5. Todos en cenizas

Ambas chicas corrieron a la habitación de sus tías gritando.

—¿qué pasó?

—yo cuando... yo resolví el acertijo pero un demonio se liberó y ahora está suelto— respondió nerviosa Raven— esto nunca me pasa...no cometí errores así— seguía tartamudeando.

—¿que tipo de demonio?— preguntó Zelda con tranquilidad pues no podía mostrar otra reacción.

—¿en la casa?— gritó Hilda.

—No sabemos, un demonio. Un demonio aterrador— respondió Sabrina.

—Cálmense, si la entidad salió de la configuración puede volver a la configuración— tranquilizó una vez más Zelda colocándose los zapatos— ¿donde está la caja?

Ambas chicas se miraron asustadas, por el susto del momento la habían dejado tirada.

—La dejamos en la habitación de brina— sonrió de lado Raven— ¡no pensamos en eso en el momento!

—¡Spellman!— gritaba aquel demonio desde el otro lado de la puerta.

—Esto es meramente perfecto— maldijo Zelda abriendo una extraña puerta detrás de la pared— síganme, rápido.

— ¿esto desde cuando está aquí?— murmuro con sorpresa la pelinegra.

Esta las llevo directo abajo de las escaleras donde Ambrose apareció.

—¿que diablos está pasando?— preguntó este con mucha confusión.

—no es el diablo, Brose. ¡Es un demonio!— respondió Raven acercándose a este.

—¿Como un demonio?¿qué tipo de demonio?— miro a todos lados luego atrayendo a Raven a su cuerpo de forma extremadamente protectora, esta lo abrazo y no sabía por qué si no era el primero que veía pero este parecía diferente.

—Sea lo que sea, tenemos un protocolo— les recordó Zelda formando un circuló.

—¿lo tenemos?— preguntó Hilda al igual de confundida que todos.

—No lo tenemos— respondió Raven ganándose una mala mirada de su tía.

—Sellamos la casa para contenerlo e impedir que escape al mundo, donde causaría un caos desenfrenado.

—Okay si, hagámoslo.

Todos se tomaron de la mano, aquel era un momento que para cualquiera parecía tierno en aquella familia pero era solo para comenzar a recitar las palabras necesarias con los ojos cerrados.

—Los spellman— aquella voz parecía un susurro tenebroso— son sus parientes ¿verdad? La familia de mi captor. Huelen a spellman.

—Para que sepas, demonio, la casa está sellada con un encantamiento que sólo nosotros sabemos.—le informo Zelda— si nos lastimas, nunca podrías escapar.

—¿otra prisión? ¡No, no, no! Edward Spellman me encerró en el acertijo durante setenta años. ¡No volverán a encerrarme! — gritó este.

—¿que quieres demonio?— pregunto Ambrose.

—Primero, venganza sobre la familia de Edward Spelllman.— siguió musitando este con voz alto divertida.

—¿tenias que preguntar?— regaño Hilda a Ambrose.

—¡Yo no soy una Spellman legalmente!— sonrio Raven llevándose una mala mirada de todos— okay si está bien vivo aquí, mátame también.

—Luego, libertad. Para poder llenar el mundo con mis pesadillas sublimes.

Con un simple movimiento de manos encendió la radio, para Raven era un demonio horrible pues se veía muy, muy, muy mal.

—¿pesadillas?— cuestionó Sabrina en busca de respuestas de sus tías.

—¡es un demonio de sueños!— afirmó Raven— oh mierda es un demonio de sueños— susurro después dándose cuenta de que se enfrentaban.

—Zelda, si nos hace dormir, quedamos a su merced.

—Gracias por decir algo obvio Hilda, pero no tendrá siquiera la oportunidad de hacerlo— la mujer se acercó a un jarrón de oro.

—Tía Zelda lo que sea que vayas a hacer, que sea rápido— pidió Sabrina.

La mujer se acercó al demonio gritando unas palabras haciendo que este rápidamente volviera a ser una arena roja y entrara en aquel jarrón.

—Y así se atrapa a un demonio— le sonrió a sus sobrinas.

Luego de eso se dirigieron a la cocina para Hilda así prepárale un té relajante a ambas chicas.

—Una taza de té relajante, podría ayudarnos a calmar los nervios— miro a Raven— ¿has tenido pesadillas en estos días?

—Si pero cuando estuve en la academia fuero mas sutiles, era como si solo fueran voces y todo estuviera oscuro— suspiro bebiendo de su té— me hablaban de mi nombre una vez más.

— eso es algo bueno, pero mis nervios están a la perfección cosa que no puedo decir de ustedes— miro mal a ambas chicas— corriendo como gallinas sin cabeza, nunca me lo hubiera esperado.

—Al menos, el padre Blackwood me dejara ir a clase de conjuros ahora ¿verdad?— cambio el tema Raven— a ambas en cuento sepa que fue trabajo doble.

—Si, digo resolvimos la configuración — choco su puño Sabrina.

—Y espero que hayan aprendido la lección, nunca abres una caja mágica si no sabes qué hay dentro— tomó de su té Zelda mirándolas como toda una madre a sus críos.

—Algo que no entiendo es, ¿por que mi padre encerraría a un demonio allí?

—Bueno tu padre sufría de un insomnio terrible, siempre decía que lo atormentaba un demonio del sueño— recordó Hilda.

—Todos estos años, creí que hablaba metafóricamente peor es evidente que no y es evidente que logró vencerlo— miró con orgullo a su hermana.

—Pero sin duda sabia que alguien abriría la configuración algún día— dudo Ambrose, no era normal aquello tampoco.

—Tal vez pensó que nadie sería tan listo para resolver la configuración — miró Zelda a sus sobrinas con orgullo.

—Mi madre era la clave — sonrió Sabrina haciendo que todos tragaran— un dibujo suyo en un diario de papá me dio la pista para abrirlo.

—Ninguna bruja pudo resolverlo pero una mestiza si— rió Raven moviendo con gracia el cabello de su prima— nunca lo hubiera hecho sin tu ayuda, Brina.

—es fabuloso ¿verdad Zelda?— pregunto Hilda con obvias segundas intenciones en su pregunta.

—Si que divino, la dualidad de Sabrina por poco nos mata— respondió está irritada.

—Si claro, terminamos el té y vayamos a dormir ¿les parece?

Así hicieron todos, pero lo que no sabían era que habían hecho todo mal.

{...}


Lilith se maldijo al ver lo sucedido viendo desde el espejo de la habitación de Raven.

—Madre de los demonios, me abandonaste madre para que me pudriera en esa configuración— hablo Batibat mirando aquel espejo donde se debaja ver la imagen de la mujer.

—No le toques un cabello a la peli negra.— amenazo la mujer.

—Los Spellman me encerraron en esta casa, nadie puede salir ni entrar, ni siquiera tú— se acercó al espejo el demonio— por eso, tendré que saquearles la mente y orquestar una sinfonía de pesadillas hasta que alguno se quiebre como un huevo y me diga el conjuro que abre la casa y luego madre demoníaca, los masacrare. Uno...por...uno.

Pero cuando escucho a un gato y a un perro quito su atención del espejo.

—compañeros, no puedo dejar eso suelto— río sacando su cuchilla.

—¿Batibat? ¡El señor oscuro lo prohíbe! ¡Yo lo prohibo! — le gritó la mujer que como respuesta sólo obtuvo una gran ruptura en el espejo.


{...}


Mientras Raven se encontraba cruzando los pasillos de baxter high viendo cómo Chase besaba a Prudence.

—Hubiera sido tuyo si no le hubieras borrado la memoria Rae— le recordó Sabrina a su lado— pero ahora tienes a Nick, es mucho mejor.

Y allí se encontraba el peli negro caminado hacia ella.

—Hola hermosa— besó su mejilla— hablé con tu madre y nos acompañará a tomar el té esta tarde, hola Sabrina.

—Hola nick, ire con harvey los dejó solos tórtolos— rió la chica para salir de ahí.

Nick tomó su mano sonriente para acompañarla a casa donde la esperaban su madre y abuela.

—Cariño, estás preciosa hoy— besó su mejilla su madre— Nicholas nos invitó a tomar el té así que aquí estamos— rió la peli negra.

Todas las personas que le importaban estaban en aquella sala todos felices y sonrientes, pero aquello duraría muy poco.

—Todavía recuerdo como si fuera ayer el día que obtuviste tus poderes, debí de dejarte morir— sonrió su madre.

—¿que?— abrió los ojos la chica con horror.

—Así no serías un peligro para todo, muerta estarías mejor— le siguió su abuela— eres solo un peso para mi.

Y en un abrir y cerrar de ojos todos estaban criticándola y diciéndole como era un peligro, que debía estar muerta.

—¡Cállense!— pidió cerrando los ojos con las manos en sus oídos pero las voces se intensificaban.

Mala eres Raven, eres mala.

Mataras a todos Raven, tú sangre te reclama Raven.

¡No!—gritó lanzándose al piso y una gran oleada de fuego salió de ella volviendo a cada una de esas personas en cenizas.

Se encontraba sollozando en un círculo de fuego.

—Mataste a todos los que se preocuparon por ti chiquilla, pero eso puede cambiar si me liberas— apareció Batibat.— podría hasta perdonarte la vida por no ser una Spellman.

—Si yo me pudro aquí— sonrió con una voz muy diferente a la suya Raven— tu te pudres conmigo.

—Maldita niña— gruñó Batibat desapareciendo.

Pero Raven no era la única en aquella horrible situación, todos estaban siendo atormentados de manera horrible.

Solo que Lilith no se rendiría, debía llegar a los sueños de la chica de alguna manera y así lo hizo, cruzando todos los demás pero llegando al final.

—¡Raven!— gritó la mujer llegando a un lado de la chica.

—¿Señora Wardell?— abrió los ojos con total confusión, ¿que hacía su maestra allí?

—Necesito que te calmes, escucha querida estás soñando— trato de acercarse a la muchacha pero el fuego a su alrededor se intensificó.

—No— sonrio de la misma manera que antes, daba miedo incluso— simplemente hice lo que siempre debí hacer, acabé con todo a mi paso.

—Raven, escúchame no tenemos tiempo pronto, batibat sabrá que estuve rondando en su territorio— negó esta— ¡tienes que escucharme Raven!

—¿Quien es Batibat?— giró su cabeza con confusión algo interesada, siempre le había gustado saber de varios demonios.

—Batibat. Es una demonio del sueño. Manipula a sus víctimas dormidas— dijo frustrada la mujer— los está torturando a todos, hasta que alguno le diga el conjuro que abre la casa o todos se vuelvan locos.

—¿esto es un sueño?— cambió de cara totalmente con preocupación, ¿estaban torturando a su familia?

—¡Si!— afirmó la mujer— pero te voy a despertar y cuando te despiertes debes salir de la casa. Corre, corre lo más rápido que puedas.

—no, dijo que quería venganza si yo escapó— suspiro— matara a los Spellman.

—Supervivencia, querida. Es lo único que importa— se negó esta.

—¿Como usted llegó a mi sueños?— estaba tan confundía la mujer era una simple profesora.

—Con mente transparente, sueño auto inducido y propósito claro. Ahora voy a despertarte— le estiro su mano para que la chica se levantara y saliera de aquel fuego, no podía hacerle nada como quiera— tendrás una sola oportunidad para escapar de ella Raven, debes tomarla.


{...}



Un gran dolor la levantó gritando, tenía un pinchazo en el dedo ¿que había pasado?

—Batibat— recordó escondiéndose debajo de su cama, había un demonio queriendo asesinar a todos en aquella casa en el momento y estaba en su habitación buscándola.

—¿A donde fuiste niñita?— pregunto esta saliendo de la habitación de la chica, por fin.

Raven tomó la configuración para salir corriendo de allí, debía salvarle el trasero una vez a todos.

—¿donde estas?— se escuchaba por toda la casa.

Corrió a la habitación de Ambrose tratando de despertarlo cosa que no dio éxito, pensó en hacer más cosas pero no tenía nada de tiempo así que se dirigió a sus libros.

—solo tomare tus libros Brose.— susurro.

Se acercó a estos encontrando un hechizo que podía funcionarle pero sintió una presencia cerca de ella.

—Corvin— suspiró al ver que era sólo el.

¿Donde la pondrías? Pregunto este desde su mente.

—Tengo la configuración, la desterrare allí— respondió a la pregunta de su compañero en voz alta.

No sabes nada de ella, Raven.

—Pero si se su nombre, es Batibat la señora Wardell me lo dijo.

Debes irte Raven, correr.

—¡debo confrontarla, Corvin! No puedo huir y dejar que torture a mi familia. Ahora lo único que puedo hacer es sorprenderla.— se negó esta— los Spellman son demasiado para mi.

Así que bajo a la sala donde sabía que se encontraba aquel demonio.

—¿me buscabas a mi?— río la muchacha al estar cara a cara con el demonio— yo te destierro, Batibat.

Comenzó a leer lo que decía aquel libro, pero como era obvio no conocía el hechizo muy bien y ni toda su experiencia parecía servir en aquel momento.

—Eso no es más que un juguete en tus manos inexpertas, no eres ni la mitad de bruja que fue el padre de Sabrina.— se burló esta— y eso que pensé serías la más peligrosa.

La mujer se lanzó sobre ella para lastimarla con sus largas uñas, logrando hacer pedazos la configuración también, pero fue distraída por corvin dándole tiempo para entrar por una de las puertas secretas de la casa hasta la habitación de sus tías.

—Despiértense tías— las movió desesperada no logrando nada para tratar en la habitación de Sabrina consiguiendo el mismo resultado— Si estoy lo suficientemente concentrada puedo ir y volver, solo tengo que dormirme— pensó en la apalabras dichas por su profesora anteriormente, si su maestra quien no era ni siquiera una bruja podría hacerlo, ¿por que ella no?

Corrió junto al perro a donde su tía guardaba sus posiciones.

—Se que tiene una para dormir— susurro encontrándola.

Una gran cantidad te matará.

lo sé corvin por eso solo beberé la cantidad adecuada— se dirigió a donde guardaban los cadaveres.

¿Donde piensas esconderte?

a plena vista, pero necesitaré tu ayuda— sonrio de lado.

Voy a odiar esto.

Probablemente.

Así el duende terminó tomando forma de la chica mientras esta se escondía bajo las sábanas como cualquier otro cadaver.

—Deberías estar durmiendo— fueron las palabras de Batibat al ver a la falsa Raven y comenzar a correr tras de esta.

Cuando Raven estuvo segura que no había nadie allí quito la sabana y tomó una gota de aquel líquido.

—Mente transparente, sueño inducido y propósito claro— recordó las palabras que le había dicho la señora Wardell, puso dos minutos en la alarma y se dedicó a dormir.

Despertó en el sueño de sabrina.

—Brina— gritó al verla en que tipo de ataúd llorando.

—Fue Harvey, Raven— susurró la chica— tenias razón Raven los humanos son un desperdicio.

—No, no, no— negó esta— estas en una pesadilla brina, nada de esto es real.

—¿Que dices Raven?— siguió llorando la chica confundía.

—Escucha siempre me haces caso no te miento ahora, no es real brina.— le recordó, sabía que si algo podría ayudarla con Brina era la confianza ciega que se tenían ambas.

—Resuelve esto Raven.— le pidió la chica.

—Te sacare de aquí, lo prometo— señaló su dedo meñique para seguir corriendo hacia otro lado pasando al sueño de su tía Zelda.

—¡Tía Zelda!— gritó acercándose a ella.

—Raven, fui tan cruel con ella— susurró la mujer— la mate Raven.

—¿a quien mataste?— la mujer señalo a su hermana con lágrimas en el rostro— escucha tía, estas en una pesadilla. Nada de esto es real. Hilda está viva te lo prometo, pero no tengo mucho tiempo y necesito tu ayuda.

—Mi única hermana...

— iré donde tía Hilda — grito saliendo de allí— Tía Hilda ¿que te hicieron?— pregunto está cuando la encontró cocida a su hermana.

—Tienes que liberarme,Raven.

—Lo haré pero ahora no tengo tiempo me quedan— miro un reloj— treinta segundo, esto es una pesadilla por un demonio de sueño. ¿Sabes como puedo detenerla?

—La demonio, es la personificación de las pesadillas ¿verdad?— le recordó— tienes que ser lista. Tienes que atraparla.

—¿Como?— susurró algo frustrada, nadie le decía algo exactamente.

—si ¿que es una pesadilla sino un sueño que se estropeó? Tienes que atrapar una pesadilla como atrapas un sueño, oh mis compañeros pueden ayudar.

—¿tus arañas?— pregunto igual de confundida, ¿que hacían las arañas más que tejer y asustar?

Pero alli lo entendió todo.

—Por el diablo, tía gracias— beso su frente bajando para encontrarse a Ambrose— hermano.

—Hermana— respondieron ¿ambos?

—escucha esto es una pesadilla, estás durmiendo— miro a los dos sin saber cuál era el verdadero.

—¿lo estoy?— preguntaron al unísono.

—Si, pero tengo un plan y tú me ayudarás.

—¿Que quieres que haga? ¡Cállate tu!— peleo consigo mismo.

—esto es demasiado para mi— los separo—distráela, mantenla ocupada.

—¿a la demonio?

—No Ambrose a tu tía, ¡claro que a la demonio!— La chica se levantó de su sueño corriendo a otro lado mientras que Batibat era invocada por Ambrose.

—¿a que estas jugando chico?— pregunto molesta cuando se dio cuenta que ambos le estaban tomando el pelo.

—Demonio estupido, te distraigo mientras mi hermana escapa.

—¡No!— gritó saliendo del sueño del chico—¿donde estas?— preguntó corriendo por la casa otra vez.


{...}

Raven había llegado a donde las arañas recordando muchas cosas que había aprendido de pequeña en sus clases de magia antigua,.

—Oh Raven— susurró— oh niña, este jueguito tuyo llegó a su final. ¿Crees que esas arañas pueden salvarte?— pregunto con gracia al verla junto a una jaula llena de estas.

—No soy una Spellman— sonrió e laso está con sus manos escondidas— tal vez por eso nunca seré "ni la mitad de bruja que el padre de sabrina"— continuó— pero si soy una Vouldox y tal vez tu no lo sepas pero son uno de los linajes más fuertes de magia conocidas por ser algo egoístas también.

—¿Eso significa que me darás la clave?— sonrio la demonio— no tienes que ver en esto chica podía dejarte escapar hasta nuevo aviso, sería una ventaja hasta que te encuentre.

—Ahí está el problema dije que soy una Vouldox, pero no me crié como una, en mi corazón soy una Spellman y ellos me enseñaron que la familia va antes que nada—sonrió cuando Batibat comenzaba a ser llenada por telarañas mientras Raven movía sus manos sobre unos hilos— los atrapa sueños no atrapan sueños, batibat. Atrapan pesadillas. A veces, la magia más simple y antigua es la que mejor funciona.

La demonio gritaba mientras todos comenzaban a despertarse y aparecer allí, atrapando juntos a la causante de su terrible noche.


{...}


La tensión en la mesa de desayuno podría cortarse con una tijera, literalmente.

—Debo pedirte perdón Raven, cuando viniste a mi sueño fui una total cobarde— susurro Zelda, avergonzada pues era la más fuerte de la casa y se había mostrado como todo lo contrario.

—Solo fue un sueño, tía Zelda. Solo fue un terrible sueño.

—¿Así que paseaste por todos nuestros sueños?— pregunto Hilda.

—Lo hice— pero al ver la cara de preocupación de todos mintió— pero no recuerdo mucho, estaba todo borroso.

—Yo iré a hacer una llamada— murmuro Sabrina dirigiéndose a su habitación.

—Yo iré a dibujar algo— se levantó Raven después, pero sus planes eran otros debía ir a la casa de la señora Wardell.

Y eso hizo.

—Raven— dijo con sorpresa la mujer— es la mitad de la noche. ¿En que te ayudo?

—Puede comenzar por decirme la verdad...

—Ser mejor que te sientes entonces— la invito a pasar.

La mujer tenía como misión protegerla pero había tratado de llegar a Sabrina primero por que algo descubrió rápidamente fue que, corrompiendo a la rubia llegaría a la peli negra.

Pues aquella chica tenía una fuerza propia que solo era superada por su amor a los Spellman.

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