━━O11
━GILDARTS━
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Otro día más.
Llegaba de una misión sin éxito alguno de su paradero. Me senté en la barra pidiendo algo de beber, mis ánimos estaban por los suelos no tenía ganas de estar en el gremio, pero me quedaba para que Sora platicara un poco con Charles quien a mi parecer se hicieron muy amigas.
El hermoso ambiente amoroso que habitaba en el gremio fue borrado ante la repentina llegada de Warren y Max abriendo bruscamente la puerta.
──¡Problemas! ─gritaron llamando la atención de todos.
En eso se comenzó a escuchar campanas por toda Magnolia.
──¿Qué pasa? ─preguntó Lucy.
──¿Campanas? ─preguntaron a la vez Wendy y Charles.
──Estas campanas significa... ─me recargue en la barra bebiendo más sake.
──¿Acaso...? ─dijo Gray con una sonrisa.
──Así es... ─todos me miraron. ──Gildarts regresó. ─bebí mi botella de sake de un trago.
──¡Gildarts! ─gritaron todos celebrando.
──¿Gildarts? Nunca lo he visto, ¿quién es? ─preguntó Lucy.
──El mago más fuerte de Fairy Tail. ─le dijo Mirajane sorprendiendo a la rubia.
──Eso significa que... ¿es más fuerte que Erza?
──Yo no le llego ni a los talones. ─le dijo la peliroja. ──Es incluso más fuerte que Natsumi. ─la mire de reojo.
──¿Qué clase de persona tan peligrosa será? ─preguntó por lo bajo mirando a todos gritar eufóricos. ──A mi me da igual, pero, ¿por qué todo este alboroto?
──Parece un festival, ¿no Charles? ─le pregunto Wendy.
──Sin duda es un gremio bastante alborotado... ─dijo mirando a todos saltar de felicidad.
──Es normal que estén así... ─habló Mirajane. ──No ha vuelto en 3 años.
──¿3 años? ¿Qué estuvo haciendo? ─le pregunto Lucy.
──Hay unos pedidos más difíciles que los de clase S, son los de clase SS. ─le dijo la albina. ──Pero sobre ellos, hay uno llamado el "pedido de los 10 años".
──¿Pedido de 10 años? ─preguntó sin creerlo.
──Nadie lo ha completado hace 10 años. ─le dijo Erza, yo por mi parte mire el tablero de misiones bebiendo más de mi sake. ──Por eso se llama pedido de 10 años.
──Gildarts fue a uno más difícil. ─hable atrayendo su atención. ──, a un pedido de 100 años. ─lo mire de reojo.
──¡¿Pedido de 100 años?! ─preguntó con asombro. ──¡¿Significa que nadie lo ha logrado completar en 100 años?!
──Sí. ─le contesto Erza.
En eso se escucho la alarma.
¡Magnolia entra en fase Gildarts!
¡A todos los residentes, por favor diríjanse a las áreas designadas!
──A pesar de todo eso, ¿no se están pasando? ─dijo Charles.
──¿Por qué será? ─preguntó Wendy.
──¿Qué es eso de "fase Gildarts de Magnolia"? ─se preguntó Lucy pensativa.
──Lo sabrás si sales a mirar. ─le dije apuntando a la puerta con mi cerveza en mano.
En eso el suelo tembló indicando que las casas de Magnolia comenzaron a moverse junto a las calles dejando un camino directo hacia el gremio, estó causo la impresión de Lucy junto a Wendy y Charles.
──¡Mentira! ─exclamó sin creer lo que sus ojos le hacían ver.
──¿Qué es todo esto? ─preguntó Charles.
──¡La cuidad... se dividió! ─gritó Lucy asustada.
──Gildarts usa la Crash Mahou. ─les dijo Erza.
──Destroza todo lo que toca... y si se desconcentra, pasa destruyendo las cosas de la gente. ─habló Mirajane con su sonrisa radiante.
──¿Qué clase de idiota es? ─preguntó temerosa. ──¿Así que por eso la ciudad tuvo que construirse pensando en eso?
──Es increíble, ¿no, Charles?
──Sí, increíblemente idiota.
Mire la sombra de el hombre acercarse más a el gremio, todos estaban felices en cambio yo solo miraba inexpresiva, no estaba feliz seguramente cuando me vea recibiré un gran sermón.
──¡Aquí viene! ─exclamó emocionado Natsu.
──¡Aye!
Pasaron los minutos y todos cada vez estaban más felices, todo quedo en silencio al verlo parado en la entrada del gremio. Esté miraba el lugar extrañado terminado por soltar un pesado suspiro.
──¡Gildarts, lucha contra mí! ─dijo Natsu pero este lo ignoro.
──¡¿Y altiro empiezas con eso?! ─preguntó Elfman.
──Bienvenido. ─le dijo Mirajane, este se acerco a ella.
──Esta persona es Gildarts... ─escuche a Lucy susurrar.
──Señorita, estoy seguro que por aquí había un gremio llamado Fairy Tail...
──Este es, y yo soy Mirajane. ─le dijo con una sonrisa.
──¿Mira? ─preguntó extrañado seguramente recordando la última imagen que tenía de ella. ──¡Oh! ¡Vaya que has cambiado! ─dijo sorprendidó. ──¡Además, el gremio parece completamente nuevo! ─miraba a los lados.
──¿No se dio cuenta desde afuera? ─murmuró Lucy.
──¡Gildarts! ─este miro a Natsu.
──¿Natsu? Cuanto tiempo sin vernos.
──¡Te dije que lucharás contra mí! ─dio un salto con el puño en alto directo a el anciano.
Este solo uso su mano para tomarlo lanzandolo al techo.
──Quizá para la otra. ─dijo tranquilo.
──¡Lo sabia, es increíblemente fuerte! ─hablo Natsu desde el techo.
──¡No has cambiado nada viejo! ─escuche a Gray.
──¡Un hombre entre los hombres! ─solté un suspiro al lo dicho por Elfman.
──Hay bastantes caras que no conozco... ─miro a los lados como buscando algo. ──¿Dónde esta, Natsumi?
Tomé otra botella de sake dando un gran sorbo, antes de que terminara alguien me la arrebato de la mano.
──¿Quién te dio permiso de beber? ─no lo mire, solo volteé mi cara a otro lado. ──Eres muy pequeña para estas cosas.
──Ya entendí, anciano. ─me cruce de brazos sin verlo, sentí un golpe en mi cabeza.
──Cuantas veces te he dicho que no me digas así. ─infle mis cachetes. ──Y mírame cuando te habló.
Un miedo recorrió mi cuerpo cuando sentí su mano girar mi cabeza quedando cara a cara. No solo era yo, todos se alejaron al ver su rostro con enojo.
──¿Quién? ─mire a otro lado. ──¿Quién te hizo esa cicatriz? ─no conteste. ──Natsumi, te estoy hablando.
──Fue en una misión. ─lo mire. ──Mi primera misión de clase S.
──¿Clase S? ─preguntó con notable enojo. ──¿Cómo se te ocurre siquiera pensar en hacer el examen para ser un mago de clase S? ¡¿Estas loca acaso?!
──Se dio la oportunidad de haberme convertido en maga de clase S. Ese dia en la misión lamentablemente no fue la mejor. ─él me miro, relajo su semblante a uno preocupado, no tarde en sentir sus brazos envolviendome en un abrazo.
──Ya no eres una niña. ─lo escuche susurrar. ──Tres años sin verte, y al hacerlo te veo así... me preocupe.
──No tienes porque, se cuidarme bien sola... padre.
──¡¿Padre?! ─escuche con mi oido de DS a Lucy preguntar en susurro. ──¿Es su padre?
──De sangre no, pero él la cuido como su hija desde que ella se unió a el gremio. ─le dijo Mirajane.
──Mejor dicho desde que él la trajo al gremio. ─habló Erza. ──Él le enseño escribir, pelear, prácticamente le enseño todo.
──Vaya que han cambiado las cosas... ─dijo separándose de mí.
──¡Gildarts! ─lo llamó el abuelo.
──¡Oh! Maestro, tanto tiempo. ─se acercó a él.
──¿Cómo te fue en el trabajo? ─ante su pregunta se río.
──No pude. Para mí fue imposible. ─lo mire sorprendida pero ocultandolo.
Pero los demás se encontraban más que sorprendidos o eso parece al ver sus bocas literalmente abiertas.
──¡Está mintiendo, ¿no?!
──¿Nuestro Gildarts... falló al pedido?
──¡Increíble!
──¿Ni siquiera el viejo pudo hacerlo? ─escuche a Gray.
──¡Saber cuando retirarse es de hombres! ─eso sin duda lo dijo Elfman.
Mire a Lucy quien estaba bastante sumida entre sus pensamientos.
──Aún no estás preparada para el pedido de los 100 años. ─le dije. ──No lo hagas, o esta vez en lugar de ir Erza iré yo personalmente y te amarrare y torturare por haber ido a otra misión de clase S.
──¿Y me ves con ganas de hacerlo al escucharte? ─me gritó temblorosa.
──Ya veo. Así que no lo lograste. ─regrese mi vista a el maestro y mi padre.
──Lo siento, esto afectará nuestra reputación.
──No. Me alegro que volvieras sano y salvo. Eres el primero que regresa de esté pedido con vida. ─él sonrió orgulloso de ello.
──¡No es algo para que sonrías, idiota! ─le dije dándole un golpe en la cabeza.
──¡Ay! ¡Sumi-chan~! ¡Te preocupas por tu padre~! ─dijo mientras me abrazaba pasando su mejilla con la mía.
──¡Sultame, maldito anciano! ─me libre de su agarré, este soltó un suspiro.
──Quiero dormir algo, así que me voy a casa. ─cuando dijo eso me cargó como costal de papas. ──Y tú y yo tenemos una platica bastante seria.
──Pierdes el tiempo, no te diré nada de nada. ─le dije. ──Lo que ocurrió aquel dia no es importancia para nadie. ─me lleve mi mano a mi cicatriz.
──Eso lo veremos, además... ─su semblante cambio a uno de enojo. ──Quiero saber porque el brillo de tus ojos se esfumó. ─me sorprendí, él lo noto de inmediato. ──Y mi instinto como padre me dice que Laxus es una de las causa.
──Hmp. ─solté un suspiro derrotada, no puedo ocultarle nada.
──¡Natsu! Ven a mi casa después, ¡te traje algo! ─camino directo a una pared. ──Bueno, con permiso. ─esta se deshizo pasando por ahí.
──¡Oye, usa la puerta! ─escuche el grito de Warren.
──Eso era completamente innecesario. ─él solo rio. ──¡Sora, andando! ─grite, en unos segundos ella se encontraba a un lado mío.
Unos minutos de caminar llegamos a su casa, donde pase la mayoría de mi infancia por así decirlo. Me abajo, lo notaba cansado o como si le costará mucho el haberme cargado.
──Definitivamente ya no eres una niña. ─se sentó llevando su mano a su hombro donde me llevaba cargada. ──Pesas mucho.
El sonido de un fuerte golpe resonó en toda la casa.
──Idiota. ─me cruce de brazos mirando a otro lado.
──Te lo mereces. ─le dijo Sora al verlo con un enorme chichón en la cabeza.
──L-lo siento... ─logro articular mientras se levantaba volviendo a sentarse. ──Bien. ─lo escuche suspirar. ──Tengo todo el tiempo para escuchar todo lo que te ha pasado en estos años.
Cerré mis ojos dándome por vencida a no contarle, él merece saber lo que ha pasado.
──Esto tomará algo de tiempo. ─me senté en una silla alejada de el.
──Tengo tiempo. ─abrí mis ojos mirándolo seria. ──Siempre lo tengo para ti.
──¿Por donde comienzo? ─me pregunte pensativa. ──Supongo que por el dia que te fuiste.
↪FLASHBACK
──¿Y si voy contigo? ─preguntó con lágrimas en los ojos una pequeña peliazul. ──No quiere que te vayas.
──No puedo llevarte, es muy peligroso. ─le dijo el hombre acariciando su cabeza. ──Te prometo que estos tres años pasaran muy rápido.
──Pero...
──Pero nada, no olvides que no importa que tan lejos este, siempre volveré con mi familia. ─dijo depositando un beso en la frente de la pequeña. ──Nos veremos más pronto de lo que te imaginas.
──S-si... ─la pequeña miro a el hombre marcharse. ──, papá.
──Él volverá. ─le pequeña miro sobre su hombro a cierto chico rubio. ──Siempre lo hace.
──Laxus. ─esta se tiro a sus brazos. ──¿Y si vamos a una misión juntos? ─lo miro con sus ojos azules.
──No. ─la pequeña se entristeció. ──Esta vez haré misiones por mi cuenta para convertirme en un mago de clase S.
──¿Mago de clase S? Pero eso es peligroso.
──No para mí. ─dijo arrogante. ──Este año me convertiré en mago de clase S.
──Entonces el otro año me convertiré en mago de clase S también. ─dijo con determinación la pequeña. ──Y Sora también lo hará. Solo necesitamos entrenar.
Dicho eso se soltó del abrazo corriendo a una dirección dejando a el rubio solo quien miraba la dirección donde la chica se fue.
Soltó una pequeña risa.
──Se que lo harás. ─caminó a otro lado. ──Mi pequeña princesa.
. . . El tiempo transcurrió normal para todos, menos para mí. Sora y yo nos pasamos todo un año entrenando a diestra y siniestra descansando solo lo requerido y necesario, haciendo misiones cada vez con más recompensa y peligrosas.
Hasta que por fin se llego el dia de los que serian elegidos para llevar a cabo del examen de clase S, entre ellos me encontraba yo. Cuando se llego la hora del examen logre pasarlo sin dificultad alguna, peleé contra Erza, la derrote convirtiéndome en una maga de clase S.
──¡Espera! ─gritó Gildarts interrumpiendo mi relato. ──¡¿Peleaste contra Erza?! ─en respuesta recibió un golpe.
──No me interrumpas. ─le dije mirándolo mal. ──¿En que me quedé?
──En que pasaste el examen. ─le dijo Sora quien estaba sentada comiendo un pastel.
──Cierto, gracias Sora.
. . .Había pasado una semana de haberme convertido en mago de clase S, así que decidí hacer mi primera misión de ese rango.
──Vamos abuelo. Déjame ir. ─le imploró una chica de cabellos azules, todos los del gremio miraban la escena en silencio. ──Ya soy una maga de clase S, y esta misión es perfecta para mí.
──¿Por qué insiste tanto en ir? Hay más misiones pero justo escoges esa.
──No lo sé, es solo que al verla sentí unas inmensas ganas de ir. ─tomó entre sus manos aquel papel. ──"Acabar con el culpable de congelar todo un rio" Es como si me pidiera que vaya.
──¡Si es de hielo llévame contigo, Natsumi! ─grito un pelirosa. ──¡Con mi fuego acabaré con él de un golpe!
La chica lo ignoro.
──Anda maestro. Todo irá bien, ¿es acaso que no confía en mí?
──No, es solo que no tengo un buen presentimiento. ─dijo bebiendo de su tarro. ──Y siento que el convertirte en mago de clase S a Gildarts no le gustará.
──Pero ese viejo no esta aquí, por favor maestro déjame ir. Confía en mí.
El maestro la miro unos segundos buscando algo de miedo en sus ojos los cuales solo desprendían determinación.
Esté terminó soltando un suspiro.
──Esta bien, irás. ─la cara de algria de la joven no tardo en hacerse presente.
──¡Gracias, gracias, gracias! ─exclamó abrazando a el mayor con fuerza. ──¡Verá que no se decepcionará!
──Solo espero y no le ocurra nada malo. ─dijo el maestro al ver a la chica salir del gremio con su fiel amiga de siempre volando a su lado.
. . .De camino a el pequeño pueblo Vain, donde cosechaba el mejor sake de todo Ishgar. Lo que preocupaban a los pueblerinos fue de que de la noche a la mañana el rio del que sacan agua se congelo, no había nada de agua y sin ella las cosechas moririan, con ello el sake dejaría de ser producido y eso era lo que mantenía a el pueblo además de ser su más grande orgullo.
Al llegar a el pueblo, ellos me recibieron amablemente y suplicando por favor que devuelva a el rio como antes. Los calme y les jure que todo volvería a ser como antes. Uno de ellos se ofreció a llevarme hasta donde el rio terminaba, en el había una gran cascada que estaba congelada. Con ayuda de Sora logre llegar a la cima de ella encontrando que lo demás también estaba congelado.
──¿Todo estaba congelado? ─preguntó mi padre.
──Sí, y no era solo la cobertura. Los aldeanos escarbarón pero era puro hielo, como si ese rio no fuera nada más que... hielo.
──La persona que lo haya hecho debía de poseer una inmensa magia.
──Sí. Fue lo mismo que pensé.
──¿Qué ocurrió después?
Solté un leve suspiro y cuando estaba por hablar una voz me interrumpió.
──¡Buenas!
──¡Con permiso!
Se escucho la voz de Natsu junto a Happy.
Perfecto, mi boleto de salida. ─pensé.
──Bueno, veo que te llego visita. ─me levante de la silla. ──Nosotras no vamos.
──¡Espera, Natsumi! ─escuche el gritó de Gildarts. ──¡Aún no terminas de contarme que pasó!
──Será en otra ocasión, papá. Nos vemos. ─le grite a unos metros de la casa.
Una vez alejada lo suficiente, Sora me hablo.
──¿Pensabas realmente decirle lo que ocurrió?
──No. ─me paré en el puente mirando el atardecer. ──Lo que pasó ese dia, no le incumbe a nadie. Solo a nosotros dos, solo a él y a mí.
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