₀₅.
─── ❖ ◦ ☁️ ◦ ❖ ───
Después de lo ocurrido en la finca del pilar del amor los días pasaron uno tras otro en un ritmo bastante fluido. Muichirou no detuvo sus sesiones de entrenamiento, si quiera a pesar de que no paso ni una semana de su recuperación. Estaba más que nunca motivado queriendo mejorar y aprovechar el tiempo perdido.
Esta vez podía socializar con los demás con su verdadero ser, su verdadero yo. Sería una experiencia sin duda inmemorable.
No pudo evitar dar un pequeño quejido al sentir el agua fría contra su piel. Su cabello ya no se sentía jabonoso, era todo un alivio. Estaba tan largo que solía tardarse un buen rato en que quedara lo suficientemente limpio.
Apartó algunos mechones que cubrían sus ojos para recogerlo en una cola alta tras escurrirlo.
Ya vestido caminó por los pasillos para dejar a secar las toallas que utilizó.
Fue entonces que una figura salió corriendo a una velocidad bastante rápida, casi inhumana. Sin embargo fue capaz de verlo.
—¿Agatsuma-san? ¿Qué haces aquí? —el rubio de puntas anaranjadas dio un brinco en su sitio mirándolo anonadado y asustado. Quizás por encontrarlo ahí o que recordara su apellido.
—¿E-eh? ¡To-tokito-sama! ¡No es, lo que pasa es que...! —empezó a balbucear oraciones sin conclusión. Los ojos mentas le observaron con detenimiento hasta que decidió pellizcarle la nariz.
—No te entiendo nada, respira un poco antes. —sugirió de manera calmada. Zenitsu asintió frenéticamente.
—Ta-tanjirou peleó con Shinazugawa-sama. —salió de su boca de manera clara. Fue entonces que antes de explicar el contexto de la situación Muichirou abrió los ojos preocupado y corrió hacia la dirección que Zenitsu había aparecido.
Lo primero que se encontró fue con prácticamente una pared destruida con algunos alumnos aspirantes a pilar fisgoneando la zona. Apenas con una mirada seria estos se dieron media vuelta para irse.
Más preocupado que antes, logró escuchar la voz o mejor dicho quejas de alguien conocido. Fue entonces que antes de seguir buscando se detuvo al ver a la persona que se encontraba debajo de la luz del sol.
Nezuko parecía estar molesta por algo. Apenas notó la presencia del pilar de la niebla esta se acercó cambiando por completo su actitud. Sonrió alegremente para acercarse a abrazarlo.
—Así que eras tú, hola. —le saludó acariciando la cabeza de la demonio. —Esto es malo, no creo que vayan a pasar por alto que Tanjirou haya peleado con un pilar.
La castaña levantó las manos para volver a sus quejas. Tokito sonrío.
—Lo siento pero no hay nada que podamos hacer. —suspiró. —¿Estará siendo juzgado ahora, verdad? —Nezuko asintió. —Lo supuse.
Decidieron sentarse a esperar mientras observaban el hermoso paisaje, Nezuko se entretuvo haciendo trenzas en el cabello de Muichirou que aún estaba algo húmedo.
El mentoso se sentía a gusto. A pesar de que ella no pudiera hablar no le molestaba el hecho de tener que relatarle mientras ella escuchaba. Le bastaba que respondiera con simples gestos.
La voz de alguien llamando a la de ojos rosados ocasiono que voltearan a sus espaldas topándose con quien esperaban.
Tanjirou se rascó la nuca con claros nervios mientras dejaba escapar una pequeña risa involuntaria. Tenía pocos raspones y una que otra gasa cubriendo pequeñas heridas.
—To-tokito-san, no pensé verlo aquí. —dijo con clara incomodidad.
—Escuche lo que paso. —aquella respuesta ocasiono que el mayor de los Kamado tragará saliva. Desvió la mirada. —Te conozco y sé que no harías algo así sin una buena razón.
—Es que, yo; estaba a punto de lastimar a Genya y... N-no pude evitar intervenir. —Muichirou suspiró.
—Realmente eres una buena persona. No te importa salir lastimado si ayudas a los demás. —Tanjirou se mantuvo callado.
—No entiendo porque haría eso, son hermanos. —dijo.
—Creo que eso deberías hablarlo directamente con él, aunque supiera algo no es bueno decir nada de las relaciones ajenas. Dejando eso de lado, supongo que ya te dijeron las consecuencias de lo que hiciste.
—Así es. No puedo acercarme a Shinazugawa. —respondió de manera temblorosa mientras Nezuko agarraba su mano haciéndolo sonreír.
—No se puede remediar lo que ya paso. Tendrás que entrenar conmigo a cambio de su lugar. —sonrío.
—¿De-de verdad? —su rostro se iluminó emocionado.
—Sí, pero no tendré piedad. El mayor de los Shinazugawa es muy exigente, mucho más que yo.
—¡Da-daré mi mayor esfuerzo, Tokito-san! ¡Muchas gracias! —hizo una reverencia.
─── ❖ ◦ ☁️ ◦ ❖ ───
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top