𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕: Impredecible


𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕 Impredecible

¿Por qué lo habrá hecho? La pregunta ronda por su cabeza, y no hay respuesta correcta. La Masacre Uchiha, no tiene sentido la historia oficialcuenta que Itachi había matado a su clan en busca de poder, odio a su aldea ya su familia que carecían de convicciones y eran ajenas a las de él. Sin embargo, puede notarlo, sentirlo y hasta podría jurar que eso es una mierda, una auténtica. Porqué Itachi no es la horrible persona que fue un desertor, no lo es, porqué es n joven que ama a sus padres, a la Aldea y sobre todo a su tonto hermano menor, es la persona que protegería a Shisui aún cuando él no quisiera y es quién agradece a Izumi por estar locamente enamorada de él, y él también la ama. Cualquier persona con un poco de sentido común podría verlo, todo es una vil mentira, mierda, estupidez; todo carece de lógica, ¿acaso nadie se había cuestionado por qué Itachi mato a su clan? Al menos una explicación sólida, sin tapujos, minuciosa o en todo caso: al menos una persona que conociera verdaderamente a Itachi Uchiha lo sabría, porqué ella lo hace, él no es ese joven en busca de poder, no lo es.

Vuelve esa sensación, creciente y comiendo su alma, persistente a cada respiro. Ahí está. Se niega a aceptarlo, no.

—Sabía que no tardarás en venir —la voz es gutural, profunda y carece de emociones como ella. El enmascarado está frente a sus ojos—. Pero, no creí que esperaría tanto.

El hombre su voz es recargada de un conjunto de emociones sin embargo, su lenguaje corporal denota tranquilidad. Ni siquiera piensa en atacarlo, sabe que no tiene oportunidad, no ella. Él le observa y la recorre con su único ojo, de arriba a bajo, una, dos, tres veces. Él sonríe, a pesar de no poder verlo. Puede sentirlo, aún cuando él no muestra ni siquiera alguna expresión. Parece conocerlo, mucho más de lo que puede admitir.

—¿Quién eres? Y ¿Qué quieres? —Pregunta sin temblor en su voz, se sorprende. Y toca su pierna, buscando el kunai que puede tener pero, no está. El terror de alguna forma viaja por su torrente sanguíneo.

—Ino, eres muy insolente ¿no te lo han dicho? —Expresa él, es veloz, piensa. Esta justo frente a ella acariciando su rostro con su mano, debajo de aquel negro guante puede sentir el alivio de su piel e increíblemente su mano es cálida, lo bastante para quemarle la piel— uhm, no te alejas, creo que tenía razón. Eres la indicada.

—¿De qué hablas? —Lo mira directamente al ojo, tintado de negro y es lo suficientemente alto para sacarle una cabeza de altura. Y entonces, lo recuerda una vez más no siente nada, ya no hay dolor al recordar las escenas pintadas de violencia y el olor a sangre que emanaba su cuerpo, en especial sus manos, ha dejado de sorprenderse por el acto, sólo hay un enorme vacío en ella, que se expande caprichosamente por su mente y cuerpo— tú eres quién nos emboscó ... Tú, mataste a Choji ya Sakura.

—No era un sueño, si es lo que quieres saber, digamos que están muertos.

Las palabras calan en su cabeza, golpean simultáneamente, y enferman su cuerpo, las náuseas se extienden por su garganta y boca del estómago. No obstante, no enferman su persona, no siente el terrible dolor que sentí cuando vio los mejores cuerpos tendidos de sus amigos, tan poco el desgarrador grito cuando una bomba se incrustó con Shikamaru a sus alrededores. Tiene miedo, no de el hombre que le extiende su mano con cautela y precisa invitación hacia él, no. Hay miedo, miedo porqué no hay dolor en cambio, hay una pequeña satisfacción que le envuelve, y siente la calidez en su cuerpo, le abraza con preocupación, escalando por sus muslos hasta su pecho ... querido, tranquiliza su mente y alma, apaciguada y vital. Pero, ella no está bien y el enmascarado parece notarlo.

—¿Cómo supiste ...?

—Tenemos algo en común ellos y yo.

Y lo entiende. Él le ha brindado información importante, y se regocija ante sus ojos con placer y burla hacia ella. Porqué carece de fuerza para enfrentarlo.

—Parece que lo entiendes a la perfección. En un principio dudé de ti ahora, puedo ver que teníamos razón en tenerte aquí.

Una helada corriente de aire le cala el cuerpo mientras, las pequeñas hojas de verano caen sobre ella, los campos solitarios y confusos le dan la bienvenida. Son extraños, carentes de alguna señal de vida animal y lo suficientemente extensos para compararlos con la vida shinobi, Y a grandes rasgos tan profundos que al menos pocos han entendido el verdadero significado de la vida de un ninja, luchando simples ideales que nunca se pueden entender carentes de objetivos y dimensiones de una mente. Está ahí, al devenir algo tan sencillo como lo que ronda su mente.

—Quién eres —lejos de preguntar reafirma Ino.

—Pensé que eras patética —no hay indignación en su persona, sólo satisfacción ante ella, a continuación lo sabe— pero resultó ser aún más interesante y ¡sorpresa! eres igual a nosotros ... Impredecible.

—No soy igual a ti ... —farfulla con la mirada en él.

—Claro que sí —responde el contario con ese dulce tono de voz que le arrulla en brazos cálidos, piensa cuando se acerca a su persona, sin intención de atacarla—. Mírate. Puedo verlo en tus ojos, ya no hay nada que puedas sentir, ya no puedes sentir ni odio, ni mucho menos amor —dice él y siente su aliento chocar contra su cuello y oreja, es demasiado rápido. Toma su cuello con fuerza y ​​su cabeza se asoma de lado izquierdo.

»No te mientas a ti misma. Ese es el peor error que puede tener un shinobi, negarse a si mismo. Te hemos observado más de lo que te imaginar, al principio vi alguien sin potencial, superficial y carente de convicciones ... pero, demostraste ser igual a nosotros ... Pude verlo, siempre a la sombra de la grandeza, eras patética, siempre queriendo competir contra una muchacha que no tiene clan, débil y que lo único que pudo hacer fue mejorar, sin talentos, insípida y siendo un estorbo para el mundo; vive en la oscuridad de lo que pudo lograr y tú, siendo de un clan de espías te niegas a la grandeza, puedo ver tu odio hacia la estudiante de Tsunade Senju, ella creciendo y tú detrás de un paso. No eres débil Ino, eres mediocre como tu amigo Akimichi, sin ideales, luchando por un mundo que no tiene salvación un infierno sin salida, tan profundo que no merece vivir en él, ni en la más grande basura, por eso cuando lo viste muerto sentiste alivio un shinobi no debe ser como él, sin ambiciones y siguiendo al montón ... Me sorprendente aún más cuando no hiciste nada por salvar al hombre que amas, lo dejaste ahí haciéndose responsable de tantas misiones que es imposible contarlas pero, aquella noche cuando él se vio interesado en esa rubia, solamente pediste que el sintiera el dolor que tu sentías, y lo hizo, perdió a su mejor amigo como tú a la tuya, y por eso no te importa volver, porqué prefiere vivir en un pasado que afrontar el futuro por venir. Y no lo puedes negar, no a mí, te estuve observando tanto tiempo que puedo memorizar tus emociones, eres demasiado transparente, Ino Yamanaka tan profundo que no merece vivir en él, ni en la más grande basura.

Está estática, vira sus ojos hacia enfrente dónde el hombre le observa con el Shanringan, brillante ante la luz del día. Y no puede negar nada, porqué en el fondo sabe que todo lo que ha dicho es cierto, y negarse sólo acarrearía su insuficiencia al mundo ninja. Es cierto, no piensa negarlo.

—¿Qué hago aquí? —Pregunta mirando fijamente su ojo.

—Eres soberbia, me agradas, solamente quiero una cosa: evita la masacre Uchiha —responde él sin titubear, - evítala y cuando lo hagas vendrás a mí en busca de más.

—¿Por qué estás tan seguro que lo haré?

—Porqué te estás decepcionando del mundo shinobi, de las mentiras que te han dicho, de la vida que escogieron para ti. Vives en un mundo donde la guerra te persigue con cada respiro, y nos acecha, vives el mundo de Itachi Uchiha. Quieres entenderlo, enmendar sus errores cuando los errores que debes de quitar son aquellos que asumiste como virtudes de este infierno, el dolor que se protege cuidadosamente pensando que es lo correcto, todo en nombre de la paz. Por fin, conoces el sentimiento de Itachi. Estás decepcionada del mundo aunque te convenzas a ti misma que no es así, de las personas y sobre todo de las verdades intencionalmente a medias. Por eso lo harás, en todos hay oscuridad pero, pocos sabemos manejarla y debes respetar.

Se acerca más a ella hasta dejar sus frentes pegadas y Madara huele a sangre fresca, el olor cuela por sus fosas nasales y lejos de ser repugnante, aspira un poco más como una droga que intoxica su cuerpo deseando más. El Uchiha acaricia su abdomen con vehemencia rozando con las yemas de sus dedos el abdomen descubierto de la chica, una corriente llena de cosquilleo le recorre de pies a cabeza, es un jodido afrodisiaco latente y que le estima, desea probar. Sus párpados caen y pronto siente su cuerpo relajarse como una larga siesta, sus ojos ya no ven, solamente una figura borrosa que está frente a ella y la máscara no se encuentra en su lugar, únicamente el hombre con él rostro y ese ojo rojizo sonriéndole con maldad; sus rostros están tan cerca que puede sentir el cálido aliento sobre sus labios, acaricia su abdomen desnudo aprisionando un poco la zona. Frío como el hielo se incrusta en la parte del cuerpo, jadea por la sensación, Madara le mira son una sonrisa de oreja en oreja extasiado y esa canica bañada en sangre abrazándose a ella, tan efímera y sedienta de su persona y cuerpo amante de la nada, casi inalcanzable, Madara vuelve a tocar su rostro y ahora tiene las manos húmedas, calientes y rojizas; una vez más él le sonríe y pega su frente lamiendo sus labios con su lengua húmeda, siente un vuelco en la parte inferior de su tórax, su pecho no se mueve y parece no importarle, delicioso, piensa ante el acto. 

—¿Ves? Ya no sientes nada.

Él acaricia su mano con terquedad y la dirige hacia su abdomen mojado por la sangre que escurre entre sus dedos, puede sentir la carne viva pasar por ellos, rodeándole y recordando que no hay dolor tampoco impresión, ni sorpresa. No hay nada.

Él se despide con una sonrisa burlesca llena de maldad, mientras que su cuerpo es absorbido por un punto fijo en el espacio y desaparece ante sus ojos. Toca su mejilla, está caliente y un sentimiento de cobijo la abraza, Uchiha Madara la entiende pues, ya no hay miedo. Porqué él la entiende.

La sacudida de su cuerpo la despierta del trance al que ha entrado, justo frente a ella y el frío piso de aquel horrible lugar. Su mirada se encuentra borrosa sin embargo, no lo suficiente para encontrarse con un desconocido frente a ella. Los grandes ojos negros, su sonrisa y su extraña personalidad.

—Oye, ¿estás bien? —Pregunta él. Ino abre la boca de la impresión ante lo atractivo que es el muchacho frente a ella. Sus mejillas se sonrojan y decide ocultarse en su mechón de cabello, demasiado abochornada por lo sucedido. Mientras tanto, Shisui se permite reírse bastante alegre de la expresión del rostro de Ino, un pequeño mojín que le hace ver extremadamente adorable y es que tal vez Itachi tenía razón.

La chica es francamente bonita (aún para él) y ahora puede entender sólo un poco el extraño comportamiento de su mejor amigo y su claro pensamiento lo suficiente divergente que ha tenido. Y mentiría si dijera que Ino no es nada comparado a lo que pensaba o imaginaba, en realidad, es mejor de lo que creyó con su extraña y apacible belleza que emana. Siendo sincero le gusta.

—Sí.

—Avísale a tu cara, te ves muy mal. Incluso, estás un poco pálida.

Shisui se toma atribuciones pues, toca su frente verificando su temperatura y también limpia el pequeño hilo de sangre que desciende por sus labios, siente el metálico sabor recorrer su boca y está asustada, ese sueño fue tan real.

—Shisui... —susurra Ino percatándose de cercanía y recordando esa sonrisa, claro que es Shisui Uchiha nadie le guiñaría el ojo tan descaradamente a unos centímetros de su rostro.

—Él mismo.

—Fue sólo un sueño.

—Eso no explicaría la sangre.

—Me mordí la lengua, —dice ella y Shisui ignora lo mentiroso que sonó eso. En cambio, extiende su mano y ayuda a la chica a levantarse del lugar.

—Itachi te espera, te llevará a un lugar.

Sus mejillas pronto se tornan de un intenso color rojo y parece que Shisui disfruta de avergonzarla. Oh, claro que sí, lo hace Ino está ligeramente interesada en su amigo, adorable.

—¿Tú qué harás?

—Cosas aquí y allá.

—Esa no es una respuesta —dice Ino fastidiada del juego que Shisui parece adorar.

—Nunca lo hace. Sólo espero que dejes de mentir, Ino. No te ves tan bonita cuando lo haces.

E Ino no puede ignorar el traviesos guiño y la tonta risa de Shisui al salir como si nunca le hubiesen quitado un ojo del rostro y acaba de salir de una operación. Vaya, idiota.

Cuando dijo lugar por supuesto que se refería a la oficina del Hokage. El lugar es justamente como lo que recuerda e incluso el olor a madera es reciente, el color de las paredes es ligeramente más amarillo y la torre de papeles que tiene Lady Tsunade en el escritorio es prácticamente escasa.

El hombre sentado en la cabeza de la oficina le mira detenidamente buscando un indicio de mentira en la historia de Itachi y no precisamente porque desconfiara en el Uchiha, sino en la muchacha de cabellos dorados. Ino camina con ese porte digno de Inoichi Yamanaka y con una mirada llena de convicción. Lejos de mantenerse a raya respecto al Hokage, únicamente se acerca incluso sobrepasando el lineamiento de respeto de la máxima autoridad de ahí.

—Bienvenida —menciona Hiruzen cuando Itachi hace una pequeña referencia e Ino no se inmuta y sólo asiente con su cabeza.— Ella es la persona que mencionaste.

—Así es Lord Hokage.

-¿Cuál es tu nombre? Itachi no quiso decir absolutamente nada personal sobre usted ya decir verdad eso me sorprendió por lo que intuyo que su papel aquí mucha relevancia, solamente sé tiene este extraño viaje en el tiempo que tuvo.

—Soy Ino Yamanaka —el hombre abre los ojos en par, claro que es esa hija única de Inoichi, tan parecida a su padre, con su semblante fruncido y sus largos cabellos rubios—. Creo que viaje en el tiempo. Y necesito salir de aquí.

No sabíamos hasta ahora que el viaje en el tiempo era posible, supongo que es de ese tipo de cosas que no conocemos y tampoco entendemos. No sé de alguna forma en la que puedas regresar al futuro, de hecho hasta que tengamos un poco de conocimiento sobre eso, quiero que nos digas cómo crees que llegaste aquí.

—Nos emboscaron en una misión y es lo último que recuerdo —claro que por su bien no diría su extraño sueño de ese mismo día que le acompaña. Puede sentir la mirada de Itachi sobre su espalda, sabe que miente sin embargo, no entiende porqué.

—¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

—Porqué mi lealtad está en Konoha.

Un extraño e incómodo silencio se posiciona entre ellos. Hiruzen estudia con cuidado situación la si bien, es peligroso ese acto extraño y no sólo por el hecho de que alguien que sabe un poco del futuro puede ser un arma de dos filos incluso para Konoha, sino que hay oídos en todos lados y eso en época de casi un golpe de estado de parte de los Uchiha no es un buen presagio; mientras tanto, el ave que ha estado volando y ha pasado por la oficina tres veces confirma que están oyendo un poco de su conversación o al menos de la aparición de una hermosa chica acompañada de Itachi Uchiha.

—Bien, intentaremos ayudarte a regresar —Itachi asiente en silencio sabiendo lo que el contrario piensa— pero, no quiero que te involucre con las personas puede ser peligroso.

—¡¿QUÉ?! —Pregunta alarmada Ino. El viaje en el tiempo como las novelas de ciencia ficción siempre cambian algo radical. Sabe de lo que puede ser capaz cambiar algo, y su mente le recuerda: evitar la masacre Uchiha.— ¡¿Por qué ?! Eso no es justo, hay peligros allá afuera y...

—¡Alto! —Exclama el Tercer Hokage con esa voz autoritaria que pocas veces se ha escuchado, Itachi mira a Ino esperando su reacción—. No permitiré que te involucres más de lo debido, la historia debe seguir su curso, aunque te duela hay cosas que tienen que pasar.

Ino abre sus orbes horrorizada por la verdad en las palabras del Hokage, dentro de ella sabe que las cosas son como deben ser. Un enorme nudo crece en su garganta y no puede ayudar a contener su expresión de molestia. Por su parte, Itachi espera a que los bonitos orbes azules comiencen a llorar, más no lo hacen y en cambio Ino se agacha y comienza a temblar.

—¡Escúcheme viejo anciano! —Itachi se sorprende por la reacción de la chica e incluso el Hiruzen sorprenderse y su pipa cae en el suelo, su adorada pipa. Ino sigue señalando al líder de la Hoja.— Hay muchas cosas que han pasado y justo podemos hacer algo al respecto y usted ahí sentado fumando que por cierto su patético vicio se pega, y viene y dice que no puedo hacer nada ¡Debe estar bromeando !

No puedo hacer caso a los caprichos de una niña.

—¡¿De qué habla? ¡No soy una niña!

Itachi sostiene a Ino de la cintura, evitando de esa forma que se vaya casi a lo golpes con el Hokage, ella se remueve como una desquiciada y lanza sus puños en contra del líder de la aldea. Hiruzen mira desentendido de lo malcriada que puede ser Ino Yamanaka y de la educación que le dio Inoichi.

—Vamos —Itachi lleva casi arrastras a la kunoichi. Y es que, para Itachi eso es casi nuevo, nunca había convivido con una muchacha tan ruidosa y escandalosa como lo es Inocente Yamanaka.

—¡Esto no se va a quedar así! ¡¿Oyó?!

Hiruzen solo siente un balde de agua fría bajar por su espalda, esa chiquilla adorable y de grandes ojos azules es una mujer problemática completa. ¿Quién y por qué criaron a esa niña como una chiquilla malcriada? Tal vez deba hablar con Inoichi.

—Sí, es lo mejor —murmura para sí mismo el Hokage. Justo cuando Itachi sale de la oficina en un parpadeo.

Hombre fascista y ¡¿Quién mierda se cree?! son algunas de las frases de Ino mientras es jalada por Itachi entre los árboles de los alrededores de la aldea. Itachi la mira confundido y si me permiten decirles un poco extrañado con la situación si bien, Izumi suele tener su temperamento pero siempre ha sido la chica dulce que le espera para comer Dangos y le sonríe hasta que sus ojos oscuros se les marque unas pequeñas arruguitas . En cambio con Ino, es impredecible, solía pensar que probablemente rompería en llanto y debería que consolarla sin embargo, había demostrado que es chillona y también una mujer con bastante carácter. No es que no le gustara, simplemente es diferente.

—¡Ese Hokage! ¡Y pensar que solía regalarle cosmos! —Sigue con su queja la chica.— ¡No se las merecía! ¡Ni siquiera me llegó decirle algo! Sólo se atrevió a correrme ¿entiendes?

Itachi ríe y es extrañamente melodiosa para los oídos de Ino. Él mantiene sus ojos cerrados y una pequeña sonrisa en sus labios.

—¡¿Qué es tan gracioso?! —Cuestiona Ino ofendida.

Para en seco en una pequeña parte del bosque. Ino coloca sus manos en sus caderas e Itachi no puede reprimir otra pequeña risa que es como un canto celestial para los oídos de ella.

—No es nada.

Ino arquea su ceja levemente y muerde el interior de su mejilla. Mentiroso, puede leer la expresión de la rubia.

—Dilo.

—No.

—Vamos, dímelo.

—No lo haré.

Ino se posa frente a Itachi y él puede que ella es bastante más baja que él, su ojos le estudian cada centímetro de su expresión y en realidad eso seria intimidante si ella no tuviera su rostro pintado de carmín. Entonces la ve más de cerca y no físicamente sino como si poseyera alguien que nadie más tiene, su alma. Los rayos de sol del medio día bañan a la kunoichi, el ligero y fresco viento de esa primavera hace danzar sus cabellos dorados y su púrpura, y mierda, el cielo acompaña perfecto con sus ojos.

—¿Entonces?

Itachi parpadea para volver entrar en razón.

—¿Me dirás el por qué te burlas de mí?

—No me burlo de ti.

Ino se inclina un poco acercándose más al rostro de Itachi. Con esa mirada inquisidora que le atraviesa todo el cuerpo.

—¿Y bien?

—Nunca había conocido a alguien como tú.

Ino está asombrada.

—¿Dije algo malo? —Cuestiona él al no ver alguna respuesta en el rostro de ella, parece ligeramente impresionada por sus palabras y en cambio ella sólo puede ver la genuina preocupación de él.

—No, me parece extraño eso es todo.

—¿Extraño?

Ino toma asiento sobre el verde césped que la hace resaltar entre la belleza de la naturaleza. La kunoichi palmea a su lado e incluso increíblemente Itachi no se cuestiona como suele hacerlo con cada acción.

—No eres la persona que todos creíamos que eras —él inclina su cabeza intentando descifrar lo que en verdad piensa Ino— todos pensábamos que eras un alma despiadada y veo que no es así.

—Las personas suelen juzgar a la ligera cuando desconocen sus propias convicciones.

—¿Por qué parece no afectarte? —Pregunta ella.

—¿Por qué quisiste volverte una kunoichi excepcional?

Ino abre sus ojos como platos, esas eran sus palabras cuando era niña, ser la mejor kunoichi de todas. Pero con el tiempo se había dado cuenta que estaba lejos de serlo. E Itachi no diría que había investigado un poco de la niña Yamanaka que en esos momentos estudia con su hermano tanto.

—Supongo que para proteger a la gente. Pero no siempre proteges a todos —la mirada moribunda de Asuma en su lecho de muerte le recae en su mente una y otra vez.

—No siempre las salvas hay quienes sí, debemos valorar una vida, en ocasiones el trabajo sucio puede ser la única opción.

Un pequeño pensamiento pasa por la mente de Ino, sus ojos comienzan a humeder y el nudo que (irónicamente) gracias a Itachi aparece y desaparece, nace nuevamente y esta vez con más fuerza, recorre su cuerpo arriba y abajo. Se permite derramar unas lágrimas mientras mira al piso evitando que el Uchiha vea detrás de su flequillo rubio. Más no lo logra e Itachi coloca su mano en el pasto buscando y encontrándose con la de Ino, apenas un roce, sus meñiques se encuentran.

—Fue por Sasuke —difiere Ino sin levantar la mirada como si sus pies fueran el objeto más interesante del mundo. Lo que no sabe es que Itachi la ve de esa peculiar forma—. Mataste a tu clan por Sasuke.

Claro que lo haría ¿o hizo? De esa manera, Itachi dentro de sí sabe que las condiciones en las que se encuentra el golpe de estado y los problemas políticos de la aldea depende de un hilo, tan sólo un hecho que definiría si la guerra se aproxima. Itachi lo sabe, ese terror con el que le veía la kunoichi o si quiera sus comentarios acertados sobre la Masacre Uchiha, un suceso que sabe es su destino. Lo supo en el preciso instante en el que Shisui estuvo apunto de terminar con su vida.

—Itachi —Ino le mira suplicante— ¿por qué los mataste? Bueno, tu versión futura o lo que sea.

—Ino ... —susurra Itachi sientiedo su corazón encogerse ante semejante escena. Y es que, Ino llora sin hacer ruido, sus grandes ojos se apagan y el aire de su corazón disminuye cuando ella le ve con rencor.

—¡No! Nada de Ino —ella quita rápidamente su mano del tibio tacto del suyo— dime una maldita razón, te puedo ayudar, Shisui lo haría él te ama como un hermano, Izumi lo haría, ella te ... Yo lo haría. Puedes confiar en mí.

Itachi logra ver la verdad de sus palabras. ¿Cómo decirle que su clan quiere darle caza y muerte a su amada aldea?

—No lo entenderías.

—¿Por qué dices eso? —El tono es apacible y roto, todo a la vez si eso es posible.— ¿Y no quieres cambiarlo?

—Te lo he dicho, hay cosas que no se pueden cambiar.

Ha vuelto ese tono serio que Ino se percató en su llegada, inexpresivo y su semblante pronto se vuelve estoico, él piensa en todo lo que hay en juego y lo terriblemente mimada que es Ino, ¿Cómo decirle a la deslumbrante muchacha que si él no mata a su clan, toda su aldea entrará en conflicto y con ello la guerra? No puede, le recuerda un poco a Sasuke, son sólo niños le dice su mente, Sasuke como Ino solo son niños jugando a ser ninjas y merecen vivir en un mundo rodeado de paz y no en el terrible destino que les aguardaría en una guerra que no les pertenece.

—Pasa algo y no confías en mí.

Impredecible, piensa Itachi. Y curiosamente le gusta la sensación que ella le provoca. Es como un remolino de emociones, Itachi quiere proteger a su aldea tal como quiere proteger a la hermosa chica a su lado, es algo que ella no comprenderá y tarde o temprano debe hacerlo.

¿No es ella una prueba fehaciente del destino? Lo es, ella probablemente no estaría ahí si Itachi no hubiera sacrificado a su familia, clan y chica que ama. Su mente poco entiende del gran sacrificio que había significado para Itachi.

—¿Por qué haces esto? —Cuestiona Itachi mirándole fijamente pidiendo en sus ojos que ella no responde y simplemente se vaya sin voltear atrás.

—No lo sé —es verdad— solamente no quiero que sufras.

Y él se siente ligeramente ebrio por el dulce aroma de ella y el pequeño movimiento de sus hombros, sus mejillas rosadas y su mirada perdida de lo avergonzada que está.

—¿Por qué piensas que sufrire? Alguien que mata a su clan no siente remordimiento.

—Porque mataste a tus padres, a Izumi, a tu clan, la gente que te vio crecer y siempre estuvo ahí. Dejaste a Sasuke, y creo no, estoy segura que no eres el tipo de persona que ama y sólo un día lo dejas todo.

—¿Qué quieres decir?

Ino suspira, Itachi es más evasivo de lo que creyó.

—Lo que quiero decir es, que te llevó a hacer eso.

Itachi se siente descubierto. E Ino se permite indagar en el tema.

No eres una persona muy sociable, en realidad creo que nadie te conoce fuera de tus padres y uno que otro ser humano, pero eso no es malo al contrario, eres demasiado íntimo con las personas porqué te preocupan. Tú no harías algo que no fuera por un bien común y estoy casi seguro que quisiste hacerlo por una sola persona y esa es Sasuke.

Ino sonríe con autosuficiencia cuando capta la atención de Itachi. No lo conoce a ciencia cierta, pero puede decir que tiene el privilegio de conocerlo mucho más que otros, mucho más de las personas que han hablado del terrible traidor en el que la historia lo convirtió. Claro que ella ya no piensa eso de él, lo está conociendo y es tan impredecible como suele ser el caos.

—No descansaras hasta que te diga ¿cierto?

Ino asiente com esa sonrisa triunfal e Itachi solamente da un pequeño gesto genuino como lo es una sonrisa.

Un pequeño revoloteo se escucha entre los árboles pero, no están muy seguros si son las mariposas en sus estómagos o es un ave encontrando su cantar en primavera, sea lo que sea él comienza a relatar una pequeña parte de la historia esperando una reacción violenta de ella en cambio el único que tiene una reacción es él perdiéndose en el extenso azul cielo y no me refiero al azul del firmamento.

Lejos de ahí en la torre del Hokage, Danzo mira insistente a Hiruzen, este ni siquiera se inmuta y fuma de forma tranquila su amada pipa.

—No entiendo cuál es el problema.

—Exijo que Shisui Uchiha pague por sus crímenes, atacó a mis mejores hombres. ¡Los Uchiha están listos para la guerra!

—No permitiré que me hables de esa forma —exclama con su mayor autoridad Sarutobi.— Y sea cual sea tu problema con Shisui no puede ser llevado a cabo, llevamos tres días intentando encontrarlo, está desaparecido.

—¿Los Uchiha han dicho algo? ¿La policía? —Hiruzen puede sentir un extraño titubeo en su consejero.

—No, pero no tardaran en buscarlo y espero que todos cooperemos ¿de acuerdo Danzo?

Una vez que su consejero ha salido de su oficina, aquel sonido del ave revoloteando se posa justo frente a su ventana.

—¿Dónde estás, Shisui? —Pregunta al viento, aquel animal de ojos rojos no es buen augurio y menos con Ino Yamanaka del futuro involucrada.


Espero les haya gustado ♡.
Gracias por leer.

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