Capítulo XXIV: Road to the slaughterhouse
Summer Johnsson
Estaba nerviosa y no solo por el examen de Mariano, también porque él nos pidió vernos antes del examen, y por el humor de Satanás que se traía por estos días, no era buena señal
Como siempre, puntualidad no era una cualidad de Mariano, su clase comenzó hace quince minutos y aun no daba señales de vida, estábamos como siempre afuera de las oficinas a ver que nos iba a decir
—¿Y si nos reprueba de una vez?— Steel se desordenó el cerquillo de la frente sin dejar de dar vueltas
—Steel, siéntate— le dijo Bianca— me estas mareando
—Yo también estoy nervioso— Oliver también no dejaba de dar vueltas a la par de Steel— no dijo nada de hacer equipos para el examen, ¿se imaginan que sea individual?
—Si es así, que me repruebe de una vez— Lilia se dio aire con las manos antes de sentarse junto a mi en el suelo
—¿Y como es que tú estas tan tranquila?— me dijo Marko— tú eres la primera que anda entrando en pánico en estas situaciones
—Jaeden me compró un café frio antes de venir— les dije, aunque creo que el efecto de la cafeína ya se estaba pasando
—¿Alguien ya comió algo?— preguntó Lilia
—No
—A mi nada me pasa por los nervios— Marko suspiro pesadamente— Oye Bian...— miró a Bianca por unos segundos antes de gritar— ¡deja de fumar!— Bianca tenia la cara dentro de su mochila, pero salió después del grito de Oliver— ¡te escuché fumando, deja el jodido cigarro!
—¿Que?— Bianca se reía mientras que trataba de ordenar su cabello— si no estoy haciendo nada
—Bianca, tenias la cabeza en la mochila, es obvio— Lilia y yo compartimos una carcajada
—Me siento traicionada— Bianca se cruzó de brazos molesta
Hasta minutos después fue que a Mariano se le ocurrió aparecer, iba con pantalón negro y una camisa blanca arremangada hasta los codos, era esos días en que no parecía alumno, y con esos lentes oscuros se veía muy atractivo, a veces se me olvida lo guapo que es, pero se encarga de recordárnoslo
—Hasta que llega— no nos molestamos en susurrar y de inmediato rodeamos al profe para reclamarle por tenernos esperando
—Para reclamos, tengo suficiente con los de mi esposa— Mariano se quitó los lentes poniéndolos sobre su cabeza— en fin, su trabajo comienza— a los gemelos les paso las hojas— vayan al salón y repártanlos, uno para cada uno, díganles que quiero el archivo del examen a las medianoche en mi correo
—¿Y nosotros?
—Entreguen eso, vayan por sus cosas y nos vemos en el estacionamiento de maestros en 15 minutos, donde hacen sus fiestas ilegales— los seis lo miramos con los ojos bien abiertos cuando dijo lo de la fiesta, luego él se fue a su oficina tranquilamente y hasta silbando
—Lo sabe— el pánico nos envolvió
—No nos ha delatado, no hay peligro— nadie estaba seguro de eso, pero era mejor creerlo
Le hicimos caso, fuimos al taller, ahí ya estaban la mayoría de nuestros compañeros y al parecer los nervios también estaban a flor de piel
—Buenos— Marko y Oliver se pararon frente a todos— pasen por su examen, ahí viene las especificaciones de lo que el profe quiere
—Tienen hasta hoy a la medianoche para mandar su archivo, en formato .zip— Lilia se unió mirando a todos
—¿Y ustedes?— Wyatt nos miro algo confundidos
—A nosotros ya nos reprobó— respondió Steel causando la sorpresa de todos— mentira, nos va a llevar al matadero, vengan por su examen y nos vamos
—¿Por qué son varias hojas?— Reid preguntó eso con la voz melosa que me daba dolor de cabeza
—El examen es individual— todos se quedaron estupefactos ante la información— quiere decir que cada uno lo va a hacer solito
Era cruel, pero con tal de perjudicar a Reid, que fue la primera en despertar al diablo, no me caería mal reprobar
—¿Acaso quiere matarnos?— Jaeden negó con una pizca de sarcasmo
—Agradézcanselo a Reid— murmuro Oliver mirando las hojas del examen que iba entregando a los primeros en las filas
—Cállate, Marko— murmuro Reid molesta
—En primera, soy Oliver— respondió el susodicho— y en segunda, es lo que dice el examen hasta el final, y eso lo puso el profe
Al menos Reid se calló
—¿En serio lo dice el examen?— Bianca, Steel y yo nos inclinamos para preguntarle eso a los gemelos
—No— respondió Marko haciendo que casi se nos salga la carcajada
Ya casi eran los quince minutos que nos dijo el profe, por lo cual fue señal de que debíamos irnos, pero en caso de Steel y yo, nos acercamos primero a nuestros novios que parecían sudar frio mientras mas leían la hoja del examen
—¿Y ustedes?— nos pregunto Danna al ver como estábamos a nada de irnos
—No lo sabemos— respondió mientras le pasaba un brazo por los hombros a Jaeden antes de inclinarme levemente para dejarle un beso en la mejilla
—Mariano nos cito en el estacionamiento— dijo Steel— seguramente nos va a llevar a que nos saquen los riñones
—Si, nos vamos al matadero— Steel y yo sonreímos mientras chocábamos la cadera con complicidad
—¿Si no te mueres, me ayudas con el examen después de clases?— preguntó Jack esperanzado
Steel se inclino mirando con una sonrisa a su novio antes de responderle de la manera mas dulce posible; — No— le lanzó un beso antes de enderezarse y caminar a la salida
—Suerte— le tomé las mejillas a Jaeden para mirarlo por unos segundos
—¿En serio no me vas a ayudar?— me hizo ojos de corderito que me derritieron el corazón
—No— le deje un beso en los labios de un par de segundos antes de reincorporarme, despedirme del resto de mis amigos para irme
—Muy bien, mis niños— Mariano apareció denuedo con sus lentes oscuros— hoy tendremos una excursión privada
—¿Nos va a llevar a que nos saquen los riñones?— Steel sacó una voz quejumbrosa, por la cual le termine dando un codazo— a sus ordenes, profe
—Nadie le va a quitar los riñones a nadie— nos aclaró el mayor— porque con la cantidad de coca que se toma Summer, y con el vape que se fuma Bianca, hasta van a terminar necesitando ustedes un riñón
Bianca y yo compartimos una mueca completamente ofendida, mientras que Mariano nos hacía un ademan de seguirlo en el estacionamiento, así lo hicimos, llegamos hasta los miles de autos estacionados, el profe sacó un aparatito de su bolsillo para que las luces de un auto deportivo se encendieran y el caminará al auto para abrir la puerta
—Suban— los seis miramos anonadados el auto deportivo negro que parecía el mas caro y el mas lujoso por mucho en este estacionamiento
—¿Es suyo?— nadie se creía que ese auto era del profe
—Hay dos cosas por las que soy profesor— Mariano se sentó frente al volante— el dinero y el chisme
Touché
—Suban, que se nos hace tarde
Marko pidió el asiento del copiloto, y parecía muy contento, mientras que Steel, Lilia, Oliver y yo nos fuimos a la parte trasera, y como el espacio era algo reducido, y yo era la mas flaquita de los cuatro, Lilia me tuvo que cargar en sus piernas porque Steel me empujo apenas intente sentarme con ella, al igual que Oliver
—¿Y donde voy a ir yo?— Bianca aun seguía fuera del auto
—El maletero— respondió Marko
—Estoy chiquita, quítate— Bianca ni siquiera termino de decir eso cuando se subió en la parte de enfrente con Marko
Aunque el azabache trato de empujarla, termino cargándola en su regazo mientras la italiana le rodeaba los brazos sobre el cuello y aleteaba las pestañas mirando a Marko que solo apretaba los labios enojado
—¿No quieres irte al maletero?
—Vete mejor tú— le dijo Bianca mientras colocaba la cabeza en el hombro de Marko
—Bueno, niños— Mariano encendió el auto, dios mío, el sonido del motor solo era suficiente para querer este mismo auto— agárrense de algo, porque el único que tiene seguro soy yo
—Gracias— no sabíamos bien que significaba eso, pero solo quedaba ver que pasaba
(...)
—No siento mis piernas— me salí del auto de Mariano después de un trayecto de 20 minutos
—La que no debería sentirlas soy yo— me reclamó Lilia mientras se estiraba una vez salió del auto
—Tranquila, de regreso me voy en las piernas de Steel— le dije, pero mi mejor amiga se carcajeo, en señal de que no lo haría
—Ya no vuelvo a ir en el copiloto— murmuró Marko mientras salía del auto aun cargando a Bianca como si estuvieran recién casados— ¿ya bájate, no?
—No— la rubia de cabello mas corto volvió a acomodar la cabeza en su pecho, por lo que Marko se inclino para dejarla en el suelo— que feos modos
—¿Oigan donde estamos?— Oliver miró a sus alrededores, pues Mariano no nos había querido decir donde nos llevaría
—Mis pupilos, bienvenidos a mi territorio— Mariano alzó los brazos— estamos en la UCLA
Bianca, Oliver, Marko, Lilia, Steel y yo miramos a los alrededores con la boca completamente abierta, estamos en una universidad, una universidad de verdad, y no solo eso, era una de las universidades mas prestigiosas del Estado
—¿Para que estamos aquí?— pregunte intentando que no me temblara la voz
—Bueno, saben que también doy clases aquí— asentimos— bueno, no solo eso, también soy jefe de la carrera de Sistemas en esta universidad, así que los privilegios de que no los odie tanto como al resto de mis alumnos, los trae aquí
—¿En serio?— aun observábamos atónitos nuestro alrededor
Había entrado a Harvard, la universidad de mi hermana, pero no me dejo tan asombrada como está, había bastantes áreas verdes, el edificio parecía antiguo pero era muy grande y bien cuidado, varios alumnos entraban y salían de los edificios con sus bolsos, otros con comida y otros con sus computadoras
—Dios, parecemos bebés comparados a los de aquí— Bianca hizo una mueca mirando a los alumnos
—Estos son de Gerencias— Mariano hizo un gesto extraño— espérense a ver a mis alumnos, sus colegas— los seis presentes tragamos en seco— pero antes, les enseño la cafetería
Mariano nos llevó a la cafetería, la cual era mucho mas grande que la del instituto, por obvias razones, además de que el profe habló con alguien, los cuales nos dieron de almorzar gratis, no sabía si era porque así era en la universidad, o porque Mariano movió sus influencias
—¿Me pregunto que estarán haciendo los otros idiotas?— Bianca se rio mientras le daba un mordisco al sándwich que nos dieron
—Sufriendo por el examen— Steel se carcajeo a la par de que sacaba su teléfono para tomarse una selfie— se lo haré saber a Jack
—Vengan, selfie— Lilia alzó su teléfono, por lo cual posamos para una foto grupal, ella hizo la foto y con eso volvimos a la comida
Incluso nos dieron la opción de ordenar, y esto era mucho mejor que cualquier cosa en la cafetería, incluso el café frío, era el mejor que había probado, nos dieron pastel de triple chocolate y ensalada de frutas
—Hola— Mariano apareció luego de varios minutos, pero lo que mas sorprendió, y nos dejo sin habla, fue ver al profe con un traje negro y camisa negra que le quedaba extremadamente bien, en mi caso, no pude evitar mirarlo completamente embobada— ¿que?
—¿Usted? ¿con traje?— Oliver y Marko lo miraban con confusión
—Es para humillar a mis alumnos— respondió el mayor— en el instituto, me visto peor que ustedes, y aquí, me visto mejor que ellos
—Pero si nosotros nos vestimos como vagos— murmuró Bianca una vez salió de su trance
—Solo usted— le dijo Mariano, la italiana le dio una mirada de pocos amigos— en fin, terminen de comer, y nos vamos a la biblioteca, luego, les presento a mis alumnos
—¿Qué edad tienen?— pregunto Lilia acomodándose el cabello
—Lo suficiente para que sea estupro— le dijo el profe— pero una cosa— los seis retrocedimos cuando el profe se inclinó mirándonos severamente— ni se les ocurra preguntar quien es Zoe Williams, es lo único que les pido
—Okey...— nadie iba a desobedecer, después de todo, estaba pidiendo algo mínimo en comparación a lo que había dado
Terminamos de comer y seguimos a Mariano a la biblioteca, la cual era cómicamente grande, había estantes repletos de libros, mesas gigantes, un área de computo con computadoras que obviamente eran mas costosas que la mía, y un área de estudio muy bonito y acogedor, incluso había un área de descanso, esto parecía ser un sueño
Como final, Mariano nos presento a la clase que le tocaba, y cuando vimos a los universitarios, casi no disimulamos la mueca
Se supone que los alumnos eran de segundo año, por lo cual tenía entre los 29 y los 21 años, pero parecían de más edad. Había pocas mujeres, pero las cuales parecían mentalmente superiores a los hombres, los cuales aunque eran mayoría, parecían solo estar ahí existiendo
—Hola— Mariano los saludo
—Hola— los chicos de la clase le regresaron el saludo en el mismo tonos
—Idiotas— nos asombramos a oírle decir eso a sus alumnos, si, Mariano era de todo, pero nunca lo habíamos escuchado decir groserías, él era mas de insultar con inteligencia— siéntense, examen sorpresa
Los que estaban levantados, tomaron asiento, los cuales sus carpetas eran compartidas, algunos ni siquiera tenían lápiz y pedían prestado a los chicos de al lado, y algunos apenas guardaban sus celulares
—Siéntense— Mariano apuntó unos lugares vacíos frente a él
—¡¿QUÉ?!— gritamos completamente estupefactos
—¿Profe, nos va a poner a hacer un examen de universidad?— Marko preguntó si era verdad la locura que Mariano estaba diciendo
—Oh por dios— una chica de las que se sentaban al frente nos miro con una leve sonrisa, llevaba una camiseta a cuadros, lentes, era castaña y sus cejas eran envidiables— ¿nos trajo carne fresca?
—No los quería con el resto de los mortales— les dijo Mariano mientras sacaba sus hojas que parecían de sentencia de muerte. Luego se giro a Oliver, Marko, Lilia, Steel, Bianca y yo que seguíamos en shock — y la respuesta es si, siéntense
—Pero nosotros no estamos a su nivel— esto definitivamente era una locura, nosotros tenemos 17 y ellos 21, habían casi tres años de conocimientos que nos separaban
—No, tal vez ustedes saben mas— nos dijo un chico que usaba sudadera azul y jeans blancos, él si era lindo, y me preguntaba porque a todos los programadores se les veían las ojeras jodidamente bien
—Nosotros solo esperamos fin de mes para que nos paguen en el trabajo de medio tiempo, niños— un chico que solo vestía de negro y que parecía muerto en vida nos dijo eso sin ninguna emoción en su voz, incluso me dio un poquito de lastima— siéntense, están en su universidad, con confianza
—¿O prefieren que les de las hojas del examen que les hice a sus amigos y que me entreguen su proyecto a las 12 de la noche?— cuando Mariano dijo eso, de inmediato tomamos asiento, no quería sufrir el mismo destino que seguramente estaba sufriendo mi novio— muy bien, libreta abierta, celulares afuera y guarden silencio
Pensé que era broma lo que acaba de ordenar, pero no, los chicos de la clase sacaron sus carpetas y apuntes, junto con sus teléfonos mientras esperaban que Mariano les diera el examen
—¿En serio?
—Así son los exámenes por aquí— otra de las chicas nos dijo eso, solo que ella parecía mas mayor, y su ropa, no era como de una joven, sino de una mujer— suerte, niños, no tengan miedo, eso guárdenlo para cuando vuelva al instituto
Lilia, Bianca, Steel, Oliver y Marko intercambiamos miradas dudosas mientras esperábamos que Mariano nos diera la hoja que seguramente seria razón de una humillación que sufriríamos cuando volviéramos al insti
Pero cuando tuve la hoja enfrente... me di cuenta que o Satanás se había ablandado mucho o esto era parte de un plan malévolo, porque la hoja solo tenia conceptos básicos que literalmente había aprendido en la primera semana, y como las preguntas eran de opción múltiple, fue cuestión de minutos cuando todos acabamos el examen
—Ni una palabra de esto a los demás mortales del insti, y menos a su novio— Mariano recibió mi examen y empezó a calificarlo sin mirarme, sonreí como veía mi examen lleno de palomitas y al final le puso un diez encerrado en un circulo
—Si, señor— le dije mientras que volvía a mi asiento sin borrar la sonrisita. Nunca creí que alguna vez tendría un diez con Satanás, y ahora se acaba de cumplir
Era el mejor regalo de cumpleaños adelantado que me pudo dar el destino
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—Ellis
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