—Justo ahora estoy fantaseando con mi almohada de una forma muy poco sana —espeta Jimin, refiriéndose a su situación de insomnio, mientras se estira en su asiento.

—Yo aún tengo una hora más de clase. —responde desconsolado su mejor amigo, revisando algo en su laptop de forma desinteresada, su cabeza apoyada contra el dorso de su mano.

—Aunque ya la estás perdiendo...

—¡En fin! Deberíamos comprar algo e irnos. Es tu turno de pedir. —Casi siempre era el turno de Jimin. A este no parecía molestarle.

—Bien, uhh... —Jimin revisa su bolsillo trasero sin éxito. Había gastado los últimos billetes que había traído en las fotocopias. Los precios dentro de la universidad eran una estafa, si le preguntaban a él. —Tae Tae, ¿podrías pagar lo mío hoy?

—¡Claro! —Taehyung esboza una sonrisa mientras revuelve las cosas dentro de su mochila. Dicha sonrisa se borra de golpe al percatarse de la falta de algo muy importante.

—Ay no, dejé la billetera en la clase.

No habría desayuno ese día.

—Oh no, ¿en qué lugar? No se la habrán robado ya... —el rostro de su amigo se torna más afligido.

—¡No puede ser! En el espacio para el teclado, pero creo que el laboratorio está libre a esta hora.

—Entonces dudo que alguien la haya visto. Vayamos a traerla. Todo debería estar bien, ¿no?

—¡No! ¡Es la clase de Rika Gwok! —Jimin reconoce el apellido de la catedrática. Taehyung no parecía disfrutar del curso de la mujer.

—Pues deberíamos ir justo ahora. No pasará nada, ¡estoy contigo! —exclamó el pelinegro en un intento de consuelo. Toma sus pertenencias rápidamente e incita a su amigo a hacer lo mismo. Tomándolo de la muñeca, los dirige a la puerta con decisión.

¿De repente el mundo se había puesto en pausa?

No, Jimin solo se encontraba atascado entre varios cuerpos ¿Por qué todos eran una cabeza más alta que él? Puede reconocer a Kim Taehyung a su derecha, pero no al resto de individuos que decidieron atravesar la puerta al mismo tiempo que ellos.

Entre empujones, todos logran salir del establecimiento. Jimin es expulsado unos cuantos pasos de distancia. Su mejor amigo lo toma de los hombros para estabilizarlo. Voltea a ver a Taehyung, quien se encuentra observando de forma sorprendida hacia el frente. Jimin hace lo mismo, y su vista agradablemente se topa por segunda vez en el día con la figura de Jungkook, retirándose un poco aturdido junto al resto de sus amigos, quienes ríen despreocupadamente debido al suceso.

—¡Animales! —Grita otra persona detrás suyo, probablemente también partícipe del accidente.

La universidad podía ser un lugar muy extraño.

—... Entonces, ¿vamos por tu billetera?

Taehyung da un par de golpes a la puerta del laboratorio de la facultad de Diseño. Esta es abierta unos segundos más tarde por una mujer de estatura baja y mirada imponente.

—¿Qué necesitan? —enuncia en un tono cortante.

—Ah, disculpe. Yo... Es que olvidé mi billetera. —responde su amigo titubeando, señalando tímidamente hacia el interior de la sala. Jimin lo observa con curiosidad.

—¿Y solo por eso se atreve a interrumpir en mi hora de descanso? ¿Qué haría si justo ahora estuviera dando una clase importante? ¿Entraría a desconcentrar a sus compañeros solo por su irresponsabilidad? No es mi problema que sea un joven tan imprudente.

Poco a poco Taehyung fue encogiéndose sobre sí mismo, aquella menuda mujer consiguiendo su cometido de doblegarlo bajo su mirada afilada. Ninguno de los dos prestaba atención a Jimin, que acumulaba el enojo gradualmente en su interior.

O eso hasta que no toleró un segundo más que tratasen de esa manera a Taehyung, irguiéndose al lado del chico asustadizo mientras preparaba su voz.