- ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ: ᴄᴀғᴇ́ -

Vio a Jay sentado en su butaca, ambos conectaron miradas y él pareció querer hablarle, pero Jiyu estaba fastidiado, aún cuando fueran las siete de la mañana, estaba muy cansada, harta, y solo quería que el día acabará rápido; rodó los ojos y se fue directamente a su butaca en dónde se recostó en lo que esperaba al profesor de turno. Inclusive si cabello se encontraba enmarañado, tenía de varios mechones fuera de la coleta rápida que se había hecho antes de venir.

Colocó sus audífonos para evitar que alguien la molestara en los escasos minutos que podía tener libres, había cerrado sus ojos para bloquearse del mundo real. Hoy extrañamente portaba más maquillaje del que comúnmente usaba, quería verse normal, y las negras ojeras bajo sus ojos no ayudaban, por lo que había colocado corrector para ocultarlas, estaba de mal humor, eso claro estaba.

Jay tomó sus cosas y fue a la butaca justo a lado de la chica sentándose ahí, ella no lo notó llegar, tenía la música bastante alto que inclusive podía escucharse por fuera de los auriculares, el pelinegro reconoció la canción rápidamente, era una canción relativamente nueva de una banda de rock que sonaba usualmente por la radio.

No quiso hablarle, simplemente se sentó a su lado, recostando de igual manera sobre la paleta de la butaca, teniendo su rostro girando en dirección a ella para ver sus facciones con detenimiento. Jiyu poseía de pestañas largas, caídas, pero eran bastante largas, sus labios eran delgados, y hoy había colocado un labial color melocotón que quedaba muy bien con ella. Jay sonrió de manera corta por la tranquilidad que le generaba el tener a la joven durmiendo a poca distancia de él.

Aquello solo duró a lo mucho algún seis minutos, pues entró el profesor al aula poniendo orden de inmediato, los alumnos se fueron a sus lugares, siendo Chaeyeon quién le dió unas suaves palmadas a la joven para que se centrará en la clase. Ninguna se dijo nada, la de cabellos naranjas se fue a su lugar, mientras que Jiyu al notar el cambio de lugar de Park volvió a rodar los ojos con fastidió, optó por concentrarse en la clase, aún cuando esté le pareciera extenuante.

Al cabo de cincuenta minutos, sonó lo campana indicando el fin de la clase, Jiyu estaba por volverse a recostar en la espera del profesor de la siguiente clase cuando Jay le habló. Trató de ignorarlo y hacer como que no lo había oído, no quería hablar con él, no ahora, y posiblemente no en días, no era precisamente que estuviera enojada con él, en parte era eso, sin embargo quizás ello era el sentimiento más a la superficie, pues bajo, eran de la combinación de muchas otras cosas que solo resultaban en no querer hablarle.

— Jiyu — en esta ocasión, la movió un poco para captar su atención.

Suspiró, girando finalmente su rostro en dirección a él.

— Ahora no, por favor, no quiero hablar contigo — su voz incluso sonaba agotada.

— Jake me dijo lo que sucedió cuando ambos estuvieron en el cementerio, quiero explicarte.

— Jay, estoy agotada para escucharte ahora — dijo desviando la mirada — No quiero saber nada de esa dimensión y sus reflejos, no por ahora, estoy muy cansada.

Él permaneció callado, la comprendía, todo ello era mucha información para asimilar en poco tiempo, debía sentirse muy abatida y ahogada por todo, él también se sintió así cuando sucedió todo con él, lo que menos quería hacer ahora es que se sintiera más presionada por ello.

— Vayamos por un café saliendo de clases — invitó con amabilidad.

Ella levantó su cabeza.

— ¿Para?

— Solo pasemos tiempo juntos.

Lo miró un tanto desconfiada, la profesora de historia entró al aula saludando a algunos alumnos de beso en la mejilla. Jiyu volvió a mirar a Jay quién esperaba su aceptación o declinación a si invitación.

— Está bien.

— Estás distraída — comentó Jay.

Jiyu mantenía la mirada fija en la ventana que daba a la calle, luego de que las clases acabaran, ella había decidido adelantarse a la entrada para buscar a Soo a quién no había visto en todo el día, la encontró, pero no le habló y mejor se fue directo a la puerta a esperar a Jay, Soo estaba conversado de manera muy amigable con los chicos que había molestado a Jungwon, claro, esto su amiga no lo sabía pues había optado por omitirlo, sin embargo, de lo que si estaba enterada es que el curso escolar pasado uno de esos chicos le había tocado sin consentimiento en un evento de la escuela y luego se había mofado de ello. Soo lo sabía, incluso la había consolado en aquel entonces, por lo que le parecía extraño verla platicando con ellos, incluso no se limitaba ahí, había coqueteado con ellos, por lo que le dejaba bastante a pensar. Sin quererlo, había vuelto esa espina que Chaeyeon había colocado en ella respecto a su amistad, pensando en ello durante todo el trayecto a la cafetería e incluso ahora seguía pensando en ello.

— Perdón — volvió su vista momentáneamente a él y luego la agacho a su frappé aún sin beber.

Había vuelto su vista a la ventana, ninguno de los dos tenía reflejo en aquel vidrio, mientras que el resto de las personas a su alrededor sí. Volvió a pensar en la historia de Jake, ahora preguntándose si alguna de las personas a su alrededor, su reflejo estaría tan admirado de sus vidas para permanecer eternamente en el espejo vagando. Jay dirigió su vista a la ventana, y notó lo misma que ella.

— Lamento haberte dejado, pero tenía que sacar a Jungwon de ahí.

Jiyu volteó a él algo confundida, tardó unos segundos en recordar ese evento y después entender a que se refería, sonrió, movió la pajita de su frappé en círculos dentro del vaso.

— No hay problema.

Jay suspiró, bebió de su té negro, notó entrar a Soo al establecimiento a compañada de Chaeyeon, ambas tenían los brazos entrelazados mientras mantenían una conversación entre ellas acompañada de risas. Notó que Jiyu aún no notaba de la presencia de esas, quizás debió haber buscado un café menor popular, ambas estudiantes siguieron avanzando hasta que salieron de la vista de ellos. 

— ¿Ha pasado algo con Soo? — preguntó una vez que ya no se veían mas.

Finalmente Jiyu tomó un trago de su frappé, lo hizo a un lado y apoyó su barbilla en el dorso de su muñeca, había y no sucedido cosas entre ambas, se habían distanciado pero sin alguna razón en especifico. No era de su agrado contar sus problemas a gente que tenía poco de conocer y más cuando este tipo de gente estaba envuelto en lo que parecía ser asesinatos en otra dimensión, pero no había de otra, hacía tiempo había comenzado a considerarlo alguien con quién podía contar. 

— Creo que ella me miente, no tengo pruebas, pero las cosas son raras entre nosotras — comentó — Chaeyeon me contó que-

Se cubrió la boca, no debía decir eso.

— Olvidalo — bebió de su frappé un largo trago.

Jay sonrió de lado, acercó su rostro más a ella, y tomó su mano, para acariciar sus nudillos con dulzura.

— Chaeyeon te contó que la información que tiene de mi, es por Soo, a cambio de información tuya, ¿no? — aquella sonrisa divertida no desaparecía en su rostro.

Jiyu se atragantó con el frappé tosiendo algo escandalosa, él le paso una servilleta y se levantó para dar unas palmadas en la espalda hasta que se controló. Se había puesto roja, no sabía si era por la vergüenza o por la tos, Jay volvió a su lugar esperando a que hablara. Ella se comenzó a echar aire con sus manos en la cara mientras soplaba, le había dado calor, varias personas había puesto su atención en ellos, había sido muy escandalosa, inclusive un mesero se había acercado a ayudar. 

— ¿Cómo lo sabes? — preguntó aún ronca.

Jay se quedó pensativo un momento. 

— Mmm... Sunghoon estaba conmigo ese día y nos tocó escucharlas, fue hace dos o tres años, aún no conocías a Soo en ese momento, y Chaeyeon tampoco me conocía — explicó, sus brazos los había cruzado mientras hablaba — Ahora que mejor recuerdo, yo aún vivía en la otra dimensión. 

Jiyu comenzó a sobar sus cienes, era corto pero concreto lo que había dicho. 

— ¿Qué sucedió luego?

— Sunghoon y yo venimos a este mismo café. Él pidió un café americano y yo lo mismo que ahorita, fue la primera vez que ambos cruzamos acá — dijo sonriendo volviendo a tomar a su té con gran gusto.

— Jay, con ellas.

— No lo recuerdo — mintió para no seguir con la conversación.

— Ah.

— En la mañana parecías molesta conmigo.

— Jay, me dejaste allá, Sunghoon tuvo que ayudarme a cruzar, pero ya pasó, no fue nada, aparte es agotador todo lo referente a ti — Interrumpió.

— Pensé que había sido Jake quién te cruzo de vuelta, lo lamento.

— Jake no quiso moverse del cementerio, Sunghoon fue a buscarlo y él me terminó cruzando — comentó con cierta tristeza.

Ambos se quedaron en silencio, lo imaginaba, Jake solía ser muy sensible cada que era el aniversario, ambos tomaron de sus respectivas bebidas, coincidían en sus pensamientos, ambos hubieran querido conocer al Jake de la vida real, ese que su amigo le lloraba bastante en cada aniversario. 

— Sunghoon también se ponen así cuando es su aniversario — comentó el chico.

— Vaya — fue lo único que dijo. 

Se moría de ganas por preguntar, pero no debía hacerlo, seguramente era algo delicado, así como con el otro, volvió a llevar su vista al ventanal para ver la gente pasar, aún había sol, no era tan tarde como creía. 

— Jiyu, eres muy linda — soltó de la nada sorprendiendo a la joven.

— ¿Por qué?

Jay se levantó de la mesa, se dirigió a ella, para acariciar su cabello con dulzura acomodando uno de esos mechones rebeldes tras su oreja, bajó su mano a su mejilla para ahora acariciarla con gran cariño con su pulgar. 

— Iré a pagar.

Besó la coronilla de su cabeza antes de irse.

Hola, volví xd

Me harté de corregir así que mejor dejaré eso para el final, de igual forma ando cuidando mucho más que escribo.

Este capítulo es largo y soft, pero creo que ayuda a las interacciones entre los protagonistas y sea más natural.

Quería agradecer por las 5k de lecturas, hemos llegado muy rápido a ello, lloro brillitos. ¿Les gustaría algo especial por eso?

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