Capítulo 49
Su cabello le recordaba a las rosas, al algodón de azúcar, a las fresas, y curiosamente también a los arándanos.
La primavera era una estación maravillosa.
Llena de frescura, aromas y colores. Aunque era molesto sobrellevar el polen de las flores.
Para la madre de Saiki, la primavera era de su agrado.
Y le agradaba aún más cuando veía a su hijo conversar con Koemi, aunque tuviera el cabello azul en vez de rosa. Esa no era su parte favorita.
Lamentaba el hecho de que su hijo había mentido sobre su identidad, más de lo que ya hacía.
Era un poco desalentador para ella, y estaba segura que él sentía algo parecido.
Una mentira tras otra mentira, ¿Cómo reparas eso sin tener que volver en el tiempo?
La única forma era siendo honesto, y ella solía preguntarse hasta donde sería capaz su hijo de mantener esa mentira.
☕
—Esto es aburrido, creí que tendríamos más acción.
—No entiendo por qué te sorprendes, conociste a Saiki antes que yo.
—Hablas como si él y yo fuéramos mejores amigos.
Odiaba admitirlo, pero Toritsuka tenía razón, Saiki aún no era capaz de identificar lo que sentía, o de admitirlo. Llegaba a ser desesperante.
Hasta ahora, solo habían podido verlos hablar en la escuela, como ahora. Eso no era lo que esperaban.
No hasta que Touma no pudo callar su boca.
—Creo que su alter ego es el principal problema.
Toritsuka y Aiura lo miraron con curiosidad.
—¿A qué te refieres con alter ego?
—Asi que no lo saben, lo esperaba de Saiki.
—¿Qué cosa? ¿Te refieres a Saiki chica? ¡Dilo! —La curiosidad de Toritsuka era inmensa.
—Saiki pasa tiempo con Hirai usando otra identidad.
Y esa fue la luz que alumbró la oscuridad.
—¡Ahora todo tiene sentido!
Cobraron sentido varias cosas, el lento avance que veían en la escuela no era el verdadero, era solo una fracción. Y eso no era lo más importante.
¡Saiki estaba coqueteando, usando un disfraz!
De todas las cosas que Aiura pudo imaginar, no pensó en algo como eso.
Las cosas cobraron mucho más sentido, la forma en que Saiki la miraba no se habría logrado en un par de semanas juntos en la escuela, había algo más.
—Esto no es progresivo, creo que tendré que cambiar el plan y decirlo directamente.
Toritsuka y Aiura sintieron un escalofrío, ¡No podían decírselo así como así! ¡Touma no podía haber cambiado de opinión!
Aiura lo detuvo en su camino.
—¡Espera! Dijiste que si se lo decíamos probablemente él se negaría aún más.
—A estas alturas, parece necesario, además...
—Si, si, ya entendí, pero, ¿Que dirás, "Hola, Saiki, estás enamorado de Koemi, acéptalo y hazla tu esposa"?
—Sería un buen resumen, tosco pero directo.
Aiura frunció el seño.
De pronto, él chico del que tanto hablaban, apareció frente a ellos. Sus pensamientos eran algo cuestionables.
—¡Saiki! Que sorpresa —sonrió con nerviosismo, mientras pensaba en que fantasma invocar para convencerlo de aceptar sus sentimientos.
Y en un acto de valentía inesperada, la psíquica hizo la pregunta que todos deseaban que fuera contestada.
—Saiki, sé que esto es repentino, pero —inhalo, con la esperanza de obtener coraje —. ¿Qué sientes por Koemi?
Pudieron sentir como incluso la temperatura del lugar disminuyó.
—¿Ah?
—Ya sabes, Hirai, la chica que bebe café —el médium sonrió nerviosamente.
Para Saiki, esa fue una pregunta vacía.
—¿Que quieres decir con "sentir"?
—¿Sientes agrado por ella? ¿Te gusta su personalidad? ¿Sientes cosas extrañas cuando estás con ella? ¿Tienes el deseo de estar con ella siempre?
—Hablas demasiado —Saiki dió la vuelta, sin intención de responder o de entender a qué se referían esos tres lunáticos.
—Quiere decir, que si invito a Hirai a salir como algo más que amigos ¿No te molestaría?
De todas las cosas que Touma había mencionado antes, esa frase si llegó a resonar en su cabeza.
¿Le... Molestaba?
—Si es así, iré a buscarla —Touma dió pasos firmes, siendo seguido por dos curiosos psíquicos.
Saiki no planeaba ir tras él.
—Le diré que me gusta y la invitaré a salir —Oh, eso sí sobresaltó a los tres.
¿Ah?
—¿Vas a mentirle? No le agradará.
—¿Por qué? ¿Está mal si le miento? ¿Está mal si le miento sobre mí? —giró para verlo, casi como si lo juzgara con la mirada —. Creo que no eres la persona indicada para decir eso.
Touma siguió su camino, siendo seguido por dos psíquicos que no se sentían seguros estando al lado del chico de cabello rosa.
El rubio observó a su objetivo, en el patio, junto a Mera. Solo, se dirigió hasta ella para comenzar su acto principal.
—Hola, Hirai —La mencionada giró para verlo, dándole una sonrisa.
—Hola, Akechi, que gusto verte.
—El placer es mío ¿Puedo sentarme? Olvídalo, ya lo hice.
Koemi sonrió con diversión, Akechi era alguien singular.
—Hirai, ¿Puedo preguntarte algo? En caso de que mi pregunta sea extraña, lo siento por eso, debes entender que es por un bien mayor, por favor no te molestes.
—¿Qué sucede?
—Bueno, yo...
—¡Aah! ¡No de nuevo!
Un repentino grito llamó su atención.
—¡Chisato! ¿Qué haces?
Koemi pidió disculpas y fue tras Mera. Ella estaba acechando al señor Matsuzaki, cuyo almuerzo de ese día era al estilo de una barbacoa, de las favoritas de Mera.
—¡Lo siento! Por el hambre, creí haber visto al señor Matsuzaki invitarme a comer de su almuerzo.
Oh, una ilusión.
«Eso fue rápido»
Esa fue su reacción, sabía que no era una coincidencia. Que forma tan conveniente de evitar una conversación.
—Lo siento, ¿Qué era lo que ibas a preguntar? —habló, acercándose al rubio, después de haberse disculpado con el señor Matsuzaki.
—¿Sabes? Lo acabo de olvidar, como sea, gracias por tu cooperación, Hirai —Dicho eso, Akechi se marchó.
—¿De nada?
Touma había terminado, tenía la respuesta que esperaba del psíquico, y eso era suficiente para llegar a una conclusión.
☕
Las cosas fueron confusas y a la vez claras.
Más al escuchar esa pregunta.
—¿Qué sientes por Saiki? —Koemi se sorprendió por la repentina pregunta de la vidente.
Aiura decidió tomar un camino que parecía menos escabroso.
—¿Qué siento por Saiki? —Aiura asintió, impaciente por su respuesta.
Era una pregunta extraña, y aún más al no tener una respuesta consistente.
—Creo, que es una buena persona.
—¿Solo una buena persona?
Koemi lo pensó por un momento.
—Me agrada, es alguien callado y sereno —pensó —. Se expresa más con sus actos que con sus palabras.
Koemi recordó algunas de sus vivencias, si lo pensaba bien, no eran interesantes.
Ella rió, confundiendo a Aiura.
—Creo que cuando lo ven, piensan que es alguien aburrido, y tienen razón —rio levemente —. Es difícil de explicar, pero para mí, es entretenido estar con él, aunque no hable mucho. Me siento cómoda estando a su lado, y creo que las palabras sobran cuando estás con él.
Aiura escuchó todo atentamente, preguntándose que podría haber pasado mientras ella no los veía estar en la Academia.
—Es encantador verlo disfrutar un postre, parece una persona distinta —sonrió, recordando la casi invisible sonrisa que Saiki mostraba cuando comía algo dulce —. Sus broches son lindos, y su cabello también, me recuerda a las fresas, al algodón de azúcar, ¡Y a los arándanos!
—¿Arándanos?
Ese fue un sorbo amargo.
—¡Lo siento! Yo... Por un momento, lo confundí con otra persona —su rostro mostraba un poco de vergüenza, ¿Cómo pudo confundirlos?
—¿Confundiste a Saiki con un chico de cabello azul?
Su rostro se volvió de un leve carmín y sonrió nerviosamente.
—¡Lo siento! Es que, bueno, últimamente, cuando llego a casa, una persona aparece en mi mente —suspiró con resignación —. Creo que me agrada demasiado. Creo... Creo que me gusta.
Aiura entró en pánico al escuchar eso, al ver el rostro de Koemi con una expresión de timidez y sinceridad, sintió un deseo repentino de golpear a Kusuo.
¡Koemi se estaba enamorando de un disfraz, una fachada!
Luego de unos segundos, Koemi reaccionó.
—¡Lo siento! Me distraje de tu pregunta, es solo que, ambos son parecidos y me equivoqué. Saiki también es genial.
Una afirmación que no tranquilizó a Aiura.
—Gracias, lamento haberte molestado —La vidente se alejó.
En parte, Koemi estaba agradecida con ella, esa pregunta pudo desatar sus verdaderos sentimientos. Y en la otra parte, estaba confundida por su pregunta.
Por los pasillos, Saiki daba pasos apresurados hacia el salón de clases, hasta que se cruzó con la persona menos esperada.
—Ah, Saiki —Koemi sonrió, también se dirigía a su salón —. Que suerte, quería preguntarte algo.
Saiki asintió levemente, observando la repentina timidez de la contraria.
—Bueno, quería preguntar ¿Cómo está Harada? ¿Se encuentra bien?
Eso fue suficiente para dejar algo en claro.
—Si, lo está —pensó —. Ha estado ocupado.
—Ya veo —sonrió —. Bien, envía mis saludos a Harada, por favor.
Luego, ella continuo su camino.
Era algo normal ¿No?, preguntar por las personas que te agradan, eso hace la gente común ¿Verdad?
Aún así, era extraño, si preguntaba por él mismo ¿Por qué se sentía tan lejano? Como si hablara de un extraño para él.
Era irritante.
El llegó a su clase después de eso, y entre tantos pensamientos -mayormente culpa de Touma- no se percató de los pensamientos del médium de la clase dos.
Un fantasma se lo dijo todo.
Y cuando el timbre sonó, el médium buscó a la vidente, quienes observaron un panorama ajeno a lo acostumbrado.
Gracias a los fantasmas y a la bola de cristal, pudieron verlo. Saiki volvió a salirse con la suya.
Se enteraron que la chica adicta al café caminaba a casa en compañía de un chico de cabello del color de un patético chicle de arándano.
Lo hizo, ¿Por qué? ¿Por algún tipo de plan? ¿O lo hizo por ella? ¿Porque ella quería verlo?
Mientras ambos pensaban, Toritsuka no pudo evitar reír.
—¿De qué te ríes? ¿Los fantasmas te cuentan chistes?
—No, la mayoría son malos en eso.
Toritsuka se acomodó en una barandilla, ambos estaban en la azotea.
—Sabía que el poderoso psíquico tenía corazón.
Aiura pudo comprender a que se refería, y se preparó para escuchar lo siguiente.
—No tiene escapatoria, Saiki se enamoró.
Mikoto afrontó esas palabras, afrontó la realidad. La persona que podría ser su alma gemela, estaba destinada a estar con alguien más.
Se sentía feliz, pero a la vez, no podía evitar sentir esa pequeña pizca de tristeza en su ser. Pero así era esta vida.
Solo, hubiera deseado que Saiki no se hubiera negado tanto como lo hizo, probablemente eso habría evitado todos los problemas que estaban por venir.
Mientras la luz del sol se iba desvaneciendo, Saiki acompañó a Koemi hasta el camino donde se separaban.
—Me alegró mucho verte —ella sonrió —. Le pregunté a Saiki sobre ti, dijo que has estado ocupado.
—Si, lo he estado.
Ella se acercó unos pasos más a él.
—Espero que, lo que sea que estés haciendo, salga bien.
Él asintió.
Luego de eso, ambos se despidieron. Vale la pena mencionar, que ambos sintieron una repentina y curiosa paz.
Eso hasta que Saiki llegó a casa.
—Bienvenido a casa, Ku -su madre sonrió al ver a su hijo, quién quitaba sus zapatos antes de entrar.
Oh, así está otra vez.
Definitivamente, había notado esa casi imperceptible curva en sus labios, no había duda, había estado con ella.
Saiki camino hasta el refrigerador, en busca de una gelatina de café.
—¿Alguien te acompañó a casa?
Esa pregunta fue repentina, pero sorprendentemente asertiva.
—¿Por qué?
Su madre rio levemente.
—Pues, te veías un poco diferente a otras veces, cada cierto tiempo es así.
Eso si lo tomó por sorpresa.
—Me hace pensar en que alguien te hace estar de buen humor.
Kusuo trató de procesar la información, ¿Qué estaba tratando de decir su madre?
—No sé de qué hablas —Eso fue lo que dijo, pero quizá si lo sabía.
Mientras subía a su habitación, su madre decidió armarse de valor.
—¡Kusuo! —él se detuvo, teniendo un leve escalofrío.
Su madre respiro profundo antes de seguir.
—Sé que crees que nunca vas a enamorarte, o que te gustará alguien, pero, quizá solo tenías que encontrar a la persona indicada.
Las voces dentro de su cabeza era lo único que podía escuchar en ese momento.
¿Ena...?
El escalofrío volvió a él, antes de responder.
—Gracias, pero creo que estás equivocada.
Finalmente, subió a su habitación.
Kurumi esperaba que su hijo pensara un poco en lo que había dicho.
No esperaba que dedicara un par de horas de insomnio pensando en eso.
Parecía algo irreal para él, parecía más un fallo en sus poderes que un enamoramiento.
¿Por eso se sentía extraño algunas veces?
¿No eran los efectos de la cafeína?
¿Era otro tipo de droga que se añadía al café?
Era realmente difícil comunicar todo lo que estaba sintiendo.
Pero si había algo que odiaba. Era el hecho de permitir que sus poderes se hayan descontrolado y que permitieran crear un malentendido.
De pronto, una última duda atacó su mente.
¿Y si lo descubre? ¿Que hará si llega a descubrirlo? ¿Lo odiaría?
Esas fueron sus últimas preguntas antes de obligarse a dormir. Por qué a veces los pensamientos lo agotaban más que sus propios poderes.
__________________________
Lamento la espera, diciembre siempre ha sido ocupado para mí.
El próximo es el 50, que emoción xjkjsj.
Muchas gracias por su paciencia, sus comentarios, sus votos y el tiempo que se toman para leer mi libro ^^
Ojalá les haya gustado, siento que hay varios puntos de vista en este capítulo.
Es todo, nos vemos, cuídense y sonrían 🌷
Ps: Olvidé mencionarlo, pero el cumpleaños de Koemi es el 16 de noviembre, si, sé que es muy tarde JDJJA Pero mejor tarde que nunca.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top