𝟎𝟖 | ¿𝐂𝐎𝐍𝐄𝐂𝐓𝐀𝐌𝐎𝐒 𝐎𝐓𝐑𝐀 𝐕𝐄𝐙? ᴘᴀʀᴛ ᴏɴᴇ
❝ ¿Qué pasaría si te digo que siempre te mire?
Que siempre quise abrazarte
Que siempre me gustaron tus ojos.
Que siempre me gustó tu mirar
Que siempre te quise decir lo mucho que me gustabas pero...
Nunca te lo pude decir tal vez lo mal intérprete todo. Tal vez todas las señales, todas las respuestas. Tal vez me ilusione en vano. Tal vez ni siquiera debí verte de esa manera y enamorarme otra vez. Tal vez fue mi culpa por verte así siempre.
Siempre... Quise tratar de no hacerlo pero no pude, y mi corazón... No lo pude controlar. ❞
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Sam salió de Cambridge con su capucha puesta tratando de darse calor en sus manos. La punta de sus dedos y nudillos estaban rosados por el frío al igual que la punta de su nariz. Sentía como la nieve que caía momentánea del cielo se colocaba sobre su ropa y lentamente se derretía dejando marca.
Conectó sus auriculares a su celular haciendo que sus músculos comenzarán a relajarse lentamente mientras caminaba por la solitaria calle de Inglaterra.
Caminó por unos cuantos minutos hasta llegar a un parque. Los árboles estaban teñidos de blanco, y las hojas verdes haciendo pequeñas apariciones. Pero gracias a las luces amarillas de los focos era un ambiente cálido.
Samantha se saco los audífonos y se acercó a una banca donde una mujer con un bastón yacía sentada allí.
──── ¿Puedo sentarme? ──── Preguntó suavemente
──── Claro. ──── Respondió la mujer
Sam llevo su vista a aquella mujer al reconocer el tono de su voz.
──── ¿Señora Carmen? ──── Preguntó sorprendida
──── Sí, soy yo. ──── Dijo soltando una risita ──── ¿Me conoce de algún lado?
──── Soy Samantha. ──── Dijo con una sonrisa ──── Hablábamos en el avión camino aquí.
──── ¡Ah! ──── Soltó asombrada ──── Eres la jovencita con el corazón roto, ¿No?
──── Lamentablemente tiene razón. ──── Dijo con un suspiro
──── ¿Como vas con esa joven, niñita? ──── Preguntó tanteando con su arrugada mano la rodilla de Sam ──── ¿Pudieron arreglar sus problemas?
──── Pensé que si podríamos arreglarlo. ──── Dijo con pesar jugando con sus propios dedos ──── Hemos tenido demasiados problemas entre ambas que aveces siento que ya no podremos arreglar las cosas.
──── Si el destino de verdad las quiere juntas, podrán afrontar sus problemas. ────...──── Si su amor es tan fuerte como creo que es, ambas terminarán venciendo esos problemas y el amor triunfará. Solo debes creerlo, hija.
Sam asintió dejando caer su espalda sobre el respaldo de la silla de madera. Suspirando sabiendo que tenía razón. ¿Pero de verdad su amor sería tan resistente como ella pensaba? Pero otra pregunta de verdad la angustiaba.
¿Ale de verdad la ama con la misma intensidad que ella lo hace?
──── ¿Y que pasaría si ella no siente lo mismo que yo? ──── Preguntó angustiada
──── Estoy segura que ella lo hace. ──── Aseguró en un tono suave pero decidido ──── Y si no, ella se pierde de una buena joven de lindos y sinceros sentimientos. ¿Verdad?
──── Prefiero engañarme con eso. ──── Murmuró
──── No de trata de engañar, se trata de la verdad, Samantha. ──── Dijo dedicándole una sonrisa. Apesar de que estaba ciega, podría sentir como el sentimiento de angustia se apoderaba de Sam ──── Describes tan bien la forma en la que amas y adoras que no dudó por un segundo que ella es la equivocada.
› Y si de verdad la amas y quieres arreglar las cosas, hablen. ──── Propuso ──── Si realmente quieres que el tiempo pase rápido entre ambas deben hablarlo. El tiempo hace que todo mejore, sí. Pero lento. Tienes dos opciones, pero debes elegir alguna, Sam.
¿Que haría? Sabía que la señora tenía razón, ¿Pero de verdad sería todo más fácil? Necesitaba respuesta del porqué Alejandra hizo eso. Debía conversar con ella, ¿Pero Alejandra la recibiría?
──── Tiene razón. ──── Dijo segura ──── Hablaré con ella, y si llega a tener solución, se lo deberé a usted.
──── Eres una persona fuerte, Samantha. Me doy cuenta de eso. ──── Samantha acercó su mano hacia la de ella ──── Ahora ve por tu chica, ¿Esta bien?
──── Eso haré. ──── Hablo nerviosa ──── Muchas gracias por todo, señora Carmen. Se lo agradezco mucho.
──── No hay de qu...─
──── ¡Mamá! ──── Una voz de escuchó a lo lejos ──── Aquí estás, debemos ir a adentro. Ya está haciendo mucho frío aquí afuera.
──── Oh, hijo. ──── Tomó su bastón y el joven enrolló su brazo en el de ella siendo su soporte ───── Está hablando con esta joven aquí y el tiempo se me pasó. Lamento haberte preocupado.
──── Gracias por estar con ella aquí un rato. ──── Murmuró el joven rascando su nuca
──── Su madre es una señora muy sabía. ──── Dijo colándose nuevamente los auriculares
──── Suerte con todo, señorita Sam. ──── Murmuró la señora con una sonrisa
──── Gracias a usted por ayudándome tanto.
Sam se colocó su capucha nuevamente y trotó rápidamente hacia Cambridge. Su mente divagaba rápidamente sobre todos los pros y contras de está situación.
A lo lejos vio las llamativas luces de Cambridge y corrió un poco más fuerte hacia allá. Sonrió felizmente cuando vió a Lilian y Madison en la entrada cada una con un vaso café humeante en sus manos.
──── Al final llegas. ──── Madison fue la primera en hablar extendiéndole el café
──── Lo siento. ──── Alzó sus hombros ──── Estaba ocupada con alguien.
──── Uh, ¿Quien es? ──── Preguntó Madison pícaramente ──── ¿Puedo saber quién y que estaban haciendo?
Sam pensó rápidamente en Carmen y arrugó el entrecejo entendiendo perfectamente el tono doble sentido que Madison había ocupado.
──── Ugh, que asco, Madison. ──── Golpeó su hombro con una sonrisa
──── Deja a la niña tranquila, Madison. ──── Ordenó Lilian en un tono tranquilo abrazando a Sam por los hombros brindándole calor ──── Me alegra que la salida te haya servido. ──── Sacudió su cabello con diversión y la dulzura que solo Lily tenía
El trío camino por los pasillos entre risas y anécdotas. Pero antes de llegar a su habitación escucharon alzadas de voz provenientes de la oficina de Dick.
El trío, preocupadas, se miraron entre sí para luego asentir y acercarse más a la habitación cuando los gritos fueron más fuertes.
──── ¡No dejaré que hagas una estupidez como esa, Alejandra! ──── Gritó Dick sosteniendo fuertemente la muñeca de Ale lanzandola contra la pared
──── ¡Sueltame, Dick! ──── Ordenó Ale en un susurro débil por el impacto ──── ¡Me estas lastimando!
Sam arrugó el entrecejo y una oleada de furia hacia Dick al enfrentar a alguien tan inocente y vulnerable como Ale en ese momento.
Madison lanzó una patada hacia la puerta abriéndola dejando ver a la mexicana y al inglés.
Alejandra tenía lágrimas en sus ojos mientras que su muñeca tenía un gran moretón y un color carmesí fuerte en su muñeca.
Dick, en cambio, su rostro estaba totalmente desfigurado por la furia. Cuando vio al trío soltó fuertemente la mano de Ale haciendo que ella cayera al piso.
Sam sintió su respiración cortarse y apretó su nudillos tensos haciendo que su corta uña se encajaron en su palma dejando una marca notoria.
Como impulso, se acercó a Dick a pasos firmes y alzó fuertemente su brazo derecho impacto con la mandíbula y parte del ojo del inglés haciendo que diera una pequeña vuelta en su propio eje.
Un jadeo de sorpresa salió de los labios de Lilian y Madison mientras se escuchaban los sollozos de Ale de fondo.
──── No tienes el derech...─
Otro golpe seco en su mejilla lo hizo guardar silencio.
Dick cayó duramente al suelo y Sam aprovecho eso y de subió en su regazo golpeando 1, 2, 3, 4 y 5 veces más el rostro él.
──── Te juro que si vuelves a tocar a Alejandra otra vez te co...─
Unas manos fuertes se posaron en la cintura de Sam alejándola del inglés. Él se levantó enojado del suelo con intenciones de golpear a Sam, pero dos policías habían llegado y lo tiraron al suelo nuevamente.
──── Dick Wilson: Serás retenido por intento de agresión a una menor de edad, ──── Soltó un grito molesto Dick ────, y por vender sustancias ilícitas en una institución educativa a menores, además que obligarlos a tomarlas. ──── Ésto último tomo por sorpresa a todos, más Sam y Ale seguían meditas en su burbuja
──── Ale te está llamando, Samy.
Sam alzó sus cejas con incredulidad y soltó una risa nasal nerviosa mientras negaba.
──── Debes estar equivocada.
──── Lily no está equivocada, Sam. ──── Negó Madison con seguridad ──── Yo misma acabo de escucharla susurrar tu nombre.
Sam asintió sintiendo como lentamente el aire dejaba su sistema. Pero se levantó del suelo con sus piernas tambaleantes. Soltó un leve chirrido de dientes cuando un dolor punzante llegó a sus nudillos.
Se acercó a pasos lentos pero seguros a la habitación de Alejandra. Dudó si en tocar o no, pero lo hizo. Si Ale la estaba llamando, algo serio querrá con ella.
Ya que ella no creía que luego de tantos meses de odio falso y incertidumbre, Ale la llamara por libre y espontánea voluntad.
──── ¿Ale? ──── Preguntó suavemente golpeando con sus dedos un ritmo suave sobre la madera de la puerta ──── Las chicas me dijeron que me llamaste, ¿Estas bien?
Sam sintió como todo rastro de seguridad que había querido crear de desvanecía en cuestión de segundos cuando vio a Ale al otro lado de la puerta.
Ella estaba con su cabello desordenado y despeinado con varios nudos. El rímel que antes tenía perfectamente dibujado en sus ojos, ahora estaba seco desparramado sobre sus mejillas por culpa de las lágrimas. Sus labios estaban blancos y secos.
Pero más que nada, su rostro estaba sin vida. Solo reflejaba el dolor y la traición que había pasado momentos atrás.
──── ¿Estas bien?
Ale la miro, y se sintió tan pequeña pero a su vez, tan amada y protegida por el tono de voz que Sam había usado con ella. Sin pensarlo se lanzó a los brazos de la pelirroja que no dudó ni un momento en rodearla con sus brazos brindándole la seguridad y el cariño que había estado anhelado tantos meses desde su ruptura.
Sus cuerpos se amoldaban a la perfección como si hubiesen estado perfectamente unidas para ese momento.
Ambas se seguían complementando como la primera vez.
Sam camino un poco más con dificultad al tener a Ale llorando sobre su pecho. Cerró la puerta de la habitación con su pie y alzó un poco a Ale del suelo, y en un movimiento rápido, Sam estaba sentada en la cama con Ale a su lado aún llorando cual niña pequeña sobre su pecho.
Sam aguanto la respiración y lentamente subió su mano para acariciar el cabello de Ale, que, apesar de su estado desordenado, este estaba suave y perfumado. Tal y como lo recordaba.
──── Dick ya está en prisión. ──── Murmuró suavemente tratando de no romper la burbuja de tranquilidad que ambas habían creado cuando Ale había calmado su llanto ──── Ya no podría hacerte daño, ni a nadie.
──── ¿Por qué lo hiciste? ──── Preguntó con su voz rasposa luego de unos segundos
──── ¿Hacer que? ──── Preguntó aún acariciando el cabello de Ale
──── Defenderme.
Sam no respondió enseguida. Solo se quedó allí, pensativa hasta que dijo:
──── No lo sé con certeza. ──── Mintió ──── Solo me enojo bastante que Dick te lastimara que solo.... Reaccioné.
Ninguna dijo nada luego de unos segundos, pero ambas seguían abrazadas solo acompañadas con el cantar de la grillos y la gran luna en esa noche de invierno.
『POV SAM』
──── ¿Podrías perdonarme?
──── ¿Qué?
Lentamente me fuí deshaciendo del suave agarre de Ale, quien, cuando me separo por completo, pude ver su rostro ruborizado pero lleno de confusión ante mi declaración.
──── Ya sabes, por todo. ──── Rasque mi nuca nerviosa sin saber cómo continuar ──── Quiero ser honesta contigo, Ale, y decirte las cosas de frente.
Ella asintió secando las pocas lágrimas que aún caían silenciosamente sobre sus mejillas.
──── Esos rumores en la escuela, yo... ──── Vi como si cuerpo se tenso a mi lado, sabía que era un tema clausurado para ambas, pero tenía la necesidad de que ella supiera la verdad aunque no me creyera ──── Quiero que sepas que jamás te usé, o estuve con ese chico estando contigo.
Ella asintió en silenció sin mirarme. Odiaba profundamente cuando hacia eso. Siempre que intentaba disculparme ella simplemente asentía y jamás me miraba directamente a los ojos.
Me arrodillé frente a ella poniendo más manos en sus rodillas como soporte.
──── Te amo demasiado como haber hecho eso. ──── Murmuré sin pensar, más no me arrepentía ya que la más sincera verdad
──── ¿Me amas aún? ───── Preguntó en un susurro, pero su mirada fijamente en la mía
¿Aún la amaba? La respuesta era más que obvia, solo faltaba que ella supiera la verdad.
──── Sí. ──── Respondí con determinación y una seguridad que yo misma me sorprendí ──── Jamás de hacerlo, y todo esos rumores son totalmente falsos. ────....──── Jamás deje de amarte, Ale. Y creo que nunca dejaré de hacerlo.
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