XIII. The Last Merlyn


CAPÍTULO TRECE
LA ÚLTIMA MERLYN



Cuando Tessa llegó al piso de Octavia se lo encontró completamente destrozado y con los cuerpos de los que las habían atacado en el suelo, completamente muertos. Por un segundo el miedo de haber perdido a la mujer que tenía respuestas sobre su madre la invadió pero ese miedo no duró mucho pues la mujer salió de una sala completamente ilesa.

—Tessa—la llama con preocupación—¿Que ha pasado?

—Nada—responde ella con frialdad—¿Podemos irnos ya?

—¿Quieres venir conmigo?—cuestiona confusa—Creía que no confiabas en mi.

—Y no lo hago—le asegura con seriedad—Pero si me quedo un minuto más en esta estupida ciudad me voy a desmoronar. Y no quiero hacerlo.

—¿Por qué dices eso? ¿Que ha pasado?

—Tommy—responde cruzándose de brazos—Tommy a muerto.

Sus palabras sorprenden a Octavia. Si algo sabía la amazona era que Tommy Merlyn era la persona más importante en la vida de Tessa Merlyn. Y su pérdida sólo podía significar una cosa, caos.

—Dime, Octavia—vuelve a hablar Tessa mientras se acerca a ella con firmeza—¿Puedes enseñarme a pelear como te vi hacerlo hace una hora?

—Si... si, puedo—responde confusa—¿Pero por qué?

—Porque voy a matar a todos y cada uno de los responsables de la muerte de Tommy. Van a sufrir lo que yo he sufrido y lo van a pagar. Empezando por Moira Queen y Laurel Lance.


A pesar de todo Octavia había aceptado llevarse a Tessa con ella, pues si la chica tenía decidido vengarse lo mejor era tenerla controlada y cuidar de ella durante un tiempo. Así que la amazona se dedicó a preparar todo el equipaje de ambas mientras Tessa iba al hospital de Starling City a asegurarse de que su mejor amigo estuviese bien.

Y al entrar en la habitación designada al chico lo primero que noto fue como unos brazos la rodeaban en un abrazo cálido y reconfortante que hizo que se sintiese pequeña, frágil y triste.

—Dios mío, creía que te había pasado algo—habla Izzie, la responsable del abrazo, al separarse de ella—Me alegra tanto verte. ¿Donde estabas?

—Ehh, fui a buscar a Thea y a Roy—murmura, pues se encontraba algo aturdida—

—¿Fuiste a los Glades?

—No—responde Aaron por ella—Me drogo y luego fue a los Glades.

—Aaron...

—No hace falta que te disculpes—la interrumpe—Estoy bien. ¿Pero enserio Tessa? ¿Drogarme? ¿Por Thea Queen y su nuevo novio?

—Son mis amigos—se justifica ella acercándose a la cama donde él se encuentra recostado—Debía ir.

—No tenias porque drogarme—se queja él con frustración—

—No ibas a dejar que me fuera—justifica ella—Y sabía lo que hacía. Sabía lo que te estaba dando. Estudio medicina, Aaron.

—Aún así—suspira el chico bajando la mirada—

—Lo se—le asegura ella mientras intenta no llorar—Lo siento.

Aaron vuelve a mirarla y asiente levemente sin darse cuenta del estado de ánimo de su mejor amiga. Pero Izzie si lo noto. Noto sus manos temblorosas, noto como se mordía el labio y noto las lágrimas que luchaban por no salir de sus ojos.

—Tessa—murmura con delicadeza mientras apoya su mano en su brazo—¿Estas bien?

La chica la mira y entonces no lo soporta más. Sus ojos se cristalizan, todo su cuerpo tiembla y las palabras salen de su boca con debilidad y tristeza.

—Tommy a muerto.

Ese. Ese fue el momento en el que Tessa lo asumió de verdad. Su hermano mayor había muerto. No iba a volver a verle, a abrazarle, a hablarle. Y fue ese momento donde Tessa se derrumbó. Sus lágrimas salieron de sus ojos con fuerza y su cuerpo tembló ante la angustia.

Sus piernas fallaron pero aún así consiguió dar dos pasos hacia atrás bajo la atenta mirada de los hermanos Stevens, quienes no sabían que hacer.

—Tess—murmura Aaron con la intención de que ella se acercara a él—

Sin embargo Tessa no quería eso. No quería un abrazo por compasión. No quería romperse. Así que ignoro a su amigo y salió de la habitación. Camino por los pasillos del hospital y cuando salió a la calle se metió en un callejón donde se apoyó en la pared y comenzó a llorar con desesperación.

Y ahí se rompió. Pues lo que sentía Tessa era que ya nada tenía sentido. Solo la venganza. Eso era lo único que la motivaba a dejar de llorar, a alejarse de sus amigos, a no pensar que la vida era inútil, a no comprar drogas para poder tomárselas y morir de una sobredosis, a no hacer que la muerte de su hermano fuera en vano.

Pero lo que Tessa no entendía en ese momento, y que aprendería en el futuro, era que la venganza era lo mismo que deshonrarle.


Denver, CO
2 Días Después

—Creía que íbamos a ir a una isla mágica—comenta Tessa mientras caminan por las calles de aquella ciudad—

—Y vamos a ir allí—le asegura Octavia a su lado—Pero antes tenemos otra cosa que hacer.

—¿Y no vas a decirme lo que es?

—No—niega ella—Al menos no hasta que lleguemos al lugar adecuado.

—¿El lugar adecuado?—murmura Tessa con confusión—

—Bien, ven—suspira Octavia sujetándola de la muñeca para arrastrarla hasta una cafetería—

Una vez sentadas en una mesa y con su pedido echo, Octavia comienza a hablar.

—¿Que sabes de tu madre?—le pregunta a Tessa—

—Nada—responde ella cruzándose de brazos—Que se llamaba Alyssa, que está muerta y... nada más.

—Pues entonces escucha atentamente ¿vale?—le pide Octavia—

Tessa asiente confusa mientras separa sus manos de su pecho. Se acomoda en su asiento y cuando la camarera les trae lo que han pedido, ella toma un pequeño sorbo de su café. Octavia la imita y entonces vuelve a hablar.

—Tu madre nació aquí, en Denver. Ella era la hija mayor de una pareja de profesores de universidad—explica Octavia con tranquilidad—No conozco los nombres de sus padres pero si se que ellos amaban a su hija por encima de todo. Por eso, y a pesar de que no era lo que ellos querían, apoyaron su decisión de irse a estudiar a Miami. Alyssa fue la persona más feliz en ese momento, al llegar a la ciudad hizo amigos, los mejores de toda su vida. Un día uno de ellos propuso un viaje en barco por el triángulo de las bermudas, como aventura.

—¿Y que pasó?—cuestiona Tessa al notar como Octavia bajaba la mirada hasta su taza—

—Hubo un accidente y tu madre llegó a las costas de Themyscira—le explica ella volviendo a posar su mirada en la chica—Cuidamos de ella y le enseñamos el lugar. Ella y yo nos hicimos amigas. Pero ella tenía que irse, y ahí fue cuando conoció a tu padre. Al quedarse embarazada contacto conmigo. Yo le pedí que volviera a la isla y hay fue donde ella pasó su embarazo y donde te dio a luz. Entonces ese mismo día volvió a Miami y te entregó a tu padre. No porque no te quisiera, si no porque ella no estaba preparada y tu padre ya tenía un hijo, y dinero para hacerse cargo de ti. Alyssa pensó que era lo mejor. Y yo la apoyé. Pero sabía que tú querrías tener respuestas, así que le pedí que le diera ese cofre a tu padre.

—¿El cofre es tuyo?—cuestiona sorprendida—

—Si. Todo lo que hay en él lo escogí yo para entregártelo. Y tú madre le pidió a Malcolm que no te lo diera hasta los 18 años, cosa a la que yo accedí.

—Así que... mi madre no me dejo nada—murmura Tessa con tristeza—

—Tu madre te amaba más que a nadie en el mundo—le asegura Octavia con rapidez—El día que naciste y te cogió en sus brazos por primera vez... juro que la forma en la que te miraba y la sonrisa que tenía en su cara no la había visto en ninguna otra mujer en toda mi vida. El collar que te entregue, el que abre el cofre, fue un regalo a Alyssa. Ese collar era de ella.

Tessa la observa y asiente con suavidad mientras intenta asimilar toda la historia. Y entonces una duda se instala en su mente.

—Mi madre, tenía familia ¿no?—habla con la mirada perdida en su taza de café—¿Hemos vendió aquí por eso?

—Por desgracias tus abuelos murieron en un accidente de coche, pero ellos también tuvieron un hijo. Tu tío James—le responde ella—Tessa, necesito que confíes en mi. Cuando lo hagas podré llevarte a Themyscira y enseñarte todo lo que quieras.

—Confió en ti—le asegura Tessa con firmeza—Y por eso quiero pedirte algo. No me presentes a mi tío.

Su petición deja a Octavia con confusión. Después de lo que había pasado ella pensó que Tessa necesitaba normalidad y una familia. Pero al parecer estaba muy equivocada.

—Aún no—continúa Tessa—No quiero cogerle cariño a alguien para luego perderle.

—No le perderás.

—Eso no lo sabes—le recrimina ella—No lo sabes.

—De acuerdo—acede Octavia—

—Gracias—susurra Tessa con tristeza—


—Themyscira o Isla Paraíso es un lugar sagrado y hogar de las mujeres guerreras conocidas como Amazonas—explica Octavia una vez se encuentran en un tren en dirección a Miami—

—¿Como en la mitología Griega?—cuestiona Tessa con interés—

—Exactamente—sonríe Octavia—Wonder Woman, también conocida como Diana, nació en ella. De echo solo tres personas han nacido en esa isla, ella, tú y otra chica a la cual te presentaré cuando lleguemos. Y como bien dices, la mitología griega es la base de nuestra existencia aunque también creemos en la Romana.

—La mitología Romana es como la griega solo cambian los nombres—comenta Tessa—Y alguna que otra cosa.

—¿Sabes mucho de eso?—cuestiona Octavia con sorpresa—

—Bueno, la mitología siempre me interesó pero no soy una experta—le explica—Lo que no entiendo es porque me llevas allí y porque accedes a entrenarme. Mi madre no era una amazona así que yo tampoco ¿no?

—Cuando tu madre llego a Themyscira la segunda vez, cuando ya estaba embarazada de ti, algo paso—le explica Octavia—Las estrellas se alinearon. Y cuando naciste la noche se hizo presente en la isla y una luz se encendió en el altar dedicado a Nix, la diosa de la noche.

Tessa la escucha pero frunce el ceño ante ese último comentario así que Octavia vuelve a hablar y se lo aclara con rapidez.

—Ella te eligió, Tessa—le explica—Te eligió para representarla aquí en la tierra.

—¿Representarla?

—Usar sus poderes para llevar a cabo actos en su nombre—aclara Octavia—

—¿Como Diana?—cuestiona Tessa con confusión—

—Ella es una diosa y tú no, pero... la idea es parecida, si.

—Pues se a equivocado de persona—asegura Tessa—Yo no soy una heroína. Yo lo que quiero es venganza.

—Eso es lo que crees—le dice Octavia con seguridad—Pero no es lo que quieres. Creme. Dentro de ti no hay maldad. Y aunque la haya, la noche no puede existir sin oscuridad y las estrellas tampoco pueden brillar sin ella.

—No, no lo entiendes. Yo...

—Tessa—la interrumpe Octavia—Naciste un 5 de Diciembre en medio de una lluvia de estrellas. Y tus llantos encendieron la luz de Nix. Así que no dudes ni por un segundo que tú no eres la elegida.

—¿Y eso en que me convierte?—le pregunta confusa—Además de en su representante en la tierra y... en posible heroína.

—En una semidiosa.

—Creía que había que ser hijo de un Dios para eso—recuerda ella—Lo vi en una película, el chico era hijo de una humana y de Poseidón.

—Si, técnicamente es cierto—admite Octavia—Pero con los poderes que te ha concedido Nix, a ti también se te puede considerar así.

—Y esos poderes no incluirán resurrección por casualidad ¿no?—cuestiona con interés—Para traer a mi hermano de vuelta.

—Lo siento Tessa—le responde Octavia bajando la mirada—Pero no, no incluyen eso.

—Vale, ¿y como aprenderé a usarlos?—pregunta cruzándose de brazos—

—Con mi ayuda y la de las demás amazonas. Y la guía de Nix, quien lo hará desde el Olimpio.

—Fantástico—suspira Tessa con sarcasmo—

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