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Cap 4/
8 de Marzo
[ Aiden ]
Caminar por los pasillos del instituto Tipiskaw con Jake y Ellie a mi lado siempre era un espectáculo. No solo porque éramos un trío bastante peculiar (una combinación de sarcasmo, energía caótica y la perpetua capacidad para meterse en situaciones incómodas), sino porque, de alguna manera, mis dos mejores amigos lograban convertir cualquier tema en un debate acalorado.
-"Te lo estoy diciendo, Jake, si los alienígenas gatunos invadieran Canadá, usarían su ternura como arma psicológica. Serían imparables." -Ellie agitó las manos mientras hablaba, como si estuviera defendiendo su vida en un juicio.
Jake se rió, obviamente disfrutando el momento.
-"No lo creo. Canadá tiene a Justin Trudeau. Los extraterrestres felinos no tendrían oportunidad contra alguien que puede literalmente encantar a cualquiera con una sonrisa."
Yo caminaba un poco detrás de ellos, tratando de no reírme en voz alta mientras los escuchaba. Ellie alzó una ceja, dispuesta a contraatacar.
-"¿Justin Trudeau? Jake, no estamos en 2015. Además, los gatitos podrían hipnotizarlo con su mirada. Canadá caería en cuestión de horas."
Jake se detuvo un momento, girándose hacia ella con una expresión de incredulidad.
-"¿Hipnotizarlo? ¿Qué es esto, un episodio de una caricatura de los noventa? Tienes que ser más realista, Ellie."
-"¿Más realista? Tú eres el que está poniendo a un político como la única esperanza de la humanidad. ¡Esto es alienígenas con cara de gato, Jake!"
No pude evitar sonreír mientras los veía debatir como si el destino del mundo dependiera de ello. Esa era la magia de mis amigos: podían transformar cualquier cosa en una batalla épica y hacer que el resto del mundo desapareciera por un momento.
-"Ellie tiene razón." - dije al final, sintiendo la necesidad de intervenir -"Pero no porque los gatos hipnoticen a Trudeau, sino porque nadie podría resistirse a acariciarlos. Seríamos conquistados por puro consentimiento."
Jake se giro hacia mí, su mirada igual de sorprendida y horrorizada.
-"Traidor..." - murmuró Jake, mientras Ellie soltaba una risa sarcástica.
Seguimos caminando, pero entonces Ellie revisó su reloj → ese reloj digital negro que todos querían tener y que solo ella podía lucir con tanta indiferencia para parecer aún más interesante.
-"Me tengo que ir." - dijo, como si acabara de recordar algo importante -"Clase de deporte. Deséenme suerte para no morir de aburrimiento o que cancelen las clases por bromas estúpidas hacia el entrenador."
Jake y yo asentimos.
-"Si no vuelves, prométenos que lucharás desde el más allá contra los alienígenas gatunos." - dijo Jake, con tono solemne.
Ellie le dio una mirada de pura exasperación antes de girar sobre sus talones y desaparecer entre la multitud del pasillo.
Con su partida, Jake y yo nos dirigimos a la salida. Habíamos planeado comprar algo decente para el almuerzo, porque la comida del instituto era más un castigo que una opción.
-"¿Qué quieres?" -preguntó Jake mientras atravesábamos la calle hacia el restaurante chino.
-"Lo de siempre. Y creo que Ellie también." - respondí, metiendo las manos en mis bolsillos.
El restaurante estaba abarrotado, como siempre, con estudiantes de Tipiskaw y del instituto Stawaki mezclándose en un frágil equilibrio que amenazaba con romperse en cualquier momento. Jake pidió nuestra comida mientras yo esperaba cerca de la entrada, escaneando la multitud.
Justo cuando empezaba a relajarme, Jake se inclinó hacia mí y susurró:
-"Voy a recoger la comida. No te muevas."
-"¿Qué? No me dejes aquí solo." - le susurré de vuelta, sintiendo una punzada de pánico.
-"Es solo retirar la comida, Aiden. Aguántate. Prometo no demorarme."
Y antes de que pudiera protestar más, ya se había ido. Me quedé ahí, intentando no llamar la atención mientras las voces y risas del restaurante parecían amplificarse a mi alrededor.
Me quedé junto a la caja, tratando de no mirar demasiado a mi alrededor. El bullicio del restaurante me parecía más fuerte de lo normal, como si cada voz estuviera amplificada solo para incomodarme. Jake estaba en la fila, hablando con el cajero, y yo intentaba distraerme mirando el menú, aunque ya sabía exactamente qué habíamos pedido.
De repente, escuché la puerta del restaurante abrirse y un grupo de chicas entró riendo y hablando en voz alta. Mi corazón se detuvo por un segundo cuando las reconocí. Eran del instituto Stawaki, pero eso no era lo que me puso nervioso. Eran un grupo del que solía ser parte. Antes.
Cerré los ojos por un momento, esperando que no me notaran. No tenía ganas de lidiar con esto.
-"¡Aylen!"
La voz resonó en mis oídos como un mal recuerdo, y sentí un escalofrío recorrerme. Levanté la vista, y ahí estaba ella, con su sonrisa deslumbrante y su tono lleno de falsa sorpresa.
-"Ay no..." -suspiré en voz baja, apretando los puños dentro de mis bolsillos del pantalón del instituto Tipiskaw.
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Ese grupo de siete chicas, para ser exactos, era una sombra que siempre parecía seguirme, incluso después de tantos años. Habían sido mis compañeras en la primaria de Stawaki, antes de que me transfirieran al instituto Tipiskaw cuando tenía nueve años. En ese entonces, apenas comenzaba a descubrir quién era, pero incluso entonces, ellas ya se habían asegurado de convertir mi vida en un caos.
Ellas eran las "Mean Girls" de Stawaki, siempre perfectas, siempre populares, siempre listas para hacerte sentir menos. No sé por qué pensé que alguna vez podría encajar con ellas. Yo era el más reservado del grupo, el que hacía los trabajos en equipo mientras ellas reían, el que terminaba siendo la carnada o el escudo humano en sus juegos crueles.
Por culpa de esos "juegos", terminé metiéndome en muchos problemas. Fueron tantas veces que casi fui expulsado que perdí la cuenta. Mis inseguridades comenzaron a brotar rápido, como malas hierbas. Todo llegó a un punto crítico cuando llegó una chica nueva a la clase, una rubia que parecía sacada de una película, sorprendentemente hermosa para tener solo diez años.
De repente, todo giraba alrededor de ella. Me reemplazaron. Dejaron de hablarme, de incluirme en sus bromas (que en realidad nunca disfruté), y me ignoraban como si no existiera. Pensé que las cosas no podían ponerse peor, pero estaba equivocado.
Cuando salí del clóset a los diez años, no tenía idea de lo que estaba haciendo. Fue algo pequeño, algo que sentí que tenía que decir, aunque aún estaba aprendiendo lo que significaba ser yo. Ya conocía a Ellie y Jake, aunque apenas habíamos intercambiado números. Decidí decirlo primero en el grupo de chicas, porque, ingenuamente, pensé que eran mis amigas.
Fue un desastre. La mayoría de ellas reaccionaron mal, con risitas ahogadas y comentarios sarcásticos. Algunas se limitaron a mirarme como si fuera una especie de espectáculo. La única que no abrió la boca fue la chica nueva, la misma rubia que había tomado mi lugar. Se quedó en silencio, observándome con una expresión indescifrable, como si estuviera analizando cada palabra que decía. Nunca hablé con ella después de eso, pero la juzgué igual que al resto, en silencio.
Cuando me transfirieron a Tipiskaw, fue como un reinicio. Ahí conocí mejor a Ellie y Jake. Ellie era la verbal, la que te defendía con palabras afiladas como cuchillas. Jake, en cambio, era más de acciones. Más de una vez los vi complementarse como si fueran un dúo imbatible. También empecé a llevarme con James, aunque eso fue antes de que se convirtiera en uno de los populares. Y, claro, estaban Tess, Lake, y Rosa María, que se convirtieron en parte de mi pequeño círculo.
Pero ellas, las chicas de Stawaki, no desaparecieron por completo. Cuando me cruzaba con ellas, siempre encontraban alguna forma de recordarme quién había sido, llamándome Aylen a propósito.
Una vez, cuando tenía trece o catorce años, me topé con ellas mientras estaba con Ellie y Jake. Fue la primera vez que mi nuevo grupo vio a mi antiguo grupo en acción. Ellas comenzaron a molestarme, como siempre, riéndose de mí y usando mi nombre muerto como si fuera una broma privada.
Ellie, por supuesto, no tardó en saltar a mi defensa, soltando una ráfaga de palabras que las dejó en silencio, al menos por un momento. Pero Jake fue más lejos. Sin decir una palabra, sacó unos petardos que había llevado a escondidas y los lanzó en su dirección. El estallido de los pedos chinos y el grito de las chicas fue tan caótico que no pude evitar reírme mientras Jake me sostenía de la muñeca y corríamos los tres a la salida antes que nos betaran de por vida.
(Spoiler: Si les prohibieron la entrada para siempre)
Desde entonces, cada vez que veía a esas chicas, recordaba esa escena. Y aunque todavía me hacían sentir incómodo, saber que tenía a Ellie y Jake de mi lado lo hacía más llevadero.
Pero ahora...
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[ Omnisciente ]
Las chicas comenzaron a acercarse, y antes de que Aiden pudiera siquiera reaccionar, una de ellas habló con una voz cantarina que le provocó un escalofrío.
-"¡Aylen! Cuánto tiempo sin verte. ¿Cómo has estado?" -dijo la primera, con una sonrisa que parecía demasiado dulce para ser sincera.
Aiden suspiró internamente. Era el mismo tono de siempre, como si nada hubiera pasado, como si todavía fueran amigos.
-"Te ves tan diferente, aunque no pierdes ese toque especial" -añadió otra, evaluándolo de pies a cabeza con una mirada que pretendía ser amable, pero que solo lograba incomodarlo más.
-"Siempre tan reservada, ¿no? Me recuerda a cuando estábamos juntas" -dijo otra, recalcando deliberadamente el pronombre, con una ligera sonrisa que no pudo ocultar del todo.
Aiden apretó los labios, conteniendo la rabia. Sabía que responder solo les daría más munición.
-"¿Sigues en Tipiskaw? No puedo imaginar cómo es ese lugar. Debes extrañar Stawaki, ¿verdad?" -continuó otra, inclinándose ligeramente hacia él como si realmente le interesara la respuesta.
Las risitas apenas disimuladas comenzaron a surgir entre ellas, formando un coro que resonaba como uñas en un pizarrón en la cabeza de Aiden.
No sabía si debía quedarse quieto o simplemente dar media vuelta y salir corriendo.
Una de las chicas, visiblemente cansada de hacer fila, se giró hacia la que estaba más callada del grupo, una joven rubia con porte elegante que permanecía de pie en silencio.
-"¿Por qué no pides tú, Ana? Estamos cansadas de esperar."
La mencionada alzó una ceja, como si la orden la divirtiera más que incomodara, y con un movimiento despreocupado asintió. Las demás chicas se apartaron para que pudiera pasar al frente. La chica avanzó tranquilamente, esperando a que el grupo se alejara lo suficiente para finalmente hacer su pedido.
Cuando terminó, en lugar de irse con ellas, se dio la vuelta y se dirigió directamente a Aiden, quien había permanecido inmóvil, intentando pasar desapercibido.
-"Hola, Aiden" -saludó, con una sonrisa amigable que descolocó por completo a Aiden.
Él se giró lentamente hacia ella, sorprendido. Contestó apenas en un susurro.
-"¿Hola?"
-"Un gusto, de nuevo. Soy Anastasia. Tú debes ser Aiden, ¿no? Suelo olvidar nombres con frecuencia, sobre todo cuando se trata de ellas" -añadió con un tono ligero, aunque sus ojos brillaban con algo que parecía una mezcla de compasión y humor.
Aiden asintió, aún algo tímido.
-"Sí... soy Aiden."
-"Lo imaginé. He escuchado un par de cosas de ti. Cosas buenas, claro."
El comentario lo desconcertó un poco, pero decidió ignorar la incomodidad inicial.
-"Tu acento es... ¿Ruso?"
Anastasia asintió.
-"Sí, soy de San Petersburgo originalmente. Aunque llevo años aquí, el acento parece que nunca se va del todo."
Aiden sonrió con más confianza esta vez.
-"Debe ser increíble Rusia. Siempre me ha parecido un lugar fascinante."
-"Lo es" -admitió Anastasia, y su sonrisa se amplió ligeramente- "Aunque no tanto como parece en las películas."
Aiden no pudo evitar soltar un halago sincero, apenas dándose cuenta de lo que decía.
-"Eres hermosa. ¿Cómo no las tienes a tus pies?"
Anastasia soltó una risa suave, que parecía genuina.
-"Oh, claro que las tengo. Solo las uso porque sé lo fáciles que son de manejar. Su ego las ciega, y eso las hace predecibles."
Aiden arqueó las cejas, fascinado.
-"¿En serio?"
-"En serio. Ni siquiera las considero amigas. La verdad, mi círculo de verdad es bastante... peculiar."
-"¿Círculo?*
Anastasia asintió, y su tono se volvió casi conspirativo.
-"Sí. Mi novia Marissa, por ejemplo, es la líder del equipo de voleibol. Es fuerte, hermosa y..." -se detuvo de pronto, mirando a Aiden, y se corrigió con una sonrisa divertida- "Bueno, es bastante especial."
Aiden la miró incrédulo, interrumpiéndola con una carcajada.
-"¿En serio?"
-"Totalmente. También me junto con la religiosa del salón, que en realidad tiene más secretos de los que aparenta; con un bisexual de closet que todos creen que es mi novio y que, por cierto, está saliendo con uno de los populares; y con la trans del salón, que es probablemente la persona más valiente que conozco."
Aiden parpadeó, asimilando la información.
-"Eso... suena increíble."
Anastasia asintió con una sonrisa tranquila.
-"Lo es. Aunque hay que mantener las apariencias, ya sabes."
Antes de que pudiera decir algo más, Anastasia miró hacia la salida y pareció recordar que tenía que irse.
-"Debería volver con ellas. Fue un placer, Aiden."
Antes de irse, se inclinó ligeramente hacia él, como si compartiera un secreto más.
-"No les hagas caso. Y suerte con lo que sea que estés pasando. Ni idea."
Anastasia se despidió con un leve movimiento de la mano y salió con la misma calma con la que había llegado, dejando a Aiden completamente fascinado.
Aiden seguía mirando hacia la puerta por donde Anastasia había salido, aún procesando lo que acababa de ocurrir, cuando sintió una mano en su hombro. Dio un pequeño salto antes de girarse rápidamente.
-"¡Tranquilo, soy yo!" -dijo Jake, levantando las manos con una sonrisa apaciguadora. Luego, miró hacia el grupo de chicas que ya estaba lejos-. Te vi con ellas... ¿Estás bien?
Aiden soltó un suspiro y asintió lentamente.
-"Sí, mejor de lo que esperaba, de hecho."
Jake lo miró con curiosidad, esperando que continuara, pero Aiden no ofreció más detalles. Finalmente, Jake optó por no presionarlo y cambió el tema.
-"Bueno, me alegra. Pero vámonos ya antes de que se nos haga tarde."
Aiden asintió, aliviado de dejar la conversación atrás, y juntos salieron del restaurante con las bolsas de comida en mano. Durante el camino de regreso al instituto, Jake intentó aligerar el ambiente hablando sobre lo que pedirían en la fiesta de Hunter y sobre si Aiden creía que habría música decente.
Aiden respondió con comentarios breves, pero no podía dejar de pensar en la extraña interacción con Anastasia. No esperaba que alguien del grupo de Stawaki, especialmente alguien con tanto estatus como ella, fuera tan amable y directa.
Cuando llegaron a la entrada del instituto, Jake finalmente notó la expresión pensativa de Aiden.
-"Oye, ¿seguro que estás bien?"
Aiden lo miró y le sonrió ligeramente, tratando de tranquilizarlo.
-"Sí, solo estoy pensando en un par de cosas. No te preocupes."
Jake frunció el ceño, como si no terminara de creérselo, pero decidió no insistir.
-"Está bien... pero si necesitas hablar, ya sabes dónde estoy, ¿no?"
-"Claro que sí, Jake. Gracias."
Ambos se dirigieron hacia sus respectivas clases, y aunque Aiden intentó concentrarse, la conversación con Anastasia seguía rondando en su mente.
...
[ Aiden ]
Y como si las chicas de Stawaki no fueran suficientes...
El día ya había sido un desfile de incomodidades, así que cuando sentí el primer papel impactar contra mi cabeza, un suspiro de resignación salió de mis labios antes de girarme. Era como si el universo se empeñara en hacer de hoy un espectáculo de "fastidia a Aiden".
Y ahí estaban, por supuesto, Yul y Riya.
Riya apenas contenía una risa, mientras Yul, con esa sonrisa que me daba ganas de arrancarme los ojos, lanzaba otro papel hecho bolita con precisión calculada. Rodé los ojos y decidí ignorarlos. Lo último que quería era darles el placer de una reacción.
Cuando finalmente terminó la clase, recogí mis cosas rápidamente y salí antes de que pudieran seguir molestándome. Mi plan era sencillo: llegar a la cafetería, comer algo rápido y desaparecer. Pero mis ilusiones duraron poco.
Apenas había doblado el pasillo cuando sentí un brazo pesado rodear mi cuello.
-"¡Aiden!" -La voz de Yul resonó junto a mi oído como un clavo en un pizarrón- "¿Por qué tan apurado, eh?"
Me revolvió el cabello como si fuera un niño pequeño, y el olor de su perfume caro pero insoportablemente fuerte me revolvió el estómago.
-"Déjame en paz, Yul" -dije, tratando de zafarme, pero su brazo era firme.
Riya apareció frente a mí con su clásica sonrisa de suficiencia, sosteniendo un batido de fresa en las manos. Mi estómago se hundió al instante.
-"¿Sabes qué le falta a tu uniforme, Ay? Digo, Aiden. Lo lamento." -Su tono burlón y el énfasis en mi nombre femenino me provocaron un nudo en el pecho. Aunque el tono y su rostro cuando lo menciono, pareció ir enserio junto a su disculpa.
Ella levantó el batido lentamente, como si estuviera decidiendo el mejor ángulo para arruinarme el día por completo.
Y luego, como salido de una película de rescate, James apareció.
-"¡Oops!" - dijo, chocando "accidentalmente" contra Yul, que soltó un gruñido de sorpresa justo cuando el batido se derramaba sobre su camisa perfectamente planchada.
-"¡¿Qué demonios, James?!" -exclamó Yul, alejándose de mí y tratando de limpiar el desastre en su uniforme.
James simplemente se encogió de hombros con una sonrisa inocente.
-"Perdón, estaba distraído. Aunque, considerando lo que planeabas hacer, creo que te lo merecías."
Riya intentó intervenir después de reírse. Pero Yul, furioso, dio un paso al frente.
-"¿Qué pasa contigo, eh? ¿Ahora estás defendiendo a tu novio o qué?"
James lo miró directamente a los ojos, sin rastro de duda o vergüenza.
-"¿Y qué si es mi novio? Este..." -Hizo una pausa dramática, señalándome con un movimiento de cabeza- "Enano."
Mis ojos se abrieron como platos, y mi corazón dio un salto extraño en mi pecho. ¿Qué acababa de pasar?
La tensión en el aire era tan densa que apenas podía respirar. Mi cerebro procesaba a mil por hora lo que acababa de pasar, pero mi cuerpo estaba completamente congelado. ¿Qué había dicho James? ¿"Mi novio"?
Yul frunció el ceño, todavía con las manos cubiertas de batido, pero parecía más confundido que otra cosa.
-"¿Qué rayos te pasa, James?" -gruñó, retrocediendo un paso- "¿Desde cuándo te importa este Marimacho?"
-"¿Desde cuándo?" -James lo interrumpió, cruzando los brazos y alzando una ceja- "¿Tú desde cuándo te importa a ti lo que hago? Además, si tienes un problema conmigo, dilo, Yul. Pero déjalo fuera de esto."
Por un segundo, Yul pareció querer decir algo más, pero luego miró alrededor y se dio cuenta de que había atraído una pequeña audiencia. Los pasillos no estaban vacíos, y varios estudiantes miraban la escena con atención. No parecía dispuesto a arriesgarse a quedar mal, así que bufó y se giró hacia Riya.
-"Vámonos de aquí. Esto no vale la pena."
Riya vaciló, lanzándome una última mirada despectiva antes de seguir a Yul, dejando atrás el desastre en el suelo.
El alivio que sentí fue casi inmediato, pero antes de que pudiera darme cuenta, James me miró. Su expresión no era la de alguien que acaba de ganar una batalla, sino más bien la de alguien que no sabía exactamente por qué la había peleado.
-"¿Estás bien?" -preguntó, con un tono más suave.
-"Eh... sí" -murmuré, todavía procesando lo que acababa de pasar- "Gracias por eso."
Él se encogió de hombros, como si no hubiera sido gran cosa, aunque lo había sido. Para mí, lo había sido.
-"No tienes que agradecerme. A esos dos idiotas hay que pararlos antes de que se crean los dueños del lugar."
Mi mente seguía atascada en lo que había dicho antes. Mi novio. La frase seguía resonando en mi cabeza, y sentí que el calor subía a mis mejillas.
-"Lo de... lo de antes..." -dije finalmente, bajando la voz.
James alzó una ceja, como si estuviera esperando que continuara.
-"¿Fue una broma o...?"
Él sonrió, una de esas sonrisas relajadas que parecía demasiado natural para alguien como él.
-"¿Qué crees tú?"
Y antes de que pudiera responder, me dio una palmadita en el hombro y comenzó a caminar hacia la cafetería, como si nada hubiera pasado. Me quedé allí, mirándolo alejarse mientras intentaba procesar si debía sentirme confundido, agradecido o, de alguna manera extraña, halagado.
Después del pequeño espectáculo con James en los pasillos, me encontré en el almuerzo junto a Jake, intentando no pensar demasiado en lo que había pasado. Sin embargo, con Jake, es imposible no hablar de todo, y para cuando terminamos de comer, ya le había contado cada detalle de lo ocurrido.
-"¿Y tú qué crees que quiso decir con eso de "¿Qué crees tú?"?" -pregunté, mientras envolvía mi jugo vacío en una servilleta.
-"Obviamente que te está tirando onda" -respondió Jake, como si fuera el asunto más claro del mundo- "James siempre se ha creído el héroe de los oprimidos."
-"No exageres" -respondí, rodando los ojos, aunque no pude evitar sonreír.
Jake se limitó a darme una mirada que decía claramente: Te lo dije. No había nada que yo pudiera esconderle a él o a Ellie; era como si compartiéramos una sola neurona y, entre los tres, intentáramos usarla lo mejor posible (sin mucho éxito, claro).
Mientras salíamos de la cafetería, revisamos nuestros mensajes y vimos uno de Ellie que llegó justo a tiempo para explicar su misteriosa ausencia:
"Nos castigaron en deportes. 12 vueltas a la cancha. Estoy viva, creo. Los veo en religión."
Jake y yo nos miramos y nos reímos.
-"Ellie debe estar despotricando contra el profesor de deportes" - dije.
-"O contra el universo en general" -agregó Jake.
El resto del camino lo pasamos charlando de cosas sin importancia, aunque tuve que contarle lo de James de nuevo, con todos los detalles, porque no había suficiente drama en nuestras vidas aparentemente. Jake, como siempre, añadió comentarios sarcásticos, cuestionando por qué no había aprovechado la oportunidad para sacarle más información a James.
-"Porque estaba en shock, Jake. Es un poco difícil ser ingenioso cuando alguien prácticamente te salva la vida."
Para cuando llegamos al pasillo, Ellie estaba allí, en plena conversación con Alec sobre las cartas. Fue inevitable que Jake y yo nos acercáramos para escuchar, aunque, honestamente, yo estaba más enfocado en no reírme. Ellie, como siempre, mantenía ese tono sarcástico pero serio que solo ella podía manejar. Después de todo, entre los tres (porque Jake se había ido corriendo a su clase), ella era la que sabía cómo llevar la conversación sin parecer demasiado interesada... o al menos eso creía.
-"Entonces, ¿qué pasó con las cartas?" -pregunté casualmente, después de que Alec se fue.
Ellie me lanzó una mirada, pero no pudo evitar sonreír.
-"Nada que no les pueda contar más tarde. Ahora, ¿qué fue lo que pasó con James?" -preguntó, cruzándose de brazos y enfocándose en mí.
Así que, por tercera vez en el día, volví a narrar mi pequeña epopeya. Ellie me miro como si acabara de descubrir el mayor chisme del año.
-"Te dije que le gustabas." -dijo Ellie, dándome un pequeño empujón en el hombro.
-"Ustedes están sacando conclusiones demasiado rápido."
No respondio, pero su sonrisa lo decía todo.
Finalmente, llegamos a la clase de religión. El salón estaba lleno, como siempre, y para mi mala suerte, no había forma de sentarme con Ellie. En su lugar, terminé compartiendo mesa con Lake, una de mis compañeras que siempre estaba en su propio mundo, mientras Ellie se sentó junto a Gabby, una fila detrás de mí.
Suspiré mientras sacaba mis cosas, intentando concentrarme en lo que estaba por venir. Con suerte, el resto del día no sería tan caótico como había sido hasta ahora.
La voz de Lake apenas era un susurro, pero suficiente para que mi atención se desviara de mi propio intento de mantener un perfil bajo.
-"¿Eres Aiden, no?" -preguntó, inclinándose un poco hacia mí.
Me tomó un segundo reaccionar.
-"Uh, sí, sí. Tú debes ser Lake."
-"Claro. Oye, si no es mucha molestia... ¿estás bien? Vi lo del pasillo."
Otra persona más, tratando de sacar tema de conversación sobre eso. Perfecto.
-"Claro. James es un idiota. Yul y Riya también. Estoy bien."-respondí, tratando de sonar neutral, aunque el "confundido" era un extra implícito.
Lake me miró con un interés que no esperaba, como si realmente quisiera seguir la conversación.
-"Oh, James. Él no es lo que aparenta."
Levanté una ceja, incrédulo.
-"¿Cómo crees? Yo solía ser su amigo en la primaria, antes de que se le subiera la popularidad a la cabeza."
-"Jamás se olvidó de ti" -contestó con una calma que me desconcertó.
-"Yo sí de él" -respondí sin dudar.
Lake esbozó una sonrisa pequeña y ladeó la cabeza.
-"¿Por qué no hablas con él? Tal vez podrías volverte más cercano."
Reí, más por incredulidad que por gracia.
-"No, para nada. Eso sería un caos. Y, por supuesto, me haría más visible para la gente. Qué miedo, ¿no?"
-"Vamos, que no te dé vergüenza. Él es amigable."
-"Sí, claro" -dije, poniendo los ojos en blanco- "Si me lo encuentro escupiendo un "enano" sobre mí, me arrancaré los oídos."
El sarcasmo se me escapó, aunque parecía que Lake no se lo tomó a mal. En cambio, me lanzó una mirada curiosa, como si supiera algo que yo no. Nunca había tenido una conversación adecuada con ella; siempre mantenía un perfil bajo, algo que me parecía admirable.
Intenté volver mi atención al cuaderno, ignorando cualquier conversación que girara alrededor de James. Pero, porque obviamente mi vida no podía ser menos complicada, abrí el cuaderno en la hoja específica que estaba doblada en la esquina: una obra maestra explícita (o algo así) de Jake y mía. Un dibujo de palitos mostrando una escena romántica entre el profesor Trevor y Dereck, acompañada de mensajes entre Jake, Ellie y yo debatiendo quién sería alfa y omega si esto fuera un Omegaverse.
Perfecto.
-"¿Esos son... Dereck y Trevor?" -preguntó Lake, conteniendo la risa.
Sentí cómo la sangre se me iba al rostro. Cerré el cuaderno de golpe.
-"¡NO! ¡PUAJ! ¡NO! JAJA."
El sonido del cuaderno al cerrarse hizo que algunas cabezas se giraran hacia nosotros.
-"No te preocupes" -dijo Lake, calmada, con una sonrisa casi cómplice- "Hago lo mismo. Pero, a diferencia tuya... soy más cuidadosa y menos explícita en dibujos infantiles."
Lo dijo tan casualmente que no pude evitar soltar una risa nerviosa. Claro, no olvidemos el detalle de que el dibujo era básicamente arte abstracto de palitos con nombres señalados y diálogos escritos con pésima ortografía.
-"Infantiles, ¿eh?" -dije, tratando de defenderme con humor- "Claro, porque tú seguramente haces retratos al óleo en tus ratos libres."
-"Lo suficiente como para que nadie se entere" -respondió, guiñándome un ojo.
Agradecí internamente que Lake no estuviera usando este material para burlarse de mí; parecía genuinamente divertida. Aún así, no pude evitar preguntarme si sabía algo sobre mi vida que yo no.
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H
OLAA. Lamento haberme desaparecido 1 semana completa 💔 tenía mis asuntos. Acá tienen su actualización de 3 capitulos (la última actualización fue el 28 de diciembre del año anterior).
Pregunta:
¿Que les gustaría ver?
¿Les gustaría un capítulo sobre como se conocieron Aiden, Ellie y Jake?
Dato: Aiden es el que tiene más plata ahorrada que sus amigos.
Diseño de Aiden ↓
Si no lo ven por mucho tiempo, no se ve raro 😙.
Mati, fuera.
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