- ᴅɪᴇsɪsɪᴇᴛᴇ: ʟᴀ ᴏᴛʀᴀ ᴅɪᴍᴇɴsɪᴏ́ɴ -
Sentía como si estuviera fuera de sí, antes de dormir había notado que el espejo que usualmente cargaba consigo se había roto, lo dejó en su escritorio, y luego fue a su cama, no podía conciliar el sueño, todo a su alrededor lo sentía dar vueltas, aún cuando tuviera los ojos cerrados, en su cuerpo estaba esa sensación de un vaivén de barco, como si flotara en el agua, de manera suave.
No podía estar quieta, gira una y otra y otra vez, esa sensación de movimiento no desaparecía, y ahora su cabeza comenzaba a darle vueltas, se sentía aturdida a pesar de estar en completo silencio, frunció el ceño volviendo a girar por enésima vez en la cama, las sábanas eran un desastre, tenía una de sus piernas por encima de estás y la otra completamente enredada en las sábanas, sus labios se resecaron.
Se levantó de manera brusca cuando la azotó una repentina sensación de vomitar, abriendo los ojos de inmediato. Se dio cuenta que llevaba rato sin respirar, pues en cuanto despertó se llevó una mano al pecho tomando una bocanada de aire.
Seguía siendo de noche, todo su cuerpo estaba a oscuras, sin embargo está segura que ese no era su habitación, era similar, todo parecía como si fuera su cuarto, pero estaba segura que no lo era. Aún sentía su cuerpo muy ligero. Finalmente se levantó, llevó su vista al espejo en su habitación, no le seguía por convencer lo que veía. Esta no era su casa.
— Estás en la dimensión del espejo, por eso es diferente.
Pegó un brinco a la vez que soltaba un grito ahogado, llevándose una mano al pecho. Jay estaba ahí recargado en su ventana con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón. Había olvidado que se verían esa noche, nuevamente estaba frente a él con esa misma pijama que la vez anterior.
Volteó a su alrededor, sí, todo estaba al opuesto, era estar en el interior del reflejo, su vista volvió al espejo que desde este punto parecía más como una ventana a una habitación igual. Notó de algunos destellos de luz tenues en tono violetas en ciertos puntos en esta, dándole todavía un aspecto más irreal.
— ¿Por qué estoy aquí? — su voz sonó insegura, no tenía idea como había entrado.
Seguía con la vista moviéndose por la habitación, se sentía tan incómoda, era tan igual todo a su realidad que solo la hacía sentirse más ajena, por muy igual, no le era familiar, esto no le pertenecía, parecía estar como en una burbuja por esos destellos de luz violetas. Jay finalmente sacó las manos de sus bolsillos.
Incluso él era diferente, no sentía esa calidez que se había desarrollado entre ellos, y le dio miedo, por lo que instintivamente retrocedió, el chico traía una gabardina hasta las rodillas, un pantalón rasgado y botines, todo color negro, no era raro, usualmente usaba ese color, pero ahora le parecía tan frío.
— Desde la fiesta eres un invitada mía, así que yo puedo traerte aquí y expulsarte cuando quiera.
Él seguía avanzando más y más a ella, mientras que Jiyu solo retrocedía hasta topar con la pared, se relamió los labios nerviosa, estaba asustada. Sabía que era él, pero estar en esta dimensión era tan aterrador para ella, y como no, buscaba que todo fuera igual a como ella lo conocía, y al no serlo solo se sentía incómodo, temerosa, era algo desconocido.
¿Qué diablos era ser invitada?
Recordó de manera imprecisa algunas conversaciones de esa fiesta, pero... ¿Por qué le costaba tanto recordarla? Era como si fuera un recuerdo muy lejano, las imágenes eran tan borrosas, y traerlas a su mente le causaba dolor, incluso las voces, nada era claro, era como si hubiera estado sumergida en el fondo de una alberca cuando ellos platicaron. No entendía nada. Su único recuerdo nítido era esa bebida que tomó al mero principio y que debió repetir en varias ocasiones, volvieron las ganas por vomitar y esos tenues destellos morados en el ambiente le estaban causando jaqueca.
— ¿Qué fue esa fiesta? ¿Por qué me cuesta trabajo recordarla?
— Fue una fiesta para invitados — respondió tranquilamente — No deberías recordar esa fiesta, los invitados no suelen recordarla.
Sintió la habitación helada, no era frío, estaba helado dentro, tanto que se abrazó así misma, volvió a tener esa sensación de vaivén que la hizo tambalearse un poco mientras Jay seguía ahí en pie viéndola fijamente. Juraba que esa maldita melodía de piano y violín estaba sonando, sí, era muy lejano que iba de poco en poco haciéndose cercano, más fuerte, mas claro. Volvió a recordar esa agua cayendo. ¿Era verdaderamente agua?
Sus piernas flaquearon, y se desplomó, siendo Jay rápido en atraparla entre sus brazos antes de caer al suelo. Volvía a sentirse esa contracción en su pecho, y su garganta se cerraba, estaba agotada, exhausta, lo ultimo que vio antes de cerrar sus ojos por completo fue esa extraña sonrisa en el rostro de Jay viéndose todo más y más borroso, distorsionado, y finalmente cayó en la inconsciencia.
— ¿Le piensas contar sobre la fiesta cuando despierte? — preguntó Jungwon haciendo seña a la chica que estaba dormida en uno de los sofás.
O, al menos eso creían los chicos, Jiyu tenía poco de haber despertado, pero al escuchar la plática prefirió quedarse quieta fingiendo aún dormir. Ellos estaban sentados en una mesa redonda, los siete mientras conversaban, el ambiente era bastante denso, pues como no lo sería. Se escuchó reír a Jay sin ganas.
— ¿Qué crees que va pensar de mi al saber que es el brindis? — preguntó con ironía.
— ¿Desde cuándo te importa tanto lo que llegue a pensar de ti? — preguntó está vez Heeseung — No es la primera vez que alguien descubre de tu falta de reflejo. Sook también lo sabía y ella si que no te importo.
Jay se removió incómodo en la silla, hacía mucho que no escuchaba ese nombre, todos se quedaron en silencio, Jiyu no comprendía que era lo que estaba pasando, pero aún así resistió y siguió quieta, ellos aún no se daban cuenta que estaba despierta.
— Fuera de Jungwon, para ninguno es la primera vez que alguien externo sabe, conoces bien que ha sucedido en todas esas ocasiones — habló esta vez Sunghoon.
Jake fue ahora el que soltó una corta risa, apoyo los codos en la mesa reposando su rostro en el dorso de su mano mientras sonreía algo coqueto.
— Pero si es la primera vez que queda sin reflejo — comentó — Según.
Volvieron a dirigir la atención en Jay quién solo desvío la mirada, tomó un trago de la bebida que tenía delante suyo bebiendo todo de un solo trago algo veloz. Todos sabían que él ocultaba algo respecto al caso de la joven, lo supieron desde el momento que la sacó en el brindis, todos lo sospechaban.
— Yo no tengo nada que ver en la desaparición de su reflejo — aclaró en cuanto dejó el vaso vacío en la mesa.
— ¿Cuántos años pasaron para que Sunoo admitiera que él fue quien me condujo aquí? — habló el menor de todos recostando su rostro en la mesa — ¿Veinte, veinticinco años?
— Podemos esperar eso para que no lo digas, paciencia y tiempo hay mucho — dijo Heeseung asintiendo.
Sunoo sólo rio rascándose la nuca. Entonces Jiyu tosió llamando la atención de todos, voltearon en su dirección, mientras que Jay se levantó yendo en su dirección, se arrodilló junto al sofá, mientras ella bostezaba para fingir acabar despertar. Se sentó mirando a cada uno de los chicos.
— Es mejor que decidas pronto Jongseong, nosotros podemos esperar todo lo que quieras, pero sabes que ese no es el problema...
Todos habían puesto su atención en Sunoo que estaba hablando tranquilamente, hasta que se escuchó algo quebrarse, cristales se desparramaron por todo el suelo; Jungwon miraba sus manos fijamente, la sangre comenzó a escurrir entre sus dedos mientras el seguía inmerso en la herida que se había ocasionado completamente atraído. Jay se levantó corriendo en dirección al chico, tomó papel que había en la mesa.
Jake comenzó a hacer una cuenta regresiva, mientras el resto solo permanecía inmóvil, evitando ver a Jungwon en lo que el otro limpiaba su herida con gran velocidad aún con Jake haciendo la cuenta regresiva, seguía sangrando, se escuchó al chico soltar un quejido ante su tacto.
— ...Siete, seis...
Jay terminó cargando a Jungwon sobre su espalda lanzándose contra una de las ventanas de la casa y así desaparecer con el chico sin dejar rastro.
— ... Dos, uno.
Los ojos de todos ellos se había vuelto rojos, pero permanecían quietos en la mesa, mientras que Jiyu solo tenía más dudas que respuestas después de lo ocurrido.
Hellooo!!
Hay mucha información suelta en este capítulo.
Ya ahora sí el siguiente capítulo vamos a conocer una de las historias de los Enhypen a detalle, ¿De quién creen que sea?
Advierto desde con tiempo algunas historias son contenido sensible.
Tomen agua y duerman bien. (Yo actualizando siempre de madrugada)
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