𝟎𝟏𝟎.
KAYLA DESPERTÓ SIN SABER EXACTAMENTE CUANTO TIEMPO HABÍA pasado dormida. Aún se sentía algo débil por la enfermedad, pero sin duda lo que sea que Madame Pomfrey la había hecho tomar, la hizo sentir muchísimo mejor.
Tomó asiento en la cama sin hacer mucho ruido y por un momento pareció espantarse al darse cuenta que la cama en la que se encontraba no era la suya. Sin embargo solo bastaron unos pocos segundos para que la pelirroja lograra ver un poster de un equipo de quidditch que reconocía bastante bien.
Estaba en el cuarto de los merodeadores. Aunque no estaba segura de como es que había llegado ahí, sobre todo cuando su último recuerdo era encontrarse de camino a su sala común en compañía de su mejor amiga.
Aún un poco confundida volteó a sus costados, logrando encontrar a James conversando con Sirius, Peter, Remus y Aria, quien fue la primera en darse cuenta que la pelirroja ya se encontraba despierta.
— Buenos días estrellita, la tierra te dice hola— le dijo Aria acercándose a Kayla— ¿Quieres un té? Remus y Peter lo trajeron hace un rato, debe estar frío pero nada que la magia no resuelva
La pelirroja aún sentía una molestia en la garganta, no era tan grande como la de horas atrás pero prefería no hablar, así que solo se limitó a asentir con una sonrisa.
— Nuestra habitación se encuentra sellada debido a que Arianna contagió a Lizzie, ambas están terriblemente enfermas así que no podemos volver ahí en unos días— informó Aria sirviendo el té en una taza— Evengeline se fue a quedar con su hermana, tú y yo hablaremos con Adara o Damon en la cena, solo para ver con quien de los dos nos quedamos
— Nosotros ya le dijimos a Aria que se pueden quedar aquí— dijo Sirius— Pueden quedarse en la cama que quieran
— Y yo les dije que ya hicieron mucho por nosotras al traerte aquí después de que casi te me caes en la sala común— le contestó Aria entregándole el té ya caliente a su amiga— No queremos tampoco exponerlos a que se contagien. Al menos si nos vamos a la habitación de Adara y alguna de sus compañeras se contagian, ella será la mas feliz del mundo
— Nada de eso. Te dije que pueden quedarse en mi cama, yo dormiré con alguno de los chicos o incluso en el suelo, no es ninguna molestia— dijo James riendo por el último comentario de Aria
— Además saben que Damon no confía mucho en sus compañeros de habitación para tenerlas a ambas durmiendo ahí— intervino Peter mirando a ambas chicas— Y dos de las compañeras de habitación de Adara son brujas que se creen superiores por ser sangre pura, no dudarían en decirles algo y todos sabemos que eso no va a salir nada bien
— ¿Tú que opinas Kayla?— le preguntó Remus a la chica— De verdad que no es ninguna molestia tenerlas aquí, nos podemos acomodar perfectamente
Kayla se sentía mas que feliz ante la idea de pasar mas tiempo en compañía de James.
Sin embargo de alguna manera le apenaba que el chico la viera tan enferma y que además tuviera que renunciar a su cama solo para poder darles un espacio para quedarse.
— Opino lo mismo que Aria, no queremos dar molestias— decía Kayla apenada— No podríamos dejarlos a alguno de ustedes en el suelo por no tener cama...
— ¿Entonces dónde planean quedarse?— preguntó James
Kayla y Aria se voltearon a ver para tratar de encontrar una respuesta. Sabían que Peter tenía razón con respecto a dormir con Adara o Damon y aunque tenían mas amigos o conocidos en el colegio, no le tenían la confianza suficiente a alguno de ellos como para pedirles asilo los días que su habitación se encuentre sellada.
— ¿Seguros que no les molesta?— preguntó Aria sin lograr encontrar otra alternativa
— Será un placer para nosotros ayudarlas— sonrió Peter— Esta noche quédense en cama de James y que él duerma con alguno de nosotros, ya mañana veremos como nos acomodamos
Ambas chicas agradecieron al grupo de chicos por la ayuda, las habían salvado de un gran aprieto.
— La profesora Sprout me dejó sacar uno de tus baúles con algunas de tus cosas— decía Aria señalando a una esquina del cuarto— No sé que tanto tengas ahí porque la profesora me dijo que solo guardó las cosas que vio cerca que podrían ser de utilidad y dejó las que ya tenías dentro, que si necesitas alguna otra cosa podemos ir de nuevo con ella para indicarle exactamente lo que queremos
— Gracias Aria, lo revisaré ahora— sonrió Kayla destapándose para levantarse
— Déjame acercarte el baúl— intervino James antes de que la chica diera un paso mas
Kayla sonrió con un poco de nostalgia ante ese pequeño acto.
Recordando que aquella clase de pequeños detalles tan caballerosos eran lo que la habían hecho enamorarse de una manera tan profunda de él.
Siempre dispuesto a apoyarla hasta en la más mínima cosa.
A protegerla de las lluvias y del frío de aquellas noches en donde ambos salían a caminar en los terrenos del castillo.
A explicarle todas las veces que fuera necesario los temas que tal vez ella no entendía en alguna de sus clases.
A emocionarse por sus triunfos...
Cosas que ya solo existían en la memoria de Kayla...
— ¿Te encuentras bien?— preguntó James al notar a la chica con una mirada perdida— ¿Pasa algo?
— Estoy bien— mintió forzando una sonrisa— Solo estoy cansada, pero no pasa nada
Quienes observaban la escena comprendían el porque Kayla reaccionó así y sabían que mentía diciendo que estaba bien.
La pelirroja había pasado todo este tiempo tratando de mantenerse fuerte, de no venirse abajo ante el hecho de que el hombre que tanto amaba la había olvidado, de que nadie la viera llorar cuando los pensamientos de no poder lograr su cometido de reconquistar a James Potter dieran resultado...
— Se que no estás bien, algo en tu mirada me lo dice y está bien no sentirse bien todo el tiempo. No te voy a presionar a que me cuentes que pasa contigo, pero quiero que recuerdes que no estas sola y que si necesitas algo, lo que sea, yo estaré aquí— le sonrió el de lentes poniendo su mano sobre la de ella
El corazón de Kayla latió y brincó de alegría ante esas palabras.
Sin duda James era capaz de conquistarla todas las veces que él lo deseara. Era capaz de hacerla sentir cosas que nadie más podría, capaz de hacerla sonreír hasta en sus peores días...
Pero también era capaz de romper su corazón cada que la miraba y notaba que el brillo que había cada que la miraba, ya no existía...
James se puso de pie y regresó con sus amigos para dejar que Kayla revisara su baúl.
Aria aprovechó eso para acercarse a su amiga, quien ya tenía una mirada algo nostálgica y triste.
— Eres muy fuerte y se que vamos a lograr resolver todo esto— le sonrió Aria
— Gracias... espero que realmente sea así. Porque si no, esto será mucho mas doloroso de lo que ya es— suspiró Kayla antes de abrir el baúl
La mirada extrañada de Kayla apareció cuando al abrir el baúl, dos rosas de un rojo bastante intenso, acompañadas de una carta se encontraban encima de todas sus cosas.
— ¿Qué es esto?— preguntó Kayla sacando los objetos— Esto no es mío
— La carta tiene tu nombre— dijo Aria tomando el sobre— ¿No viste esto cuando estuviste en el cuarto antes de que yo llegara?
— No... esto no estaba cuando yo llegué antes— negó Kayla bastante confundida— ¿Dijiste que la profesora Sprout fue quien guardó mis cosas?
— Si, ella dijo que tomó ese baúl y que guardó las cosas que estaban sobre tu cama y sobre tu mesa de noche— le respondió la castaña
Kayla no comprendía nada y las cosas se volvieron aún mas extrañas cuando olió las rosas y pudo notar que estas desprendían un aroma bastante peculiar.
Liquido para limpiar escobas, tarta de manzanas y madera...
El aroma de James
— Aria, ¿Cuánto perfume te pusiste el día de hoy?— exclamó Sirius volteando a ver a las chicas— Todo el cuarto comienza a oler a ti y... Kayla, ¿Por qué traes unas rosas?
Los otros tres merodeadores voltearon a ver a las chicas confundidos por los comentarios de Sirius. Y es que era evidente que ninguno de ellos olía lo mismo que su amigo.
— ¿De que hablas? Hoy se me olvidó ponerme perfume— le respondió Aria sin sospechar nada de lo que estaba ocurriendo— El cuarto apesta a loción cara y claramente eso no es mío...
— Kayla, deja esas rosas en la cama y aléjate— habló Remus al entender que pasaba— ¿Quién te las dio?
— No lo sé... abrí mi baúl y las encontré junto a la carta que tiene Aria en las manos— respondió la pelirroja acercándose a los chicos
— Creo que tienes un admirador— mencionó James— Que honestamente no me sorprendería, eres muy bonita... ¿Por qué reaccionan así?
— Gracias— sonrió Kayla sintiendo el color subir a sus mejillas— Y no es que me guste presumir de ello, por su puesto que no es mi primer admirador... es solo que últimamente estuvieron pasando algunas cosas en mi vida y preferiría no recibir detalles anónimos
— ¿La carta no dice algo?— preguntó Peter
— Déjame verla— le pidió Kayla a su amiga, quien se la entregó aún temerosa— Solo existe una manera de averiguarlo
para mi dulce kayla.
cada vez estamos mas cerca de que llegue nuestro momento para estar juntos, mas cerca de que todo lo que me impedía tenerte conmigo deje de ser un estorbo... llevo tanto tiempo anhelando por este momento que parece irreal.
oh mi amada kayla, te amo con cada fibra de mi ser y no puedo esperar a que todo el mundo sepa que eres mía.
te dejo este pequeño detalle para que sepas de mi amor por ti.
un par de rosas no tan hermosas como tú, pero que te aseguro serán el primero de muchos mas detalles.
siempre tuyo, el amor de tu vida.
— ¿El amor de mi vida?— exclamó en voz alta y confundida la chica— Si bueno, es claro que quien me mandó esto no es el amor de mi vida, así que no me importa de quien sea, no lo quiero
— La manera en la que escribió... es un tanto tétrica— dijo Aria tomando el pergamino— Él realmente te ve como si ya hubieras accedido a estar con él
— Si bueno, no me interesa— negó Kayla tomando de regreso la carta y comenzando a romperla— No sé quien envió esto y no me interesa lo que sienta por mi. Yo tengo mis sentimientos mas que claros y en definitiva no son por alguien que se autoproclama como el amor de mi vida
En todo momento James miró a Kayla.
No sabía que decir, se sorprendía por el cambio de actitud de la chica tan repentino. Se veía bastante molesta, nada a comparación a la chica con gran sonrisa y calidez con quien había llegado a hablar en días anteriores.
Algo parecía estar pasando, solo que James no lograba descubrir que.
•••
Nadie volvió a hacer mención alguna sobre el regalo anónimo que Kayla había recibido, todos actuaron como si nada e incluso las chicas decidieron no salir a cenar. Por lo que Remus fue el encargado de buscar a Adara y Damon para contarles todo lo que había pasado en el día.
Ambos fueron a visitar a sus mejores amigas, querían asegurarse de que estuvieran bien y de que nadie les hubiera hecho alguna otra cosa.
James aún no entendía nada, pero prefería no involucrarse del todo.
Y no era por falta de interés, simplemente veía que Kayla no se sentía cómoda y prefería no incomodarla, quería darle algo de paz y si para eso tendría que guardarse sus dudas, no iba a dudar en callar.
La mañana del día siguiente había llegado y el primero en despertar fue James debido a que tenía entrenamiento de quiddtich. Por lo que para las 8 de la mañana ya se encontraba casi listo para irse, solo le faltaba encontrar su suéter ya que se sentía un poco de aire.
Tratando de hacer el menor ruido posible se acercó a su cajón el cual estaba a un lado de la cama, en la cual se encontraban Aria y Kayla durmiendo tranquilamente.
James no resistió y se quedó observando por unos segundos a Kayla, no quería parecer un acosador, pero no podía resistirse al encanto de la chica.
¿Qué me está pasando? se preguntaba el chico cada que veía a la Hufflepuff.
Negó para sacar todos los pensamientos de su cabeza, solo tomaría su suéter y se iría, tal vez un poco de quidditch lo ayudaría a despejarse.
Tomó el suéter pero por evitar tirar una de las tazas que había, terminó tirando un plato con pan que estaba en el buró. James sabía que aquel ruido no despertaría a sus amigos, pero terminó despertando a Kayla y a Aria.
— ¡No mamá, yo no liberé al gallo que está correteando a José!— gritó Aria despertando exaltada
— ¿Gallo?— preguntó James— ¿Qué clase de familia tienes como para que un gallo se ponga a corretear a alguien llamado José?
— ¡No Aria, yo no me comí tus tacos!— despertó Kayla
— ¿¡Tú te comiste mis tacos!?— preguntó Aria cuando escuchó a su amiga
— ¿Qué rayos son tacos?— preguntó James
— No le sabes a la buena gastronomía— negó Aria— ¿Qué haces despierto en domingo a las 8 de la mañana?
— Y pregunta mas importante, ¿Qué fue ese ruido con el que nos despertaste?— preguntó Kayla bostezando
— Tengo entrenamiento de quidditch y siento el despertarlas, fue un accidente, solo quería tomar mi suéter y tiré un plato— se disculpó James— Pueden continuar durmiendo
— Muchas gracias, suerte en tu entrenamiento— dijo Aria para volver a taparse con la cobija— Kayla, no se me olvida que te comiste mis tacos, me debes unos la próxima ocasión que te lleve a México
— Tenía hambre y se veían bastante apetitosos, una disculpa— dijo Kayla riendo mientras se destapaba— James... ehh ¿Te importa si voy contigo?
— ¿Qué?— preguntaron James y Aria al mismo tiempo
— Es solo que quedé de verme con Regulus en media hora— contestó Kayla tallando sus ojos
— ¿Qué necesidad de despertar a la gente tan temprano para verse?— preguntó Aria
— Yo tampoco estoy muy feliz por la hora pero le debía una después de que dejó que James y Sirius entraran a la fiesta el viernes— contestó Kayla— Entonces, ¿Me esperas James? Estaré lista en 20 minutos
— Si... claro— asintió el chico— Te espero...
Kayla le agradeció, tomó sus cosas para ir al baño y poder tomar una ducha rápida.
Con un paso algo lento debido al sueño, salió de la habitación dejando a James con la palabra en la boca y a Aria riendo por el rostro del Gryffindor.
— Estoy segura que tu rostro combina con tu uniforme de lo rojo que estás— dijo Aria riendo— ¿Estás celoso de Regulus?
— No, no lo estoy— negó mientras se ponía el suéter— ¿Por qué lo estaría?
— Tranquilo puerquito miope, no tienes que preocuparte por él— le dijo la chica volviendo a levantarse— A Regulus no le gusta Kayla y en definitiva a ella no le gusta él
— ¿Y cómo estás segura? Los he visto juntos varías veces y él luce muy feliz cada que salen o comen juntos— dijo serio— Sirius me a contado sobre él, casi nunca sonríe y extrañamente con ella lo hace muy seguido
— Menos mal que no estás celoso— volvió a decir riendo— A Regulus le gusto yo, se ve con Kayla porque le está pidiendo consejos para conquistarme
James volteó de inmediato al oír esas palabras. Aria Rusell había logrado encantar a ambos hermanos Black, algo que sin duda Sirius no estaría muy feliz de escuchar.
— ¿Y tú cómo sabes eso?— preguntó James intrigado, ahora ya no era por él, era por su amigo
— El viernes después de tu accidente, Adara y yo decidimos regresar a la fiesta, Regulus se puso bastante borracho, así que lo cuidé en lo que vomitaba en uno de los baños entonces me lo confesó todo. Debo decir que me tomó por sorpresa y al principio creí que era una broma, pero mi madre suele decir que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad— contestó Aria alzando los hombros— Así que no tienes que preocuparte porque el hermanito de Sirius te quiera quitar la atención de Kayla, además de que no es su tipo
— ¿Entonces a ti te gusta el hermano de Sirius?— preguntó James de nuevo
— No lo sé, nunca me lo he cuestionado porque nunca creí que eso fuera posible— negó Aria— Es muy atractivo y agradable, pero no me gusta que las familias sean de esas obsesivas para mantener la pureza de la sangre y los dos sabemos que los Black son de la familias a las que mas les importa eso. Sin contar que lo quieren casar con Adara, quien también es mi mejor amiga, demasiado drama para mi vida. Pero bueno, no es como que ahorita me importe gustarle a alguien, hace tiempo que eso dejó de importarme
— ¿Por lo que pasó con Lucius?
— Si...— asintió la Hufflepuff haciendo una sonrisa de lado— Quedé muy lastimada después de esa relación y la verdad es que me da miedo volver a abrirle mi corazón a alguien mas
— Supongo que debe ser difícil pasar por todo eso, si te hace sentir mejor, todos aquí estamos de acuerdo con que Lucius Malfoy es un idiota y creemos que no te merecía, en especial Sirius— dijo James
— ¿Por qué Sirius?— preguntó la chica
— Pues él lo conoce mas que todos nosotros, supongo que Adara les cuenta que entre familias sangre pura hacen reuniones, Sirius lo conoció ahí, de hecho creo que primero él se enteró de su compromiso con Narcissa antes que tu— contestó James— Y dice que es un idiota, no entiende que le viste
— Si, es probable que así fuera, pero ya no importa, la verdad es que ni yo lo entiendo lo que le vi— dijo Aria riendo— Pero si, estoy de acuerdo con Sirius, es un idiota
— Debe ser difícil volver a abrir tu corazón después de algo así, pero te aseguro que no todos los hombres van a ser como Lucius Malfoy, en algún lugar debe de estar una persona que estaría dispuesta a dar todo y mas, solo por ti, no te cierres al amor
Ambos se quedaron en silencio, Aria pensando en las últimas palabras del Gryffindor y James sintiendo un poco mas de alivio al saber que Regulus no iba tras Kayla.
— ¿Te puedo decir algo James?— preguntó Aria a lo que él asintió— Invita a Kayla a salir, estoy segura que no dudará en aceptar
— Pero Lily y yo...
— James, se sincero contigo mismo, ya no te interesa Lily del mismo modo desde que conociste a Kayla— interrumpió la chica— Y el claro ejemplo es que ya no estás detrás de Lily como en años anteriores, además de que se te ve un brillo en los ojos cada que miras a mi amiga. Te diré lo mismo que tu a mi, no te cierres al amor. Lily no será tu único amor, de eso estoy segura
Y con eso, la mente de James se llenó de muchas mas dudas con respecto a sus sentimientos.
Vaya que Kayla O'Connell había tenido un gran efecto sobre él...
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