¿Salgamos?

N/A: los personajes de Slam Dunk te piden que seas su novia ♡

¿Cuál es su personaje favorito?
El mio es Sendoh y Ryota u.u

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Dile sí al cielo, dime sí a mí.

Tus brazos pasaban frenéticamente por tu cuerpo, dándole calor.

Akira te había citado a un parque para decirte algo importante, pero llevaban varios minutos sentados en un banco y el chico aún no se atrevía a decir palabra alguna.

—T-toma —Sendoh extendió su chaqueta hasta ponerla en tus hombros.

Lo miraste agradeciendo, él igual tenía frío, pero no dudó en priorizar el tuyo. Sus mejillas estaban rosadas al igual que su nariz —Gracias.

El chico botó aire y te miró detenidamente, te avergonzaste por su acto directo y corriste la cabeza hacia un lado; pudiste aspirar el varonil aroma que desprendía su abrigo. Una suave risa escuchaste de su parte.

—¿(Nombre)? —Preguntó el adolescente al cabo de unos segundos.

—¿Ah? —Dijiste, aún sin mirarlo.

—¿Puedes voltearte? —negaste varias veces, sentías que tus ojos lagrimeaban por la emoción del momento —Por favor.

Echaste fuerzas sobre ti; mordiendo tu labio interior al mismo tiempo que te enderezabas, para ver al chico que te gustaba.

Te sonrió, sus comisuras se levantaron y sus ojos disminuyeron de tamaño, mostrándote su faceta más pura, a ti y solo a ti.

Su torso se apegó más al tuyo, inclinándose. Por instinto te alejaste, aunque tu acción fue prácticamente ineficaz ante los ojos del contrario. Inhalación honda y dejaste tu ser en manos de Sendoh.

Su aliento acarició tus labios, provocando un estremecimiento ajeno hasta ese entonces. Tus manos tocaron la fría estructura de cemento que los sostenía y te impulsaste delicadamente.

Dejaste de escuchar la temblorosa respiración del chico para sentir la experiencia de un físico amor correspondido. Antes de poder cerrar tus ojos el acto ya había dado por finalizado.

—¿Te... gustaría salir conmigo?

El frío que azotaba en la ciudad parecía no poder competir con la calidez que habitaba con pureza en sus jóvenes corazones.

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—¡Adiós, Haruko! —le gritaste a la castaña, bajando las escaleras de tu preparatoria.

La chica se despidió y empezaste a caminar fuera del distrito escolar.
Tus audífonos reproducían una canción que mejoraba el aspecto de todo lo que te rodeaba.

Le ibas tarareando, mirando tus zapatos chocar contra el suelo hasta que viste otros en tu campo de vista.

Alzaste la mirada, encontrándote con el ejército de Sakuragi. Ibas a saludarles hasta que viste a Takamiya, sosteniendo una cartulina.

No, no, no...

Empezaste a correr sin previo aviso, dejando a un Hanamichi con las palabras en la boca.

—¡(Nombre)! ¡Regresa! —Gritó Yohei.

—¡No puedo! —Dijiste, apurando el paso. Quedando metros de diferencia entre ustedes.

—¡¿Por qué?! —preguntó Ocuus, palmeando la espalda de su amigo.

—No puedo porque... —paraste, descansando de tanto correr. Tus palmas fueron a tus piernas, buscando respaldo —¡No me gustas, Takamiya!

Escuchaste un «¿Qué?» por parte de Sakuragi y risas de su ejército. Seguidos de un golpe del pelirrojo a cada uno de ellos.

—Ya, ya —le dijo Yohei a su amigo —(Nombre), no es Takamiya. Es Hanamichi quien quiere declararse a ti.

—¿Qué? —Atónita te sonrojaste ante tu equivocación.

—Es verdad, (Nombre) —mencionó el más bajo de los chicos —Espero no te duela... pero no me interesas, ¡Auch! —se sobó la cabeza ante la fuerte mano de Hanamichi en ella.

El chico se hizo paso entre todos, agarró la cartulina que tenía el gordito; —¡Pasa para acá!

Caminó hacia ti, su sonrojo y el tuyo se iban volviendo cada vez más potentes.

—Y-yo... —El adolescente miró hacia otro lado, buscando las palabras.

—¡Dilo de una vez, como lo practicamos!

—Rápido no seas tonto.

—Abre la cartulina —opinó Mito.

—E-este... —el chico deslizó sus grandes manos por el papel; estirándole.

Quieres ser mi nobia? :)

Leíste lo que había escrito y tapaste tu boca con las manos para evitar reírte ante la falta de ortografía.

—Umh, sí —ibas a continuar, pero el monólogo aprendido del joven salió a relucir

—¡Está bien, (Nombre)! Cincuenta rechazos he soportado, agregar el tuyo... —Cuando las dos neuronas que le quedaban funcionaron paró en seco —Espera, ¿Q-Qué Dijiste?

—Que quiero, Hanamichi —hablaste, avergonzada —Sí quiero ser tu novia.

Los ojos del chico se abrieron de par en par, su corazón empezó a latir demasiado fuerte por la euforia que sentía en ese momento.

—¡Gracias! Gracias —se agachó, quedando a tus pies. Retrocediste —prometo hacerte feliz.

Sonreíste ante las fieles palabras del chico, a pesar de tener dieciséis años, su promesa de matrimonio te indicó que hacías bien en aceptarle.

—Pero... primero que nada —te miró atenta, al igual que sus amigos; esperando una negativa de tu parte para celebrar —¿Quién escribió "nobia"?

—¡Ay! ¡Se los dije, malditos tontos! —chilló el teñido a sus amigos —¡Ya verán! —Y empezó a perseguirlos.

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Una mano en tu hombro te hizo temblar. Estabas sola, bajo un árbol y de noche, presa perfecta para un ladrón.

—¡Llevátelo! ¡Toma! —estiraste tu bolso, lo moviste e hiciste sonar las monedas que habían en ella —¡Anda, llévalo pero no me hagas daño!

—¿(Nombre)? —preguntó confuso Ryota. Te diste rápidamente vuelta, agradeciste que no hubiera mucha luz y que no pudiera notar las lágrimas que amenazaban a salir por miedo —¿Estás bien?

—¡Dios mío! Ryota Miyagi, ¡Me asustaste! —hablaste, bajaste tu mano y empezaste a caminar con una mano en el pecho —Casi me muero.

El chico rió, mostrando los dientes y ladeando un poco su cabeza.

—Vamos —dijo, alzó su mano y tomó la tuya —, es tarde.

Empezaron a correr colina abajo, pero tu kimono te jugó una mala pasada. Pisaste con tu sandalia el borde del traje y caíste, jalando a Ryota. Rodaron unos segundos, escuchaste unas risas acompañadas de quejidos del castaño, lo que hizo que carcajearas por la situación.

—Perdón —pronunciaste cuando la estabilidad de sus cuerpos ya era firme. Acercaste tus dedos a los rulos del otro y sacaste una pequeña rama.

—Tranquila —soltó aire de sus fosas nasales. Se levantó y te ofreció la mano —, fue divertido.

Agradeciste su simpatía y aceptaste su caballerosa acción.

Por inercia, y por no querer cortar la suave y amena unión, sus dedos se entrelazaron con los ajenos con más fuerza.

Las piernas de los dos avanzaban hacia los alumbrados lugares, sus ojos no se conectaban, como si al hacerlo se pudiera descubrir los más anhelados deseos que guardaba cada uno.

—Mitsui es bueno jugando basquetbol —empezó diciendo el de rulos.

—¿Ah, sí?

—Sí, aunque yo soy mejor con los pases —recalcó, su pecho se llenó de aire —Pero... por más que sea bueno en la cancha hay algo que me preocupa, mucho.

Tu frente se juntó, lo miraste. La luz artificial volvía dulce sus masculinas facciones y parecía más alto a tu lado.

—¿Qué te preocupa?

El chico se adelantó, incomodando un poco el agarre que ambos tenían. Pateó una piedra, dudando si decirlo o no. Mordió la piel de su labio, rompiéndola de la ansiedad.

—Me preocupa que no aceptes ser mi novia cuando te lo pida.

Eso te dejó completamente perpleja.


Olaaa chiquilles muchaches perrites cómo están?? Yo sin inspo pal Slam Dunk, ya me terminé de ver los caps del anime y se me fue las ganas.

Si ven faltas, incoherencias es q ando con dolor de cabeza, mucho celular eh

Obliguenme 🤬🤬

Gracias por leer y recuerden votar!
Agradezco que hayan votado y comentado en el cap anterior, se llegó al tiro a la meta.

y siganme ah jfjdjfjfj

bai bai

Nos vemos

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