┈─ 𝐜𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐧𝐢𝐧𝐞
⊹ ‧₊˚ 𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐍𝐢𝐧𝐞 ⊹ ‧₊˚
𝐭𝐡𝐞 𝐞𝐝𝐠𝐞 𝐨𝐟 𝐭𝐫𝐮𝐬𝐭
El sol comenzaba a ponerse, bañando el gigantesco estadio del Sekai Taikai. El aire parecía más pesado que de costumbre, como si presagiara la intensidad de lo que estaba por suceder. El siguiente desafío sería uno de los más complejos, y las miradas de todos los participantes se mantenían fijas en la plataforma flotante en el aire. Dos equipos de peleadores se enfrentarían en combates simultáneos, pero la regla era simple: si caías de la plataforma, quedabas fuera, pero otro compañero podía subir a tomar tu lugar.
Los competidores sabían que las peleas no pararían, y que si un equipo no actuaba con rapidez, podía encontrarse en desventaja de inmediato. La coordinación entre compañeros era clave, y el trabajo en equipo, más que nunca, definiría al ganador. Los entrenamientos de los dojos se pondrían a prueba en este enfrentamiento aéreo.
Maya y Yoon se encontraban en su zona, preparándose mentalmente para el reto. Ambos habían sido seleccionados para iniciar, y aunque Maya sentía nervios, su determinación era más fuerte. Por su parte, Yoon, con su actitud calmada, parecía estar analizando cada movimiento, sabiendo que el enfrentamiento podría volverse caótico en cualquier momento.
Sin embargo, el destino parecía tener otros planes. De repente, la pantalla gigante del estadio mostró los nombres de los dojos enfrentados para el primer combate aéreo: Cobra Kai contra Iron Dragons.
La tensión llenó el aire. Maya miró a Yoon, quien asintió, listo para el desafío. Pero un pequeño nudo se formó en el estómago de Maya. Iron Dragons no solo era un dojo fuerte, sino también astuto. Y, dado a los acontecimientos con el capitán del equipo, Maya no sabía cómo sentirse.
La voz del comentarista resonó por todo el lugar, anunciando las reglas y comenzando el conteo. Los luchadores de ambos dojos se prepararon para entrar a la plataforma flotante, ubicada a varios metros sobre el suelo, rodeada por una colchonetas para evitar caídas graves, aunque la caída aún significaba quedar fuera de la pelea.
Zara, Axel, Yoon y Maya fueron los primeros en subir. Los ojos de Maya se fijaron en Axel, quien parecía más tranquilo de lo habitual. Había algo en su expresión que no pudo identificar, pero no era el momento para distraerse. La batalla estaba por comenzar, y no pensaba perder.
La plataforma comenzó a moverse, y las peleas iniciaron con la misma rapidez con la que se habían anticipado. Zara y Maya fueron las primeras en enfrentarse. Desde el inicio, Maya sintió el peso de la habilidad de Zara, quien era feroz y precisa en cada movimiento. La chica de Iron Dragons avanzó, lanzando rápidos ataques con su agilidad, cada golpe estaba pensado para desgastar a su oponente.
Maya logró esquivar varios de esos ataques, pero sus reflejos ya comenzaban a ceder. Zara no solo era rápida, sino también extremadamente hábil para leer el cuerpo de su rival y predecir sus movimientos. Cada intento de Maya por contraatacar era neutralizado con facilidad, y la presión sobre ella aumentaba.
De repente, un golpe certero de Zara la envió hacia el borde de la plataforma. La sensación de peligro la recorrió, y Maya tuvo que dar un salto hacia atrás para evitar caer. Pero Zara, con su astucia, la siguió de inmediato, utilizando una patada giratoria que la empujó aún más cerca del borde.
Fue entonces cuando en un descuido de la pelea del otro lado de la plataforma, Yoon perdió el equilibrio por un bloqueo de Axel y cayó de la plataforma, llevándose consigo una expresión de frustración. Ahora, Maya se encontraba sola contra dos.
En ese momento, Axel, dudó. Su mirada se cruzó con la de Maya, y por un momento, parecía que el tiempo se detenía. Maya le lanzó una mirada llena de determinación, pero también de confusión. ¿Qué haría Axel?
Zara, viendo la vacilación de Axel, no perdió tiempo. -¡Axel, sujétala!- gritó, mientras se preparaba para atacar. Axel, después de un breve momento de duda, finalmente corrió hacia Maya, quien lo miró con una mezcla de sorpresa y desesperación.
Antes de que Maya pudiera reaccionar, Axel la sujetó, con firmeza, intentando evitar que cayera. La sensación de su contacto la dejó desorientada por un segundo, pero no fue suficiente para hacerla bajar la guardia. Fue entonces cuando Zara, aprovechando la distracción, se lanzó con una patada directa a la cara de Maya, derribándola de la plataforma.
Con una caída abrupta y dolorosa, Maya quedó fuera de la pelea. Aunque no estaba completamente derrotada, la sensación de perder frente a Iron Dragons fue abrumadora. Mientras se levantaba del suelo, vio cómo Axel y Zara continuaban la batalla con otros integrantes de Cobra Kai.
Pero Cobra Kai, en ese instante, ya estaba en desventaja.
El combate continuó con una intensidad feroz mientras los demás miembros de Cobra Kai subían a la plataforma, listos para enfrentarse a Iron Dragons. Tory saltó con una mirada decidida, enfrentándose directamente a Zara con una ráfaga de ataques agresivos, buscando aprovechar cualquier punto débil en su defensa.
Mientras tanto, Kwon se lanzó contra Axel, usando su fuerza bruta para tratar de empujarlo al borde. Los gritos de los espectadores llenaban el estadio mientras los dos dojos chocaban en un enfrentamiento brutal.
Tory logró esquivar una patada giratoria de Zara y contraatacó con un codazo directo al abdomen, haciéndola retroceder unos pasos. Kwon, por su parte, utilizó su resistencia para aguantar los ataques de Axel, respondiendo con golpes contundentes que hicieron tambalear al peleador de Iron Dragons. Pero Zara y Axel no eran fáciles de derribar.
Con una coordinación impecable, Zara engañó a Tory con un amague antes de barrerle las piernas, enviándola al suelo de la plataforma. Kwon intentó reaccionar, pero Axel aprovechó la distracción para atraparlo en un agarre y, con un giro repentino, lo lanzó fuera de la plataforma con una maniobra inesperada.
Uno a uno, los peleadores de Cobra Kai fueron cayendo, hasta que el último luchador fue derribado con un ataque combinado de Zara y Axel. Con el dojo de Cobra Kai completamente eliminado, la victoria fue para Iron Dragons, quienes se mantenían en la plataforma, imbatibles, mientras los gritos del público resonaban en el aire.
-¡Cobra Kai ha sido derrotado!- anunció el locutor, mientras la multitud rugía de emoción.
Axel se quedó inmóvil, mirando a Maya quién lo veía desde abajo. El sentimiento de culpa lo invadió, como si todo lo que había hecho hubiera sido un error. Pero no había tiempo para dudas. Zara celebraba la victoria mientras Axel intentaba calmar la tormenta en su mente.
Una vez que los miembros de Cobra Kai descendieron de la plataforma, los rostros del Sensei Kreese y la Sensei Kim reflejaban una mezcla de furia y decepción. Kreese fue el primero en hablar, con la voz cargada de desprecio.
-¡Patético! ¡Nos humillaron completamente! ¿Así es como representan a Cobra Kai? ¡Con derrotas y debilidad!-
Su mirada gélida recorrió a cada uno de los peleadores, pero se detuvo un poco más en Maya, como si esperara algo más de ella.
Kim, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, se acercó y añadió con un tono aún más cortante: -Iron Dragons nos hizo ver como amateurs. Y la razón es simple: todos ustedes se distrajeron, bajaron la guardia y fallaron en adaptarse.-
Luego, Kreese exhaló con frustración y, sin darles tiempo para responder, ordenó con un tono tajante: -Vayan a los vestuarios y prepárense. Aún tienen una oportunidad de pasar, y más les vale no desperdiciarla.-
Sin dudar, los alumnos se dieron la vuelta, pero cuando Maya intentó seguirlos, Kim la sujetó del brazo, deteniéndola.
-Tú no. Necesitamos hablar.-
Maya se tensó, mirándola con cautela. Kim la estudió por un momento antes de inclinarse ligeramente hacia ella y susurrar con un tono calculador:
-Has estado distraída. Lo vi en la plataforma, en la forma en que peleaste. Y sé por qué.-
Maya frunció el ceño, pero Kim no le dio oportunidad de hablar.
-Es por él, ¿verdad? El capitán. La forma en que se miran... es obvio.-
Maya sintió que el estómago se le encogía, pero no dijo nada. Kim dejó escapar una pequeña sonrisa, casi burlona.
-Si piensas que esto es algo más para él, te equivocas. Ese chico nunca cambiará su dojo por una chica. Él es leal a Iron Dragons, a su sensei. Y lo que sea que te haya hecho creer... solo lo está usando a su favor.-
Su tono era frío, como si ya supiera el desenlace.
Maya sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No quería creerlo... pero las dudas comenzaron a instalarse en su mente.
¿Había sido todo una distracción? ¿El beso, la cercanía, la forma en que la había mirado?
Por primera vez desde que Axel apareció en su vida, Maya sintió que ya no estaba segura de nada.
Kim dejó que sus palabras calaran hondo antes de dar un paso atrás, cruzándose de brazos con una expresión satisfecha al ver la confusión en el rostro de Maya.
-Ve a los vestuarios,- ordenó con su tono cortante. -Prepárate para la siguiente pelea. Y más te vale que tu cabeza esté en el combate... no en él.-
Maya apretó los puños, su mente hecha un caos. No respondió, simplemente asintió de manera rígida antes de girarse y caminar hacia los vestuarios.
Cada paso se sentía más pesado que el anterior. Las palabras de Kim resonaban en su cabeza como un eco imposible de ignorar.
-Axel nunca cambiará su dojo por una chica.-
-Solo te está utilizando.-
Maya cerró los ojos por un instante, intentando ahogar la duda que se filtraba en su pecho como veneno. No quería creerlo... pero entonces recordó la forma en que Axel había dudado en la plataforma.
La forma en que, al final, la había sujetado sin resistencia cuando Zara se lo indicó.
Y lo peor de todo... la forma en que la había mirado justo antes de caer.
Con una mezcla de rabia y confusión, empujó la puerta del vestuario con más fuerza de la necesaria y entró.
El rostro de Axel apareció en la puerta del vestuario, pero cuando vio la mirada fría de Maya, se detuvo. No sabía qué decir. Estaba confundido, nervioso. Maya no parecía la misma. La agresividad de su mirada lo sorprendió. ¿Acaso pensaba que lo había hecho a propósito?
-Maya...- comenzó, pero ella levantó la mano para callarlo.
-¿Por qué lo hiciste, Axel?- preguntó con voz quebrada. -¿El beso, los momentos cercanos... todo eso fue solo para distraerme, verdad?-
Axel la miró, tratando de encontrar las palabras correctas. Sabía que la situación no se veía bien, pero lo que sentía por Maya era real. No era solo una jugada, no había ninguna estrategia detrás de su comportamiento. Pero al ver la expresión de Maya, se dio cuenta de que necesitaba explicarlo mejor.
-No, Maya. No fue una jugada... nunca lo fue-, dijo finalmente. -No era mi intención que te sintieras utilizada. Lo que pasó... lo que pasó entre nosotros fue real. Fue porque yo... sentí algo real por ti.-
Maya lo miró, pero sus ojos seguían llenos de confusión. Ella no sabía si podía creerlo. El dolor de la derrota aún la invadía, pero no era solo eso. Era el hecho de que Axel la había tocado, la había besado, pero ahora sentía que no podía confiar en nada de eso. ¿Acaso todo había sido un juego? ¿Todo lo que había sucedido era solo parte de una táctica para ganar?
-Necesito tiempo, Axel-, respondió finalmente, su voz suave pero firme. -No sé qué pensar de todo esto. No puedo confiar en lo que ocurrió tan rápido. Todo lo que quiero ahora es descansar y pensar.-
Axel asintió lentamente, sabiendo que tenía que darle el espacio que necesitaba. -Está bien. No quiero presionarte-, dijo. -Tómate el tiempo que necesites. Yo estaré aquí, sin importar lo que decidas.-
El resto del equipo de Cobra Kai se preparaba para la próxima ronda, pero para Maya, esa batalla no había terminado. No solo era cuestión de vencer a otros dojos, sino de enfrentar sus propios sentimientos. La lucha emocional dentro de ella era tan intensa como cualquier combate físico. Mientras tanto, Axel, aunque pensaba en ella, sabía que no podía apresurar las cosas. Si realmente quería que Maya confiara en él, tendría que esperar pacientemente.
Finalmente, Cobra Kai volvió a la acción, enfrentándose al siguiente equipo. La batalla fue dura, pero esta vez, con el enfoque renovado y la confianza restablecida, Cobra Kai logró la victoria. Se aseguraron un lugar en la semifinal, pero el precio fue alto.
Maya, mientras celebraba, no podía dejar de pensar en Axel. ¿Era todo una mentira, o realmente podía confiar en él?
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