Capítulo 2 "Soy peligrosa"
Al despertarse Emily, tenía a los pies de su cama el desayuno. Tostadas y jugo de naranja.
-Buenos días -dijo Miles, posando un beso sobre sus labios.
-Buenas, gracias por el desayuno contestó distante. Se le hacía extraño que la besara y le diera tanta atención. Recordaba varios fragmentos, pero aún no eran suficientes.
Emily intentó mostrar una sonrisa, pero hizo lo contrario, su cara mostraba horror, pánico. De repente se largó a llorar.
-Hey, Emi, tranquila ¿Qué sucede? -Miles se sentó a su lado y la rodeó con un brazo.
-Aléjate de mí, puedo ser peligrosa ¡Maté a alguien! ¿Comprendes? -Emily se sentó en el otro extremo de la cama, lejos de Miles.
-Tú no eres peligrosa ¡No hay nada que compruebe lo contrario! Tal vez alguien te inculpó, no lo sé -Miles le acarició el cabello- pero sé que no eres una asesina, eso lo sé porque te conozco. Desde hace muchos años.
-Solo tres -su novio sonrió al ver que recordaba.
-Son los suficientes, para saber quién eres en verdad, que jamás dañarías a los demás. Tienes un hermoso corazón.
-Lo dices solo para hacerme sentir mejor -Emily sollozó un poco.
-No, no lo hago. En verdad, eres buena, dulce, y sé que no quitarías una vida por nada en el mundo. Por favor, no te quiero ver así.
-Es que en verdad Miles ¿Tú que me viste? Simplemente tengo una cara bonita, nada más, podré ser buena y todo eso. Pero mucha gente es buena y bonita. Yo solo soy una más del millón. Y encima, ahora podría ser una asesina. ¿Por qué alguien como tú seguiría conmigo? Quiero decir, eres muy guapo, atento y me haces reír. Eres único para mí. No te merezco.
-Así como tú eres única para mí. No hay nadie que yo quiera que no seas tú. Yo también soy uno del millón, pero nos enamoramos, a veces hay personas parecidas, pero simplemente te enamoras de una. En ti hay algo especial. Me enamoré al verte. Te conocí en ese hospital ¿Lo recuerdas? Aquel día lluvioso. Tu te habías abierto el codo ¿Recuerdas por qué?
-Había visto a una señora dejando a unos perritos bajo la lluvia, solos, los iba a abandonar -ella hizo una pausa y dejó caer una lágrima- yo le grité, le dije que no lo hiciera, que por qué los abandonaba. Ella sólo me abofeteó y me empujó...
-Te caíste al suelo y tu codo se abrió por una roca que había allí -terminó Miles la oración de Emily-. Luego conseguiste hogar para esos perros.
-Pero ese no es el punto, eso seguro que cualquiera lo hubiese hecho. Eran animales indefensos, bebés.
-Yo me enamoré de ti, por todo lo que te hace especial. Eres importante para mí. Yo te prometí que pase lo que pase íbamos a estar juntos. Para siempre. Nos conocimos cuando nada en nuestras vidas era lo que nosotros deseábamos. Yo tuve que ocultar un secreto que me destrozaba, y tú habías perdido a tus padres en un asalto. Agradezco que hayas entendido que no puedo contarte ese secreto, gracias por no preguntarme cada día cuál era.
-Yo te entiendo -dijo luego de un rato mirándolo. Emily se estaba por largar a llorar, por todo lo lindo que le había dicho Miles a ella. Emily hizo una pausa y le dijo-. No quiero hablar más, solo abrázame.
Y eso hizo él, la abrazó con todas sus fuerzas, y se besaron lentamente. Con algunas de las lágrimas de Emily aún recorriendo sus mejillas.
-Te amo -dijo él debajo de ella, acariciando sus labios.
-Yo te amo más.
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