◇1O
El despertar fue algo muy diferente para él, Jimin tenía al lado al alfa quien dormía tranquilamente mientras el sol entraba por las ventanas gigantes.
Tallo sus ojos, el respirar en calma de alfa lo hizo pensar que a lo mejor estaba cansado, no quiso despertarlo así que poco a poco se fue levantando. Tomó algo de su ropa yendo al baño, hizo sus necesidades y después se duchó. Al terminar salió vestido muy bonito, tenía puesta una camisa a cuadros color pastel, un pantalón azul con sus tenis de plataforma blancos.
Con ese vestuario parecía un niño rico, aún más por su natural cabello rubio.
El Alfa lo admiraba, ya había despertado al no poder oler esas frambuesas a su lado. Hoy tenía una cena importante con el rubio, quería llevarlo a pasear primero, que conociera París y es lo que haría ahora mismo.
Se levanta estirando su cuerpo, Jimin lo mira y sonríe un poco nervioso, no sabía por qué siempre lo hacía.
─Buenos días, Señor Min.
Suspira el mayor.
─Te he dicho que soy YoonGi para ti, voy a hacer tu esposo en unas semanas Jimin, no quiero que alguien te escuché decirme señor Min, se verá extraño que un Omega le diga de esa forma a su futuro esposo.
─Lo siento. ─Jugo con sus manitas tímido.
─Tampoco te disculpes, serás un Min y los Min no se disculpan, a menos que sólo sea conmigo, pero con los demás no.
Tomó su ropa entrando al baño. Jimin trataba de recordar esas copas, pero era muy difícil para él. Ser un don nadie a alguien muy importante era muy difícil, con respecto a la boda aún no le decía nada ni planeaba nada, tenía un poco de pánico porque si era en dos semanas su celo llegaría para esos días, lo que indicaría que es probable que lo hagan y de ahí lo marque.
Su lobo salto feliz, quería ser marcado por el Alfa, Jimin lo volvió a regañar por sus tontas ilusiones, jamás haría algo como eso, ni siquiera se sentía preparado para hacerlo con el Alfa.
Al salir YoonGi de la ducha vestía un pantalón negro algo ajustado, sus botines y esa camisa blanca de botones que no dejaba mucho a la imaginación del pobre Jimin, con los tres botones abiertos dejando ver un poco de su pecho.
─Iremos a desayunar a una cafetería, después iremos de compras quiero que está noche te veas impresionante.
─Lo había olvidado.
─No olvides esas cosas, vamos.
Tomó sus cosas y ambos salieron de la habitación, YoonGi con su mascarilla y lentes oscuros cubriendo su rostro como siempre. Se tomaron de las manos y para el ojo público esto era el chisme del año. Sabían quién era Min YoonGi, su posición en Corea y el estatus que tenía, verlo con su prometido Omega les haría ganar dinero con cualquier foto que tomarán de ellos.
Subieron al auto, dieron marcha a la cafetería que el Alfa le menciono. Bajaron y entraron a una bonita cafetería, Jimin admiro todo lo estético del lugar. Tomaron asiento lejos del ojo público, una zona donde sólo el Alfa y el Omega tendrían privacidad.
Llegó una beta con las cartas, le entregó una a cada uno mirando el menú. Jimin no sabía qué pedir, todo se miraba delicioso.
─¿Qué ordenará, Señor? ─hablo en francés.
YoonGi mira al rubio indeciso.
─¿Ya te decidiste, amor?
Su mochi movió su cola al oír amor, aparte que hizo latir su corazón y tornar sus mejillas de rojo.
─Aún no sé que ordenar, ¿podrías ordenar por mí? no sé el idioma.
─Claro que sí. Ordenará Café, chocolate, mermelada, croissant, zumo de naranja, pomelo, lichi.
—Sí señor, enseguida.
Se retira la mujer, no entendió que fue lo que pidió pero sonaba rico. YoonGi miraba al rubio, este jugaba con una flor que está en la mesa, mira el anillo en su dedito anular con el brillo de aquel anillo tan importante para él. Se le miraba hermoso, todo él es hermoso.
Sus comidas llegaron, almorzaron y Jimin pudo ver al Alfa desayunar normalmente, bajo sólo un poco su mascarilla disfrutando de la deliciosa comida del restaurante. Al menos está vez comió.
Todo era delicioso, esto era como un paraíso en su boca.
─¿Por qué no suele comer en las cenas a las que vas? ─pregunta sin filtro Jimin.
─Una vez lo intente.
Bebe de su chocolate y el rubio lo mira.
─¿Y qué pasó? ─Estaba curioso por saber.
─Intentaron quitarme la mascarilla, afortunadamente lo evité, desde entonces siempre en una cena me pongo la máscara que siempre llevo. Todos en Seúl o en cualquier lugar del mundo al que voy y soy conocido intenta quitar mi máscara, quieren la noticia de ver mi rostro por todos lados.
─Que feas personas, no puedo creer que hagan esas cosas por dinero o tener el orgullo de decir que ellos los descubrieron como si fuera algún monstruo.
Bufa algo molesto, pero se dio cuenta de lo que dijo y se apenó. YoonGi sonríe mirando su carita con esa irritación e inoportuno comentario.
─Así es, pero al final acabé con ellos. Les demandé por todo lo que tenían y lo done aún orfanato.
─Eso es muy lindo, hizo que algo malo se convirtiera en bueno. ─sonrió.
─Cualquiera que se meta conmigo lamentara su existencia en este mundo, incluso si se meten contigo ahora.
¿El Alfa sería capaz de todo por él? ¿De verdad cumpliría con sus palabras? Si, tal vez sí lo haría. Él es un hombre que tiene agallas, no se deja de los demás e intimida a todos incluso sin verlos.
Platicaron un poco más, terminaron sus almuerzos y fueron a la tienda Louis Vuitton, entraron mirando la diferente ropa. Los ojos de Jimin querían salir de sus cuencas al ver los precios, YoonGi tomaba la ropa como si fuera ropa del tianguis más barata.
Él miró un traje color azul muy bonito que tenía detalles dorados, lo toco porque estaba seguro de que se le vería bien. El Alfa lo miro y se acercó tomando su diminuta cintura, lo abrazo por la espalda haciendo que el rubio se congele en su lugar y sus mejillas arder.
─Se te vería muy bien, ¿lo quieres?
─Es muy bonito, pero cuesta mucho.
─No hay cosa que no pueda comprar, lo compraré para la cena de esta noche, compré otros trajes para la inauguración de mañana en el restaurante de Alice.
El sólo oír el nombre de esa Omega le molestaba al rubio, le caía mal sólo por ser tan descarada con el Alfa. YoonGi sintió su seriedad, bajo un poco su mascarilla besando su nuca; cosa que hizo temblar al menor, sintió sus piernas de gelatina y su sonrojo aumento.
Ya había admitido para el mismo que el Alfa le gustaba, el ser besando y observado de manera cariñosa por parte del Alfa lo hacía estremecer.
─Llevaremos ese.
Se separa de él pagando los trajes, el pecho de Jimin se sentía cálido, esos sentimientos se los cuestionaba pero le gustaban. Ahora él tomó su mano saliendo de la tienda, caminaron y tomaron algunas fotografías como la pareja que eran.
Las fotografías de la pareja rápidamente se subieron a redes sociales, cualquiera que supiera de Min YoonGi el Alfa más rico de todo Seúl, ya había visto sus fotos. JiHyo las miro con mucho rencor, nunca había visto ese rubio, es más jamás pensó que su ex tuviera pareja después de que ella lo humilló esa noche.
No parecía para ella algo falso, se miraban felices en especial ese rubio.
La noche llegó a París, Jimin terminó de ponerse el traje que YoonGi le compró en aquella tienda. Se miraba muy hermoso y sexy. Estaba listo para su cena con el Alfa, tenía puesto su anillo de compromiso que con cualquier cosa que se pusiera le combinaba a la perfección.
YoonGi salio vestido con un traje algo similar, pero en negro, su cuerpo era grande por eso le quedaba ajustado pero muy bien para dejar a cualquiera babeando por él. Jimin suspiro por lo guapo que veía, su aroma a menta fresca lo colocaba rojo carmesí.
Le gustaba y mucho aquel Alfa que casi lo mata.
─Te vez precioso ─acaricia su mejilla con dulzura. Si dudas Jimin es más de lo que se llegó a imaginar─ Vamos que nuestra noche nos aguarda en el mejor restaurante de París.
─Yoon...
Se detuvo, él iba a poner su mascarilla con sus gafas, el rubio no se detuvo de hacer lo que él y su lobo querían, beso la comisura de sus labios, le sonríe mostrando aquel diente chueco que tenía su Omega.
─Ahora sí vamos.
Avanzo primero. El Alfa parpadeo varias veces sin poder creerlo, le gustó aquel pequeño beso, a su lobo también y por más que él quisiera no mantener sentimientos por el rubio, no lo estaba logrando.
Salieron del edificio, Jimin miraba la torre eiffel a la distancia, quería subir en ella y poder apreciar más este hermoso lugar. El chófer les abrió la puerta, entró el rubio primero y después el Alfa. Durante el camino admiraban las calles cubiertas por las luces amarillentas, las parejas, los niños correr mientras sus padres los perseguían. Para otros eran cosas banales, para Jimin y YoonGi es una cosa que tendrían a futuro.
Llegaron al restaurante, bajaron y como siempre entrelazaron sus manos. Los Flashes de las cámaras apuntandolos, la presa siempre pendiente de todo lo que rodea al Alfa, incluso las preguntas incómodas; que por supuesto Min no contesto. Entraron al restaurante, la agradable música en vivo lo hizo sentir en esos teatros caros a los que soñaba ir, un mesero llegó y los sentó cercas de orquesta de música. Sabía que al Omega le gustaría este sitio, la música era agradable y la comida ni se diga.
Hoy era su cena especial con el rubio, quería hacerlo sentir cómodo a su lado, y lo estaba logrando.
Su cena llegó, disfrutaron de la música, Jimin admiraba a la mujer anciana que tocaba con mucha pasión. YoonGi cuidaba de que nadie lo mirara comer, tenía cuidado de esto para no dejar ver absolutamente nada de su rostro.
El menor miró esto y se sentía muy mal, YoonGi no era feo y no sabía por qué lo ocultaba tanto, avances él quisiera que el Alfa se sincere con él para saber cómo ayudarlo, él sabía que era un caso perdido porque jamás se lo diría.
Apenas si comió algo, retiraron los platos y les iban a atraer el postre, pero Jimin no quiso, si el Alfa no podía comer él tampoco lo haría.
─¿Estás seguro que no quieres postre, cariño?
─Estoy muy lleno, además disfruto más estar admirando la orquesta en vivo.
─O miras a la alfa que toca el violín.
─¿Tán obvió soy? ─asintió Min.
─Lo siento, pero me gusta mucho la música clásica y el violín es mi más grande fuerte. Me encanta estar aquí.
Expresa muy alegre.
─Que bueno que te gustó, esperaba eso de ti.
Desliza su mano grande para tomar la más pequeña del Omega, se miraron uno con el otro por varios minutos. Jimin no podía más, le gustaba mucho el Alfa, tal vez era una locura porque nadie podría gustarle tan rápido a alguien, sin embargo su lobo y su corazón no podían equivocarse.
¿Verdad?.
La noche pasó rápidamente, caminaron un poco por las hermosas calles mientras se tomaban de las manos. Al llegar al hotel, Jimin se sentía cansado, mañana era la inauguración del restaurante de la Omega esa. Estaba seguro el rubio esa estaría de resbalosa con el Alfa, pero Jimin tenía una idea y esa era cubrirlo con su aroma a frambuesas.
Ya había declarado que le gustaba, no perdería está guerra.
Llegó al fin la inauguración del restaurante de la Omega Alice Simon.
Había muchas cámaras grabando en vivo, Jimin lucía tan hermoso que los alfas lo halagaban y eso hacía al su Alfa cubrirlo con su olor a menta. ¿Celoso? Era poco.
Entrando al lugar miraron las decenas de políticos, empresarios, actores, músicos, de todo tipo de gente está a ahí. Miraron al Alfa entrar con su Omega, para todos era una sorpresa que el gran Min YoonGi se casaría con alguien, y más aún desconocido del cual no sabían mucho.
Miro al amigo de YoonGi saludarlo a la lejanía mientras bebía una copa de vino blanco. Pero justo al frente se presenta Alice; con un maldito vestido ajustado resaltando sus pechos y la diminuta cintura que se cargaba.
Eso hizo que el Omega impregnara de su aroma al alfa, cosa que le gustó al pelinegro, podría sentir sus celos con el sólo verlo mirarar mortalmente a Alice.
─Señor Min que bueno que llegó. ─acaricia su brazo metiendo el suyo para llevárselo─ Le iré presentado a los demás, siganme por favor.
Jimin apretó sus puños furiosos, maldita Omega zorra.
Casi se lo lleva arrastras, Jimin frunce el ceño molesto. Taehyung lo toma a él del brazo para seguirlos.
─Descuida, jamás mi mejor amigo se fijaría en alguien como ella, primero se descubre la cara antes de invitarla a salir. ─dijo divertido.
─Ella me molesta, no me da buena espina.
─Tampoco a mi.
Le dice de forma desinteresada, Jimin suspira sintiéndose mejor con esas palabras.
Durante el recorrido del restaurante, YoonGi logró zafarse del agarre de la Omega y estar con su prometido. Lo presentó y fueron muy amables con él, fue bien recibido por los hombres aunque no entendía para nada el francés.
Sus pies dolían, todo el evento se la paso saludando y sonriendo falsamente, le dolía las mejillas de tanto que sostenía la sonrisa. La inauguración fue todo un éxito, la línea blanca del pelinegro con sus diseños tan modernos y minimalistas lo hicieron colocarse como el mejor en su trabajo.
Jimin estaba contento, pero cansado y con hambre. Fueron a la mesa donde la cena fue servida por fin, Taehyung se sentó a su lado y al otro su prometido. Cenaron lo que los Chef prepararon para ellos, aunque su alfa prefirió no comer nada por su mascarilla.
Esto no le gustaba para nada, dejó de comer porque si su prometido no lo hacía él menos. Taehyung lo miró atento, estaba seguro de que el rubio sentía algo por su mejor amigo, se notaba en su mirada y el olor amargo que percibió cuando Alice lo llevó a YoonGi.
Algo pasaba y eso era muy interesante para él.
YoonGi se levantó por qué presentaría la línea blanca que la compradora Alice Simon eligió para su cocina. Jimin antes del discurso se fue al baño, entró a los cubículos cerrando la puerta para que nadie lo mirara, le daba vergüenza orinar en los orinales y ver alfas a su alrededor.
Cuando terminó, escucho un par de murmullos de dos hombres que entraron. Estaban diciendo algo, no sabía qué exactamente, parecía planear algo y la curiosidad de Jimin fue más allá. Escucho unos tacones rechinar, miro por el espacio de las puertas y para su sorpresa era Alice ¿Qué hacía ella aquí?
Hablaron en francés, pero sus miradas eran perversas, uno de ellos asintió y después salieron con ella. Algo se le había caído del saco así que Jimin salió tomando el papel, lo miró por unos segundos y su corazón latió con fuerza.
Era lo suficientemente listo para darse cuenta de que esto era una especie de trampa. Era el podio donde YoonGi diría los productos que la Omega eligió. Corrió hacia fuera, miró a su prometido subir al podio y algo que parecía una bola esférica estaba sobre él.
Taehyung llegó a su lado para ver la presentación, antes de decir algo, esa cosa explotó. Alguien que estaba al lado del alfa quitó sus gafas y mascarilla. Esa cosa esparció papelillos de colores, Jimin corrió aventando a las personas llegando con su prometido, Taehyung hizo lo mismo mientras la prensa tomaba fotos de lo que se llegó a ver.
«Si, de lo que se llegó a ver» porque Jimin, abrazo a su prometido escondiendo su rostro en su cuello dándole la vuelta, La Omega se sorprendió por lo rápido que fue el Omega rubio, Jimin los miro mal a todos, esto era como una humillación al alfa ¡Su alfa!
YoonGi sentia su sangre hervir, sentía tanto coraje que quería matar a cada uno de ellos, pero los brazos de su omega lo tranquilizaban por el momento, incluso de querer matarlos a todos.
—¡Maldito Omega!
Grito Alice intentando quitar al rubio. JiMin también esta furioso tanto que sin pensarlo con sus garras cortó la cara de aquella mujer, en eso la luz se fue. Alice gritó ante el ardor de su rostro, cayó al piso y algunos Intentaron iluminar lo que sea que pasaba con las linternas de sus móviles. YoonGi cubrió su rostro con su sacó y jalo a JiMin para salir de ahí.
Por la puerta de atrás salieron y subieron al auto. Taehyung les entrepgo sus lentes y mascarillas dando camino al hotel ya que él conducía. JiMin tenia sangre en sus manitas, en sus pequeños deditos gorditos temblando por lo que había hecho, YoonGi lo notó y no tardó en preocuparse por él.
—¿Esta bien? ¿Qué fue lo que te paso?
JiMin ni siquiera supo qué le pasó a él, estaba en shock y lo único que pudo hacer fue abrazarse del alfa como un niño pequeño.
TaeHyung se mantuvo al margen, estaba muy enojado al igual que amigo. Pero esto no se quedaría así, esa Omega y sus malditos cómplices lo pagarían caro, muy caro.
—Tranquilo, ya pasó, tranquilo...
Le susurro besando su cabellera rubia, JiMin se aferraba más a él porqué jamás había hecho algo así, lastimó a alguien, él, un omega pacifico. En cuanto llegaron al hotel, entraron y YoonGi abrazo a JiMin con todas sus fuerzas.
—Ya sabes qué hacer.
Asintió el castaño.
–Lo veo en Corea.
Salió de ahí cerrando la puerta, dejó a la pareja a solas.
JiMin al fin salió de su escondite y miró el rostro de alfa el cual tenía un semblante furioso, su mandíbula tensa, sus ojos violetas.
—Era una maldita trampa—empieza a decir— No me di cuenta de ellos, creí que... ¡Pero esa maldita junto con sus cómplices no se saldrán con la suya. —su voz era gruesa, tanto que daba mucho miedo, su voz de Alfa molesto.
—Le... Desgarre la cara —dijo para después derramar lagrimas–no... No quería hacerlo pero... ella.
Lo cayó el mayor rozando sus labios con cariño, se sintió tan asustado, además que casi miran el rostro de su alfa, que por suerte logró tapar y era algo muy grande que agradeció el mayor.
Poco a poco el enojo fue disminuyendo, con solo la cercanía del rubio lo cegaba ante lo que acababa de pasar en el restaurante, sin embargo eso no se quedaría así.
—Gracias por cubrime, JiMin.
—Lo hice porque me di cuenta del plan de esa mujer, corrí lo más rápido posible antes de las fotografías, supe... su plan.
Los roces de sus labios se acercaba cada vez más, sus respiraciones se mezclaban una con la otra, JiMin sin pensarlo se colocó sobre sus piernas de lado alado sobre el Alfa, quedando a horcajadas. YoonGi acarició sus espalda tomando con la otra mano sus cintura.
—¿Crees que soy feo? —pregunto de repente casi en un Susurro sobre su boquita.
Niega el rubio repetidas veces.
—No lo eres, eres muy guapo para mis ojos, me gustas y ya no puedo ocultarlo más –paso sus dedos sobre la cicatriz y después beso la zona de su mejilla acercándose a él.
—¿No mientes?
Volvió a negar el rubio.
—Cuando miento mi boca empieza a tartamudear, te digo la verdad.
El Alfa beso su mejilla, lo tomó del mentón apreciando al lindo rubio que tenía por prometido, sin dudarlo beso sus labios. Un beso algo fuerte y desesperado, JiMin no se negó a ello, abrazo su cuello restregandose sobre él.
Tal vez se dejó llevar por su lobo, tal vez el Alfa también. Pero si de algo estaban seguros era de que ambos querían esto.
¿JiMin al fin podría entregar su cuerpo después de lo que hizo? Si, no tiene ninguna duda en todo su ser.
Bajo las luces de París la Torre Eiffel desde afuera dando una vista hermosa, con un omega y Alfa iniciando algo que ya no podrán parar.
Alice Simon
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