Capítulo 44
Touma aún seguía intrigado por los poderes de Kusuo.
Él siempre tuvo razón, eso lo hacía sentir parcialmente satisfecho. Le hubiese gustado poder decirle a los demás sobre ello.
Daba pasos apresurados por las aceras, con dirección a casa de Kusuo, se le había olvidado avisar su llegada de nuevo. Caminó, hasta que llegó a su destino, y casualmente lo encontró.
Aunque, no esperaba encontrarlo de esa manera, admitió. No, no esperaba ver esa cabellera rosa brillante convertida en una azulada.
Eso era extraño, aún más de lo que ya lo era todo.
Y, si eso era posible, era aún más extraño, porque estaba junto a una chica. Él, frente a ella, mientras parecían conversar.
Parecían, no es como si Kusuo hablara mucho.
Eso le resultó interesante, muy interesante.
Cuando ella se fue, observó atentamente a Saiki, había algo en él que despertó por completo su interés.
Caminó hasta él, Kusuo notó su presencia un par de segundos después.
Él pensó lo peor.
—Si, los vi hablando ¿Acaso es algo malo?
No otra vez.
“¿Qué pasa, Kusuo? ¿Por qué estás tan nervioso? ¿Quién es esa persona? ¿Porque cambias tu apariencia?
Kusuo estaba sorprendido, este chico había sido capaz de descubrir quién era con solo verlo unos minutos, sin importar que su apariencia fuera distinta.
Para Akechi fue algo sencillo, su altura, su expresión, su simple presencia. Por el hecho de poseer poderes, sería lógico deducir que puede cambiar de apariencia, y quien sabe que más, aún no lo descubría.
Los pensamientos de Touma estaban comenzando a agobiar a Kusuo, era exactamente lo que no quería.
Rayos, ¿Por qué no podía terminar con esa farsa de una vez por todas?
Kusuo ignoró su pregunta y caminó hacia la entrada de su casa, Touma lo siguió.
—Saiki, ¿Quién es ella? ¿Por qué cambiaste tu apariencia frente a ella? ¿Sabe que eres un psíquico? ¿Estás tratando de hacer algo imprudente y por eso cambias tu apariencia?
Giró a verlo.
—¿Podrías dejar de hacer tantas preguntas?
—Lo haría si respondieras.
Saiki volvió a ignorarlo.
—Bien, supongo que tendré que averiguarlo por mi mismo —comenzó a caminar en dirección opuesta, visitar a Saiki ya no era su objetivo.
Aunque, alguien detuvo su paso.
—¿Que piensas hacer? —El psíquico estaba frente a él. Oh, ¿Ahora le interesa?
—Lo que no quieres hacer tú, responder mis preguntas —Siguió caminando, poco le importó tener a un psíquico que estaba comenzando a fastidiarse, detrás de él.
☕
Lunes, el día perfecto para responder algunas preguntas.
El timbre de salida sonó y Touma salió con prisa de la Academia. Camino por largos minutos hasta que la encontró. La persona con la que Kusuo había estado el día anterior.
La siguió a ella y a su amiga, quedándose escondido un par de minutos para esperar a que la chica estuviera sola.
Eso no sonó tan sospechoso como creía ¿O si?
Cuando la chica al fin quedo sola, se dispuso a seguirla nuevamente para poder hablarle.
«Espero que no me estés siguiendo también, Saiki».
No digas incoherencias.
Kusuo estaba preocupado, pero no es como si pudiera hacer algo sin ayuda de alguna amenaza específica. Lidiar con Touma era más difícil de lo que parecía.
Rápidamente, Touma aceleró su paso y se acercó a Koemi.
—Hola ¿Puedo acompañarte? También estudió en la Academia PK, así que no sería raro —sonrió.
Eso fue un poco extraño, pensó.
Desde hacía rato que presentía que alguien estaba mirándola, le alegro saber que era uno de sus compañeros y no alguien extraño.
El no parecía ser alguien peligroso, pero si un poco extraño.
—Hola —lo miró un poco confundida —. ¿Estudias en la Academia PK? Que maravilla, dime ¿En que clase estás?
«No parece estar muy sorprendida, creo que notó mi presencia»
—Soy de segundo año, clase tres, ¿Eres amiga de Mera, verdad? ¿Conoces a todos los de la clase tres? ¿A todos los chicos?
Cuántas preguntas.
—Si, soy amiga de Mera —rió —. Conozco a algunas personas de tu clase; Yumehara, Teruhashi, Nendou, Saiki...
—Oh, conoces a Saiki, dime ¿Que opinas de él? ¿Desde cuando se conocen? ¿Su cabello te parece extraño? ¿Hablan mucho?
Demasiadas preguntas.
—Pues creo que es un buen chico, pienso que su cabello es lindo, como algodón de azúcar —sonrió —. Lo conozco desde que llegué a la Academia.
—Oh, ¿También fuiste transferida?
—Si, en primer año estudie en otra Academia.
—Yo también, llegué hace unas semanas, casi no conozco a nadie —ahí cayó en cuenta que no se habían presentado aún —. Que distraído, aún no me presento, soy Touma Akechi.
—Eso explica porque no te había visto antes, soy Hirai Koemi, un placer conocerte.
Ella se veía como el tipo de persona que lo ayudaría a llegar al baño en caso de que se haga en sus pantalones.
—Bien, Hirai, ¿Te gustan los postres?
¿Que trata de hacer?
—Si, en realidad, no conozco a nadie a quien no le gusten los postres.
—¿Te gusta el café?
—Me encanta.
—¿Te gusta la gelatina de café?
Ella giró a verlo.
—Si.
Saiki en serio se estaba fastidiando ¿Que quiere lograr con todas esas preguntas tontas?
—Que bien, dime ¿Te gusta la magia?
Espera.
—¿Por qué tantas preguntas? —rió, era gracioso, pero también un poco raro.
—Curiosidad, me pareció que eras una persona bastante agradable, una persona a la que le interesaría la magia o trucos quizá.
—Pues, si, creo que es fascinante.
Siguió caminando, sentía la mirada de Touma sobre ella, como si estuviera analizandola.
—¿Eres amigo de Saiki, no es así? —rompió el silencio, después de tantas preguntas, ahora le parecía raro que estuviera tan silencioso.
Amigo es una palabra muy fuerte.
—Veo que ya lo dedujiste, si, es amigo mío desde segundo grado, solía pasar tiempo con él, incluso algunas veces me defendió de los bravucones de la clase —Koemi lo miró —. Eran muy tontos, solo pensaban en lastimar sin dialogar, quizá era por falta de atención o algo así, la violencia en los niños puede tener muchas causas ¿Sabes?
—Si, las personas pueden ser bastante crueles.
Incluso los niños.
Eso le hizo recordar a los bravucones de su clase en segundo año. Una vez, estaba dibujando, apenas estaba aprendiendo. Ellos tomaron su cuaderno y comenzaron a burlarse.
También, cuando la maestra pidió que realizarán una figura de algo que les gustara, ella realizó una mariposa con alas de cartón y papel pintadas a mano. Ellos arrancaron sus alas, tuvo que repararlas durante la clase.
¿Por qué hacían eso? Trataba de comprenderlos y aún no podía hacerlo del todo. Pero eso ya no importaba. Había sido hace mucho tiempo. Además, sin ellos, no hubiera podido conocer a Chisato como lo había hecho.
No fueron golpes físicos, y aún así, le habían dolido.
—Pero está bien, de otra forma no hubiera conocido a Saiki, aunque después del accidente, él cambio de escuela y no pude verlo durante mucho tiempo, hasta ahora.
—¿Accidente? ¿A qué te refieres con “accidente”?
¿Que estás haciendo?
—Un accidente, a Saiki no le gusta hablar de eso, creo que sería grosero de mi parte si lo dijera, espero que un día tenga la confianza para decírtelo.
—Claro, entiendo.
El resto del camino fueron algunas preguntas y largos diálogos de parte de Akechi.
Preguntas sobre gustos, que los llevo a hablar sobre música, para luego hablar sobre pasatiempos, y finalmente a hablar sobre insectos.
Fue una conversación larga, pero aún así, amena. Fue interesante conocer a alguien así, nunca había conocido a una persona tan habladora, y que acertara con lo que decía.
—Saiki dijo que eras agradable, tenía razón. Comprendo por qué eres su amiga. Lo cual es extraño, Kusuo no parece que fuera alguien de muchos amigos.
—¿El piensa que soy agradable? —eso la hizo sonreír.
Le pareció curioso que fuese amigo de Kusuo, era una persona que hablara mucho.
Pero le agradaba, había alguien más que también hablaba poco, pero aún así, le agradaba mucho. Además, su cabello azul era lindo, como un arándano.
—Mira eso —Koemi corrió en dirección a un lugar, Akechi la siguió, extrañado.
—¿Que viste? ¿Delincuentes? En ese caso, ¿Por qué corrimos en su dirección? ¿Viste a alguien que conoces? ¿Qué viste?
—No —rió —. Acércate, mira.
El se acercó, hasta poder ver lo que ella señalaba.
Una flor diente de león.
—Que observadora, me sorprende que te hayas percatado de algo así, eso indica que eres alguien que observa constantemente su alrededor. Es una buena habilidad de supervivencia.
—Eh, ¿Gracias? —¿Fue un cumplido? —. Hace rato, preguntaste si me gustaba la magia.
Ella se agachó hasta la flor, e hizo una señal para que Touma también lo hiciera.
—Pues, esto es algo parecido, dicen que si soplas un diente de león y pides un deseo, se hará realidad.
—¿Si sabes que no es real, verdad?
—Akechi, solo inténtalo, nunca sabes si se hará realidad o no.
—Bien, supongo que puedo intentarlo. Después de todo, somos dos, así que si me veo ridículo, entonces los dos nos veremos ridículos.
—Si si, como digas. Anda, sopla.
Fue sorprendente ver a Touma pensar en una sola cosa y desearla. Eso sí fue extraño.
¿Su deseo? “Quiero que él me considere un amigo”.
—¿Lo vez? No fue tan difícil.
—Tienes razón, aunque esos pétalos pudieron meterse en mi nariz, es una suerte que el viento ayudara, de otra forma, mi nariz estaría repleta de esos pequeños y esponjosos pétalos.
Koemi río, había encontrado a alguien muy parlanchín, incluso más que un niño.
Ni lo imaginas.
Akechi observó a Koemi, esa pequeña sonrisa y la dedicación con la que observaba los pétalos flotantes, le hizo comprender algunas cosas.
Oh, así que te gusta esto, ésta paz.
—Ya comprendo por qué le agradas tanto —susurró —. Pareces ser perfecta para él.
—¿Que dijiste?
—Nada, oye, ¿Sabías que los dulces de café son especiales porque combinan lo amargo del café con lo que se supone que es algo dulce? Quién lo diría, algo amargo y dulce combinaron perfectamente. Casi como el efecto de la cafeína con el azúcar. La cafeína disminuye la percepción del sabor dulce, de ahí la necesidad de combinar cosas con cafeína con algo que tenga azúcar.
«Eso fue repentino»
—No lo sabía, es un dato interesante a decir verdad —pensó —. Quizá por eso me gusta el café con chocolate.
—Tal vez. Bien, mi casa está por esa calle, así que este es el adiós. Fue agradable hablar contigo, espero podamos hacerlo de nuevo, y soplar un diente de león, aunque eso signifique que posibles pétalos esponjosos caigan en mi nariz.
—Fue agradable conocerte y hablar contigo, Akechi, quizá nos veamos pronto.
Después de eso, cada uno continuó lo poco que le quedaba de camino a casa. Era increíble la cantidad de palabras que dijeron durante ese corto tiempo, en especial Akechi.
«Tienes amigos muy curiosos, Saiki»
Para Saiki, fue difícil escuchar todo lo que decían y pensaban. No pudo escuchar la mitad de lo que dijeron. Sin embargo, ni había rastro de que Touma dijera algo sobre sus poderes.
En cierta parte, eso lo calmaba, al contrario, lo desespero un poco el no saber de que hablaron. No estaba acostumbrado a no saber lo que pensaban los demás.
Por otro lado, Touma parecía haber hecho un gran descubrimiento.
Pero no se lo diría, no, podía hablar mucho, pero sobre algo así no. Al menos en esta ocasión.
En especial cuando resulta ser muy interesante. Quería que el mismo se diera cuenta.
Aunque tenía muchas dudas.
¿Desde hace cuánto escondes eso, Kusuo?
¿Acaso es demasiado azúcar para ti, que no sabes que hacer, o simplemente no puedes admitirlo?
¿Hasta cuándo vas a decirle la verdad?
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Siento el retrasooooo. Necesitaba un descansito de dos meses AJAJJa, ya perdón.
Bueno, el mes pasado mi familia enfermo mucho (yo incluida), exámenes, tarea final, bla bla bla.
Pero ya está aquí, espero que Akechi fuera lo suficientemente parecido.
Es que el es un detective. Él sabe cosas.
En fin, espero les haya gustado, ojalá pueda actualizar pronto c:
Gracias por leer, cuídense y sonrían 🌆
Pd: ¿Saiki esta ciego o se hace?
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