1_ Cut me off
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Lanzó un suspiro largo cuando su misión acabó, con varios cadáveres por el lugar y una cantidad considerable de sangre manchando su ropa y el suelo.
Rashomon volvió al abrigo satisfecho.
Comenzó a caminar de nuevo a la sede a dar su reporte. Había terminado su misión con éxito esperaba alguna palabra de su mentor, exterminando a una gran organización completa por si mismo.
Sintió un pequeño ardor en su hombro, justo en el lugar donde uno de los matones lo había podido cortar. No le dió importancia solo envolvió la herida con Rashomon y siguió con su camino.
Al llegar al gran edificio oscuro situado en medio de la ciudad, fue directo hasta la oficina su superior.
Alzó su puño para tocar la puerta cuando esta se abre derepente, haciendo que su frente quedé a unos pocos centímetros del pecho de alguien.
Maldijo por lo bajo cuando levantó la mirada procurando de que no sea Mori, si ese fuera el caso estaría completamente muerto.
Pero era peor. Mucho peor.
Todo su cuerpo se tenso cuando se encontró con la mirada castaña de su mentor.
Un estemecuemiento recorrió toda su espina dorsal y sintió como si su corazón aumentara de ritmo cardíaco. Era raro. Pero le pasaba cada vez que veía al hombre.
Ni siquiera sabía que pasaba con él, talvez era otra enfermedad y por eso no quería decirle a nadie. Sería otra cosa que lo volvería más débil.
- Akutagawa- en ese momento salió de su pequeño trance y aclaró su garganta.
- Dazai-san.
- Muévete- habló el mayor.
- Le vengo a inform-
Cerró la boca cuando vió como Dazai pasaba totalmente de él, siguiendo con su camino hasta perderse por el largo pasillo
[. . .]
Cuando terminó de dar el reporte de su misión, cosió su herida lo más antes posible y se dirigió a su entrenamiento con Dazai.
Suspiró profundamente antes de entrar al lugar, sacando las manos de sus bolsillos para ingresar.
Oscuro, oxidado y ensagrentado.
Como siempre.
Avanzó algunos pasos, la suela de sus zapatos negros hacia eco entre las vacías paredes.
Allí esperó ver al castaño. El cual no estaba en ningún rincón de aquel sombrío lugar.
Decidió esperar, quedándose parado en una de las esquinas hasta que su superior apareciera. Tenía en cuenta que a veces el castaño decidía no ir, ya sea por una misión o solo porque no quería, de todas formas él esperaba.
Al tiempo, y al darse cuenta que talvez ese día Dazai no iría a entrenar, determinó que lo haría solo.
Hasta que escuchó el sonido agudo de la puerta de metal abrirse.
Respiró hondo y se puso derecho.
El castaño entró. Su porte elegante, su único ojo a la vista lo miraba fijamente al pararse frente a frente.
- Akutagawa.
- Daz-
- Trata de atacarme- le interrumpió.
Sabía lo que significaban esas palabras, años entrenando con Dazai eran suficientes para saber que eso solo era porque estaba de malhumor, jamás pudo tocarlo. Nunca le hizo ni un mísero rasguño.
Sin previo aviso Rashomon se lanzó sobre el castaño, en su forma Sawarabi, varias púas emergieron del suelo.
Todas y cada una siendo anuladas, otra púa salió directo a la espalda del mayor.
Siendo nuevamente anulada.
Vió como el castaño se aproximaba. Rashomon seguía tratando de atacarlo en vano.
Entonces sintió el puño de su superior impactar en rostro. Haciéndolo retroceder unos centímetros.
La sangre salió de su nariz pero no importó, siguió con sus ataques hasta que, en un ataque más rápido, el castaño lo tomó del cuello anulando toda su habilidad.
Su cuerpo impactó con fuerza en suelo. La rodilla de su superior estaba en su estómago, y una de su mano alrededor de su cuello dificultando su respiración.
Agarró con fuerza el brazo del castaño, arrugando entre sus dedos el abrigo que llevaba puesto.
- No sirves, los débiles mueren en este mundo. Solo los fuertes tienen derecho a sobrevivir.
Aún sin muchas fuerzas escuchó la voz de Dazai. Quería seguir entrenando, el no era débil. Tenía que seguir.
Sin embargo su asqueroso cuerpo no respondía, talvez era el cansancio, la herida en su misión había vuelto a abrirse, manchando su gabardina y parte del suelo.
Aún en esa situación su cuerpo se sintió tibio y un escalofrío recorrió su cuerpo.
Lanzó un jadeo por lo bajo, aún sosteniendo el brazo de su superior y sintiendo los ojos oscuros de éste mismo en él.
Sus piernas empezaron a moverse. El aire se le acababa, el dolor en su pecho de extendió.
Sabía que se estaba viendo patético, pero tenía que seguir viviendo.
Clavó sus uñas y las arrastró por todo el brazo que aún lo tenía.
La fuerza se le estaba haciendo escasa cuando su cuello fue liberado.
El aire entró en sus pulmones, tosió varias al intentar recuperar el aliento de golpe.
Decepción. Era la única palabra que rondaba por su mente, sintiendo los ojos de un marrón oscuro atravesarlo por completo, se levantó tambaleante.
Lo primero que vió fue el cañón de la pistola apuntar directo a su cabeza. Disparando cuatro veces en su dirección.
Rashomon no tardó en cubrirlo.
Aún respirador agitado miró al castaño.
- Mañana temprano tenemos una misión- Habló el castaño y no tarde más en irse del lugar.
Llevó una mano hasta su boca para cubrirse al empezar a toser, la sangre salió de su boca, mezclándose con la que brotaba de su nariz.
Esperó unos segundo, limpiándose sin cuidado la sangre en su cara.
Salió del edificio caminando despacio con la mano en los bolsillos.
La noche nublosa le dificultaba ligeramente la vision, no es como si le importará. Simplemente avanzó con ayuda de Rashomon a su departamento.
Mañana tendría una nueva misión y no podía volver a fallar.
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