Tanjirou se despidió de ti deseándote buena suerte, cuando llegaste al salón de entrenamiento notaste a los estudiantes amarrados como carne de charcutería en las paredes.
—Llegas tarde. —un aura oscura pareció como fantasma detrás de ti. Te giraste.
—Sí, sí. Llegué tarde, sufriré mucho bla, bla, bla. Ya me pasó antes. Vamos al grano. —Obanai se te quedó mirando. —¿Qué? Si quieres luego vas con Mitsuri-san para que se te pase el mal humor.
Rápidamente te explicó que se trataba el entrenamiento, se fue a su lugar y viste la cara de miedo de los cazadores.
—Les digo desde ya que muy probablemente los golpearé. —aquello solo hizo que su terror aumentara. No sabías que el azabache tuviera este tipo de fetiches.
El entrenamiento doble de Muichirou dio sus frutos, tus reflejos estaban mejor desarrollados por llevar tantos golpes y no poder esquivarlos en vano. Por muy pocas ocasiones estuviste a nada de golpear a alguno de los estudiantes, pero por suerte lograbas reaccionar a tiempo antes de la tragedia.
Aun así duro bastante, sumándole los minutos que te perdiste terminaron cayendo el sol. Te sentaste afuera tomando agua. El pilar de la serpiente se acercó.
—¿Ya me gradué? —bromeaste con una sonrisa.
—Mañana ven más temprano, dependiendo de tu desempeño tal vez te pueda dejar que avances.
—Yo sabía que tenías corazoncito, muy muy en el fondo. —te levantaste para hacerle una reverencia. —Muchas gracias por darme la clase. Prometo no llegar tarde.
Caminaste de regresó, esperabas contarle todo a Nezuko o capaz hasta a Zenitsu o Inosuke si ya habían regresado. Estaban en la etapa con Gyomei y seguramente tardarían. Viste a alguien a la distancia, achinaste los ojos para ver cómo se acercaba a ti.
—¡(__)-san! —era Tanjirou, ambos se acercaron dramáticamente como si fuera una escena de película con puesta de sol.
—¡Tanjirouu! —gritaste corriendo hacia él hasta que se abrazaron. Notaste como estaba húmeda su ropa. —¡AYY, dime que es agua y no sudor! ¡Dímelo!
Rió. —Claro que no, Gyomei me tiró agua después de terminar la prueba.
—¡¿Lo lograste?! ¡Felicidades! —sonreíste. —Oh, lo mío si es sudor. —reíste esperando que se alejara con asco. Pero no se apartó. —¿Qué? ¿No te incomoda?
—Para nada. —sonrió. El joven Kamado abrió la boca para hablar pero justo escucharon los pasos de alguien, de todas las personas posibles era ni más ni menos que Muichirou. Ambos chicos se quedaron viendo y una tensión que se notaba a kilómetros de distancia se formó. Te quedabas mirando la cara de Tanjirou como la del mentoso varias veces, sin entender que pasaba.
Querías huir, pero los brazos del pelirrojo te tenían en algún sentido atrapada.
—Hum. —de repente te abrazó con más fuerza, haciendo un puchero reflejando rivalidad.
—¿Q-qué? —ahora Muichirou tomó uno de tus brazos jalándote hacia él y viceversa. —Oigan, ¡Oigan! ¡No soy una muñeca! —te estabas mareando. —¡Ya paren! ¡¿Qué diablos está pasando aquí?! —quedaste en el medio, mientras parecían ignorarte olímpicamente. Cuando hablaste se detuvieron para verte.
—(__)-san. ¿Te irás con él o te quedarás conmigo? Nezuko y yo preparamos dulces para compartir a la noche. —babeaste, era tentador, muy tentador.
—Claro que no, ella vendrá conmigo. Estoy seguro que lo que yo hice para ella es mucho mejor. —tu cabeza daba vueltas, no sabías que hacer. Tu mente colapso y te desmayaste.
Te levantaste rápidamente, sentías un dolor en la parte de arriba de la cabeza.
—Auu... —era un enorme chichón, seguramente cuando quedaste inconsciente te golpeaste la cabeza contra el suelo.
—Veo que ya despertaste. —giraste hacia dónde provenía la voz, siendo el pilar del sonido.
—¡Uzui! —gritaste y lo abrazaste. —¡Oh dios del poli amor, necesito de tu sabiduría!
*la autora sabe que aquí 'Dios' va con la mayúscula pero le dio dolor editarlo porque perdería los comentarios.
—Vaya, vaya. Eso sí que me interesa. ¿En qué te has metido ahora? —te incorporaste, empezando con tu relato muy pero muy resumido.
—Pues, parece.. ¡Digo! ¡No, es que es obvio! ¡Le gusto a Tanjirou y a Muichirou! ¡No sé qué hacer! ¡¿Desde cuándo soy modelo y no me enteré?! ¡No veo razón lógica para que se hayan interesado en mí! —te desordenaste el cabello con cara de frustración.
—Pues... si les gustas a ambos. La solución es muy simple. —cerró los ojos levantando un dedo. —¡Quédate con los dos! —sonrió con brillitos a su alrededor haciendo una pose extravagante.
—Uzui, no quiero ser muy hiriente pero... ¡Eso no me sirve! ¡Es que no puedo, no puedo ser infiel!
—No es infidelidad, es una relación donde todos están mutuo acuerdo.
—¡Me da igual! ¡N-no puedo hacer eso, si elijo estar con alguien solo puede ser uno!
—Entiendo. Entonces vamos al método clásico, elige. —se escuchaba tan fácil. Ante tu cara perdida, volvió a hablar. —¿Te gusta Tanjirou?
—Si me lo preguntas así, te voy a decir que sí. Cualquiera que lo vea cae bajo sus encantos.
—Bueno, entonces te parece lindo. ¿Pero qué tal cómo pareja?
—Hum... No lo sé, no lo puedo imaginar. Siempre hemos compartido cosas y sé que esto es muy friendzone pero... —suspiraste. —Solo lo veo como un hermano.
—¿Y con Tokito-san? —quedaste viendo la nada y la cara no tardó en enrojecerse. —No tienes que decirme nada, ya es obvio lo que tienes que hacer.
Bajaste la mirada, mordiste tu labio. No querías desilusionar a Tanjirou, pero no había opción. Sentiste como la mano de Uzui acarició tu cabeza, teniendo cuidado donde tenías el chichonsote.
—Gracias, de verdad me ayudaste. Deberías abrir un consultorio de amor. —sonrieron.
Cuando te quedaste sola la primera persona que fue a verte fue Tanjirou, como esperabas, se disculpó y te trajo el desayuno. Estuvieron conversando un poco, hasta que sentías de manera insistente que tenías que decirle.
—Yo, no sé cómo comenzar a decirte esto. —le miraste fijamente. —Ya tengo a alguien que me gusta, de verdad te quiero mucho pero... No siento lo mismo. Lo siento. —su mirada bajó, jugando con sus dedos. Sonrió.
—No te preocupes, no tienes que disculparte. Yo seré feliz mientras tú lo seas. —se te aguaron los ojos y se abrazaron. Después de un momento se separaron. —¿Amigos?
Asentiste. Después de eso saliste afuera, estabas sola ya que Tanjirou se fue. Tus pies descalzos tocaron la grama observando el cielo. Un gran peso dejó tus hombros. Sentiste la presencia de alguien. Sonreíste y te acercaste.
Decidiste no decir nada, mantuviste la distancia a algunos pasos mientras él tenía la mirada baja.
—Lo siento, no debí haber actuado así. —su tono deprimido solo te daban ganas de abrazarlo y eso fue exactamente lo que hiciste. No se lo espero para nada, su gesto sorprendido convirtiéndose en uno avergonzando era arte.
—¡Estás perdonado! —tu sonrisa se amplió. —Ya que me has dado tu propuesta, yo tengo la mía.
—¿C-cuál? —dejó sus manos en tu espalda.
—¡Sé mi Takito novio! —si antes estaba avergonzado, ahora estaba rojo hasta las orejas. Bajó la cabeza, apoyando su barbilla de tu cuello.
—Sí.
(...)
—¿Entonces...? —le miraste insistente, mientras caminaban tomados de la mano.
—Si me crece el cabello con las puntas mentas.
—¡Lo sabía! —hiciste puño con tu mano.
Todas las preguntas son 100% reales, sí, así de idiota me pongo a pensar cuando leía el manga. Lo gracioso es que me sigue dando risa hasta que se me salen las lágrimas al día hoy AJJAJAJA. Disculpen si se me pasa algún error, cuando lo notó ya comentaron y si lo arregló se van hacia abajo ;' . Y no hay nada que disfrute más que leerles.
¡Estaré escribiendo los demás one shots que son más o menos largos! Espérenlos uvu.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top