¿𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚?
Darcy Hale
Los días pasaban cada vez más rápido. Bella tenía tantas emociones encima y su rostro cansado lo reflejaba. La boda estaba cerca y la cuenta regresiva ya había comenzado.
── Estás muy tensa.── Pasé mis manos por sus hombros en un intento de masajear, mientras ella se estremecía por mi baja temperatura.
── No he dormido muy bien últimamente.── Se limitó a decir
sobando la resequedad en su rostro.
── ¿Qué es lo que te preocupa? Creí que casarte con Edward y ser una de nosotros te tendría saltando de la emoción. ── Expresé ocultando la aversión en mi voz.
── Tengo un presentimiento...
── ¿Bueno o malo? ── La observé detenidamente. ── Puedes confiar en mí. ── Ella suspiró y ladeó la cabeza. Pude escuchar su corazón latir con fuerza debido a la ansiedad.
── Tengo miedo.
── ¿De Edward?
── iNo! Quiero decir, no es eso. ¿Y si él no me convierte... qué pasará con los Volturi?
Rodeé los ojos a sus espaldas. Me aclaré la garganta indicando que podía continuar y fingí interés en su anécdota.
── Tuve un sueño donde ellos aparecían y no se veían muy contentos con nuestra unión.
── Es sólo un sueño, Bella. Estoy muy
segura de que ellos tienen muchas otras cosas de las cuales preocuparse. ── La humana observó sus manos y arrancó pequeños pellejos controlando su estrés. Sacudí la cabeza alejando mis pensamientos y forcé una sonrisa. ── Son nervios de novia, ¿no es así, Carlisle?
El hombre entró a la casa con una
gran sonrisa y un par de bolsas de compras en las manos.
── Será un gran día, Bella. No hay de
que preocuparse. ── El patriarca dio un apretón sobre el brazo de la chica y luego se dirigió a su esposa dejando un beso sobre sus labios.
── Ya lo oíste. ── Solté sus hombros y me di vuelta recogiendo mi abrigo del perchero. ── Saldré un rato. ── Carlisle se giró observándome. ── Iré a cazar.
── No tardes, pronto llegarán Rosalie y Emmett con sus vestidos. ── Dijo dulcemente. Carlisle lucía feliz con el cambio en mi actitud, pues el creía que tuvo la razón al decir que lo sucedido entre Alec y yo había sido tan sólo un capricho y que finalmente lo había superado. Que equivocado estaba.
Yo sabía que debía mantenerme fuerte por los dos.
Andando con calma salí del porche sintiendo los rayos del Sol chocar contra mi piel. Las ramas crugían bajo mis pies y los pájaros cantaban frenéticos. El invierno estaba cerca y podría asegurar que este sería uno de los últimos días cálidos.
Saqué un pergamino de mis bolsillos y lo desenrollé leyendo su contenido. Era otra carta de Demetri y Felix. Había recibido un par más, pero ninguna de Alec. Sus cartas iniciaban contándome lo que ocurría con él en el castillo, luego se desviaban del tema y terminaban hablando de alguna otra cosa. Los encontraba agradables.
Sentí un golpe en mi hombro, Bree se posicionó a mi costado con una sonrisa ladina y me siguió el paso.
── ¿Qué estás haciendo?
── Tomo aire y busco alguna presa. ── Guardé el papel nuevamente en mis bolsillos con tranquilidad.
── No me refiero a eso. Ni siquiera te agrada Bella y ahora actúas como si te importara.
── En unos días será de nuestra familia, Bi. Además, demostrar mi desprecio no me ha atraído más que problemas. ── Me encogí de hombros y me trepé en el tronco de un árbol para luego tomar asiento, siendo seguida por Bree.
── El lado bueno de todo esto es que ya no sentiré el impulso de querer perforar su cuello cada que la humana esté cerca. ── Ambas soltamos una risita dándole la razón.
── Sí, pronto todo cambiará.
── ¿Es una corazonada? ── Entrecerró los ojos. Suspiré haciendo una mueca y asentí.
La energía envolvía a mi cuerpo, pero el dolor en mi pecho y articulaciones no desaparecía sin importar la sangre que consumiera. Durante el día, las punzadas aparecían de nuevo obligándome a ignorarlas, aunque la preocupación permanecía ahí, como un mal augurio.
Terminé de colocar algunas enredaderas de flores formando un camino por el cual la novia haría el recorrido. Ya todo estaba listo y ahora sólo nos quedaba cruzar los dedos para que todo saliera bien.
── Luce bien, ¿no lo creen? ── Emmett pasó su brazo por mis hombros. Rose y yo asentimos satisfechas con la vista.
── ¿Han visto a Alice? No la encuentro desde ayer. ── Se acercó Jasper con una expresión llena de angustia.
Los tres negamos con la cabeza despreocupados sabiendo que probablemente la chica estaría emocionada tramando algo para la boda.
El rubio se dirigió al bosque dispuesto a buscar a su esposa, tragué mi miedo y lo disimulé, esperando que Alice no abriera la boca con respecto a lo sucedido. Jasper me dio una última mirada de desconfianza y salió de mi campo de visión.
[...]
La tenue luz de mi lámpara iluminaba a duras penas la habitación. La noche cayó con prisa y la Luna se escondía entre las nubes grisáceas, indicando que probablemente mañana sería un día frío y lluvioso. Que curioso el clima de Forks.
Las casa estaba a oscuras, a excepción del pasillo que llevaba hacia la planta baja. Todo permanecía en silencio, pues los demás habían decidido salir a cazar un rato o tomar aire para liberar todo el estrés. Con la excusa de que estaba bien alimentada, opté por quedarme.
Mi mente estaba inmersa en un torbellino de pensamientos. La promesa que le había hecho a Alec me azotaba sin piedad. Ahora tenía la respuesta que no le había dado aquella vez y no tenía de otra más que remediarlo.
Mi mirada se perdió en la hoja de papel frente a mi, esperando a que las sombras de la noche me susurraran las respuestas que necesitaba. Sabía lo que tenía que hacer, pero no tenía idea de cómo lo llevaría a cabo. Quería que fuera simple, sin escándalo y sin perjudicar a nadie. Sólo quería desaparecer y cuando ellos finalmente lo notaran, yo ya estaría lejos de su radar.
Suspiré molesta, me agarré el cabello para atarlo en forma de coleta y luego dejé caer mi cabeza sobre el escritorio. Los largos minutos de tranquilidad fueron interrumpidos por la madera crujiente a mis espaldas, haciéndome sobresaltar.
Alice estaba parada junto al marco de mi puerta con los brazos cruzados y sus ojos negros mi observaban con recelo. Fruncí el ceño, aunque manteniendo una sonrisa pequeña sobre mis labios.
── Apareciste, Jasper te buscó toda la tarde, ¿dónde te metiste? ── Su mirada cambió drásticamente, ahora se veía tan dolida.
── ¿Qué es eso? ── Señaló el pequeño trozo de papel que se asomaba de debajo de un gran libro.
── Nada importante, estaba leyendo.
── Son cartas.
── Si, Alice. Son cartas. Sólo me mantenía un poco nostálgica leyendo lo que él me mandaba, pero ya no es así, porque tuve que abandonarlo por el bien de todos. ── Mentí. ── Aún recuerdo que hasta hace un tiempo venías corriendo con emoción para que te contara a lujo de detalle lo que ocurría entre nosotros. Dime ¿qué cambió? ── Solté atenuando el sarcasmo en mi voz.
── Sólo quiero lo mejor para todos.
── Sí, yo también. ── Levanté las cejas, me encogí de hombros y volví a lo mío.
── Darcy, no hagas cosas de las que puedas arrepentirte.
── No estoy haciendo nada, Alice. Ahora solo quiero leer un rato y descansar. Fueron días ajetreados. ── Abrí mi libro dispuesta a perderme entre las hojas de "Carrie".
── ¡No me mientas! ── Murmuró entre dientes y golpeó la mesa llena de ira. La miré boquiabierta. ── Lo he visto e incluso busqué distintos futuros, pero no importa lo que suceda, siempre elegirás el mismo camino.
── ¿Y qué viste ahora? Espero estar bien advertida esta vez, no como aquella ocasión en la que me arrastraste a otro país sabiendo que mi futuro cambiaría, pero decidiste callar.
── Aceptaste la propuesta de Aro, ¿no es así? ── Me tomó bruscamente por los hombros.
── Escucha, no tiene porqué terminar de mala manera, no quiero herir a nadie y estás consciente de ello. ── En un intento de hacerla entrar en razón, tomé sus manos para alejarla de mi cuerpo, pero sus ojos irradiaban furia.
── Entonces, finalmente has perdido la cordura.
── Alice, no he hecho nada más que pensar en ustedes.
── Ya no sé si puedo confiar en ti.
── ¿Y qué harás?, ¿Irás con los demás y soltarás todo como tienes costumbre?, ¿arruinarás el gran día de Bella y Edward? Si será así, entonces yo tampoco tengo porque confiar en tí.
Se mantuvo pensativa y negó nerviosa con la cabeza. Se dirigió a la puerta para salir de la habitación y por un momento sentí miedo, pero se detuvo girando su cabeza sin mirarme a la cara.
── Sólo espero que lo que sea que estés planeando no ponga en riesgo a nuestra familia, porque de ser así no habrá amor de hermana que te salve.
Nota:
¿Actualización dos días consecutivos? Wow.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top