Muichirou Tokito.
Empezamos con el especial después de la primera tanda. Haré relatos cortos con varios personajes y al final pondré a varios en un solo capítulo.
︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿︿
Bunny.
No sabías en que momento había sucedido tal cosa.
De un día a otro, tu novio Muichirou apareció con unas particulares orejas de conejo.
Pensaste que Sanemi colocó algo en tu comida, a veces el muy hijo de fruta buscaba alguna manera de molestarte.
La última vez te dijo que la salsa picante era salsa de tomate, y está más decir que los resultados fueron horribles.
No sentiste la lengua durante días y por supuesto, no le hablaste por un buen rato. Aunque fue inesperado que se disculpara después de que te insistió tanto en hablarte.
Ahora, sin duda lo que ocurrió si era real.
Cuando estabas esperando al mentolado después de una misión, presentó fiebre por unos días. Aunque eso ya no era algo anormal. Pero está duró más de lo normal y te preocupó.
Solías visitarlo todos los días cuando terminabas tu entrenamiento, tomabas su mano y él en silencio te sonreía.
Shinobu simplemente te dijo que no parecía presentar algún otro malestar, así que solo había que esperar.
Pero entonces, el día en el cuál el pilar insecto te informó que Tokitou mejoró fue que lo encontraste con esas orejas. Hasta saliste y volviste a entrar de la habitación para confirmar lo que tus ojos estaban viendo.
Muchirou solo te observó sin entender tu gesto, seguramente tenías una cara épica.
Fue entonces que le señalaste. Después de inclinar su cabeza, tocar su rostro y luego su cabello las encontró.
—Maldito viejo. —dijo con el ceño fruncido.
Resulta que en la misión se encontró con un extraño sujeto que dijo que vendía polvos milagrosos. En un accidente donde estaba completamente ajeno de que su vida estaba en peligro, logró evitar que le atacara un demonio.
Pero uno de esos polvos de extraña procedencia le terminó por caer encima.
Verlo hablar sobre lo sucedido con su nuevo aspecto era toda una experiencia, estabas guardando todo el aire posible en tus mejillas para evitar reírte en su cara.
Las ganas aumentaban cuando lo notaba y fruncía el ceño.
Shinobu cuando se enteró de la situación, también aguantó la risa sin disimulo. Dijo que buscaría una forma de solucionarlo. Claro, no sin antes decir que se veía completamente adorable y que las niñas mariposas empezaran a querer jugar con sus orejas como un muñeco.
Las cosas parecían ir bien. Pero no fue así por mucho tiempo.
De un día a otro Muichirou empezó a mutar en un hermoso chicle de menta que no quería soltarte.
No sabías si era una clase de efecto raro, pero se estaba empezando a volver algo preocupante. No te molestaba que fuera cariñoso contigo, la verdad es que era raro que los papeles se hubieran invertido.
Tú eras la que lo buscaba abrazar y él se dejaba. A veces te correspondía y veía a otra parte con el rostro ruborizado.
Por supuesto, el orgullo primero.
Pero apegarse a ti, estar demasiado cerca y buscar besarte cada vez que tenía la oportunidad te ponía de los nervios.
Ahora lo tenías encima. Abrazándote por la cintura mientras intentabas escaparte. Pero diablos, este chico sí que tenía fuerza.
Después de otro día de persecución pensaste que lo ibas a perder después de prácticamente darle vuelta a todas las fincas. Fue una vergüenza total ver como algunos pilares te saludaban, pero tú estabas más pendiente de perder a tu novio psicópata para que te dejara en paz un rato.
Cuando te detuviste para tomar aire, sentiste como alguien te jaló hacia atrás. Y ahí estaba.
Estabas cansada, no tenías ganas de hacer nada. Llevabas días queriéndolo alejar pero de alguna manera eso alimentaba su sed de acoso y te buscaba con más intensidad.
Lloraste en silencio. Sintiendo como Muichirou no soltaba un poco su agarre.
—Mui.
—¿Hm?
—¿Puedes ya soltarme?
Levantó la mirada. Ah no, eso sí que no.
—¡N-no uses tu cara de sufrido conmigo, no va a funcionar! —evitaste mirarlo, no ibas a caer en su trampa otra vez.
—¿No quieres que te abrace? —con esa voz, por Dios. Lo ibas a asesinar cuando terminara todo esto.
Diste un gran suspiro. Te acomodaste, sentándote.
Muichirou te imitó, sentándose con su carita de ángel inocente. Podías jurar como salían brillitos y todo.
Si no fuera cazador, sería todo un actor.
—Muichi, creo que no nos estamos entendiendo. No me incómoda que estés conmigo, solo que últimamente has estado queriendo aparecer en los momentos donde necesito entrenar.
—Oh, entonces yo puedo entrenarte. —sonrió.
Cerraste los ojos con una venita en la frente.
—No, necesito entrenar con los otros pilares y mis compañeros, ¿entiendes?
Silencio.
El mentoso no dijo nada, se quedó mirándote con un gesto neutral. Poco a poco sus ojos se cristalizaban y su nariz se ponía roja.
Un momento...
¡¿Estaba empezando a llorar?!
Sollozó como un niño mientras empezaba a balbucear cosas, alzaba las brazos hacía ti queriendo abrazarte pero le negaste haciéndole gestos de silencio.
—¡Muichirou, por favor, para de llorar! —¿Esto acaso era cómo tratar con una mujer en sus días?
Al ver que no había opción le abrazaste, acariciando su cabeza. Lentamente se fue calmando, te tentaste pero terminaste acariciando aquellas orejas culpables. Pareció relajarse más.
Tu pareja había cambiado desde que recuperó la memoria, más bien hasta el día de hoy le agradecías a Tanjirou por ayudarle por eso. Antes Muichirou no tenía ninguna relación con algún pilar, pero después de ese día pudo entablar relaciones muy buenas.
Incluyendo eso, regresó su personalidad. Más positiva y abierta que antes.
Aunque seguía disfrutando de ver las nubes contigo.
Lo que más agradecías era verlo sonreír más seguido.
Al sentir como tu novio se aferraba a ti y recostaba su rostro en tu hombro te hizo salir de tus pensamientos. Ahora que lo recordabas, estaban en toda la entrada de su finca. Cualquiera los iba a ver si pasaba de casualidad.
—Vamos adentro, ¿te parece? —le sobaste un poco la espalda, él te miró y asintió.
Ya adentró almorzaron y luego se quedaron para observar el atardecer con las puertas abiertas. Recostó su cabeza en tu regazo mientras acariciabas su cabello.
Te entretuviste tanto que le hacías pequeñas trenzas, aunque quedaban súper deformes no podías con la tentación. Siempre quisiste hacerlo.
Pensabas que Muichirou se había quedado dormido ya que hace rato que no decía nada. No veías bien su rostro ya que estaba de perfil, su respiración estaba tan relajada que jurabas que tomo una pequeña siesta.
Te detuviste, observando como el sol terminaba de esconderse.
Después de un rato sentiste como Muchirou se movía, se levantó con una cara de sueño. Se veía tan gracioso con el cabello desarreglado y esas trenzas mal hechas.
—¿Por qué paraste? —dijo con voz soñolienta. Te reíste al levantarte y tomaste asiento detrás de él para desenredar tu hermosa creación.
Cuanto terminaste, lo abrazaste y lo atrajiste hacia ti. Su rostro quedó en tus piernas y por su gesto de sorpresa, lo habías agarrado desprevenido.
No sabías que otros efectos secundarios tendría ese extraño polvo, tal vez todo lo que estaba haciendo se le iba a olvidar.
Oh, que equivocada estabas.
Cuando desaparecieron esas orejas de su cabeza sin duda recordaba todo lo que pasó. Ahora tú eras el que le perseguías a cada rato pidiéndole besos, sin duda te desquitaste como nunca.
Ver su rostro rojo cada vez que veías que entrabas como maniática en sus entrenamientos era oro puro.
Al menos eso te ayudó a mejorar tu resistencia a dar largos recorridos.
Y tenías algo para molestarlo por bastante tiempo.
La verdad es que está idea se me vino porque estaba haciendo unos dibujos de Tanjirou y Muichirou. Quería mostrárselos y por eso pensé en hacer acompañarlo con pequeño one shot sobre esto, me pareció divertido qvq
Los subiré pronto a instagram junto a otros que tengo por colorear, ya que intentaré vender dibujos de este estilo. Si les gusta está temática haré con los demás si quieren.
Que verguenza jshjkdfd.
Se viene un one shot largo de Giyuu, creo que tendrá varias partes. Ahora me esconderé de nuevo JSUJS
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top