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19 de Agosto 2021

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Londres, Inglaterra





La mañana de Sergio no podría ir mejor, y la sonrisa en su rostro lo demostraba, había descansado como hace tiempo no lo hacía gracias a la tranquilidad que le brindaba el sentir a cierta morena sobre su pecho, extraña sensación a su parecer, pero no le desagradaba en lo absoluto. La menor había partido temprano a resolver unos pendientes en la florería, dejando a Checo solo en el departamento de ella, prometiéndole que finalizados sus compromisos regresaría para que pasaran el resto del día juntos, el hombre entendió por completo, simplemente le deseo buena suerte en sus actividades y se despidieron con un beso cargado de amor y sentimientos.

Ahora el mexicano se encontraba en una pequeña plaza comercial ubicada cerca de la vivienda de Scarlett, había salido a comprar un par de prendas para poder tomar una ducha antes de verse de nuevo con la monegasca, había pasado ya por varias tiendas y adquirido un par de conjuntos, pero al momento que camino frente a Ralph Lauren y observo los suéteres de caballeros que los maniquíes de la vitrina exponían no dudo en ingresar.

Al instante que entro, una de las encargadas se acercó a el con velocidad, cuestionándole acerca del motivo de su visita o si buscaba algo en especial, el mexicano le pidio amablemente que le mostrara los suéteres que se exhibían a la entrada, ella asintió y ambos caminaron entre los escaparates de la tienda hasta llegar a la sección deseada.

El moreno analizó varias prendas, luego de un rato entre búsqueda de tallas y analizar los colores que más favorecían a su guardarropa se decidió por un suéter azul marino, otro color en gris, dos sudaderas del mismo estilo, pero roja y verde militar respectivamente, por último un par de polos que eran clásicos de la marca en colores neutros.

La chica que lo atendió tomo todas las prendas y las llevo directo hacia la caja, a la par Sergio caminaba tras de ella mientras revisaba los mensajes de su hermana Paola, quien le comentaba un par de eventos que se estaban organizando de su fundación y a los cuáles debía asistir, gracias a que iba tan adentrado en el chat termino chocando con algo que lo llevo a golpear su rodilla, como buen hombre mexicano mordió su mejilla por dentro soportando el dolor, para su buena fortuna no causo ningún destrozó y no paso más allá del golpe, cuando miro hacia el frente para rectificar el camino pudo observar el maniquí con el cual había impactado.

Portaba un vestido que hacía alusión a las camisetas de hombre de esa misma marca, su color era azul celeste y tenía mangas largas, en la parte de la cintura contaba con un cintillo que lo ajustaba a la figura de quien lo usase y la falda tenía un ligero vuelo, estos últimos detalles le daban un toque bastante romántico.

Cuando termino de analizarlo, en la mente de Checo al instante un solo nombre resaltaba, una sonrisa se extendió en los labios del mexicano, quien con prisa alcanzo a la señorita que lo había atendido y le pidio de manera amable que agregara ese diseño en talla pequeña dentro de sus compras, la mujer al instante acato la orden y regreso por el vestido.

Al momento la mujer regreso hacia la caja y continuo con el proceso de venta, mientras esto sucedía Sergio pensaba en una forma adecuada de darle el presente a la menor, quería que fuera algo especial, algo que le demostrara el sentimiento tan fuerte que lo unía con ella, sabía que en este tipo de situaciones lo material no importaba, por ello quería hacer algo diferente.

— Señorita. — llamo a la mujer que al instante lo miro. — Si su pareja le regalara ese vestido. — ella sonrió al escuchar las palabras del mexicano. — ¿En qué situación usted lo utilizaría?.

La mujer analizó las palabras del hombre con la intención de darle una buena respuesta.

— Creo que sería perfecto para un paseo entre los dos por la ciudad. — la chica pensó de nuevo. — O quizá una cena romántica, podrían asistir a alguno de los bonitos restaurantes que hay en el centro. — Checo se tensó con las últimas palabras.

No podía asistir con Scarlett a un lugar tan público, corría el riesgo de que alguna persona lo reconociera y al ser figura pública terminaría filtrando las fotos en las redes, debía de reflexionar la situación.

— Considero que ambos somos poco amantes de los sitios concurridos. — la trabajadora asintió al comprender. — Tal vez podría cocinar algo en casa esperando que no se queme o algo por el estilo. — los mayores rieron.

— Hace un par de meses mi hermano preparo una cena sorpresa para su prometida. — Checo asintió esperando que ella continuara. — En ese momento nos encargamos de contratar a una chica que se dedica organizar eventos para ocasiones especiales en la ciudad. — la mujer tomo su teléfono. — Si me lo permite puedo promocionarle su información, así usted podría contactarla si lo necesita.

— Te lo agradecería demasiado, me salvarías el pellejo. — ella asintió.

Con prisa busco dentro de su teléfono móvil, tomo un pequeño post-it de un costado del ordenador y con una pluma escribió los datos de la mujer, acerco el papel hacia el mexicano que lo tomo al momento que leías dirección y el nombre de la recomendada.

Agradeció de nuevo a la mujer que continuo con la tarea de registrar las prendas en el sistema para ventas, una vez terminada su labor le cuestiono al de pecas si quería que el vestido lo colocara en un empaque especial, este al instante di un sí, después de unos minutos le entregó una caja en color azul marino de un tamaño discreto, mostraba las letras de la marca en color dorado y un listón en color celeste que finalizaba con un moño.

Sergio recibió el monto total de la compra, pago sin contratiempo y antes de salir de la tienda agradeció a la mujer por la excelente atención, ella solo resalto que era su trabajo y le deseo suerte en la cita con su pareja.

El moreno siguió su camino, luego de avanzar unos metros decidió parar en una de las bancas que pertenecían al mismo centro comercial, deposito las bolsas de sus compras sobre las mismas en conjunto de la caja, tomo su celular del bolsillo de su pantalón junto con el papel que la chica le había brindado, entro a Maps e introdujo la dirección que le habían brindado anteriormente, al buscarla para su buena suerte se dio cuenta que se encontraba cerca, eso lo entusiasmo aún más para seguir con su idea, guardo de nuevo su teléfono y el papel dentro de su jeans para poder recoger sus comprar y salir hacia su automóvil que lo acercaría a su destino.





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El tráfico resultó algo tedioso para el mexicano, pero aun así logro llegar al lugar que indicaba el GPS, encontró un espacio de estacionamiento libre a mitad de la cuadra donde la dirección marcaba, con prisa acomodo su coche, lo apago y tomo las llaves, quito su celular del pequeño soporte donde lo colocaba al conducir para terminar bajando del auto cerrando la puerta tras de él, aseguro el coche y camino con prisa a su destino, ya casi era medio día, si quería lograr su objetivo para esta noche debía apurarse.

Ingreso al local esperando encontrarse algo relacionado con la profesión que se suponía, pero su mente se confundió al notar que había entrado a una librería, miro la pantalla de su celular, el GPS le indicaba que había llegado a su destino, debía ser un error, tal vez había caído en una pésima broma de la chica que lo atendió.

Estaba por girarse cuando una chica apreció en el mostrador principal, era muy bonita, tenía unos ojos entre verde y miel que a cualquiera podrían llamarle la tención, su piel se encontraba ligeramente bronceada, sus facciones eran sumamente delicadas y al parecer de Sergio ambos contaban con la misma cantidad de pecas en tu rostro.

— Buen día, caballero, ¿Puedo ayudarle?. — cuestiono ella con amabilidad.

— Hola, emmm. — el mexicano no sabía qué decir, su cabeza seguía muy dispersa al no saber si se encuentra en el lugar correcto. — Busco a. — pauso al no recordar el nombre, miro el papel que tenía en su mano y leyó. — ¿Rosemary Da Costa?. — cuestiono con miedo, la sonrisa de la chica se extendió aún más.

— Claro, soy yo, ¿Con quién tengo el gusto?.

—Ser...— el moreno acudió su cabeza, debía tener sus movimientos calculados meticulosamente, por eso debía utilizar su segundo nombre. — Michel Mendoza. — sonrió entre dientes.

— Un gusto Michel, ¿En qué puedo servirte?. ¿Buscas algún título en especial?. — el negó con su cabeza.

— Una chica me recomendó contigo para la organización de una cena. — ante lo mencionado los ojos de la chica se iluminaron, si había algo que le llenaba de felicidad era organizar festividades.

— De ser así estas en el lugar correcto, ¿Cuál es el motivo de tu evento?. Cuéntame. — la chica lo invito a acercarse hacia el mostrador, el mexicano obedeció.

— Emmm, nada en particular, solo. — su mente se quedó en blanco al pensar el motivo por el cual quería tener un detalle con Scar.

Comenzó a rememorar los acontecimientos sucedidos en días pasados, desde el momento donde por primera vez sus ojos se cruzaron con los de la chica, hasta la primera vez que se besaron, también paso por su mente los días que pasaron sin saber el uno del otro y por último su reencuentro la noche pasada, miles de sensaciones recorrieron su cuerpo, su piel llego a erizarse y cierto alivio llegaba a su pecho.

Ante esto Rosemary giro su cabeza a la vez que entrecerraba sus ojos para analizar cada movimiento del moreno, de un momento a otro noto como su sonrisa se ensanchó y como sus ojos brillaron, para ella la respuesta fue obvia.

— ¿¡Vas a pedir matrimonio!?. — Checo regreso a la realidad de golpe al escuchar esas palabras.

— No, no, es un detalle con la chica con la que estoy saliendo.

— ¿Vas a pedirle que sea tu novia?. — aplaudió Rosie emocionada que ignoro al mexicano que negaba con su cabeza. — Tengo una opción perfecta, puedo reservarles alguna pequeña villa aquí para que puedas realizar una cena, tal vez familiar, puede ser cerca de las afueras de la ciudad para que sea viable el amenizar con fuegos artificiales y...— Checo la interrumpió.

— Solo quiero que ella sepa que es importante para mi, por eso me gustaría que fuera algo de los dos, no sé, tal vez una cena en el apartamento de ella, una decoración linda.

— Se me acaba de venir a la mente una idea maravillosa. — ambos se brindaron una sonrisa. — Puedo organizar algo estilo bohemio, pero a la vez clásico, luz de velas, luces artificiales. — Rosie tomo una hoja y con un bolígrafo comenzó a plasmar sus ideas en ella. — ¿Gustas que organice alimentos y bebidas?. — Checo asintió al instante.

La pelinegra, continuo escribiendo con velocidad sobre la hoja, Sergio se sentía levemente incómodo al no aportar nada, pasados unos minutos la mujer dejo de escribir, sacudió levemente el papel y lo dejo en las manos del moreno, este último comenzó a leer, conforme pasaba las líneas su sonrisa se iba ensanchando, todo le parecía adecuado, cuando termino su lectura miró a la chica.

— Es justo en lo que pensaba. — ella aplaudió de nuevo con emoción.

— ¡Perfecto!. — Rosie se agachó levemente y tomo su agenda de abajo del mostrador. — Solo dime cuál sería la fecha y con gusto puedo apartarla. — Checo carraspeo.

— Sería para esta noche. — los ojos de la chica se abrieron por la sorpresa. — Lo siento, creo que debí comenzar por ahí, me gustaría mucho que me pudieras ayudar, como lo dije es una ocasión especial, pero comprendo si tus tiempos no se ajustan. — el mexicano la miro apenado.

— Ok, dame un momento. — la joven miró el reloj en su muñeca, era justo el medio día.

El mexicano noto como ella se perdió en sus pensamientos, para ser sincero los nervios comenzaban a carcomerlo, y su labio era testigo de eso cuando comenzó a mordisquearlo levemente por la desesperación que comenzaba a sentir, Rosie suspiró profundamente y lo miró.

— Todo bajo control, sin problema puedo ayudarte. — el cuerpo de Sergio se relajó al instante. — Solo déjame tu dirección y la hora en que necesitas que todo esté listo, así me pongo en manos a la obra.

Con prisa escribió sobre el papel que ella anteriormente le había presentado la dirección del departamento de Scarlett, su número telefónico y la hora en que creía prudente pudiera regresar al departamento con la morena, Rosie y Checo comenzaron a afinar un par de detalles, al terminar el mexicano salió de la librería con altas expectativas sobre lo que la noche le depararía.





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Scarlett comenzaba a sentirse levemente exhausta, su día había estado bastante ajetreado, pero eso no lograba borrar la sonrisa de su rostro, provocada por el lindo despertar abrazada del hombre que últimamente ponía su mundo de cabeza, ahora se encontraba observando el correo que acababa de llegar a su bandeja de mail, era el horario de su semestre final, en el cual contaba con varios de sus maestros favoritos, y para su sorpresa, en su asignatura de idiomas le habían asignado Inglés, idioma que le interesaba reforzar gracias a que era uno de los más hablados al rededor del mundo y uno de sus planes a futuro era recorrer cada rincón del mismo.

La chica respiró aliviada, ahora contaba con un pendiente más, así procedió a terminar sus deberes en la florería, acaba de recibir un buen pedido de flores que tenía que limpiar y acomodarles en el frigorífico para lograr conservarlas por un par de días, para su fortuna solo faltaba un paquete de Gerberas y terminaría.

Saco las flores del empaque original, retiro las hojas muertas y acorto su tallo levemente, tomo uno de los acetatos especiales que había mandado a fabricar para utilizar como soporte de los tallos, así no tendría que utilizar popotes evitando contaminar aún más el ambiente, el mismo acetato lo coloco sobre el tallo de una de las flores y procedió a hacer lo mismo con todas, al finalizar esta tarea tomo el racimo entero.

Fue directo hacia el frigorífico que tenía a un costado del mostrador principal, abrió la puerta del mismo e ingreso, tomo uno de los contenedores que aún estaban vacíos, coloco las flores dentro del mismo y regreso el contenedor a su lugar, al observar que todos los contenedores ahora portaban flores sonrió con satisfacción, había terminado.

Sin esperar salió del frigorífico cerrando la puerta tras de ella, comenzó a tomar los restos de las flores y la llevo hacia el basurero hasta que quedo limpio, paso un trapo por sobre el mostrador para terminar con su trabajo por hoy, no podía mentir, estaba ansiosa por regresar a casa para poder ver a Michel y así lograr ponerse al día, cuando estaba por tomar su bolso la puerta de la entrada se abrió dejando ver al hombre de sus sueños. 

Michel lucía bastante apuesto, portaba un suéter con rayas gruesas en vertical intercaladas de color blanco y verde menta, unos pantalones gris oxford de corte slim finalizando el look con unos tenis Puma clásicos en color blanco, cortesía de sus patrocinadores, por supuesto el lugar comenzó a inundarse con el inconfundible aroma de su fragancia masculina, Scar al instante le mostró una sonrisa, con prisa salió detrás del mostrador y fue directo hacia el hombre con la intención de abrazarlo, pero el moreno extendió su brazo frente a él para detenerla.

— Espera señorita. — Scar notó como uno de sus brazos estaba tras del cuerpo de él. 

 — ¿Qué es lo que pasa?. — cuestiono la monegasca extrañada.

— Necesito que cierres tus ojos por un momento y extiendas tus manos hacia mí. — la chica alzo la ceja sorprendida. — Anda hazme caso. — sonrió él.

Scarlett suspiró, pero termino obedeciendo al chico, cerro sus ojos al momento que extendió sus manos frente a ella, a los segundos sintió un peso sobre las mismas, seguía sin entender nada.

— Puedes abrirlos ahora. — exclamo el de pecas, la chica obedeció. Al abrir sus ojos ella se sorprendió cuando vio una caja perteneciente a una reconocida marca sobre sus manos, Sergio la miraba sonriente.

— ¿Qué es esto?. — cuestiono con curiosidad.

— Una sorpresa para ti, espero que te guste. — ambos se miraron. — Anda, ábrelo. — Scarlett sonrió de nuevo emocionada, fue hacia el mostrador donde deposito la caja, tomo el borde del moño para poder deshacer la decoración.

Al tener paso libre levanto la tapa de la caja, encontrándose con una leve envoltura de papel que tenía el logo de la marca impreso en miniatura por diversas partes, la menor lo rasgo con cuidado y su boca formo una o por la sorpresa, al ver el contenido paso sus dedos levemente por la tela, sin esperar invitación termino tomando la prenda sacándole del empaque. Una ligera emoción se instaló su pecho al ver tan bonito vestido, sin duda alguna era completamente su estilo, y el color era uno de sus favoritos.

— ¿Te gusta?. — cuestiono Sergio haciéndola regresar a la realidad.

— ¡Claro que sí!. Está precioso, no debiste molestarte. — Checo se acercó hacia ella, se posicionó detrás y la abrazo por la cintura recargando su barbilla sobre el hombro de la menor.

— Al instante que lo vi pensé en ti, no podía ignorar ese hecho, así que no me debes de agradecer en absoluto. — deposito un beso en la mejilla de Scarlett, la menor dejo el vestido sobre la caja, se giró en los brazos de Sergio y terminaron mirándose fijamente. — Y aprovechando el momento, ¿Qué te parece si vamos a dar un paseo por el centro de la ciudad para que lo estrenes?. — el mexicano pudo notar como los ojos de la chica se iluminaron.

— Me parece una excelente idea, dame unos minutos mientras me cambio y nos vamos. — Scar dejo un pequeño beso sobre los labios del castaño, dejando a Checo hipnotizado por la sensación.

Salió de su agarre, tomo el vestido en conjunto de su pequeño bolso y fue directo al baño, al escuchar como la puerta del baño se cerraba, Sergio salió de su ensoñación, comenzó a sonreír como un auténtico enamorado, y vaya que lo estaba, comenzaba a sentirse como cuando era un adolescente y el amor era una situación llena de emociones vibrantes para él, le gustaba esa sensación, y no estaba dispuesta a dejarlo, para el eso implicaría dejar ir a la chica, y era algo que por supuesto no estaba dentro de sus planes. 





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La tarde de la pareja fue todo un éxito, caminaron por los alrededores del palacio de Buckingham, siguieron por la Abadía de Westminster y finalmente, cuando llegaron al Big Ben, el mexicano sugirió que era momento de regresar a casa, algo que Scarlett no refuto, sinceramente anhelaba a descansar.

Al llegar al edificio de Scarlett, lograron ingresar al estacionamiento subterráneo gracias a los accesos de la morena, una vez en el cajón correspondiente, como todo un caballero Sergio abrió la puerta del auto para que la chica pudiera descender, Scarlett le agradeció con una sonrisa, el mayor se encargó de asegurar el auto y ambos partieron hacia el elevador, cuando ingresaron a este el silencio abrumaba el ambiente, pero no era algo que los incomodara. Checo trataba de calmar los nervios que le provocaba la posible reacción de la chica a su sorpresa, no tenía ni idea del resultado de la organización de Rosemary, pero confiaba plenamente en la pelinegra.

Scarlett por su parte, iba procesando en su mente los momentos que compartió esta tarde con el mayor, desde el cómo se preocupaba por tomar su mano cuando cruzaban por las calles, los momentos en los que él le pedía se colocara en ciertos lugares para fotografiar su belleza, y el sin fin de detalles que no podría contabilizar, pero cada vez su pecho se inflaba más de amor por él.

La caja metálica llego al piso marcado, Sergio le cedió el paso a la menor y ella salió primero, la chica iba adelante de los dos buscando las llaves de su hogar, el mexicano iba a una distancia prudente, esperando para que ella fuera la primera en ingresar y ver toda la decoración, la morena se plantó frente a la puerta de su hogar, coloco la llave en el cerrojo y la giro con prisa, se sentía demasiado exhausta, le urgía colocarse su pijama y descansar sobre su cama, pero todo ese cansancio y emociones, se remplazó por sorpresa al abrir la puerta y observar la escena que se planteaba frente a ella. 

Varias series de luces colgaban de su techo iluminando la sala, en medio de la misma se encontraba una mesa con espacio para dos, cubierta con un mantel en un dorado brilloso, varias velas fungían como centro de decoración, dándole un aspecto más románico y bohemio, una vajilla de plata era la atracción principal, y las copas de cristal eran acompañadas por un vaso en un blanco color mate, en el suelo, un círculo de luces decoraba al rededor de la mesa, delimitando la sección donde se llevaría a cabo la cena, varios arreglos con rosas blancas decoraban la estancia dándole algo de luminosidad, y el toque más romántico era que la pequeña chimenea improvisada que estaba encendida con un fuego leve, era perfecto.

Los ojos de Scarlett se cristalizaron, no entendía nada, pero era más que obvio que este era un detalle para ella, con prisa se giró, logrando que sus ojos se encontraran con los del mayor, Sergio la miraba con una sonrisa que resplandecía aún más haciéndolo lucir adorable.

— ¿Tú hiciste todo esto?. — cuestiono la morena.

— Solo una parte, requerí de un poco de ayuda. — comento entre risas que logro contagiar a Scar.

— Es precioso, ¿Alguna razón en especial para festejar?. — Sergio negó, una ligera punzada de dolor atravesó el pecho de Scarlett pero decidió ignorarla.

— Simplemente, quería tener un detalle contigo. — el moreno acorto la distancia entre los dos, tomo las mejillas de la monegasca y besos sus labios con extrema delicadeza, como si de una pieza de porcelana se tratara.

La chica correspondió el gesto con la misma calidez, comenzaban a sentirse bien y en sintonía juntos, después de unos segundos se separaron.

— Será mejor que vayamos a cenar antes de que se enfríe. — exclamo él.

Así fue como se acercaron a la mesa, dispuestos a pasar una velada tranquila, que terminaría volviéndose completamente inolvidable para ambos.  






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La noche iba viento en popa, Sergio y Scarlett cenaron una deliciosa pasta all'arrabbiata* acompañada de un poco de ensalada caprese, su bebida fue un Vino Malbec* que les ayudo a realzar los sabores de los alimentos, mientras comían discutieron varios temas, hablaron un poco más de sus gustos así como de sus familias, que por supuesto Checo omitió ciertos detalles que no considero importantes, pero trato de que su conversación fluyera de forma natural.

Ahora se encontraban disfrutando de un delicioso Tiramisú de cacao y avellanas* que tenía fascinado a ambos, Sergio se puso como nota mental agradecerle a Rosemary tan ameno momento que logro hacerle pasar a su chica y a él con esa cena tan espléndida, decidieron amenizar el tiempo final con anécdotas familiares. Scarlett se encontraba carcajeando mientras el mexicano le contaba sobre aquella vez en que abandono su casa para según el encontrar a sus verdaderos padres.

— No te lo creo, ¿Cómo puede ser posible que cayeras en eso?. — ella rio, para después introducir un poco de Tiramisú en su boca.

— Tener constantemente a mis hermanos recordándomelo, logro que me lo tomara en serio, aparte era un niño inocente. — Sergio sonrió al recordar los buenos tiempos que pasaba con sus hermanos en su infancia.

— Me imagino, ¿Pero de verdad huiste?. — la morena seguía sin pensar el relato, Checo asintió.

— Tome una de mis mochilas y la llene de ropa. — el mexicano dio un trago a su copa de vino, luego procedió con su relato. — Hui llorando de mi cuarto gritándoles a todos que me iría a buscar a mis verdaderos padres, salí de mi casa con mi hermano Antonio tras de mí, y fui tocando varios timbres para ver si alguno de los adultos me podía decir quienes eran mis padres. — Scarlett volvió a carcajear, Checo la señalo con su índice. — Muy mal que te burles. — ella negó.

— Lo siento, es que me imagino a un mini tú haciendo todo eso y es inevitable, ¿Qué sucedió al final?. — cuestiono la monegasca con interés.

— Lo normal, mi papá y mi mamá se enteraron y nos castigaron a los tres. — el mexicano alzo los hombros.

— Deben ser momentos que atesoras con cariño en tu mente. — el moreno asintió. — Para mi desgracia yo no tuve hermanos. — la chica sonrió a medias, pero una persona vino a su mente logrando que su sonrisa se ensanchara. — No de sangre, pero si tengo un hermano que la vida me regalo, espero algún día poder presentártelo. — sin tomar en cuenta esas palabras, Sergio llevo su mano hacia la de la chica.

— Si es importante para ti, claro que me encantaría conocerlo. — finalizó llevando la mano de la chica hacia sus labios y dejando un beso sobre el dorso de la misma.      



𝐏𝐥𝐚𝐲: 𝖯𝗋𝗂𝗆𝖾𝗋𝖺 𝖢𝗂𝗍𝖺 - 𝖢𝖺𝗋𝗂𝗇 𝖫𝖾𝗈́𝗇



En la pequeña Alexa comenzó a reproducirse una melodía deleitosa, a Sergio le agrado y logro escuchar el primer verso de la misma.

"Te vi, me viste, al principio fue una broma, luego la verdad se asoma, intercambiamos sonrisas."

Algo dentro de él lo incitó a ponerse de pie y así lo hizo, Scarlett lo miro sorprendida cuando extendió su mano invitándola a tomarla, la morena no dudo y lo hizo, él la ayudo a colocarse de pie y se alejaron levemente de la mesa, Checo afirmo la cintura de ella con sus manos, al momento que la menor entrelazaba sus delgadas manos tras la nuca del mexicano.

Ambos comenzaron a bailar al ritmo, Scarlett termino posando su cabeza en el hombro del mayor, este llevo su barbilla sobre la sien de ella, sabían que en ese momento los latidos de sus corazones comenzaban a acompasarse, la mente de cada uno estaba concentrada en un solo cuestionamiento, ¿A dónde vamos con todo esto?.

El par estaba seguro de lo que sentían, del bien que se hacían, Sergio sabía el obstáculo que le impedía estar con ella, pero el tenerla así entre sus brazos, hacía que cualquier duda se disipara, quería a Scarlett en su vida. Scarlett sabía que había caído perdidamente enamorada del mexicano, quería a Michel en su vida, y haría cualquier cosa con tal de que así fuera, ambos levantaron sus rostros y terminaron mirándose fijamente.

— Michel. — ella suspiró, era su momento. — Entiendo tus compromisos, entiendo tu vida de negocios y cualquier ocupación que sea prioridad para ti, pero debo ser sincera y confesarte lo que siento. — el agarre en la cintura de ella se tensó. — No hay momento en el que no piense en ti y es raro porque tenemos poco tiempo de conocernos, con lo poco que conozco sobre tu vida, me tienes a tus pies. — primer error. — No sé si alguien ya está en tu vida, o si tal vez tú solo me ves como una amiga, pero, estoy perdidamente enamorada de ti. — Sergio sonrió en automático, escuchar eso era toda una melodía para sus oídos.

La menor agachó su rostro con pena sintiéndose tonta, se había confesado muy rápido ante él y se preparaba para ser rechazada, unos minutos después el mexicano tomo su barbilla con delicadeza obligándola a mirarlo.

— Esto ha sucedido tan fugazmente que, es sorprendente lo pronto que hemos conectado en tan pocos días, nunca antes había sentido esta intensidad de amor, mucho menos esta locura que me hace necesitarte día con día. — Checo, pensó bien sus palabras antes de continuar. — No hay nadie en mi vida, solo estas tú, y así quiero que sea de ahora en adelante. — la sonrisa de Scarlett se acrecentó.

Sin emitir otra palabra, acercaron sus rostros, para besarse de forma inocente, afirmando los sentimientos que acaban de confesarse, al pasar los minutos, la intensidad, la atracción y el deseo se hicieron presentes, Sergio apretó con delicadeza la cintura de la menor, logrando que la piel de Scarlett se erizara, ella conocía esa sensación, eran pocas las veces en que había experimentado este tipo de actos, pero estaba dispuesta a dejarse llevar con el mexicano.

Ambos se separaron agitados, Scarlett noto como los ojos de Sergio se habían obscurecido, la monegasca deshizo su agarre alejándose unos centímetros caminando de espaldas hacia el pasillo que llevaba a las habitaciones de su departamento, se detuvo a una distancia prudente para extender su mano lanzando una evidente invitación al chico de pecas.

Al ver esto, las sensaciones comenzaron a explotar dentro de Sergio, cerro sus ojos con fuerza tratando de evadir las imágenes que venían a su cabeza, donde todas representaban a su esposa, cuando sus parpados volvieron a abrirse el ver así a la chica, dispuesta a darlo todo por él, se olvidó de todo, se acercó y tomo la mano de ella.

Fue así como se perdieron por el pasillo entre besos y caricias apresuradas, con rumbo a la habitación de Scarlett, donde se perderían toda la noche, volviéndose uno solo y consolidando su amor de la forma más fuerte que podía existir.


"Era prohibido, era imposible, pero hicimos lo que se nos dio la gana."






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˗ˏˋ 𝐌𝐎𝐎𝐃𝐁𝐎𝐀𝐑𝐃 ˎˊ˗
















° Pasta all'arrabbiata: Pasta bañada en una preparación llamada Arrabbiata en forma de salsa típica de la cocina, esta posee como características el tomate, el ajo, el pimiento chile rojo; todo ello preparado en aceite de oliva.

° Vino Malbec: Es un vino elaborado con la variedad de uva Malbec, proveniente de Francia.

° Tiramisú de cacao y avellanas: El clásico tiramisú pero incorporando avellana y cacao en esa crema recordándonos a la mítica crema de chocolate y avellanas y en lugar de esas galletas se utiliza brioche y, por encima, además del cacao se ralla un poco de avellana en fresco.

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