Nos sentamos solos en el claro del bosque, rayos de sol primaveral cayendo a través de los árboles. Podía sentir mis hombros expuestos empezando a quemarse a su paso, pero no me alejé de la luz.

Estando ahí con él en nuestro lugar aislado era el único tiempo que se sentía verdaderamente... real. Incluso cuando estaba en sus brazos, nuestros secretos nos mantenían distantes. Nos fuimos al prado para escapar; para escapar el constante y siempre creciente culpa que los dos cargamos como peso en nuestros hombros. En el momento, no estaba consciente del hecho de que él era igual de cínico como yo. Igual de equivocado, igual de responsable por todo.

—Yo mentí —solté, volviéndome para mirar sus ojos llamativos. Las dos palabras cayeron de mis labios sin control. Tragué saliva, aguardando su respuesta.

¿Qué más iba a decir? Hice una poción de amor para evitar que me intimidaras, lo cual resultó totalmente mal y pues... ha durado todo este tiempo, así que pensé que tal vez... No, eso sonaba tonto.

Debería de haber sabido que no necesitaba explicar nada en absoluto. Draco sabía; él sabía todo este tiempo.

—Yo también. —La seriedad de Draco se transformó en una sonrisa maliciosa—. Mentí también, pero por lo menos hice un buen trabajo.

Giselle "Elle" DeRose, de dieciséis años, está ansiosa por convertirse en la campeona del Torneo de los Tres Magos más reciente de la Academia Mágica Beauxbatons. Sin embargo, cuando sus planes van hacia el sur y su mejor amiga Fleur es seleccionada en su lugar, Elle se siente perdida en Hogwarts. A ella le va bien en la mayoría de sus clases... aparte de Pociones, que totalmente detesta. Peor que cualquier otra cosa, Elle es constantemente molestada por el matón de la escuela, Draco Malfoy.

Cuando finalmente ha tenido suficiente de sus tonterías, Elle decide tomar el asunto en sus propias manos. Con la ayuda de sus nuevos amigos Fred y George Weasley, prepara la poción de amor perfecta... bueno, casi perfecta al menos. Elle esperaba una simple poción lo suficientemente fuerte como para hacer que le agradara un poco a Draco. Pero en lugar de tener efectos menores a corto plazo en Malfoy, el chico se enamora perdidamente de Elle. Y, a su vez, ella también se enamora de él.

Lo que la chica no sabe es que el astuto Draco Malfoy tiene un plan propio bajo la manga... y pronto descubrirá que él es el único verdadero maestro del ENGAÑO.