XLI

H.

Cuando llegué a Nueva Orleans jamás me imaginé que pasaría por tantas cosas que me harían volverme una persona diferente. Llegué a aquel lugar completamente nuevo y desconocido para mi con las intenciones de reencontrarme con alguien a quien mi corazón comenzó a amar de una manera que no sabía era posible... y todo terminó de una manera bastante abrupta.

Desde que murió mi madre no pensé que pudiera sentir tanta tristeza y dolor, sin embargo ese evento somo pareció ser una preparación para todo el dolor que mas adelante se presentaría ante mi.

Por supuesto que son diferentes clases de dolor, ninguno de los dos era igual, ambos fueron algo que hicieron que mi corazón se partiera de maneras espantosas.

Pero algo de lo que podía estar seguro es que esos dos eventos habían sido los que mas dolor me habían causado en toda mi vida. Y era raro para mi, al menos solo por lo ocurrido con Louis, ya que antes de que se fuera llevábamos muy poco tiempo juntos.

Muchas veces me pregunté porque me había causado tanto dolor el como se habían dado las cosas y porque me aferré tanto tiempo a alguien con quien ni siquiera tenía algo estable, pero solo un par de días después dejé de darle vueltas al asunto.

Y es que así era el amor.

Era algo inevitable y espontaneo.

Uno jamás va a saber en que momento se va a enamorar y tampoco va a ser capaz de frenar sus sentimientos. Eso lo comprobé cuando conocí a Louis y mis sentimientos por el comenzaron a aparecer en el momento menos esperado.

Ahora, después de todos estos meses llenos de drama, discusiones, lágrimas, amor y búsquedas, puedo asegurar que estaba listo para dejar ir a Louis Tomlinson.

Agradecía las cosas que había vivido a su lado y esas últimas conversaciones que tuvimos la oportunidad de tener. Sin embargo ahora era el momento para que pensara en mi y en las cosas que me harían plenamente feliz, porque no permitiría que mi felicidad dependiera de nadie mas.

No sabía si el soltar a Louis en estos momentos implicaría dejarlo ir por siempre o solo de una manera temporal. Después de todo ni siquiera estaba seguro de si volvería a verlo en la vida, pero en lo que eso ocurría, yo me encargaría de sanarme por completo, de descubrirme nuevamente como persona, de ser feliz por mi propia cuenta.

Louis me hizo mas que feliz aunque fuera por un corto tiempo, me hizo sentir cosas que solo creí que podrían ser posibles en la ficción y me dio una nueva interpretación de lo que era estar enamorado. Pero tampoco podía seguir aferrándome a toda esa clase de memorias, no cuando me habían traído tanto dolor.

Entendía su temor a salir lastimado, el problema era que durante su proceso para evitar salir herido, me dejó completamente roto y eso no era algo que pudiera repararse con un par de conversaciones o una disculpa de su parte.

Tal vez viajaría a nuevos lugares, retomaría la fotografía de una manera mas profesional, asistiría a terapia, visitaría la tumba de mamá para contarle todas esa locuras que hice por amor...

— ¡Mira Harry, esa tienda tiene en promoción sus donas, quiero una, vamos!— mencionó Keyla en cuanto llegamos al aeropuerto

Pero sin duda, de las primeras cosas que haría sería compensar a Keyla por todo el apoyo que me brindó en los últimos meses.

— Vamos, yo invito— le sonreí mientras caminábamos— Y espero que toda esta semana no tengas planes porque tenemos una boda pendiente

— ¿Iremos a ver vestidos de novia?— preguntó Keyla con emoción en su mirada

— Todos los que tu quieras— volví a sonreír

Recibí un abrazo de su parte y la calidez que había en aquel gesto me hizo confirmar que todo estaría bien. Que mis heridas lograrían sanar, que todo era cuestión de tiempo y de apoyo para que la vida volviera a tener un brillo espectacular.

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