°༄04
[ 🥀 ] ᵖˢʸᶜʰᵒ [ 🖤 ]────✧
❝ハートの女王❞
Iba a máxima velocidad por las calles de Tokio. Había prendido es estéreo del carro y puse el disco que estaba uno de los compartimientos.
La música sonaba demasiado fuerte y mi adrenalina estaba al tope gracias a aquel juego.
Cuando estuve cerca de la entrada de mi nueva residencia fui bajando la velocidad del vehículo y apague la radio.
Deje el carro en su lugar y aún sin limpiar los rastros de sangre que tenía esparcidos en el cuerpo tome la carta que gane en el juego y me dirijo a la suite principal que es donde supuse estaría el sombrerero.
En el camino todos los residentes de la playa se quedaban pasmados por verme en tal estado y es que si bien estábamos acostumbrados a ver sangre en los juegos, era raro ver a alguien así en la playa.
Toque dos veces la puerta del sombrerero esperando a que me dieran paso. Niragi fue quien me abrió escaneando me de arriba a abajo. Lo empuje para que me dejara pasar y dejé la carta en la mesita de centro que estaba en frente del sombrerero.
-Vaya, está aún no la teníamos,¿Cierto, Aguni?- tomo la carta y la guardo en su short mientras yo me sentaba en frente de ambos hombres. -¿Algún sobreviviente?
-No, solo yo
Niragi tomo asiento muy pegado a mi pasándome una toalla húmeda para que me limpiará. La tomé y solo me limpie lentamente. Aguni me sirvió en un vaso un poco del tequila que estaban bebiendo y lo tome de un sorbo.
-Quiero que seas parte de los militares.
Que Aguni halla dicho eso me tomo por sorpresa y al parecer a Niragi también por qué se levanto enseguida con una expresión de asombro total.
-Seras mi número dos junto con Niragi.
Eso fue lo que más nos sorprendió a ambos. Niragi me veía a mi y luego a Aguni tratando de procesar lo que su jefe había dicho.
-¿Esta seguro de esto Jefe?- dijo el chico dejándose caer junto a mi
-Acepto- dije yo esta vez.
Luego de eso ambos se miraron y procedieron a darme una pulsera con el número 4 como a Niragi.
Después de eso deje la suite y me encamine a mi habitación para poder cambiarme. Me bañe y tome otro bikini del clóset para ir al bar donde estaban todos los que sobrevivieron está noche y los que se quedaron a festejar.
A lo lejos divise a Hjunyin que estaba en la barra con otro chico a su lado. Al verme se disculpó con la persona y se acercó a paso apresurado a donde yo estaba.
-Supe que habías llegado mal, pensé que estabas herida por lo que me contaron
-Estoy bien, solo estaba cansada pero que mejor que celebrar que regrese con vida ¿No?- dije para luego ir a la barra y pedir algo de beber.
Niragi estaba sentado en unos sillones junto con otros militares y algunas chicas. Él solo me veía desde su lugar.
Estuve bastante rato tomando y bailando con Hyunjin y varias personas que se encontraban en el bar.
Cuando ya estuve lo suficientemente cansada decidí ir a mi cuarto. Estaba por el tercer piso cuando escuché unas voces en un pasillo, murmurando algo sobre las cartas.
Mis sentidos se activaron y me pegue a la pared para poder escuchar lo que decían tratando de que no me vieran.
-Solo vamos a tener este oportunidad, mañana en la noche tendremos que entrar a su suite.
-Pero nos pueden descubrir
-No por qué todos estarán en el bar, además de que el sombrerero por lo general está solo con algunas chicas... Está es nuestra oportunidad para matarlo y huir con las cartas
Luego de eso oí que empezaron a caminar y los seguí a paso rápido y silencioso cuando vi que entraron a una habitación saque mi daga y abrí la puerta.
Los cuatro chicos se sorprendieron de verme. Ninguno se movió de su lugar. Todos parecían aguantar la respiración en busca de hacer algo para salir de este problema.
-¿Así que planean robar las cartas?- dije recargando me en la puerta que estaba a mis espaldas -En está nueva realidad no hay reglas, eso lo tengo muy en claro... Pero no me gusta que haya traidores, nos pueden atraer muchos problemas -Uno de ellos corrió a dónde estaba con uno de los jarros que había en la habitación pero antes de que me lo pudiera lanzar yo ya había enterrado la daga en su garganta -¿Alguien más quiere hacer otra estupidez? Tengo toda la mañana -dije mientras el cuerpo del chico caía al piso y limpiaba mi arma con la poca tela que me cubría.
Ninguno respondió y los único que hice fue golpear al más cercano, el chico se trataba de defender pero yo era buena peleando y dejándolo inconsciente luego de dos golpes. Iba constantemente a clases de box así que sabía cómo pelear.
Los otros dos que quedaban trataron de ir a la salida pero alcance a tomarlos del cabello a ambos. Los tire al piso y me puse de cuclillas mientras limpiaba la daga con la playera de uno de ellos.
-Cuando el sombrerero se entere los matará. Si es que llegan a sobrevivir luego de lo que les haré. -Con eso dicho le di un puñetazo a uno dejándolo inconciente y al otro le clave la daga en el pecho sintiendo como otra vez me manchaba con sangre.
Y creo haber hecho mucho alboroto por qué cuando me levanté para poder levantar al que deje inconciente me di cuenta que Aguni está en la puerta junto con un chico de una catana. Ambos veían el desastre que había hecho en la habitación. Oí que Aguni decía que avisarán al sombrerero sobre la situación y cuando ya había puesta al que había noqueado en una silla y lo había dejado amarrado, Aguni me tomo del brazo haciendo que volteara brusca mente.
-¿Que demonios piensas que hiciste?- Aguni solo me sujetaba más fuerte del brazo- Estás demente niña.
-Quiero una buena explicación para lo que está sucediendo
El sombrerero entro con una gran calma inspeccionando toda la habitación.
-¿Y bien? No tengo toda el día... -El hombre solo estaba de brazos cruzados viéndonos. Me solté del agarre de aquel hombre para poder acercarme al otro y explicarle lo sucedido.
Con cada palabra que salía de mi boca el solo asentía mientras su expresión se volvía cada vez más seria. Para cuando le termine de relatar todo, el chico que estaba inconsciente se empezó a remover en su lugar.
El sombrerero tomo mi daga y se la enterró en la pierna al otro.
-Quiero saber algo antes de que te mate...- dijo mientras sacaba la daga de la pierna del chico y se oían sus gritos y sollozos- ¿Han estado escondiendo alguna otra carta? O solo planeaban robarse las que tenemos...- El chico sollozaba cada vez más fuerte y no respondía así que me adelante a buscar por toda la habitación.
Saque los cajones y tire los colchones en busca de alguna carta que ellos pudieran poseer. Cuando no encontré nada me dirigí al baño. Inspeccione todos los rincones posibles.
Estaba cerca de la bañera cuando pise uno de los azulejos haciendo que esté sonara un poco bajo mi pie. Me agache para poder levantarlo y encontrarme con otras 5 cartas más.
Salí del baño y se las mostré al sombrerero. Me entrego la daga y yo le entregué las cartas.
-No quiero manchar mis manos con un traidor como tú -le dijo al chico y este solo suspiró aliviado pensando que lo soltaría mos en aquel momento. -Malika, haz lo que quieras con él... A partir de hoy se va a agregar una regla más a la playa, muerte a los traidores.
Y cuando el hombre se fue le pedí su arma a Samura que era el más cerca.
-Ya oíste al sombrerero cariño, muerte a los traidores... Y todo aquel que sea traidor perderá la cabeza
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