₂₇.

Tricia observaba el lugar en silencio, mientras era guiada por su hermano mayor. Craig de alguna manera reprimía sus nervios mordiendo un poco su labio inferior.

Por mera suerte lograron entrar sin problema alguno, ella confirmó que ya estaba registrada como estudiante. Si solo hubieran sabido eso desde el principio no hubiera tenido que preocuparse tanto.

Sin embargo, eso no hacía que Craig se tranquilizara. Pensaba una manera de mantener ahora a su hermana segura.

—¿Estás seguro de que todo está bien? —la voz de su hermana le hizo salir de su trance. Mirándola entre una mezcla de sorpresa y angustia.

No podía ocultarle nada. Al menos necesitaba una manera más lógica de contarle lo que estaba pasando pero...

—No, la verdad es que no. —apretó su mano con fuerza.

La mirada azul de Tricia se mantuvo sobre él. Más sin embargo no pronunció ninguna palabra.

—¡Craig! —su atención se desvió a la voz de Clyde que se aproximó hacia ellos. —Oh, hola. Tú debes ser la hermana de Cra...

Detuvo su saludo, apoyándose de sus rodillas para ver mejor el rostro de la menor quien respondió mostrando el dedo medio de su mano.

—Tricia no seas grosera.

—Pero tú me lo enseñaste. —dijo mientras mantenía el gesto viéndolo con inocencia fingida.

—¡E-está bien! Son tan parecidos... No puedo negar que sean hermanos. —Clyde simplemente negó con las manos mientras reía nerviosamente.

Entonces Wendyl se acercó, el castaño aprovechó que Tricia saludaba sin problema al azabache para hablar con Craig.

—Oye, amigo. Tengo que hablar contigo. —le prestó toda su atención. —Verás, esto claramente esta fuera de lo que teníamos planeado y debes estar muy preocupado por tu hermana pero no te preocupes, tengo una manera de protegerla.

—¿De verdad? —preguntó en un tono algo alto debido a la emoción. Se avergonzó, mirando hacia al frente para percatarse que no le hayan escuchado. Se aclaró la voz. —¿Cómo?

—Puedo replicar el hechizo que le hice a los dormitorios pero con ella. Estoy seguro de que no estarás tranquilo si no nos aseguramos de que no le suceda nada. Aunque yo en tu lugar estaría más preocupado por ti, amigo. —susurró aún más bajo lo último.

—Lo sé. No me importa mientras ella este a salvo. —Clyde suspiró.

—Solo podré hacerlo con Tricia por ahora, conseguir los ingredientes es muy difícil y prepararlo no es nada a comparación.

—¿In-ingredientes?

—Luego te hablaré a más detalle de eso. Te quería preguntar algo. —Craig tragó saliva. —¿Quién te dio ese rosario?

El azabache entonces cayó en cuenta. El rosario que llevaba puesto fue obsequio imprevisto.

—Fue Butters, según va en nuestro mismo salón.

Clyde se quedó callado.

No sabía si debía tranquilizarse porque no le dio algún tipo de reproche o porque simplemente no le dijo nada y era peor de lo que pensaba.

No le dio tiempo de continuar la conversación ya que Tricia y Wendyl se acercaron a él.

—Creo que será mejor regresar.

Los cuatro caminaron en silencio hasta llegar a los dormitorios. Craig se sentía tranquilo mientras veía como su hermana caminaba de la mano con la azabache. Ambas hablaban animadamente mientras sonreían.

Mientras Clyde parecía estar pensando en algo. Decidió entonces no molestarte, sería mejor dejarlo tranquilo.

Ya llegando dentro del dormitorio al abrir la puerta Tweek los vio con un gesto de neutralidad.

—¿Quién es él? —preguntó la menor.

—Soy Tweek. —respondió simple.

—Que nombre más raro. —opinó sin vergüenza Tricia. Aunque esto no pareció importarle al blondo.

—Puedes usar mi cama, será mejor que desempaques tus cosas. —dijo Craig.

Ella obedeció, sentándose para tomarse su tiempo en dicha tarea. Craig se alejó de ella un momento para ordenar las cintas VHS que se encontraban desordenadas en el suelo.

Mientras lo hacía notó como alguien comenzaba a ayudarlo.

—¿Es tú hermana, verdad? —Tweek lo miró con clara seguridad. Como si aquel interrogante fuese más una confirmación.

—Sí, ahora estudia aquí.

—Vaya, que conveniente. Lo supuse porque huele muy similar a ti.

Craig no respondió. Aunque estaba más tranquilo a comparación que antes, la inseguridad de tener a una persona tan apreciada para él en un eminente peligro no lo dejaba en paz.

—Craig.

Esta vez detuvo lo que estaba haciendo para mirarle. El gesto tan serio de Tweek le causó escalofríos, miró a su hermana como si se estuviera percatando de que no los vieran.

—Puedo borrarle la memoria si quieres.

Se levantó de golpe.

—¿D-de qué estás hablando? —preguntó en un susurro.

—Si no confías en que nadie puede protegerla puedo simplemente hacer que regrese, así te ahorras toda esta preocupación. Apestas a miedo desde que recibiste esa llamada, no es necesario que me lo digas.

Ambos se miraron en silencio. Más, aunque lo pensara una y otra vez y era la salida fácil, no podía hacerle eso a su hermana.

Si ella decidió ir por su cuenta tenía que respetarlo. Borrarle sus recuerdos para alejarla sería muy cruel pero tal vez estaría más segura.

Ella no sería consciente pero él sí.

—No creo que sea necesario. —dijo firme. Tweek bajó los hombros con una mueca.

—Lo que digas, si cambias de opinión aún mi oferta sigue en pie.

Así, se alejó.

Al pasar unos minutos Clyde salió de la habitación avisando que volvería dentro de un rato, no sin antes dejarle su rosario a Tricia.

—¿Y cuál usaras tú? —preguntó Wendyl.

—No se preocupen, tengo otro muy apreciado también. Me siento mejor si ella lo lleva.

Mientras terminaba de ordenar la ropa de Tricia y la suya recibió un toque en su hombro.

Cuando giró notó la sonrisa de Tweek al recibirlo.

—¿Vienes conmigo un momento?

Ambos caminaban por el gran patio de la Iglesia. Tweek mantenía el equilibrio en los bordes de las aceras como si se tratara de un ejercicio.

Craig lo miraba de vez en cuando. 

—Gracias por venir conmigo, quería contarte algo pero no consideraba que era apropiado hacerlo en los dormitorios. —se bajó para mirarle.

—¿Qué quieres decirme?

—Uhm, verás. Es algo complicado. —puso un dedo sobre su barbilla. —Se tratan sobre aquellos niños que los perseguían.

Se mantuvieron en silencio hasta que volvió a hablar:

—Solo puedo decir que tengan cuidado con ellos, sobre todo con la chica.

—¿La chica? 

Esta vez Tweek no dijo nada, cosa que irritó un poco a Craig.

—¿Si son tan peligrosos entonces por qué no nos ayudas?

—Guao, oye, relájate. Te recuerdo que ni siquiera sé manejar mis poderes. Terminaría siendo un estorbo para ustedes.

Craig suspiró algo frustrado. 

—Es solo que si nos adviertes sobre alguien sería mejor si nos especificaras a quien te refieres. Para mí todos parecían mujeres la verdad.

—No te preocupes, sabrás bien de quien hablo.

Aquella extraña confianza de Tweek hacia él de repente le resulto extraña. No sabía si era tan tonto para creer que él podría darse cuenta de algo o por el simple hecho de contar con su ayuda en una tarea que nunca ha hecho y posiblemente saldrá mal.

Mientras seguían caminando se encontraron con aquel puente donde fue acorralado por aquellos niños extraños.

Parecía que ambos tenían el mismo pensamiento ya que se vieron y Tweek sonrió con algo de vergüenza. 

—Así no sea capaz de manejar por completo lo que pueda hacer, si te salvé esa vez no dudaré en hacerlo de nuevo. No tengas miedo mientras este contigo.

Sus palabras le inquietaban. En parte se sentía muy afortunado de ser protegido por personas que valoraba tanto, más por otra parte solamente quería que todo terminara lo más pronto posible.


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.

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