𝐿𝑎 𝑓𝑖𝑒𝑏𝑟𝑒 𝑄𝑢𝑖𝑙𝑒𝑢𝑡𝑒
Los Cullen no eran los únicos que la habían estado pasando muy mal desde hace meses.
Bella Swan pasó por una terrible depresión los primeros meses de la partida de su novio, sufriendo de terrores nocturnos y la pérdida de sí misma durante un tiempo. Mandaba correos a Alice y hasta en un par de ocasiones a Darcy también con la esperanza de tener una repuesta. Ya se imaginarán cuál fue.
Y luego estaba su padre, Charlie, quien sufría con ella. Él se sentía tan preocupado y culpable por no poder proteger a su hija y aunque su personalidad era igual de tímida que la de ella, dio todo de sí para poder demostrarle que se encontraba a su lado.
Por último los descendientes Quileute, primero fue Sam quien sintiéndose extraño y pasando por una extraña enfermedad, terminó por descubrir lo que en verdad era. Sumándose a él Jared Cameron y Paul Lahote.
Aconsejada por su padre, Bella comenzó poco a poco a volver a su antigua vida, saliendo nuevamente con sus amigos y entre ellos, comenzó a relacionarse con Jacob Black y él estaba más que encantado. Después de la fuga de los Cullen sentía que ahora podía acercarse más a la chica que se había adueñado de su corazón.
Bella se acercó a él con la excusa de que la ayudara a arreglar una viejas motos y pronto sus visitas en la reserva se harían cada vez más constantes. Cada día que ella visitaba al Black era una nueva historia por escuchar, una nueva sonrisa y una nueva risa. Se sentía viva de nuevo.
Pero lastimosamente las intenciones de ambos eran distintas, mientras que para ella pasar tiempo con Jake era un escape de su propia mente y una manera no volver al mismo agujero del cual le costó salir. Para Jacob eran esperanzas, estaba tan enamorado de la chica que diariamente iba a su casa a pasar tiempo con él, que de verdad creyó que Bella lograría olvidarse el maldito frío y por fin aceptar el cariño que el tenía por ofrecer.
Pobre chico, que equivocado estaba.
Como es costumbre, luego de pasar un buen rato las cosas caían en picada. Embry Call, el amigo cercano de Jake se unió al extraño culto de Sam Uley. Jacob sabía que él era el siguiente, lo estaban esperando y se sentía aterrado. Entonces la fiebre llegó a él.
Bella se preguntaba porqué su mejor amigo había decido dejarla también ¿había algo malo en ella?
Lo llamó durante días sin recibir respuesta alguna, fue a la casa Black en un par de ocasiones pero Billy le decía que Jake había enfermado y era contagioso. Mentirosos. Pues sin rendirse decidió acercarse a la reserva para verlo totalmente sano, aunque se veía diferente, su largo y oscuro cabello ahora estaba recortado y presumía un tatuaje en el brazo.
Tenía la sospecha de que algo andaba mal.
Aferrada al chico, fue una última vez con la ilusión de poder solucionar las cosas, encontrándose con Sam y su culto, asi que se acercó al líder decidida a enfrentarlo.
── ¿Qué le hiciste? ¿Qué fue lo que le hiciste? ── le preguntó demandante.
── ¿Qué hicimos? ¿Qué hizo él? ¿Qué te dijo? ── Respondió Paul antes de que el alfa lo hiciera.
── Nada, no dijo nada porque lo tienen aterrado.
Soltaron una carcajada, parecían disfrutar de ello. Bella sintió como le hervía la sangre y sin pensarlo dos veces abofeteó al Lahote.
El chico respiró desenfrenadamente y su piel comenzó a arder al punto de soltar vapor. Sus amigos le pidieron que se tranquilizara pero ya era tarde.
── ¡Bella, apártate!
En un abrir y cerrar de ojos, ropa rasgada voló por todas partes y el cuerpo de Paul se convirtió en gran lobo.
[...]
Bella ahora sabía el gran secreto de Jacob y la manada, la manada ahora sabía que Victoria iba detrás de Bella y su trabajo era cazarla. Ahora ellos iban en busca de la vampiresa pelirroja, Charlie, su padre iba en busca de la criatura que atormentaba al pueblo y Bella se quedó sola de nuevo.
Volvió ese ruido en su cabeza, ese sentimiento de soledad la azotó de nuevo y lo único que quería era ver a Edward. Sólo había una manera de hacerlo.
Darcy Hale
Ya estaba cansada de escuchar la plática entre Emmett y Rosalie. Leía cómodamente en la habitación de la rubia mayor mientras me abrazaba y daba mimos en el cabello, hasta que llegó el grandulón a interrumpir.
── Que indecente eres. ── Me levante indignada de la cama escuchando la escandalosa risa del chico.
── Dars, no te vayas ── Rose me habló con cariño, tan característico de ella.
── No quiero escuchar sus calenturas.
── Envidiosa, porque ella no tiene permiso para tener un novio ── soltó Emmett burlonamente.
Le levanté el dedo de en medio y me dispusé a salir de la habitación pero choqué con alguien.
── ¡Darcy Hale!
── Sólo me estaba tronando los dedos. ── Me reía ante la cara de severidad que puso mamá.
── Alice te busca, está afuera.
── Entonces ya voy ── me giré hacia Emmett y lo apunté ── y tú, ten poquita decencia.
Bajé al primer piso y salí hacía la puerta principal encontrándome con Alice y Jasper, lucían bastante preocupados.
── Ali, Jass ¿qué sucede? Esme dijo que me buscabas ── me planté frente a ellos y les dí una sonrisa despreocupada. Alice se acercó a mí como si lo que tenía pensado decirme fiera un secreto.
── Tenemos que volver a Forks ── dijo en un susurro.
── ¿Qué? ¿Por qué? ── le respondí de la misma manera.
── Es Bella.
[...]
¿Cómo qué Bella se tiró de un acantilado?
Alice estaba realmente inquieta conduciendo hacia el pueblo mientras me platicaba con mucha precisión sus visiones. Eran confusas y se cortaban, algo la estaba repelendo.
── ¿Saben que vinimos?
── Carlisle y Jasper lo saben, les dirán a todos después. ── Siguió conduciendo a gran velocidad y pronto llegamos a la casa de Bella.
Como Alice temía, ella no estaba ¿Y si algo le había pasado? ¿Y sí no alcanzó a salir del agua? Temía por su vida.
Escuchamos la vieja carcacha estacionarse a fuera de la casa. Era ella y no estaba sola, el chico intentó frenarla pero la humana ya había reconocido el auto de los Cullen.
Entró a la casa con emoción para buscar a Edward o al Cullen que había invadido su casa y su alma volvió a su cuerpo cuando nos vio paradas frente a ella.
── Oh, Dios mío ¡están aquí!
── ¡Bella! ¿Por qué estás intentando matarte? ── la chica miró a Alice desentendida ── tuve una visión, ¡saltaste de un acantilado!
── Sólo fue un chapuzón... F-fue divertido.
── Eres una idiota, una idiota suicida ── le dí un abrazo por fin sintiéndome tranquila y ella lo aceptó.
── ¿Qué es ese horrible hedor?
── Tal vez sea yo ── se separó apenada ── estuve con Jacob, el es un hombre lobo.
── ¿Un lobo? Ellos no son una buena compañía.
── Habla por tí misma. ── Nos giramos hacia donde venía esa voz encontrándonos con un alto y musculoso chico ── quería ver que estuvieras segura.
Se acercó a Bella inspeccionandola y dí unos pasos hacia atrás disgustada por la peste.
── Les daremos espacio.
── ¿Volverán? ── preguntó una Bella asustada, con miedo a que fuéramos a desaparecer nuevamente.
── Cuando controles al perro.
Salimos de la casa y esperamos, escuchando la platica, aunque no por decisión propia. Miré a mi hermana y parecía estar en estado de trance.
── ¿Alice? ¿Qué ves?
── Edward.
Volvimos a la casa con Bella encontrándola discutiendo con el chico Black.
── ¡Era Edward! Rosalie le dijo a Edward que saltaste... el quiere morir también.
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