𝟎𝟎𝟐.
SI LE PREGUNTABAS A KAYLA CUANTOS DÍAS llevaba sin hablar con cualquier otra persona que no fueran Aria, Damon, Adara y ocasionalmente Regulus, te respondería que ya había perdido la noción del tiempo.
La realidad era que ya habían pasado dos semanas y la pelirroja apenas había logrado encontrar un poco de fuerza para levantarse y tratar de volver a brindar una sonrisa al resto de personas que la conocían y se preocupaban por su estado.
Fue hasta que una carta recibida por su padre la hizo obtener esa fortaleza que necesitaba para esforzarse mas en obtener una mejoría, además de generale muchísimas sonrisas que no habían visto la luz del día en todo ese tiempo que pasó aislada del mundo.
para mi amado rayito de sol
y mi persona favorita en
todo el mundo. ♡
mi querida hija, significas no solo el mundo, eres el universo para mi y no tienes una idea de lo mucho que sufro al saber que sigues llorando por alguien que no supo ver la maravilla de chica que tenía a su lado.
el saber que te encuentras tan mal y que no puedo estar a tu lado para abrazarte y hacerte saber que el dolor no durará por siempre... es algo que me pone mal cada día.
no sabes cuánto desearía poder estar contigo y abrazarte hasta que dejes de llorar... pero sobre todo, no sabes cuanto desearía poder quitarte todo ese dolor de encima y pasarlo a mi.
porque si, soportaría cualquier dolor existente, solo si eso me garantiza que tú podrás vivir tu vida plena y feliz.
haré algunos tratos con mis compañeros de trabajo para tener libre un par de días y poder irte a visitar en una de tus salidas a hogsmeade y si quieres aprovechar ese tiempo para llorar en mis brazos o solo para hacer alguna actividad padre e hija, eso haremos, lo que tu quieras hacer estará bien para mi.
no olvides que te amo con cada pedazo de mi ser y que así será por toda la eternidad, así sea en esta vida o en lo que nos espere del otro lado, yo siempre voy a cuidar de ti, tenlo por seguro.
atte y con todo el amor
del mundo: scott o'connell.
p.d: tu madre te horneo esos pastelitos de chocolate que tanto te gustan, esperamos que te gusten y que te puedan alegrar un poco.
enviamos varios para que les regales algunos a tus amigos, saludos a todos.
Kayla limpió las lágrimas que rodaban por sus mejillas y suspiró antes de ponerse de pie en dirección a los baños para lavar su rostro, la carta contenía las palabras exactas para hacer que el corazón de la pelirroja brincara de alegría. Al menos por unos instantes.
Por supuesto que tenía el corazón destrozado y es probable que ese fuera un sentimiento con el que tendría que vivir por un tiempo, pero el tener ese recordatorio constante de que su padre siempre sería el verdadero hombre de su vida, aquel que jamás la defraudaria y que haría todo por ella... la hacía sentir mucho mejor.
Sin duda Kayla amaba a su padre mas que a cualquier hombre en el mundo.
La pelirroja antes de volver a su habitación decidió pasar a las cocinas para pedirle un jugo de calabaza a los elfos. En su camino trató de brindarles delicadas sonrisas a aquellos que conocía, acciones que fueron correspondidas.
Para cuando volvió a su habitación decidió acostarse nuevamente en la cama y dejar que la música de Elvis Presley sonara por todo el cuarto.
Ese sería el último día que permanecería acostada en aquella cama y llorando por la ausencia de James. Quería avanzar y volver a ser la chica que era antes de conocer al Gryffindor.
Kayla estaba tan sumida en sus pensamientos que no notó el momento en que Aria ingresó al cuarto.
— Kay, no me gusta que estés tan apagada— le dijo Aria acostándose junto a ella— ¿Puedo hacer algo por ti? ¿Quieres dulces? Puedo conseguirte dulces mexicanos, se que te gustan mucho
La pelirroja dirigió la mirada a su mejor amiga. Se tomó un momento para pensar en algo que pudiera ayudarla a que el sentimiento de tristeza pudiera ir abandonado su cuerpo... sin embargo solo pudo pensar en una sola cosa. Algo que sabía perfectamente que no era posible.
— ¿Puedes regresar el tiempo y evitar que James besara a Lily?— preguntó Kayla con voz quebrada
— Los giratiempos no dan para tanto tiempo, lo siento— se disculpó Aria— Además de que no conozco a nadie que tenga uno
Kayla suspiró y se hizo bolita, Aria sintió su corazón romperse al ver a su amiga mal nuevamente y la abrazó.
Tomar la decisión de no seguir llorando por James podría sonar como un gran avance, el hecho de que ella quisiera seguir adelante era un muy buen paso. Sin embargo, la Hufflepuff sabría que sería un camino bastante complicado de recorrer.
— Lo quiero Aria, demasiado— lloró Kayla— Se que dice que lamenta mucho el herirme, pero yo se que arrepiente de sus acciones y eso es lo que me está matando... siempre fue Lily, no yo
— Que pendejo por elegirla a ella— gruñó Aria— ¿Quién en su sano juicio se decide por Evans cuando te tiene a ti? Quiero decir, es linda, eso no se niega. Pero no eres tú
— Pues James la eligió y...
— James es un pendejo
— Un pendejo que quiero y por quién haría todo... me siento terrible ¿Cómo pude enamorarme de alguien que yo sabía prefería a otra desde el primer año?— preguntó Kayla hundiendo su rostro en el cuerpo de su amiga— Se que tengo que soltarlo y créeme que es algo que ya me propuse... pero es demasiado difícil el soltar a alguien como él
Aria se quedó callada y se sentó en la cama, estaba pensando alguna manera en la que podía ayudar a su amiga.
Era claro que ya no quería verla sufrir, quería que las noches de lágrimas cesaran, quería protegerla de cualquier clase de daño, quería abrazarla hasta que los sentimientos de tristeza se alejaran... solo quería que Kayla estuviera bien.
— Aún lo quiero y me siento ridícula por hacerlo, mucho más porque se que existe una parte de mi que accedería a correr a sus brazos solo si me lo pidiera— le confesó Kayla a Aria— ¿Qué se supone que haga ahora? Ya le dije lo que pienso y aún no me siento del todo mejor, quiero detestarlo por engañarme, pero no sé porque no puedo...
Aria siguió pensando y una idea que pese a que no fuera de su completo agrado, resonó en su cabeza. Una posible solución a que su mejor amiga dejara de sentirse tan mal.
— Tengo una pregunta para ti y quiero que seas totalmente sincera conmigo, te prometo que no te voy a juzgar por tu respuesta— dijo Aria— ¿Estarías dispuesta a perdonar a Potter por ese beso con Evans?
Kayla imitó la acción de Aria y se sentó en la cama para poder pensar en que podría responder.
¿Perdonaría a James por sus actos? Cualquiera en su lugar diría que no sin dudarlo, pero ella por alguna razón se encontraba dudando
¿Acaso sería capaz de perdonar una traición como esa?
Su mente respondía a gritos que no, pero su corazón respondía de una manera mas tranquila todo lo contrario.
— Si— asintió Kayla después de meditarlo unos segundos— Solo porque no me gusta vivir guardando rencores a ninguna persona
Su respuesta parecería no tener sentido, pero así era Kayla, alguien demasiado noble que detestaba albergar rencores en su corazón.
Y si, ella era consciente que traiciones como esas no deberían ser perdonadas, mucho menos bajo todo el contexto que existe de su situación con James. Pero su noble corazón le pedía que tratara de soltar, que no era bueno aferrarse a sentimientos negativos.
— Eres demasiado buena o solo tal vez muy ingenua— admitió Aria— ¿Cómo eres capaz de perdonar a las personas que te dañan? Yo en tu lugar lo hubiera mandando directo al infierno, no sin antes arrojarlo por las escaleras de la torre de Gryffindor
— No me gusta gastar mis energías guardando rencor a nadie— contestó Kayla— Pero el hecho de que los perdone no significa que los acepte de nuevo en mi vida. Lo que pasa con James ni yo puedo comprenderlo, se que aún lo quiero, demasiado, aún cuando no debería hacerlo
— Eres demasiado buena para este mundo— le sonrió Aria— Y muy madura, de verdad admiro esa manera de pensar, eres muy sabia, ya hubiera querido yo actuar de esa manera cuando Lucius me dejó por Narcissa, ese día me enojé tanto que conseguí algo de pirotecnia para ponerla en el cuarto de Lucius y espantarlo
Kayla sonrió y le agradeció.
— Pero no solo lo espantaste— dijo Kayla riendo— Le quemaste el cabello
— Eso no fue planeado— contestó riendo— Fue un accidente, ¿Yo como iba a saber que el producto que usaba para su cabello era flamable?
Kayla logró sonreír de nuevo, las ocurrencias de su mejor amiga siempre lograban animarla, aún en el peor de sus días y eso era lo que amaba de Aria.
— ¿Entonces perdonarías a James pero no volverías con él?— le preguntó Aria
— Es probable... la verdad no sé, en este momento no quiero pensarlo. No tendría mucho sentido el llenarme ña cabeza con esos pensamientos— negó Kayla— ¿Por qué lo preguntas?
— Una idea que pasó por mi cabeza, nada importante — respondió Aria— Pero esta era solo en caso de que quisieras volver con él
— ¿Me ayudarías a volver con él? ¿De verdad harías eso después de todo lo que ocurrió?— preguntó Kayla sorprendida— Creí que no querías que estuviera cerca de él... que no aceptarías verme con él de nueva cuenta
— Así era y es muy probable que así siga siendo... es solo que hablé con él hace unos días y sentí que era sincero con respecto a lo mal que se sentía por lo que hizo. Había algo en él, no sé como describirlo— dijo Aria confundida por todo— No sé... no me hagas caso, solo por favor, no te vuelvas a venir abajo por culpa de Potter, no me gusta que llores por nadie, me siento impotente por no poder hacer algo para ayudarte a sentirte mejor, es frustrante
Kayla no dijo nada, Aria no diría esas cosas si no tuviera un motivo para creerlo. ¿Sería buena idea aceptar ese plan de reconquista a James?.
— Se que ahora puede que esto no te sirva de mucho, pero quiero que sepas que eres mi mejor amiga en el mundo, eres la hermana que nunca tuve, eres mi otra mitad, la mitad que nunca seré, la mitad que me vuelve loca, la mitad que siempre voy a necesitar— le dijo Aria abrazando fuertemente a su amiga— Eres la persona mas importante en toda mi existencia, podemos llegar a ser muy contrarias, pero eso lo hace mejor porque me complementas a la perfección, siempre voy a estar a tu lado, te voy a apoyar en absolutamente todo lo que decidas, siempre te voy a cuidar, no existirá ningún momento en que tu estés sola, porque me tendrás a tu lado por siempre, sin importar en donde estés, te acompañaré toda la vida, eres parte de lo que soy
— Me vas a hacer llorar— dijo Kayla con una sonrisa— Aria, no tienes ni idea de lo mucho que me sirven tus palabras, me hacen darme cuenta que no necesito nada mas, no cuando te tengo en mi vida. Te amo demasiado, sabes perfectamente que también eres la hermana que nunca tuve. Tienes mi corazón, eres mi estrella, en la oscuridad tu eres mi luz
— ¿Siempre brillaremos juntas?— preguntó Aria sonriendo
— Cuando el sol brille, brillaremos juntas— contestó Kayla— Es mi promesa de que siempre estaré a tu lado, sin importar nada, nada nunca podrá intervenir entre nosotras, eres parte de lo que soy, así será hasta el fin de los tiempos
La amistad entre Kayla y Aria es lo que todos merecen en sus vidas, un amor sin límites e incondicional, ellas sabían lo afortunadas que eran por tenerse la una a la otra, porque sin una, la otra no sería lo mismo, son el complemento perfecto.
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