›› Escenario: En una misión juntos.
Esperabas ansiosa una nueva misión. Aunque en la última que te enviaron sola contra ese demonio fue más que todo basada en huir de él, acosaba a mujeres y al verte empezó a perseguirte.
No con intenciones de hacerte daño precisamente. Te causaba escalofríos de tan solo recordarlo.
Finamente llegó tu cuervo con la noticia. Más quedaste boquiabierta al enterarte de que quedarías asignada con tu pareja.
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Sanemi Shinazugawa.
—¡Malditas sabandijas, ni se les ocurra tocar ni un cabello de mi novia o yo me encargaré personalmente de que se vayan todos al infierno! —los gritos de Sanemi podían escucharse a kilómetros a distancia. La verdad te estabas divirtiendo aunque no podías si quiera hacerle frente a algún demonio.
El pilar del viento te llevó cargada como saco de papas la mayoría del tiempo hasta que finalmente te bajó y se encargaba sin ningún tipo de ayuda de los que quedaban. Sabías que te estaba sobre protegiendo, pero si quiera te dejaba matar un demonio de baja categoría para entrenar.
Suspiraste.
—Bebé, ya te encargaste de todos. Hasta creo que destruiste la cosecha de ese pobre señor de sus coles en el proceso. —Sanemi volteo a verte.
—¡D-deja de llamarme por esos apodos tan estúpidos! —sus orejas se enrojecieron. Apretaste los labios.
—Be—te interrumpió.
—¡NO! —te reíste, negando con la cabeza. Poco después te cargo de nuevo.
—¡Vámonos a la siguiente zona, estoy seguro que queda alguno escondido!
—Yay. —alzaste las manos dejándote llevar. Después de todo, no podías estar al ritmo de tu novio.
Muichirou Tokito.
Estabas tan emocionada que casi no pudiste dormir el día anterior. Jamás habías sido asignada a una misión junto a Muichirou desde que formalizaron su relación. Lo habías visto entrenar y poco después lograban practicar juntos para mejorar cuando podían pero nunca lo habías visto en una misión real.
Cuando llegaron a la zona boscosa estaban al tanto de cualquier pista que diera con el demonio. Tokito prestaba mucha atención y estaba concentrado en hallar su paradero.
—¡Aay! —te quejaste al tropezarte con una roca. Por suerte mantuviste el equilibrio.
—¡¿Estás bien?! —aguantaste una pequeña lágrimita, te habías dado en el dedo pequeñito del pie.
—S-sí, perdón. Es que te estaba viendo y no vi por donde iba.
—Tienes que tener más cuidado. —reíste debido a los nervios.
—Lo sé. Es que, estoy muy nerviosa. La verdad no sé porque me asignaron contigo, soy de una categoría mucho más inferior que tú y estoy segura que lo que haré es estorbar. —suspiraste.
—No digas eso, no puedo hacer todo yo solo. Si encontramos a alguna persona debemos mantenerla a salvo y no podría hacer las dos cosas sin tu ayuda.
—...Si tú lo dices. —siguieron caminando, poco paso después que encontraron al demonio que estaba haciendo de las suyas. Muichirou se encargó de él mientras ponías a salvo a unos niños que encontraron escondidos en una casa abandonada.
Regresaste al asegurarte de que estuvieran bien. Al esquivar algunos árboles llegando a tu objetivo te topaste con el mentoso. Ambos se detuvieron casi al mismo tiempo.
—¡( _ )! —tomaste algo de aire.
—¿Te encuentras bien? —asintió en respuesta. Notaste como tenía unos pequeños rasguños en el rostro y las marcas. —O-oh. Es la primera vez que te veo con ellas. —tocaste su rostro con cuidado.
Te sonrió para tomar tu mano.
—Vámonos, mi cielo.
Zenitsu Agatsuma.
—¡AAAH! ¡( _ )-san, los demonios sacaran mis ojos y luego repartirán los restos! ¡No quiero terminar así sin antes casarme contigo! —los griteríos de Zenitsu solamente hacían ser más obvia su presencia en esa casa. Abrazaba tus piernas sin dejarte caminar.
Sabías que pasaría esto, después de todo lo conocías desde que eran unos niños.
—¡Zenitsu, ya basta! ¡Ya le estás avisando al demonio que estamos aquí! —aquello solamente empeoro todo. Te pegaste en la frente.
—¡VAN A VENIR POR NOSOTROS Y SEREMOS UNA PAREJA QUE SALDRÁ EN LAS NOTICIAS AL SER COMIDA VIVA! —se arrodilló en el suelo dejándote libre. Tomaste tu katana.
—Lo siento, luego me lo agradecerás. —dejaste caer el mango sobre su cabeza para noquearlo.
Notaste la presencia del demonio hacia ustedes, pero Zenitsu se encargó de él para después despertar.
—¿E-eh? ¿( _ )-san? —te miró a ti y a las cenizas que se disipaban. —¡Me salvaste, sabía que no me dejarías morir solo, te adoro tanto! —volvió a abrazarte mientras negabas con la cabeza.
Inosuke Hashibira.
—¡Inosuke deja de hacer tantas posturas innecesarias, te quedarás agotado por andar haciendo eso! —no podías concentrarte al escuchar como tu novio se la pasaba luciéndose con demonios de baja categoría solo por que estabas con él.
—¡Bahaha, pero mira esto, lo haré puré en tan solo un segundo! —después de terminar quedó en suelo sin poder si quiera mover un músculo. —E-estoy agotado...
—¡Más si sigues con esa máscara puesta, no sé cómo no te asfixias!
—No eres digna de mi belleza. —le quitaste la máscara y le pellizcaste una mejilla hasta que quedó roja. —¡Auch, eso dolió!
—Me alegra. La próxima vez te amarrare como hizo Tomioka-san para que no hagas más estupideces.
—¡Solo quería mostrarte lo fuerte que soy y que puedo protegerte!
—Aww. Pero aun así, no lo vuelvas a hacer. En serio, es peligroso.
Te quedaste con él hasta que se recuperó por completo, fue entonces que pudieron regresar.
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