—— THE FIRST DAY ——

El primer día de curso, o más bien dicho el día de bienvenida de nuevos estudiantes y el reencuentro de viejos amigos y de profesores. Todo en un día donde la felicidad de los reencuentros se fusionada con la amargura de tener que volver a clase, sabiendo que el verano ya quedaba detrás y ahora el único problema que había era superar el nuevo curso. Pero para Malia, aquello no era así. Aquel día el era el día en el que sería libre de las sujeciones de la alta etiqueta a las que la sometian la corte de Solaria.

—Creía que no iba a haber tanta gente a primera hora.— Murmuró Roy mientras el coche se detenía y él se bajaba del vehículo, mientras que su hermana se quedaba en su sitio, haciendo un único gesto: bajar la ventanilla para mirar el pórtico de Alfea. Tras aquella puerta dejaba de ser una princesa para ser una alumna más, y eso la ilusionaba, aunque fingiera una expresión de frialdad.

—¿Acaso importa? Vamos a estar rodeados de gente los próximos años.— Respondió finalmente Malia mientras salía del coche.

—¿Puedes fingir al menos, que te importa un poco el hecho de socializar?— Preguntó su hermano, sabiendo que el objetivo de Malia era ser la mejor. Lejos quedaba la posibilidad de hacer amigos o de tener alguna aventura con algún compañero, porque cuando ella tenía un plan, nada ni nadie se interponía en ello.

—Tengo un objetivo claro en Alfea, Roy. Nada ni nadie se va a interponer en él, lo sabes perfectamente. Así que, haré lo mínimo respecto a socializar. Además, te recuerdo que de los dos, el que saco los dotes para ello fuiste tu, no yo.— Le recordó mientras se acercaba a su hermano, al mismo tiempo que el chófer bajaba las maletas de los dos chicos.

—Tal vez, pero cuando te interesa algo los sacas. Es un nuevo momento para empezar, Malia, recuerda que aquí no eres la hada de hielo, eres un hada más con un poder más. No eres diferente a muchos de aquí, aunque seas la única con un poder de hielo.— Alegó su hermano, justamente después de ver la expresión de su hermana.

—Vamos, Stella debe de estar esperando.— Se limitó a decir, mientras cogía sus maletas y comenzaba a caminar, atravesando el pórtico del que más de una vez la había hablado su padre.

Los gemelos comenzaron a caminar, llamando la atención de algunos estudiantes, los cuales se detenían para mirarlos y en su defecto comentar algo sobre ellos. Pero, tanto Roy como Malia hacían oídos sordos, a lo largo de sus cortas vidas muchas habían sido las personas que habían hablado de ellos, ya fuera de frente o de espaldas, así que no importaba mucho lo que dijeran, ellos siempre iban a ir con la cabeza bien alta, porque nadie les iba a hacer daño. Ninguno llegaba a igualar el que ya habían recibido siendo niños.

—Vaya, la princesita a aparecido.— Dijo Riven al ver aparecer a Malia y a Roy.

—¿Las diez de la mañana y ya estas fumado?— Preguntó Malia de vuelta, haciendo sonreír a su hermano. A veces, la doble cara de su hermana venía muy bien.

—De estarlo, debería de darte un poco. Para que cambies esa expresión de amargada.— Alegó el moreno con burla, justamente en el momento en el que Sky aparecía, saludando a sus dos amigos y compañeros de habitación.

—¿Alguno ha visto a Stella?— Preguntó Malia mientras se cruzaba de brazos.

—Esta por el campus haciéndose fotos.— Respondió Sky, siendo la primera vez que veía a Malia desde hacía años.

—¿Ahora vas a ser el séquito de la abeja reina?— Preguntó Riven con burla, haciendo que los ojos de Malia se volvieran de color azul, en señal de amenaza.

—No soy el séquito de nadie, Riven. Stella va a enseñarme Alfea, ya que no tuve el privilegio de venir a ver la escuela como hizo mi hermano. Además, que yo sepa no debo de darte explicaciones. Y como me hagas enfadar, tal vez haga de ti una estatua de hielo.— Respondió mostrando una falsa sonrisa, para después darse la vuelta y marcharse, dejando a Riven con una expresión de enfado, por la insinuación del hada.

—¿No vas a decirla nada?— Preguntó Riven a Roy, el cual estaba reprimiendo una sonrisa.

—Ya sabéis como es mi hermana. ¿Creías que era una fachada? Malia es la personificación de su elemento.— Respondió Roy, observando a su hermana y sintiendo algo de lastima, ya que aquella fachada la acabaría pasando factura.

A pesar de que Roy odiaba la falsa fachada que su hermana se había auto impuesto, compartía el hecho de que aquella faceta era, posiblemente, una eficaz herramienta a la hora de luchar por lo que, realmente era de ellos. Pero aún así, odiaba hacer creer a todos que Malia era alguien sin corazón que no se preocupaba por nadie, no por egocentrismo y narcisismo, sino porque como muchos siempre habían creído, ella era la princesa de corazón de hielo.

Por su parte, Sky se quedó confundido. De pequeño había conocido a Malia, no mucho, pero sí lo suficiente para recordar que ella no era así. Recordaba el hecho de que adoraba a su familia, hacer trastadas y perderse entre los extensos bosques para jugar con sus poderes. Pero lejos quedaban aquellos años en los que parecía ser una soñadora que veía muy lejos su futuro como reina. Ahora era todo lo opuesto, se había vuelto una persona fría que parecía que era incapaz de sentir cariño por otras personas. Pero fue ahí cuando se dio cuenta de una cosa, del hecho de que podía ser una fachada, una muestra a aquellos que la arrebataron todo dándoles a entender que ella no era tan blanda como sus progenitores lo fueron pero, aunque Sky quisiera volver a estar con su amiga de la infancia, aquello iba a ser imposible. Ambos habían crecido, y ambos eran personas muy diferentes. O eso creía él.

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Tras el exhaustivo recorrido por Alfea, y las muy prolongadas paradas con sus súbditos, Stella consiguió mostrar toda la escuela a Malia y a Bloom, la cual solía ir haciendo más preguntas que la hada de hielo, pero también la que más atención mostraba, ya que la cabeza de la pelinegra estaba puesta en todas partes. Finalmente, las tres chicas llegaron a su habitación, la cual compartirían con cuatro hadas más. Terra y Musa dormirian en la misma habitación, Bloom y Aisha, en otra contigua. Mientras que Stella y Malia tenían sus habitaciones individuales y eso se debía al simple hecho de que a veces, la futura reina, debido a las pesadillas, se descontrolaba.

Al entrar en la habitación, las tres hadas que ya estaban allí miraron al resto de sus compañeras. Las tres sabían que compartirían habitación con Stella y dos nuevas alumnas, pero nunca se habían llegado a imaginar que una de ellas fuera otra princesa. Sin hacer o decir gran cosa, Stella se dirigió a su habitación cerrando la puerta dispuesta ya no solo a preparar sus cosas, sino también dispuesta a excluirse de su nuevo entorno.

—Esto es incómodo.— Dijo Bloom hacia las tres chicas.

—Acostúmbrate.— Se limitó a decir Malia mientras se dirigía a su habitación.

—Un encanto.— Murmuró Aisha para seguir a Bloom hasta la habitación que compartirían.

—Hola.— Sonrió Terra entrando en la habitación de Malia. —Soy Terra, hada de las plantas...— Empezó a decir nerviosa, al ver la expresión de Malia.

—Se quien eres. Mi padre hablaba de tu padre, decía que los Harvey siempre eran grandes personas. Me presentaría, pero creo que todo Alfea sabe quien soy.— Comentó sonriendo.

—Gracias por decir eso de mi padre... Significa mucho, Malia.— Sonrió Terra mientras dejaba una planta sobre una pequeña mesa. —Resiste muy bien el frío.— Añadió marchándose.

—¿Por qué dice lo del frío?— Preguntó Bloom apoyándose en el marcó de la puerta. Ante su pregunta, Malia creo un poco de nieve en su mano, sorprendiendo al hada de fuego.

—Han juntado en una misma habitación a dos polos opuestos. Será divertido de ver, el como va a terminar esto.— Bromeó Malia mientras salía de su habitación.

—¿Hada de hielo?— Preguntó confundida la pelirroja.

—Y la única. En mi familia los primogénitos heredamos ese poder. Es como una especie de recordatorio de que somos los siguientes en el trono...— Explicó mientras lentamente su voz se iba apagando.

—¿Eres también una princesa?— Preguntó incrédula y sorprendida por lo que había dicho.

—Sí, lo soy. Pero aquí soy una alumna más. No hay titulo ni nada. No soy como Stella en ese aspecto.— Explicó haciendo que la aludida la mirará. —¡Oh, vamos! Ambas lo sabemos, no me pongas esa cara, Stella.— Respondió mientras entraba en el baño.

—¿Porque tienes miedo?— Preguntó Musa entrando en el baño para guardar su neceser.

—No tengo que darte explicaciones, Musa.— Se limitó a decir, justamente cuando está la cortaba el paso.

—No, no debes de darme explicaciones. Pero de aquí eres la más peligrosa, debo de preocuparme.— Puntualizó haciendo que Malia suspirase.

—Ahí tienes tu respuesta. Soy inestable, ¿por qué crees entonces que tengo una habitación individual? No es por que sea una princesa, es por lo que puedo llegar a hacer de forma inconsciente. Me encantaría controlar mi poder, Musa. Pero solo tenía ocho años cuando mis padres fueron degollados y mucho no pude aprender.— Respondió Malia, haciendo que el hada de la mente se quedará en silencio sintiendo el dolor y el sentimiento de culpabilidad que Malia tenía sobre lo sucedido en su reino.

★★★

Lo se, es un capítulo corto. Pero prometo compensaros más adelante.

Bueno, aquí está el segundo capítulo de la historia. Y creo que finalmente se ve esa otra faceta de Malia, esa que todo el mundo conoce pero que pocos saben qué es verdad.

Se que es un poco extraño todo, pero voy a ir explicando cosas. No os preocupes, solo voy a decir que el resto de hadas (Bloom, Musa, Terra y Aisha) junto con Stella, Asteria y los hermanos de Malia, serán los pocos que sepan lo que realmente sucede en la vida de la hada.

Con Sky va a ser más diferente, y pronto iréis sabiendo a que se debe la amistad de él y de Roy. Ya que, como ya he dicho ambos se conocen de la infancia.

Respecto a otros personajes, como Nimue y Beatrix... no sé exactamente qué va a suceder. Se que Nimue hará apariciones esporádicas, por lo menos en esta primera parte. Pero Beatrix... no sé exactamente qué pasará entre ella y mi protagonista, pero tener en cuenta una cosa, y es que Malia puede fingir ser tonta pero no lo es.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤