La artista es @9baMelo en Twitter, apoyen su trabajo es hermoooosísimo.

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Cerraste la puerta de tu hogar furiosa, ahora sí que se habían pasado de verga.

Después de que te la pasaste viciada a una serie durante semanas los últimos capítulos te tocaron en lo más profundo de tu corazón.

¿Cómo era posible que terminara muriendo tu personaje favorito? No, no, no. Te negaste a creerlo.

Ibas a literalmente comprar cloro para pasar tus penas. Sí, así es amigos, ya que tu mamá al verte tirada en tu habitación sollozando sin razón alguna te pidió que tomaras algo de aire y aprovecharas a comprar algunos detergentes y comida que faltaban.

Claro, ibas a salir. Pero a aprovechar a comprar un pote de helado, el más grande que hubiera para ahogar tus penas.

Tu galería ahora tenía mil fotos de tu amado bebé, como seguía doliendo.

Tu madre estaba al tanto de tu estado emocional, pero simplemente te decía:

—Tú y tus series chinas.

Eso dolió, te destruyó; rompió el corazón de la pulga. ¿Cómo es que tu mamá no sabía que ya decirle chinos a los japoneses ya había pasado de moda? Que deshonra.

De todas maneras te escuchó entre lágrimas, aunque no entendió nada porque te daban ataques de hipo y salían de tu boca balbuceos sin sentido.

Cuando ya entraste al local suspiraste, tus ojeras debían estar divinas. No te viste si quiera en el espejo antes de salir. Que flojera.

Igual no conocías a nadie en la zona, apenas tenías algunos conocidos.

Solo ibas a comprar lo que te pidieron y volver a tu bella cueva a seguir de luto. Luego a buscar más fotos y memes de la serie. Seeeh. Ya con eso ibas a poder reírte un rato para abrazar a tu gato y contarle porque te sentías tan triste y morir ignorada en el intento.

Pasaste por los pasillos agarrando las cosas de la lista, no eran tantas y para tu suerte no tenías que moverte tanto.

Cuando estaba todo listo te fuiste a la parte de los frigoríficos, por fin la parte importante.

Miraste los diversos sabores y marcas, entonces fue que empezó tu duda existencial. ¿Cuál escoger?

No querías agarrar tu sabor favorito, si ibas a comer helado por una buena causa esta vez sí que tenía que ser un sabor distinto. Había que tomar riesgos en la vida.

Cuando te decidiste a abrir la puerta de cristal tu mano se detuvo al notar que alguien más iba a hacer lo mismo.

Wow, ni te diste cuenta que otra persona se te acercó. Sí que te habías metido en tu mundo.

—Oh, lo siento. —te quedaste congelada. Oh por Dios. Ese chico era demasiado lindo.

Su cabello y ojos eran de un tono carmesí, llevaba una chaqueta de cuadros verdes y negros. Debajo tenía una camiseta blanca en conjunto con unos pantalones oscuros y zapatos de igual color. Tenía unas extrañas cartas en las orejas, ¿pero que importaba?, estaba bien bueno.

Te sonrío. Pudiste sentir como iluminaba con más intensidad que mil soles.

Y tú estabas tan desarreglada que seguramente parecías una bruja. Esto enserio no podía estarte pasando.

Todas las veces que salías y andabas con un aspecto decente no te encontrabas con nadie, pero siempre tenía que verte medio continente cuando estabas como una vagabunda.

—¿Ya escogiste qué sabor compraras? —parpadeaste, él chico te estaba hablando. Mantén la calma carajo.

—S-sí, la verdad es que nunca he probado el ( ___ ). Pensé que sería bueno ver que tal, no tengo nada que perder.

—¡Oh vaya, es el sabor favorito de mi hermana! —te sorprendiste.

—O-oh. —¡vamos, no podías desaprovechar la oportunidad estando en la palma de tu mano! —Qué casualidad. —reíste nerviosa mientras sentías que la cara te ardía. Te diste un golpe en la cara internamente. En serio, ¡¿''qui cisilidid'' fue lo mejor que se te ocurrió responder?!

Sin embargo, el pelirrojo te observaba con esa sonrisa tan hermosa. Si pudieras tomarle foto sin que se diera cuenta hubieras hecho como 1000.

—Tu rostro... —pareció querer seguir hablando pero no estaba seguro. —Lo siento, no creo que sea de buena educación preguntar. —desvió la mirada. Abriste un poco los ojos, tu rostro se enrojeció más.

—A-ah. No te preocupes. Solo no he dormido bien estos días —suspiraste. —Seguramente me veo horrible.

—¡P-para nada! —negó con las manos. —¡Tu rostro se ve muy lindo! ¡Q-quiero decir, que no se ve para nada raro, t-tu cara luce muy bien! —ahora el enrojeció hasta las orejas mientras se contradecía. Ambos se quedaron viendo el piso como tomates.

Después de unos segundos le miraste de reojo, él hizo lo mismo.

Te reíste. —De verdad gracias. —sonreíste. —Parece que no verse en el espejo antes de salir funciona.

Ahora el rió. —¿Enserio saliste sin verte en el espejo? Pensé que era el único. Mi hermana menor es la que me arregla y confió en ella, por eso no suelo hacerlo.

—Oh vaya, debe ser lindo tener un hermano que haga eso.

—Tenemos una muy buena relación, por esa razón no nos podemos separar sin evitar sentirnos raros sin tener la presencia del otro.

Mantuviste tu sonrisa, que relación de hermandad tan envidiable.

—¡Ah! ¡Cierto! ¡Nezuko me debe estar esperando por el helado, la deje esperando! —lo tomó de la nevera y se detuvo a unos pasos de distancia de ti. —¡Mi nombre es Tanjirou Kamado, solemos venir todos los Jueves a hacer las compras a esta misma hora, espero volver a verte, fue un placer!

Se despidió de la mano y con una leve reverencia, caminó algo apurado hacia la caja registradora.

Te quedaste parada aun procesando lo que había pasado.

Mamá te amo. Gracias por insistirme a que fuera a ir a hacer las compras. 

One shot random, ozyozy ASJDASD.