𝟐: 𝐇𝐮𝐚𝐧𝐠 𝐑𝐞𝐧𝐣𝐮𝐧
Jisung había vuelto a su despacho después de otro caso irregular muy molesto.
Se trataba de una chica con cáncer de mama que negaba la existencia de este y se rehusaba a ser tratada en el hospital. Su negacionismo acabó con ella, y lo peor fue cuándo maldijo a Jisung de todas las maneras posibles cuándo vió que había muerto. Tuvo los santos cojones de culparlo a él de todo, y fue tan molesta que Jisung casi usó sus poderes para que su alma entrara a la puerta.
Los mortales son cada vez peores, ugh... Se sentó en su asiento para poder escribir el informe con tranquilidad.
"Chou Tzuyu (22), fallecida por cáncer de mama sin tratamiento médico. Su alma fue llev-" dejó de escribir cuando alguien abrió la puerta con fuerza, causando un fuerte sonido que retumbó por todo el lugar.
Mireuk entró al despacho como si fuera el suyo propio y abrió los brazos mientras caminaba hacia el rubio.
—Jisung~ —canturreó a punto de darle un abrazo, pero el mencionado se levantó del asiento para esquivarlo.
—¿Quién diablos te dió permiso para entrar?
—Oh, vamos, no seas frío conmigo, si somos amigos.
—¡Sungchan!
El pelinegro entró apresuradamente—. Lo siento señor Yeomna, intenté detenerlo pero me engañó con sus sucios trucos.
El rubio frunció el ceño—. Shotaro, sabes que debes avisar con antelación antes de venir.
—Lo siento~, es que me enteré de que llevaste el alma de un perro y me dio curiosidad, hacía tiempo que no te encargabas de un animal.
—Simplemente surgió, murió junto a uno de los sujetos que debía tratar, ya que lo tenía justo ahí no me importó llevarlo.
—¿Entonces ya ablandaste ese frío corazoncito tuyo y empezarás a tratar también con animales?
—No. Sungchan, acompaña al dios Mireuk a la salida —el mencionado se acercó a Shotaro.
—¡No, no, espera, vine por trabajo!
—Pues empieza por ahí, idiota, ¿de qué se trata esta vez?
—Verás... Es un caso complicado —Shotaro hizo aparecer una carpeta y se la entregó a Jisung para que pudiera ver el contenido—. Se trataba de una muerte premonitoria, y varios de tus ayudantes fueron a encargarse, pero el mortal sigue sin morir y se convirtió en un caso irregular.
Jisung abrió la carpeta con molestia—. "Huang Renjun (20), suicidio" —y soltó un exagerado sonido de frustración al leerlo. Los casos de suicidios eran los peores y más molestos porque tenía que interactuar con el sujeto para que tomara la decisión de vivir o morir, lo cuál era un proceso difícil y frustrante que debía hacer rápido para que no se formaran anomalías en el flujo del destino. Después de todo la simple vida o muerte de alguien podría causar un fuerte efecto donde el destino de un gran grupo de mortales podría cambiar drásticamente, de ahí la importancia de finalizar rápidamente los casos irregulares, acaben en muerte o no.
Encima, los sujetos solían contarle toda su vida a Jisung, así como hizo el tal Mark, pero en estos casos era incluso peor, y con ellos no podría explotar como hizo con anterioridad, debía aguantar pacientemente para terminar su trabajo.
—Por tu cara puedo decir que no te agrada para nada —soltó Shotaro algo divertido pues le gustaba molestarle.
Ignorando ese comentario, Jisung alzó la cabeza—. Sungchan, estaré ausente durante un tiempo indefinido, encárgate de todo en mi ausencia.
El nombrado asintió mientras Jisung salía del lugar, empujando a Shotaro para que también se fuera.
—Lárgate y no vuelvas.
—Así da gusto tener amigos, cada vez me siento más bienvenido~ —dicho eso, Shotaro usó sus poderes para desaparecer. Después de todo también tenía su propio trabajo.
Ahora que estaba solo y tranquilo, Jisung volvió a abrir la carpeta para ver a dónde debía ir.
Daegu, sería la primera vez que debe tratar con alguien de allí. Buscando el lado positivo de todo esto pensó que al menos podría ver nuevos sitios. Aunque odiaba el mundo mortal, quería confiar en la probabilidad y pensar que allí abajo había algún lugar dónde él se sienta cómodo.
Lo terminaré rápido, revisaré un poco como es Daegu y haré el informe, se propuso, pero cuál fue su sorpresa cuando llegó y se encontró con mucha gente fotografiando al tal Huang Renjun, quien se veía bastante alegre junto a lo que parecía ser su padre.
Estaba un poco aturdido, ¿Renjun era una celebridad? Volvió a abrir la carpeta para leer un poco más.
"Huang Renjun (20), suicidio. Es el hijo menor de un multimillonario que trabaja para la industria de la moda. Gracias a esto se volvió modelo a tiempo completo".
Jisung se sentía igual de confundido que cuando escuchaba las estupideces de Donghyuck. ¿Por qué alguien que prácticamente tiene la vida resuelta y llena de lujos querría acabar con todo eso? No lo entiende, y tampoco le interesa saberlo mientras ese sujeto decida qué coño hacer con su vida, y su trabajo era estar con él hasta que llegue a una conclusión.
Aprovechó que Renjun había ido al baño para seguirlo. Por suerte solo fue a lavarse la cara, no quería ver nada desagradable.
Cuando Renjun levantó la mirada hacia el espejo, vió a Jisung y dió un brinquito del susto.
—Ni que fuera un monstruo —murmuró Jisung.
Renjun volteó para verle bien—. Tú debes ser otro de los subordinados del dios Yeomna, ¿no? Los 6 anteriores ya me explicaron un poco.
—Oh, me alegra que ya sepas del tema, nos ahorramos mucha charla. Pero más que subordinado, soy el mismo Yeomna.
El castaño hizo una reverencia—. Encantado de conocerle —cuando se volvió a posicionar de nuevo, una gran sonrisa se formó en sus labios.
Jisung frunció el ceño y se sintió incómodo y asqueado por la amabilidad y tranquilidad de Renjun, era un comportamiento inusual al que no estaba acostumbrado. La reacción normal sería asustarse, huir o gritarle, no esto.
—Dime, Renjun, ¿te vas a suicidar sí o no?
—Wow, directo al punto, ¿eh? Sí, me suicidaré.
—Pues mátate de una vez.
—Créeme, lo estoy deseando, pero aún no puedo.
Jisung iba a preguntar por qué, aunque supuso que tal vez era uno de esos casos donde el sujeto se quería suicidar pero se iba arrepintiendo poco a poco. Habían muchos de esos y lo único que hacían era gastar su valioso tiempo cuando al final decidían seguir viviendo. Ah, odio los casos de suicidio, maldijo en su mente.
Alguien abrió la puerta del baño con fuerza. Parece que a esta persona realmente le daba igual si el castaño estaría haciendo sus necesidades o no.
—¡Renjun, te dije que solo 2 minutos en el baño, es un evento importante, joder! —gritaba el hombre con un notorio enfado.
—Voy, padre.
Jisung quedó medio shockeado ante la escena. El tipo ese lucía como alguien normal y cariñoso hacia su hijo ante el público, pero se ve que tiene un temperamento de mierda, y esa era otra de las cosas que odiaba de los mortales. Son unos hipócritas.
Renjun salió del baño y Jisung lo siguió. Ahora mismo estaba como una especie de fantasma, pudiendo traspasar las paredes y flotar alrededor, era más fácil estar así que en físico.
—¿También me vas a seguir a todos lados? —preguntó Renjun en un susurro para que nadie le escuchara. Gracias a los que vinieron antes de Yeomna sabía que sólo él podía verlo.
—Debo seguirte hasta que te mueras.
Renjun iba a responderle pero su padre volteó para jalarle fuerte del cuello.
—Más te vale que te comportes ahí fuera, no olvides sonreír como imbécil y asentir a todo lo que diga —avisó el mayor, cambiando completamente su expresión cuando lo soltó
con fuerza para salir al escenario.
Luego se quejan de que yo soy la mierda sin sentimientos, pensó el rubio.
Renjun se posicionó con algo de dificultad y se limpió un poco el traje para luego colocar bien su corbata.
—¿No te molesta aguantar eso? Me estoy frustrando de solo verlo. Vete y no le hagas caso, es una escoria —soltó Jisung por impulso, aunque más bien era su excesiva sinceridad sin filtro que solía molestar a todos.
Renjun rió—. Lo es, pero no puedo no hacerle caso, es mi padre.
—¿Y?
—Que es mi obligación como hijo el obedecerle.
—No lo es, y menos cuando ya eres mayor de edad.
—Es un tema complicado de explicar.
—Entonces no me interesa saberlo, solo suicidate de una vez y terminas con todo.
—Ya te dije que aún no puedo.
Antes de que el rubio pudiera decir algo más, Renjun salió al escenario fingiendo una gran sonrisa, y Jisung flotó un poco hacia el cielo para vigilar desde la distancia. Entiende que ese era el trabajo de Renjun así que no interrumpirá hasta que termine.
—Señor Zhang, señor Zhang, ¿qué opina de los recientes rumores sobre fraudes y abusos a sus trabajadores?
—Permítanme poner en duda la veracidad de esos rumores, yo siempre fui muy amable con todos mis trabajadores y jamás les haría nada malo, los trato como a mi propio hijo —esto último lo dijo apoyando una de sus manos en el hombro de Huang Renjun. Era la señal para que este asintiera—. Cualquier cosa negativa que se diga sobre las condiciones de trabajo de mi empresa será considerada una difamación, tengo testigos suficientes que pueden contradecir lo que esos trabajadores andan diciendo por Internet. Si la cosa sigue así tendré que tomar medidas legales. ¿Alguna pregunta más?
Todos los periodistas levantaron la mano, y así estuvieron durante horas, tan solo un puñado de mortales intentando hundir a otro con preguntas muy específicas sobre un supuesto abuso de poder.
Jisung estaba a punto de irse y volver más tarde, pero vió que ya muchos estaban recogiendo sus cámaras y micrófonos.
—Antes de terminar déjenme darles la gran noticia de que mi querido Renjun pronto se convertirá en la nueva imagen de Calvin Klein. Será su primer photoshoot con ropa interior, así que estén expectantes.
Acaba con una noticia picante para que no se le de tanta importancia a todo lo anterior. Es bueno, aunque sigue siendo escoria, opinó para sus adentros. A veces le sorprendía la capacidad de manipulación que tenían los mortales.
Mientras todos se preparaban para irse, Renjun subió a una limusina y Jisung se sentó justo enfrente.
—Llévalo a casa y que no salga, esa mujer esta acechando —ordenó el padre al chófer.
El castaño suspiró aliviado una vez el auto empezó a moverse. Ahora que ya no tenía a su padre vigilándolo, se tomó la libertad de aflojar la corbata.
—Oh, disculpa, ¿le importa si me acomodo, señor Yeomna? —preguntó al notar su presencia.
Jisung alzó los hombros—. No me importa nada de tí, solo tu alma, haz lo que quieras.
—Eres muy honesto, me gusta.
El chófer miró con extrañeza a Renjun a través del retrovisor al escucharlo hablar solo. El castaño iba a cerrar la pequeña ventanilla que había entre la zona del conductor y el resto de la limusina, pero Jisung se adelantó.
—Hay algo que me está dando repelús de todo esto —soltó el rubio algo asqueado después de cerrar la ventanilla—. ¿Por qué estás tan tranquilo?
—¿Por qué no debería?
—Que me puedas ver significa que podrías morir pronto, y en casos de suicidio como el tuyo se suelen arrepentir nada más verme.
Renjun sonrió, esta vez se veía real y no como la falsa sonrisa en la conferencia—. Pues yo no me arrepiento, diría que incluso me alegra verte, es la señal de que mi suicidio podría ser realizado con éxito.
El rubio se sentía extremadamente incómodo, nunca había visto a alguien con esa actitud tan positiva hacia la muerte. Lo común era que se pusieran a llorar viendo que sus vidas estaban en juego, dándose cuenta al momento de que realmente no querían morir y luego deciden tomar el valor para solucionar sus propios problemas.
—Si tan seguro estás, mátate de una vez, quiero terminar rápido.
—Aún no, hay algo que quiero hacer antes de morir.
—¿Y se puede saber que diablos es como para que me tengas puto esperando como un idiota? —viendo que estaba alzando la voz, Jisung respiró profundo para calmarse—. ¿Qué es lo que quieres hacer? Así me hago una idea de cuanto tiempo tardarás y podré organizarme —repitió ya más calmado.
—Mmmhh, verás... es un poco vergonzoso.
—Suéltalo, ya de por sí te juzgo mucho por ser humano, da igual lo que digas.
—...Cuándo tenía 14 años estuve a punto de suicidarme, ese fue mi último intento hasta ahora —empezó a explicar Renjun mientras jugaba con sus propios dedos—. Al final no lo hice porque pensé en varias cosas que quería hacer antes de morir, y durante estos años completé toda la lista, solo me falta una.
—Y por eso estoy aquí, solo es una cosa, ¿no? Termínalo pronto —soltó Jisung con molestia.
—No es tan fácil... Aunque usted podría ayudarme con eso, señor Yeomna.
—Depende, ¿de qué tipo de ayuda estamos hablando?
—¿Podría usted ser mi pareja? —viendo la cara de asco que había puesto el rubio, Renjun se ruborizó un poco de la vergüenza y siguió hablando—. Usted no tendría que hacer gran cosa, únicamente aguantarme. Solo quiero saber que se siente ser novio de alguien, estaré bien con que usted me ignore o me insulte mientras me siga el rollo. S-se lo propuse también a tus subordinados pero declinaron.
Jisung no se molestó en tratar de disimular cuan asqueado se sentía. ¿Él siendo pareja de un simple mortal? Jamás, da igual si era algo temporal o no, era asqueroso.
—Me niego.
—Entiendo. Estoy feliz de que al menos se quedó a escuchar mi petición.
El rubio chasqueó la lengua muy molesto por toda la situación y desapareció de la limusina para volver a su santuario en los cielos. Esperará a que el tal Huang Renjun cumpla esa última cosa, se suicide y ahí será cuando aparezca él para llevarse su alma.
Y aunque realmente no quería saber nada de ese sujeto, sintió curiosidad cuando mencionó su intento de suicidio, así que nada más llegar a su despacho le pidió a Sungchan que buscara todo lo que había sobre Huang Renjun en la sede de informes, viendo como después de unos minutos el alto le entregó, no una ni dos, si no ocho carpetas.
"Huang Renjun (2), vivo. Su madre intentó asfixiarlo en el hospital pero una enfermera llegó a tiempo para detener el acto".
"Huang Renjun (6), vivo. Su madre intentó asfixiarlo estando bajo los efectos del alcohol, pero un grupo de personas la detuvieron".
"Huang Renjun (8), vivo. La desnutrición casi lo mata pero una de sus sirvientas lo llevó al médico antes de que eso ocurriera".
"Huang Renjun (9), vivo. Recibió una gran paliza pero fue atendido a tiempo".
"Huang Renjun (11), vivo. Intento de suicidio. Iba a causarse una sobredosis con medicamentos pero su hermana lo detuvo"
"Huang Renjun (12), vivo. Intento de suicidio. Intentó ahogarse en la bañera pero su padre lo sacó enseguida".
"Huang Renjun (14), vivo. Intento de suicidio. Se iba a lanzar desde el ático de su escuela pero al final se arrepintió".
"Huang Renjun (18), vivo. Intento de asesinato por parte de una fan con problemas psicológicos".
Sobredosis, ahogamiento y caída por edificio, qué poco originales son los suicidas, pensó. Aunque no pudo evitar sorprenderse por la cantidad de archivos que un simple mortal tenía. Incluso en otros países atendidos por sus propios dioses de la muerte, el máximo de casos que se llegan a registrar en la sede son tres por persona. Ocho era una barbaridad que ni los mortales con las vidas más desgraciadas llegaban a tener. Qué extraño.
Al ver quien escribió los informes, se percató de que fue él mismo quien se había encargado de todos esos casos.
Me fijo tan poco en los mortales que ni me acordaba, pensó, pues a pesar de haberlo visto varias veces no recordaba ni el más mínimo detalle de Renjun. Tal vez también se deba porque nunca interactuó con él hasta ahora, ya que antes ni se dignaba a hablar con los mortales, fue por culpa de la junta de deidades que empezó a hacerlo.
Sabiendo su historial, empezó a temer un poco por el futuro. Si Renjun seguía vivo es muy probable que siga tocando los cojones como caso irregular, y eso no solo le quitaría mucho tiempo para encargarse de otras cosas, si no que la junta de deidades pensará que hace un mal trabajo por dejar que alguien como él siga viviendo.
Por la cantidad de archivos que tiene todo apuntaba que el destino de Huang Renjun era morir, y debía hacerlo pronto. Ahí Jisung empezó a sentirse muy molesto porque tendría que acceder a su estúpida propuesta para concluir todo eso de una vez por todas.
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