Killua estaba pasando una etapa como cualquier adolescente hormonal, parecido a cuando destapas una botella de refresco que fue agitada hasta tal punto que explota en tu cara.

Se estuvo conteniendo demasiado desde que tuvieron esa clase de discusión, ahora no perdía cualquier oportunidad para besarlo y arrinconarlo para tocarlo en las partes erógenas. Gon no se molestaba por eso, le encantaba que volvieran a la normalidad después de estar alejados por unas eternas semanas.

El cabello blanco le hacía cosquillas en la cara. —¿Estás aprovechando de que estamos solos?

Estaban en el Coliseo del Cielo en una habitación compartida. Alluka quería ver las peleas en persona debido a que estuvo juntándose bastante con Zushi y el maestro Wing. 

Los pensamientos promiscuos del albino surgieron de repente, estaba seguro que en su temprano enamoramiento con Gon tuvo varios ataques de pena cuando le pedía que durmieran juntos a pesar de que cada quién tenía su cuarto individual.

Quitando eso de su cabeza se centró en el presente donde disfrutaba del cuerpo bronceado contraerse por sus manos viajar por su anatomía. A veces se escuchaba el sonido del tacón de las sandalias que llevaba cuando intentaba conseguir una mejor posición, estar contra la pared resultaba excitante pero también incómodo.

Killua se dio cuenta al sentir parte de la pierna contraria rozar contra su cintura en busca de que lo cargara.

Lo sujetó de los muslos para cargarlo hasta la cama. Comenzaron un beso amoroso cargado de amor. Apenas lograron acomodarse tuvo que maldecir en voz alta, olvidó por completo traer los implementos necesarios para hacerlo. Tuvo una idea que le hizo sonreír como un gato.

Ambos estaban ya muy excitados así que recurrirían a un plan b. Después de que quedaran desnudos quedó embobado por la imagen jadeante de Gon debajo de él con pequeñas lágrimas en los ojos y la boca abierta. El sudor resbalaba lentamente queriendo lamerlo pero no podían tardar demasiado.

El pene de su pareja siempre fue más pequeño que el suyo, le causaba ternura que ahora que los juntaba logrando un gemido mutuo por la sensación lo notaba con mayor facilidad. Empezó a ejercer presión y a mover su mano de arriba a abajo con rapidez.

Pero no era suficiente, menos cuando los sollozos y gemidos agudos del moreno lo volvieron loco. Movía sus caderas mientras su rostro pálido empezaba a sudar.

Estaban perdidos pronunciando el nombre del otro. Killua fue el primero en gruñir cuando su orgasmo se hizo presente, dejando a Gon con una expresión perdida. Pero no iba a acabar ahí.

Resultó sencillo ponerse entre las piernas canelas abiertas que temblaban al sentir un cosquilleo por el estado de estar muy cerca también, chupó el pene con cuidado por lo sensible que estaba y solo bastó un par de movimientos para que tuviera el mismo destino. Lo limpió dejando parte de su semen en la boca.

Los orbes mieles temblaron cuando la mirada decidida azul se acercaba a su posición para besarlo, encontrando ese sabor en la lengua del otro.

Se separaron agitados y decidieron levantarse para buscar al grupo que los esperaba afuera.