Capítulo 37

Los miércoles eran extraños. Era el día de la semana en el que todos los estudiantes deseaban que llegue pronto el viernes.

Ese día, cada clase recibió un trabajo. Mientras las demás clases tenían que realizar un trabajo grupal, la clase 3 no estaba totalmente de acuerdo con esa idea.

—¿Por qué Teruhashi tiene que formar grupo con Nendo?

—Tienen que aprender a controlar su envidia, chicos —Nendo tenía una expresión galante.

Hairo trataba de controlar el reciente escándalo que se había formado.

Santo Cielo.

Para la clase 3, era un poco difícil realizar trabajos grupales. Casi siempre terminaba en una pelea.

—¡Vamos, chicos! No podemos tener la misma pelea cada vez que tenemos un trabajo grupal.

—¿Y si dejamos que ella decida?

Al escuchar eso, Teruhashi entró en pánico, ¿Elegir a Saiki para que esté en su grupo levantaría alguna sospecha sobre sus sentimientos?

Esa idea no parecía ser mala, aunque si se realizaba, probablemente causaría un par de acciones de parte del club de fans de Teruhashi; los kokomis.

No me apetece ser secuestrado de nuevo por ellos.

A punto de decidir cómo formar los grupos, la maestra abrió la puerta repentinamente. Los alumnos prestaron atención a sus palabras.

—Luego de ver que tienen algunos problemas para formar los grupos, he decidido realizar un trabajo individual, así evitarán los problemas para elegir integrantes.

Esa idea fue la más pacífica y aceptada por todos.

Aunque los trabajos eran individuales, algunas personas aún se reunirían para realizarlos.

Y ese era el objetivo de Teruhashi.

«¡Voy por ti, Saiki!»

No lo creo.

Buscó por los alrededores, salón de clases, patio, cafetería, ¡Estaba a punto de buscarlo en el baño de chicos!

El lugar que hacía falta, era la biblioteca.

Buscó allí también, pero no lo encontró.

«Empiezo a pensar que hace la tarea en el baño»

Mientras salía de ahí, pudo escuchar que alguien se acercaba.

—Kokomi, ¿Qué haces aquí? —Yumehara la veía, expectante a su respuesta.

—Oh, nada importante, ¿Qué haces tú aquí?

—¡Buscándote! Para que hagamos la tarea juntas —sonrió.

«No pude encontrar a Kaido»

—¿De verdad? Claro, me parece una linda idea.

«Te atraparé la próxima vez, Saiki»

Cuando ambas chicas se fueron, Saiki suspiró de alivio, su invisibilidad lo había salvado.

Extrañamente, la biblioteca estaba casi vacía ese día. Como si el miércoles tuviera el poder de hacer que los estudiantes comiencen a huir de la escuela, haciendo que solo tomen los libros necesarios y se retiren a hacer la tarea a otro lado.

Aunque se librara de Teruhashi, no había podido hacer lo mismo con los demás.

Kuboyasu, Kaido y Nendo; si, harían la tarea juntos.

Aunque ahora, solo pudo librarse unos minutos de ellos, diciendo que se adelantaría a la biblioteca. Planeaba irse antes de que llegaran, pero primero esquivaría a Teruhashi.

Su misión estaba cumplida, era hora de irse.

Caminó un par de pasos, parando bruscamente cuando comenzó a escuchar una voz.

Una voz que ya permanecía grabada en su memoria.

Sin resistirse a su curiosidad, caminó lentamente, sin hacer ruido, hasta el lugar en el que la voz era más fuerte.

Si, era ella.

La observó por unos momentos, permanecía sentada, frente a una mesa con algunos libros abiertos y diferentes lápices y bolígrafos.

¿Por qué no huyes de la escuela también?

Era una de las únicas que permanecía en la biblioteca. Por un momento, envidio toda la tranquilidad que le causaba ver esa escena.

Estaba cantando, no tan alto, pero perfectamente audible desde su distancia.

Poco a poco, comenzó a acercarse más, curioso por oír su voz y no solo sus pensamientos.

Esa debía ser la sensación de las demás personas al escuchar una voz grabada, y desear poder oír lo mismo, pero ésta vez, emitido desde la misma boca de esa persona y no de una máquina.

Siguió acercándose, queriendo escuchar como lo haría alguien sin poderes, estando a tan solo un librero de separación.

Ella de un lado, y él al otro. Tan cerca y tan lejos, como diciembre y enero. Como siempre sería.

Permanecía con su cabeza recostada en el librero, con los ojos cerrados, como si tratara de prestar la máxima atención a su voz, pudiendo olvidar los cientos de pensamientos que escuchaba.

De cierta forma, escucharla cantar así de cerca, lo hacía sentir confortable. Lo distraía de los demás pensamientos.

No supo cuanto tiempo estuvo ahí. Hasta que escuchó otra voz, devolviéndolo a su realidad, en la que puede escuchar a más de cien personas a la vez.

—No te había escuchado cantar antes.

—¡Fujiwara! ¿Cuándo llegaste?

—Hace unos segundos —el chico contempló como el rostro de Koemi comenzaba a sonrojarse.

«Que vergüenza»

—Tienes una hermosa voz —él sonrió.

—Muchas gracias.

—Ojalá hubiera llegado antes, me hubiera escondido tras un librero para escucharte —ambos rieron.

El rostro de Koemi seguía pareciendo una fresa.

—Lamento la tardanza, la reunión tardó más de lo esperado.

—No te preocupes, entiendo —Koemi recogió las cosas, el chico también le ayudó —. Lo importante ahora, es la tarea.

Sonrió con amabilidad, eso estremeció al chico.

Comenzaron a caminar, saliendo de la biblioteca. El psíquico los observó irse.

—¿Por qué no te había escuchado cantar antes?

—Me da vergüenza, además de mi familia, solo una amiga me ha escuchado cantar.

—¿De verdad? —el chico sonrió con emoción —entonces, me alegra ser el segundo amigo que te escucha cantar.

Koemi observó a su amigo, su sonrisa la contagió, y ahora ella también sonreía.

—También me alegra.

Saiki seguía en el mismo sitio, escuchando.

Repentinamente, se dió cuenta de lo lejana que era su relación con Koemi.

Y eso estaba bien, evitaba tener ciertos problemas, y aumentar los que ya tenía.

Pero...

—¡Saiki! —ese gritó lo devolvió a la realidad —¡Perdona la tardanza! El idiota de Nendo nos retraso.

—¿Que dices? ¡El lápiz de mi padre era importante!

—¡Lo tenías en tu bolsillo!

¿Su invisibilidad ya había acabado? ¿Estuvo ahí por más de diez minutos?

—Suficiente, ustedes dos —Kuboyasu miró a Saiki —. Lo lamentamos, espero que no te hayamos retrasado.

Santo Cielo.

Saiki no tuvo más opción que hacer la tarea junto a ellos.

Debió escapar mientras podía.

¿Por qué no lo hizo antes? En vez de perder el tiempo.

La imagen de dos chicos caminando juntos se hizo presente en su mente.

Su estómago dió un vuelco, haciendo que dirigiera su mano a ese lugar.

Aún así comeré una gelatina de café.

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¡Vamos avanzando!

¿Saben? No sé cuántos capítulos tendrá este libro, creo que ya tiene demasiados.

Hablando de libros, ¡ya se publicó el libro de One Shots! (Si, porque empiezo cosas sin terminar las otras antes, perdón)

Si gustan, pueden pasar a echarle un vistazo.

Dinámica: Si pudieran elegir tener sabor, ¿Que elegirían?

Yo elegiría tener sabor a sandía, del que utilizan para los dulces o a chispas de chocolate jkdjsjjs.


En fin, nos vemos pronto.

Gracias por leer, ¡cuídense y sonrían!

Pd: ¡Ya casi voy a comer tamales!

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