Min Yoongi

Salí corriendo en busca de ella. Necesitaba pedirle que regresara.
Necesitaba decirle que estaba tontamente equivocado.

Frene al instante en que mi mirada logró localizarla.
Sentada en la misma parada de autobús en donde la vi por primera vez. Me odie en el momento en que descubrí que estaba llorando.

Con pasos cortos y lentos me acerqué. No sabía que diría, cómo reaccionaría. En realidad no venía preparado.

Al instante en que me vio la noté sorprendida y confundida.
Me hinqué quedando a la misma altura y tomé su mano, sintiendo una calidez desprenderse al instante.

—Te vas a desenamorar de mi muchas veces...pero ya no me importa, no quiero que vivas enamorada de mi, lo que me importa es que vivas eligiéndome—articule con un nudo formándose en mi garganta

Ella frunció su ceño sin comprender aún la situación que le había presentado.

—Yo te amo...—susurré dejando salir el bao de mi boca, nuevamente mirando sus bellos ojos—Incluso dejándote ir, incluso pidiendo que te quedes, aunque estés lejos, yo, te amo, nunca dejé de hacerlo

"Lastimosamente acabo de darme cuenta" Pensé.

Lágrimas resbalaron sobre sus rosadas mejillas incontrolablemente.

—Lo siento Jiwoo—exclame saltando sobre ella para abrazarla fuertemente, con desesperación—Estaba asustado y confundido, lamento haberte lastimado tanto—me separé lentamente de ella—Solo tomé en cuenta mis pensamientos, no tus sentimientos—mencioné limpiando con delicadeza sus lágrimas.

Miré sus ojos.

—Creí que te estaba perdiendo, pero no es así, el que se perdía lentamente era yo

—Min...

—No siempre todo estará bien, pelearemos, nos distanciaremos...—la interrumpí—Pero te prometo, que sostendré tu mano, te abrazaré, te besaré, y cada día te recordaré cuanto te amo—suave y delicadamente acaricié con mi dedo sus frías manos—Por favor, no dejes de amarme

Una hermosa sonrisa tan típica de ella se hizo presente en su bello rostro.

—Nunca deje de hacerlo...

Ahora que hemos sufrido un daño, sabemos que tenemos una historia.
Esta historia se vuelve más hermosa, rellenaremos sus grietas con oro, no ocultaremos sus defectos, vamos a acentuarlos y celebrarlos.
Nos convertimos en prueba de la imperfección y fragilidad, pero también de resilencia, capacidad de recuperarse y la prueba de que ahora nuestro amor se hace cada vez más fuerte.

Ahí.
En el lugar donde nos conocimos. Bajo la primera nevada.

Volvamos al inicio.

Cuando aún no nos conocíamos.
Regresemos a las tonterías, a las pláticas que no tenían sentido, regresemos al momento en que confesamos nuestro sentir, al instante en que nuestros labios se juntaron por primera vez...seamos tontos de nuevo, cuando había suspiros y caras ruborizadas.

Y una vez más...

permíteme enamorarme de ti.