91 |No dejaré que nadie te lastime|

Skylar

Escuchamos unos gritos, así que la mujer que me dió la ropa y yo salimos de su hogar, vemos a un hombre que no aparenta más de 35 años peleando con un niño rubio que creo que no puede tener más de 13 años

—¿Por qué pelean?—Pregunto confundida

—Eso es normal, Skylar, no están peleando, Mikael le está dando una lección a su malcriado y debil hijo.

—Eso no me parece una lección—Digo seca observando al hombre herir a su hijo en la mejilla con su espada antes de lanzarlo al suelo de un simple movimiento.

Me prometí a mi misma que jamás dejaría que ningún niño pase por lo que yo pasé con Elise, por lo que corro hacia allí y tomo la espada que supongo pertenece al chico, me lanzo al suelo justo al lado del rubio para protegerlo de su padre justo cuándo va a seguir "Dándole una lección" y su espada choca con la qué yo tengo en mis manos, evitando que la suya hiriera a su hijo nuevamente

—Quienquiera que seas, no te metas en esto—Ordena molesto

—Quienquiera que seas, déjalo en paz o no pienso tenerte piedad—Digo completamente seria y escucho las risas de todos los hombres y mujeres que estan presenciando la aborrecible situación

—Ve a hacer tus tareas o yo seré el que no te tenga piedad, niña—Esa simple palabra hace que mi corazón se acelere a tal punto que parece querer salirse de mi pecho, los nervios me invaden y debo estar totalmente pálida por el miedo que cruza mi pecho al recordar a Elise llamarme de la misma forma

«Vas a estar bien, Skylar, ella no te encontrará aquí» Me repito mentalmente para poder tranquilizarme

Me levanto del suelo y me coloco en la posición perfecta para poder atacarlo tal y cómo en mis clases de esgrima, recordando absolutamente todas las cosas que mi profesor me enseño. Llevo la espada hacia atrás y luego la estiro hacia el frente para poder atacarlo, pero obviamente lo evita. Cada uno trata de atacar al otro fallando miserablemente una y otra vez hasta que me canso y, antes de volverlo a atacar, decido utilizar mis poderes para hacer que su espada salga volando para que estuviera indefenso y no se diera cuenta de lo que hice, coloco mi espada a centímetros de su cuello y el alza sus manos en defenza

—¿Qué decías sobre no tenerme piedad?—Pregunto con falsa confusión y todas las personas vuelven a reir al ver a un hombre tan grande quedando a la merced de una adolescente cómo yo—Rubio, vamos a curar eso—Le digo al pobre chico atacado por su padre que, ya está parado tratando de parar la sangre que chorrea de sus heridas

—Si te vas con ella...—Trata de amenazar Mikael, pero no lo dejo terminar, ya que tomo con fuerza al chico del brazo y lo arrastro lejos de la multitud de personas que parecen haberse divertido muchísimo con nuestra barallas hasta que llegamos al rio en el que estuve esta mañana y quedamos completamente a solas, miro sus heridas y el me mira a mi muy fijamente cómo estuviera convenciéndose a si mismo de hacer algo

—Me gusta conocer el nombre de las personas que salvo—Trato de romper el hielo y el sacude su cabeza de un lado al otro, saliendo de su trance

—Soy Niklaus, pero puedes llamarme Nik—Se presenta y distingo un marcado acento británico—¿Cuál es su nombre?

—Soy Skylar, pero puedes llamarme Sky—Me presento de la misma forma que él —¿Crees en la magia, Klaus?

—Es Niklaus, señorita Skylar—Corrige

—Yo quiero decirte Klaus—Soy terca y me parece que el ya lo notó—¿Te molesta?

—Nadie me dice de ese modo pero me gusta, suena lindo cuándo lo dices—Lo miro con una ceja alzada y el parece darse cuenta de lo que acaba de decir ya que se sonroja y comienza a hiperventilar—Quiero decir...—Trata de hablar pero me acerco aún más a el y se queda callado, coloco mi mano en su mejilla y la otra en su brazo izquierdo para luego cerrar mis ojos visualizando en mi mente sus heridas sanar

—Aún no has respondido mi pregunta, ¿Crees en la magia?—Pregunto cuándo noto que sus heridas han desaparecido

—Ahora si—Dice con un leve toque de diversión en su voz

—¿No te da miedo lo que acabo de hacer?—Pregunto enarcando una ceja

—Salvaste mi vida, creo que nada de lo que puedas hacer me asustaría jamás—Dice con una sonrisa que marca unos hoyuelos en sus mejillas que lo hacen lucir muy adorable y por primera vez en años no finjo una sonrisa, lo hago de verdad

Escucho mi celular sonar y maldigo internamente deseando poder seguir hablando con Klaus y ver su preciosa sonrisa a pesar de que cuándo despierte el va a estar aquí, quiero seguir en el sueño/recuerdo hablando con el pero no puedo. Tomo mi teléfono (El cuál ya dejó de sonar) de la mesita que está al costado de mi cama y tengo múltiples llamadas y dos mensajes de la misma persona

Bekah ⭐

Skylar, soy Sage, nos conocimos en la mañana.

Sé que al parecer eres amiga de Rebekah y los demás Originales, así que necesito que vengas lo más pronto posible a la casa de Damon.

Lo primero que pienso al terminar de leer los mensajes es en por qué diablos Sage tiene el teléfono de mi amiga y en que pudo haber pasado tan grave para que ella me hablara pero no me detengo a analizar a fondo nada de lo que dijo en el mensaje porque algo malo podría haberle pasado a Rebekah y tengo que ayudarla. Me cambio de ropa tan rápido cómo puedo y salgo de mi habitación para luego caminar por el largo pasillo de la mansión y bajar escaleras, encontrándome a Klaus sentado en un sillón leyendo un libro

—¿Sucede algo?—Pregunta enarcando una ceja

—Es Rebekah, la novia rara de tu hermano tomó su teléfono y me pidió que fuera a la casa de los Salvatore—Su rostro cambia de uno de confusión a uno de preocupación rápidamente y comienza a caminar fuera de la casa seguido por mi

—Explícame bien, ¿Cuál de todas las novias raras de mis hermanos?

—Sage, creo que salía con Finn.

—Ah si, la recuerdo—Dice haciendo una mueca mientras caminamos en busca de Rebekah—¿Dices que esa plebeya secuestró a mi hermana?—Su tono de voz al referirse a la pelirroja es igual que el de su hermana esta mañana, ambos se refieren a ella con asco y molestia

—No lo sabemos con exactitud pero las fiestas de Damon siempre terminan con un invitado muerto, casi siempre vampiras rubias—Murmuro recordando a la pobre Lexi, quién fué víctima del muy macabro plan de Damon

—Si le hizo algo a mi hermana le voy a arrancar la cabeza—Dice serio y yo sonrío enternecida por su actitud protectiva con su hermana menor

—Llegamos—Susurro pero antes de tocar la puerta o romperla para poder entrar, escucho la conversación de Sage con Damon, quién le pide a la pelirroja que mantenga distraida a Rebekah para poder investigar sobre el registro del arbol de roble blanco. Escucho los pasos de la vampira alejarse por lo que ingreso en la casa cómo si fuera la mia seguida por Klaus

—Skylar, Klaus—Dice sorprendido el pelinegro—¿No les enseñaron a tocar?

—No realmente—Digo con una sonrisa falsa acercandome lentamente a el—Quiero que busques en los archivos de tu familia que pasó con el arbol de roble blanco—Exijo mirándolo fijamente a los ojos

—Lo haré—Murmura con voz monótona antes de comenzar a buscar en la gran biblioteca de su sala de estar

—¿Qué hacen aquí?—Pregunta confundida Bekah bajando las escaleras

—Le pedí a Skylar que viniera pero no esperaba que con compañía—Dice mirando mal a Klaus, al parecer es mutuo el descontento con el otro

—¿Por que harías eso?—Pregunta más confundida que antes

—Porque Damon me pidió que me metiera en tu mente mientras dormías para saber que era lo que querías de el, cuándo me enteré de que lo que buscabas era el roble blanco se lo dije porque el me prometió que Finn no saldría herido

—Pero estamos vinculados, si uno muere, todos morimos—Explico con obviedad

—Me enteré de eso cuándo ya le había dicho sobre el arbol, por eso tomé el teléfono de Rebekah y te llamé, cuando me metí en la mente de Rebekah me di cuenta de que se llevan bien y que no la dejarías morir—Tiene razón, ella es mi amiga al igual que Klaus y Elijah y jamás haría algo para lastimarla, el otro chico... ¿Kol? también es bastante bueno, nos conocimos en el baile y me ayudó a echar a mi madre así que me agrada

—¿Te metiste en mi cabeza y tomaste mi teléfono?—Chilla indiganada la rubia

—¿De todo lo que dije es lo único que escuchaste?—Pregunta incrédula

—Gracias por decirme, Sage—Interrumpo realmente agradecida con su ayuda

—Eres la Trihibrida, es mejor tenerte de amiga que de enemiga—Dice encogiéndose de hombros—Además quiero ver a Finn otra vez

—Te prometo que luego de que destruyamos el roble blanco, volveras a ver a Finn—Digo segura

—Encontré la historia del arbol—Informa Damon mientras sujeta un libro grueso en sus manos

—¿Qué esperas? Léelo—Ordeno

—"En 1912 la maderera Salvatore cortó un bosque cuya mejor madera venía de un roble blanco que se usó para hacer el puente Wickery"—Relata

—Entonces toda la madera que saquen del puente es básicamente un arma para matar Originales—Afirma Sage con evidente horror en su voz y el asiente

—Damon, ¿Por que no te clavas esa vara en el estómago?—El toma la vara al costado de la chimenea que debe ser la misma que utilizó para torturar a Mason Lockwood y se la clava en el estómago, haciendo que yo sonría al escuchar sus quejidos de dolor—Gracias, ahora olvida todo lo que pasó desde que entré en la puerta—Ordeno antes de salir de la casa seguida por las dos vampiras y el híbrido

—¿Por que hiciste eso?—Interroga confundida la Original

—Porque quiero que sufra y porque era la única forma de asegurarme que mi hipnosis funcionaba a pesar de que bebe verbena.

"Me gusta tanto cuándo es mala" Piensa Klaus y yo le guiño un ojo, lo que hace que recuerde que leo mentes

—Hay que destruir la madera que sacaron del puente Wickery—Dice Rebekah y todos asentimos para luego correr en dirección al arma que puede matar Originales

Un par de segundos después nos encontramos en el puente frente a varias pilas de madera de roble blanco que por suerte sacaron del puente y reemplazaron con otras porque hubiese tenido que quemar todo el puente. Coloco mis manos a ambos lados de mi cuerpo y pienso en absolutamente cada cosa que me enfureció esta semana, cada minúscula cosa que me molestó hasta que un fuego azul emana de mis manos, el cual lanzo hacia las pilas de madera para poder ponerle fin a esto de una vez por todas

—Tus grandes planes siempre se arruinan, ¿Verdad?—Escucho que dice Rebekah y volteo, encontrándome a Damon con el registro de los árboles de la maderera Salvatore que olvidé quitarle, extingo el fuego de mis manos y hago flotar el libro hacia una de las pilas de maderas que estan siendo incendiadas

—No, aún puedo matarlos—Dice furioso antes de correr a mi a velocidad vampírica y tratar de atacarme, cosa que me toma por sorpresa porque estoy rodeada de poderosos vampiros y me parece un acto completamente estúpido e irracional... pero bueno, se trata de Damon, la estupidez e impulsividad está en su ADN

—Vuelve a acercarte a ella y te voy a arrancar los organos de tu cuerpo uno por uno tantas veces que me suplicaras que te mate—Amenaza Klaus, quién lanzó a Damon al suelo con brusquedad y el pelinegro nos mira mal antes de desaparecer

—Gracias—Murmuro con una sonrisa

—No dejaré que nadie te lastime jamás, amor, te lo prometo.

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