𝐸𝑙 𝑣𝑖𝑎𝑗𝑒

⚠️ Sólo para recordar que no estoy siguiendo por completo la línea de tiempo canon. La modificaré por el bien de la trama.

Volterra, Italia.

── Ya me perdí. ── Dijo Felix con confusión.

── ¿Estoy hablando en otro idioma? ── atacó Demetri bruscamente y se dirigió a Alec. ── Sé lo que te digo.

── Pero dijiste que no debo insistir.

── ¿Lo hice? Olvídate de eso, insiste.

Demetri dio vueltas por toda la habitación, pensando y mal aconsejando a Alec, mientras que Felix intervenía de vez en cuando para hacerle saber que lo que decía era totalmente estúpido.

── No lo escuches. Lo único que lograrás es que se ría en tu cara. ── Expresó con fastidio.

── Ya lo hizo.

── Y es porque sigues escuchando a este...

── Espera, ¿me perdí de algo? ¿tienes novia acaso? si no es así, mejor no intervengas. ── A Alec le pareció gracioso ver la discusión debido a la gran diferencia de altura que había entre los chicos.

── Lo único que recibes de Heidi son comentarios sarcásticos y miradas burlonas.

El pobre chico tampoco sabía que hacer, lo último que quería es que Darcy lo encontrara molesto, pero sentía tan necesaria su presencia.

¿Ella también pensaba en él?

── Ya no quiero escuchar.

── Haz lo que quieras.

── Luego vendrás a nosotros a contarnos como te ignora una vez más y nosotros nos reiremos.

Alec puso los ojos en blanco y se levantó del sofá dispuesto a salir de la habitación.

── ¿Sabes cuál es el problema?

── Suéltalo.

── Quieres que las cosas vayan rápido. No te conoce, únicamente sabe a que nos dedicamos y es completamente diferente al estilo de vida que llevan ellos. Creen ser moralmente correctos y disfrutan de los hábitos humanos.

── No creí que te daría la razón alguna vez ── Felix soltó ── si están entrelazados por el resto de la eternidad, al menos hagan las cosas bien.

── Entiendo. ── Finalmente el adolescente salió de la habitación y se alejó por los grandes pasillos, aún con muchas dudas y pocas aclaradas.

── No entendió ¿verdad?

── No.

Durante un buen rato vagando entre los pasillos y perdido entre sus pensamientos, se topó con la biblioteca del castillo. Las puertas estaban de par en par pero lucía tan solitaria como de costumbre.

Buscó entre los estantes alguna historia para pasar el rato. Sin mucho interés tomó "El corazón delator" y se dirigió hacia su habitación. Poco antes de llegar a ésta se topo con la habitación de su hermana.

No habían hablado por más de tres semanas, cuando estaban en el mismo salón ni siquiera se miraban y no se sentía bien con ello.

Tocó la puerta que usualmente estaba abierta únicamente para él y esperó por una respuesta. Rápidamente fue abierta dejando ver a su hermana. Ella le dirigió una mirada fría, luego se separó de ésta regresando a su cómodo diván.

A pasos lentos Alec quedó frente ella. Estaba tan nervioso y no sabía como empezar a hablar.

── Jane ── Llamó suavemente.── Nunca dejamos de hablarnos por tanto tiempo.

Ambos se extrañaban pero no lo dirían en voz alta. Jane era muy orgullosa para aceptarlo y Alec no era bueno con sus palabras.

── No digas nada Alec. Sólo ven aquí. ── Señaló un lugar junto a ella y extendió sus brazos hacia su hermano.

── Pero tenía todo un discurso planeado.

── Cierra la boca, eres muy sentimental. ── Dijo con rudeza. ── No hagas que me enoje contigo de nuevo.

Alec sonrió para si mismo y se dejó mimar por los brazos de su hermana. No necesitaba palabras para expresarse con la chica, sentir su cálida presencia era suficiente. Dejaron que el silencio los inundara, ambos enfocados en sus propias páginas pero disfrutando la presencia del otro.

Forks, Washington

Sobó su cara con su mano luego de sentir un golpe sobre su pómulo. Miró sorprendida a la chica frente a ella pero luego su semblante cambió a uno más suave, sonrió con orgullo y aceptó sus disculpas.

── ¡Lo siento! Ni siquiera se porqué hacemos esto. ── Expresó Bree con fatiga.

── Es cierto, Emmett ¿de qué nos sirve esto?

── Aprender a luchar es valioso para cualquier circunstancia. ── las chicas lo miraron con las cejas levantadas y una mano sobre su cintura.

No entendían porque Emmett insistía tanto con entrenar. Él siempre le dio importancia a la fuerza física y al combate, pero ahora se había autonombrado su maestro privado de artes marciales.

── Mira, cuando dije que quería aprender Kung fu, no hablaba en serio. 

── ¡Continúen! ── Fue poca la importancia que el mayor le tomó a las palabras de las menores. 

Regresaron a sus lugares junto con una posición de batalla. Ninguna quería dar el primer golpe, recibiendo así un regañó de su "profesor".

Con un movimiento rápido, Darcy esquivó el puño de su compañera, con su brazo libre sostuvo esa misma mano y con su codo contrario golpeó el rostro de las castaña haciéndola retroceder. En una mala pisada, Bree perdió el equilibrio gracias a una pequeña piedra y cayó al suelo.

── Dios... ── suspiró el chico ── son peores de lo que creí.

Ambas niñas le dedicaron una mirada matona. Aún en el piso, Bree tomó la mano de la rubia quién se ofreció a ayudarla a reincorporarse.

── Bien, supongo que es todo por hoy.

── ¿Por hoy? No volveré a hacer esto.

── Ya entren, antes de que oscurezca.

── Sí o antes de que Esme se de cuenta de que volvimos a ensuciar su piso. ── Carcajearon y entraron en silencio a la casa para no llamar la atención.

Las chicas corrieron hacia la habitación que actualmente compartían, ya que al no necesitar camas, tenían mucho espacio para las dos.

── Necesito tu opinión en algo.

── Si, ¿en qué? ── La castaña observó a Darcy con gracia luego de que saliera corriendo hacia su guardarropas en busca de algo. Encendió la pequeña bocina dejando la primera canción que saliera.

[ Every little thing I do
Never seems enough for you
You don't want to lose it again... ]

── Amo esta canción.

── ¡Ahora si! ── la rubia regresó con dos prendas sobre sus brazos. ── ¿Cuál crees que debería usar? Éste rojo es mi favorito pero siempre lo uso ── señaló uno de sus abrigos ── y este azul es precioso y la ventaja es que lo he usado pocas veces.

── Pero ¿para qué son? ── interrogó Bree muy confundida. Si bien Darcy disfrutaba de estar presentable todo el tiempo, nunca ponía muchos peros sobre su atuendo.

── Es un secreto ── puso su dedo sobre sus labios ── pero si todo sale bien te contaré. 

── Aunque sea solo una pista ¿sí? ¿cómo se supone que te ayude si no sé de que se trata?

── Chantajista. ── Entrecerró sus ojos ── Bien, pero no le digas a nadie hasta que me vaya.

── ¿Irte a dónde?

── Alice me habló sobre una visión que tuvo y yo no aprendo de mis errores, así que iré a verificar. ── Bree asintió lentamente tratando de entender ── ella lo sabe por obvias razones y Edward también porque es un metiche lee-mentes.

Ambas rieron, pues era verdad. Con Edward en la casa, era muy difícil tener secretos.

── Ay ésta canción es buenísima.

── ¡Lo sé!

[ Baby, when you finally, Get to love somebody ¿Guess what?
It's gonna be me ]

Cantaron al unísono poco antes de ser interrumpidas por unos pequeños golpes en la puerta. La rubia decidió abrir la puerta sabiendo de quién se trataba.

── ¡Alice! ── susurró con emoción.

── Aquí están ── le entregó un sobre en la mano, tan misteriosa que parecía traficante ── ¿Estás segura?

── Fuiste tú la de la idea para empezar.

Alice sonrió con suficiencia al lograr su cometido ── El vuelo sale mañana temprano, pero promete que serás muy cuidadosa.

── Lo seré. ── Ambas se dieron una sonrisa cómplice y la menor volvió a entrar a su habitación.

── ¿Qué traman? ¿Por qué tanto misterio?

── Mira ── le entregó el sobre para que examinará su contenido.

── Boletos de avión, espera ¡¿irás a Italia?!

── ¡Shhh! ── puso sus manos sobre su boca y le dedicó una mirada severa. ── Pero ¿con qué fin?

Y la única respuesta que obtuvo de la chica fue una sonrisa traviesa.




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