CAPÍTULO 5: AMENAZA
—— AMENAZA ——
Elara llegó hasta la clínica de Deaton. La morena se quedó sentada en una silla a la espera de que Deaton terminara de trabajar.
—¿Desde cuando te despiertas con heridas por el cuerpo?— Deaton miró a Elara con curiosidad.
—No suele ocurrir todas las noches. Aunque son la mayoría. pero no es la primera vez que me ha pasado. Pero en aquella vez no eran tan seguidas, ni las visiones parecían ser del presente.— Respondió Elara mientras jugaba con un bisturí.
—¿Como son las heridas?— Preguntó Deaton con curiosidad.
—Son idénticas a las que, quién muerte, recibe.— Explicó Elara alzando la cabeza. —La anterior noche desperté con las heridas por las que murieron la familia de wendigo. Otras noches despierto con sangre alrededor de mi cintura o de mi cuello. Pero la aparición de las heridas solo ocurre cuando lo que tengo son visiones, y solo por la noche.— Aclaró Elara con seriedad.
—¿Pasó algo en el purgatorio?— Elara se quedó desconcertada ante aquella pregunta, recordando, instintivamente, la última prueba.
—Parte de ello está olvidado.— Respondió.
—Eso es extraño. Sea lo que sea que te obligaron a olvidar es importante, porque está relacionado con la evolución de tus visiones y con la profecía de Las puertas.— Deaton miró a Elara mientras sacaba una grabadora y la daba al play.
—Når beskytteren faller. Venn blir fiende. Og fienden i alliert. Mørket vil komme. Og krigen begynner. Dørene vil åpne.— Al escuchar su voz Elara se tensó mientras se ponía de pies.
—Cuando estuvisteis en el purgatorio algo o alguien te atacó, tuviste heridas provocadas por un lobo, uno de dimensiones fuera de lo normal. Cuando tus heridas se curaron empezaste a decir esto. Una y otra vez. Sea lo que sea y lo que signifique es importante.— Elara miró a Deaton con terror.
—Es la profecía...— Murmuró Elara con un hilo de voz.
—¿Qué profecía?— Preguntó el veterinario confundido.
—La de las puertas.— Respondió Elara alzando su cabeza.
***
A diferencia de otras personas, Elara y Brett preferían entrenar al lacrosse en el bosque. En específico en una zona de él a la que nadie solía ir. Y era allí donde solían pasar varias noches a la semana, aunque no siempre entrenaban, ya que algunas, la gran mayoría ambos terminaban en alguna pizzería.
—Llegas tarde.— Puntualizó su primo haciendo que Elara le mirase con aburrimiento.
—O tú has llegado demasiado pronto.— Puntualizó Elara sonriendo. —No has traído el stick.— Comentó ella al ver a su primo sin ningún equipamiento.
—No pude ir a por ello a casa. Miembros de la manada aseguran haber sido atacados. Tal vez sean cazadores.— Elara frunció el ceño al escucharle.
—Brett los Argent no han sido.— Aseguro Elara defendiendo a su familia paterna. Aunque en aquel momento, por su mente paso la imagen de Kate. ¿Y si había sido ella?
—No sabemos quién ha sido, pero sí que es un riesgo. Para mi manada y para la tuya.— Elara rodó los ojos al escucharle.
—A sido un día largo, Brett. Dime por favor que no vas a darme un discurso sobre protección o una conspiración por futuros ataques a sobrenaturales, porque sino, te juro que te daré la paliza de tu vida.— Ante la amenaza de su prima, Brett retrocedió asustado. sabía que Elara era capaz de ello y de mucho más, así que por su bien debía de cerrar la boca y hablar de ello cuando estuviera se mejor humor.
Ambos adolescentes cambiaron de tema rápidamente, y comenzaron a hablar de temas tribales. Finalmente los dos llegaron hasta una cafetería. Cosa que comenzaba a ser muy normal.
—¿Qué es lo que te pasa? ¿Los reencuentros han sido muy emotivos? ¿La vida normal es aburrida?— Elara rodó los ojos ante las preguntas de su primo.
—He dicho la profecía de las puertas en noruego y mi lado de vidente está evolucionando. Me enfrente a una gran decisión en el purgatorio y parte de lo vivido allí lo he olvidado.— Resumió Elara mientras jugaba con la taza que tenía entre sus manos.
—¿La de Las puertas?— Elara asintió ante su pregunta.
—Pero no se sabe si se ha hecho realidad o no. Hasta que no sepa a quienes se refiere es un problema lejano.— Respondió con tranquilidad.
—Vale... ¿Qué elección tenías que hacer? ¿Que ponerte para una fiesta?— Elara le dio una patada a Bett bajó la mesa mientras él reía.
—Algo un tanto importante. Debía de elegir entre dos personas. Y creeme la decisión no ha sido sencilla. Siempre creí que elegiría a mi hermano ante cualquier cosa pero no fue así...— Brett frunció el ceño al escuchar a su prima hablar de ello.
—Se por dónde va tu elección, Elara. Y no está mal. Es bueno elegir a quien quieres por encima de las cosas.— Elara negó.
—De pequeña me hice la promesa de que siempre, bajo cualquier concepto y circunstancia, Alexander sería la primera opción. Cuando mi madre murió fue el único con el que me sentía segura, fue el primero al que le conté algo sobre ella y en quien siempre he confiado.— Aseguró la morena con melancolía en sus palabras.
—Bueno, pero eso fue antes de saber todo esto. Realmente ¿crees que es un error? No lo creo Lara. El purgatorio te puso esa prueba para que comprendieras que tal vez estabas equivocada en tus decisiones y en tus actos. Y respecto a lo que olvidaste, si lo has olvidado es por qué era importante. Nunca he estado en el purgatorio, pero recuerdo que mi abuelo me explico que si olvidas algo vivido allí es porque puede ser muy importante.— Elara asintió ante las palabras de su primo mientras le sonreía.
***
Al llegar a casa, Elara se encontró con que Kiernan estaba allí esperando a poder hablar con ella. Ver a su padre no la hacía nada de gracia a la Alfa. Estaba cansada de sus estúpidas escusas y de sus mentiras, cansada de creer que por una vez un cazador fuera a cambiar. Había comprendido que ninguno, jamás, cambiaría y si lo hacía, era porque la crueldad de ese mundo no le habría salpicado en exceso.
—Elara.— La morena ignoró su presencia mientras se dirigía a su habitación y cerraba la puerta, para después encontrar se con el dibujo de un escorpión hecho con sangre. —Elara.— Kiernan abrió la puerta encontrándose con el dibujo. —Mierda.— Murmuró.
—Me han encontrado.— Murmuró Elara con un hilo de voz.
—Es completamente imposible. Nadie sabe dónde vive el Beskyttende.— La morena miró a su padre encarnando una ceja.
—Después de todo lo que ha pasado, me sorprende que hayan tardado tanto en llegar.— Puntualizó Elara con tranquilidad.
—Esto no es una broma, Elara. Van a ir a por ti.— Kiernan miró a su hija con seriedad.
—¿Crees que me lo tomo a broma? Han intentando matarme muchas veces desde que Alexander y Scott fueron mordidos, así qué, que unos locos vengan para intentar sacrificarme o lo que sea para abrir las puertas del infierno es la cosa más normal que he escuchado en mucho tiempo. Por lo menos esta vez tras mi cabeza no va un Alfa o una manada de ellos, o un druida oscuro o un espíritu malvado o la versión malvada de mi hermano.— Alegó Elara mientras se cruzaba de brazos.
—Y si te hubieras ido como te dije ellos no te hubieran encontrado.— Aseguró Kiernan.
—No voy a irme de Beacon Hills. Te lo he dicho siempre y te lo volveré a decir. Si no te gusta mi decisión o el simple hecho de que sea sobrenatural, no debías de haber aparecido en mi vida. Mi vida estaba bien mucho antes de que aparecieras diciendo que eras mi padre. Yo jamás te he pedido nada y jamás lo haré. Así que deja de actuar como mi padre porque no lo eres.— Elara miró a su padre con seriedad haciendo que Kiernan asintiera y se marchara.
Elara se encerró en su habitación mientras miraba hacia el símbolo. Siempre que el tema de los Escorpión era nombrado, Kiernan y ella solían terminar discutiendo. Pero esta vez Elara no había soportado el comportamiento de Kiernan y había terminado por decirle todo lo que pensaba. ¿Era cruel? Bueno todo dependía desde la perspectiva que se mirase.
Por supuesto Elara se sentía mal por haberle hablado así a su padre, pero no soportaba el hecho de que él siguiera con sus comentarios de «debías de haberte ido». Puede que muchas veces Elara tuviera la idea de que tal vez sería una buena idea huir, pero luego recordaba que ella no era una cobarde. Además, ¿a dónde iría? ¿En qué parte del mundo los Escorpión o cualquier cazador no daría con ella? Sinceramente, si ella no había huido de Beacon Hills era por el simple hecho de que llegado un momento sería ella la que necesitaría ayuda.
Y ese momento había llegado.
★★★
Es un capítulo bastante importante. Sobretodo por el hecho de que Elara comienza a decir la profecía. Cada parte de ella tiene relación con alguien cercano a ella, algunos hechos se han cumplido otros, todavía, no.
También es importante por la mención y aparición de los Escorpión, esta parte de la historia también contará con la explicación de lo que son y de lo que puede pasar si esas puertas se abren. Realmente en esta parte de la historia ocurren muchas cosas...
Pero sin duda, lo mejor fue el momento de Brett y Elara, se que Brett no sale mucho en la serie, únicamente en un par de capítulos. Así que en base a ello intento definir su personalidad, cosa que es bastante complicada.
¿Os gusta como estoy llevando a Brett?
Sinceramente amo ambos juntos, es decir Brett es como un hermano mayor para Elara y eso me gusta, y bastante. Aunque también adoró la confianza que tiene con él para contarle lo ocurrido en el purgatorio.
¿Qué os parece la relación de Elara y Brett?
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ♥
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