IV. The Curse Of The Merlyn


CAPITULO CUATRO
LA MALDICIÓN DE LOS MERLYN



Esa misma noche, Tessa llega a la gala benéfica que su hermano había organizado para el bufete de abogados de Laurel y él no tarda en acercarse a ella nada más verla llegar.

—Gracias por venir—sonríe dandole un beso en la mejilla—

—A ti por invitarme—sonríe ella—

—Bueno, pensé que si esto estaba organizado por mi, el resto de la familia Merlyn y sus talonarios debían estar presentes—le explica él—

—¡Vaya!—exclama ella—¿Y cómo te va la cosa por ahora?

—Va de maravilla—asegura él—Y todo gracias a ti. ¿Sabes? Eres más inteligente de lo que ya sabia que eras.

—¿A si? ¿Por qué?

—Porque me has dado un gran consejo—le asegura él—Pensé en lo que le preocupaba a Laurel y... va bien.

Tessa sonríe y observa a la abogada hablar con sus compañeros con una gran sonrisa.

—Me alegro muchísimo de que funcione, Tommy—sonríe ella—Te mereces ser feliz.

—Tú también, así que diviértete—le pide él—Pero no te metas en líos.

—No prometo nada—sonríe ella mientras él se aleja de ella para volver a acercarse a Laurel—

Tessa suspira y se da la vuelta para ir a buscar una copa, que finalmente consigue cuando un camarero con varias copas en una bandeja pasa por su lado.

—Gracias—murmura antes de beber un pequeño trago—

—Tessa—sonríe Oliver acercándose a ella—No sabía que ibas a venir.

—Bueno, no estaba segura de hacerlo—admite ella—He venido a apoyar a Laurel y a mi hermano.

—Ya somos dos—sonríe él—No bebas mucho ¿vale?

Tessa asiente y lo observa alejarse de ella para acercarse a su madre.

—¿Que hace una chica tan guapa como tú tan sola?—habla un chico colocándose a su lado. Aunque demasiado cerca de su cuerpo para Tessa, quien se separa incomoda—

—Beber—le responde con irritación—

—Eso lo puedes hacer acompañada ¿no?—sonríe él cogiendo una copa de una de las bandejas de los camareros—Nick Sommers.

—¿De los Sommers de Central City?—cuestiona ella confusa—¿Que haces tan lejos de tu ciudad, Nick?

—Apoyo a los bufetes de abogados—le responde él—

—Tu padre tiene el suyo propio—recuerda ella—¿Por qué apoyar a otro? Y uno tan pequeño como este.

—¿Y por qué no?—sonríe él bebiendo de su copa—

Tessa le mira y rueda los ojos irritada.

—Pero está fiesta es aburrida ¿no crees?—comenta Nick después de unos segundos de silencio—¿Quieres divertirte un poco?

Saca una pequeña bolsa de su traje y se la enseña a Tessa mostrándole su contenido. Pastillas.

—Ahh, yo no me drogo—niega ella incomoda—

—¿Enserio?—cuestiona confuso mientras acerca su cuerpo más al de ella—No es lo que he oído.

—Oye, sea lo que sea que hayas oído de mi o lo que creas saber, mejor te lo callas—le pide ella separándose de él—

—Se que mataste a Connor Reynolds—le dice él volviendo a acercarse a ella—

Tessa le mira y sus respiración se acelera recordado como encontró el cuerpo de Connor en su cama aquella mañana. Había muerto en su cama, a su lado, por una sobredosis, por su culpa.

—Déjame en paz—le pide ella alejándose de él—No hables de Connor.

—Connor era mi amigo—le informa él con enfado—Y creo que ambos sabemos que quien debería haber muerto esa noche eras tú.

Los ojos de la chica se cristalizan pero antes de mostrar debilidad ante ese imbécil, se bebe su copa de un trago y se aleja de él lo más rápido que puede para ir a buscar algo más fuerte para beber, en la barra.


—¿Me concedes un baile?—cuestiona Tessa apoyando su brazo en el hombro de su hermano, quien nota su ebriedad nada más oírla hablar—

—Eh, creo que habíamos quedado en que ibas a llamarme antes de hacer alguna tontería—comenta él dejando su copa en una mesa y dándose la vuelta para mirarla a los ojos—

—No seas aburrido, Tommy—sonríe ella—

—Eh ¿Que te pasa?—cuestiona él confuso—

—Me dijiste que era asombrosa—recuerda ella con tristeza—

—Y lo eres—asegura él—¿Por qué me dices eso?

—Porque me mentiste—se queja ella tambaleándose—

—Yo nunca te mentiría, Tess. Nunca te he mentido. Eres mi hermanita pequeña.

—Bueno, deje de ser pequeña hace tiempo—comenta ella—Gracias por fijarte.

Tommy frunce el ceño confuso por la actitud de su hermana.

—A Laurel ni siquiera le gustas—observa ella al verla bailar con otro tío a pocos metros de ellos—Ella no te entiende. Como nadie me entenderá a mi nunca. Así es la maldición Merlyn. Pero, oye, yo te entiendo. Es una pena que tú no me entiendas a mi.

—Tessa. Tessa, creo que fue un grave error invitarte a esta fiesta—comenta él sujetándola de la cintura y empujándola con delicadeza para sacarla de allí—Fue poco apropiado y una mala idea considerando lo que pasó la última vez.

—¿Dices el día que maté a mi novio?—cuestiona ella parando de caminar para volver a mirarle—¿Sabes? A lo mejor me merezco todo lo que me pasa. A lo mejor debi morir yo esa noche.

Camina hacia atrás y da un traspié que hace que tropiece con un camarero al que se le caen las copas de la bandeja, rompiéndose así todas en el suelo.

Tommy la sujeta de la cintura con rapidez y la empuja con suavidad para sacarla del lugar antes de que monte más escándalo.

—Vámonos, vamos—susurra saliendo del lugar—Tranquila.

Tessa le hace caso sin decir nada más, pero al salir el frío hace que tiemble, pues su vestido era de tirantes. Tommy lo nota y se quita la americana de su traje para ponérsela sobre los hombros.

Entonces las náuseas hacen que Tessa se aparte de él y se ponga a vomitar en una esquina de la calle.

—¿Tommy?—habla Laurel saliendo detrás de ellos con confusión—¿Está bien Tessa?

—Oh, si. El marisco no le ha sentado bien—le responde Tommy—

—¿No será por algo que ha bebido?—cuestiona Laurel con obviedad—

—Tranquila, yo me encargo—le asegura él mirado a su hermana por un segundo—Vuelve dentro. Sigue divirtiéndote. Parece que estabas pasándolo muy bien con el doctor.

—Tommy, voy a contarte un pequeño secreto sobre el Doctor Carter Bowen—le dice ella—Ese hombre es un idiota total. Y la única razón de que baile con él es que ha dado un enorme cheque al CNRI. ¿Como se te ha ocurrido otra cosa?

—En lo concerniente a ti nunca se que pensar—admite él—

—¿Podéis pedidme un taxi?—pregunta Tessa interrumpiéndoles una vez ha terminado de vomitarlo todo—

—Por supuesto que no—se niega Tommy abriendo la puerta del copiloto de su coche—Te llevaré yo mismo. Sube.

Tessa suspira y le hace caso mientras se aferra a su chaqueta sintiéndose algo más segura por el olor de su hermano impregnado en ella.

—Laurel discúlpame por la escénita—le dice Tessa—

—Recupérate ¿vale?—le pide ella con preocupación—

Tessa asiente mientras Tommy cierra la puerta del coche.

—Eh, Tommy—murmura Laurel mirándole—Te debo un baile.

—¿Si?—pregunta con una pequeña sonrisa—

—Te lo has ganado—le asegura ella dándole un beso en la mejilla—Y eres un buen hermano. Aunque eso ya lo sabía.

—Si lo fuera ella no estaría así—suspira él—

—No te machaques—le pide Laurel—Haces lo que puedes. Pero cada uno tiene sus demonios dentro.

—Ya—suspira bajando la mirada al suelo—Solo me gustaría quitárselos para siempre. O pasármelos a mi y que ella nunca tuviese que sufrir.

Laurel le mira con tristeza y le da una leve caricia en el brazo antes de entrar de nuevo en la fiesta. Tommy la mira y le dedica una sonrisa antes de entrar en su coche.

—Por favor, no me odies—pide Tessa con tristeza—

—Nunca podría odiarte—le asegura él mirándola a los ojos antes de arrancar—


Durante el camino a casa, Tessa se había quedado dormida en el asiento del copiloto del coche de su hermano, por lo que Tommy tuvo que cogerla en brazos y entra en la mansión para llevarla a su habitación el mismo.

—¿Que ha pasado?—cuestiona el padre de ambos al verles entrar—

—Nada—responde Tommy con rapidez, pues no tenía ninguna gana de enfrentarse a su padre en ese momento—

—¿Nada? ¿Enserio, Tommy?—cuestiona él con indignación—No es lo que parece.

—Tessa no se encontraba bien y se ha dormido en el camino a casa—le responde mientras la tumba en su cama—No hace falta que finjas que te preocupas por ella.

—Me preocupó por ella—le asegura Malcolm con frustración—

—¿Enserio?—cuestiona Tommy sorprendido—No lo parecía los años que no estuviste a su lado. A diferencia de ti, yo la conozco y la he criado.

—Tú no has criado a nadi...

—¿A no?—le interrumpe enfadado—Yo estuve en todos sus cumpleaños. La acompañe a su primer día de clase, a pesar de que yo era apenas un adolescente. Estuve a su lado cuando fue feliz y cuando estuvo triste. He estado siempre a su lado. Yo a eso lo llamo criar a alguien.

—Y aún así, ese incidente ocurrió—recuerda Malcolm—

—Bueno, tú tampoco estuviste aquí ese día ¿o si?—le responde pasado por su lado con frustración—

Sale de la habitación y deja a su padre, Malcolm, en la habitación de su hermana, quien ahora dormía en su cómoda cama bajo la atenta mirada de su padre.


Al día siguiente, y a petición de su padre, Tessa entrenaba junto a él en esgrima, un deporte que se le daba especialmente bien, pues cada vez que Malcolm estaba en casa procuraba entrenarla y enseñarle a manejar la espada.

—Mejoras—la elogia su padre—

—A lo mejor es lo que tomé anoche, que me hace tener mejores reflejos—comenta ella con molestia—

—Creía que ya no...

—Bebí de más—explica ella con rapidez—Y era un sarcasmo. Mejoró porque he estado yendo a clases. Si estuviera aquí lo sabrías.

Malcolm suspira y vuelve a ponerse en guardia para comenzar otro asalto.

—¿Puedo hablar contigo?—habla Tommy llegando al lugar enfadado—Papá.

—Por si no te has fijado, ahora estoy ocupado—le responde sin parar el asalto de esgrima—

—He hablado con el contable ¿Has congelado mis cuentas y cancelado mis tarjetas de crédito?—le pregunta molesto—

Sus palabras hacen que Tessa se enfurezca y termine el asalto ganado a su padre, quien suspira frustrado para luego quitarse el casco a la vez que ella para mirar a Tommy.

—Pagó a Sandy una fortuna al año en honorarios, Tommy. En cuestión de dinero si él dice algo, es así.

—¿Crees que esto es un chiste?—cuestiona enfadado—

—No—le asegura acercándose a él—Tú si lo eres. Aunque he de decir que tú pereza terminal y tu irresponsabilidad crónica han perdido su gracia. ¿Te preguntas por qué ahora? La pregunta sería ¿Por qué no antes?

—Es... Es mi herencia—le recuerda él—Y la de Tessa ¿A ella le has congelado las cuentas y cancelado sus tarjetas?

—Tessa estudia medicina—le recuerda él—Y ella no organiza fiestas donde la gente acaba muerta. Y esa herencia tuya de la que hablas, es mi dinero. Oh, disculpa. Era tu herencia.

Se da la vuelta y mira a su hija.

—Otra vez.

—Ni de coña—le responde ella dejando la espada en su sitio—Entrena tú solo.

Se da la vuelta y se dispone a irse junto a su hermano pero antes de eso vuelve a mirar a su padre.

—Y para que lo sepas, yo maté a Connor, no Tommy.

Malcolm la observa alejarse y entonces su mirada se posa en Tommy, quien no duda en ir tras ella.

—Tú no le mataste—le dice al llegar a su lado—

—Eso no es lo que dice la gente—le responde entrado en la casa—Y no es lo que recuerdo. Acéptalo Tommy. Yo le metí en las drogas, Connor era un buen chico que nunca las había probado. Yo le maté. Y debi haber muerto yo.

—No te permito que vuelvas a decir eso—le dice él sujetándola de la muñeca y obligándola a mirarle—Nunca más. Tú no mereces morir.

—Puede que si, Tommy.

—Tess—murmura él colocando sus manos en las mejillas de su hermana—Eres la persona más importante en mi vida. Yo moriría por ti ¿me escuchas? Así que, por favor, no pienses eso. Por favor.

Tessa le mira con lágrimas en los ojos y suspira.

—Vale—asiente—Lo siento.

Tommy suspira y deposita un delicado beso en su frente antes de separarse de ella para irse de la casa de su padre.

—Tus cuentas sigue...—habla Malcolm llegando al lado de su hija—

—Me da igual el dinero—le interrumpe ella—Solo me importa Tommy.

Se da la vuelta y sube las escaleras hacia su habitación bajo la atenta mirada de su padre.

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