CAPÍTULO IV

Había olvidado aclarar pero el origen de Shockwave es casi similar a los cómics MTMTE, adaptando y quitando conceptos que no existen en TFP.

Es una posible mezcla que no pierdo nada si lo intento abordar.

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Después de días de arduo entrenamiento, Shockwave se encontraba sumido en sus investigaciones y experimentos en su laboratorio. Además de los entrenamientos, debía cumplir con sus responsabilidades como científico, abarcando todo lo que correspondía al nombre de la ciencia.

A medida que el tiempo avanzaba, el científico Decepticon comenzó a experimentar emociones que nunca antes había sentido. Ver a su creación superar obstáculos y crecer en poder despertaba un sentimiento nuevo en él.

Un sentimiento de orgullo se había arraigado en su interior, algo desconocido pero innegablemente imborrable.

Starscream, envidia llenaba su chispa hasta cierto punto debido a los logros de Shockwave a pesar de no llevar mucho tiempo en la nave. Le resultaba difícil aceptar cómo el científico había domado con facilidad a un ser tan insignificante como la bestia. Sin duda, temía por su propia posición ahora que él estaba más presente que nunca en la jerarquía Decepticon.

Shockwave estaba haciendo un gran trabajo entrenando a la bestia. Al principio, el espécimen mostraba desconfianza en su entorno y signos de agresividad hacia los demás, por lo que no era sorprendente que captara las intenciones de Starscream.

Después de los entrenamientos, este se mostraba más dócil ante Megatron y no fallaba en las misiones que se le ordenaban.

Haz hecho un gran trabajo como siempre, Shockwave. La bestia no muestra resistencia cuando se le ordena —El tirano se encontraba en su trono en la nave, mirando fijamente a su subordinado más apreciado.

Cumplo con mi palabra, Lord Megatron. —Respondió Shockwave, aunque su voz no parecía reflejar una total convicción. Megatron notó su pensativo estado de ánimo y levantó una cresta interrogante.

— ¿Qué sucede? ¿Algo no te parece? —Cuestionó con curiosidad mirando atentamente a su teniente.

Shockwave todavía cargaba con la preocupación de que su creación eventualmente perdiera la vida en tantas batallas. Las palabras de Steelhawk resonaban en su mente, haciéndolo retroceder un poco.

Es una oportunidad la confianza que me brinda, Lord Megatron. El Predacon solo necesitaba moderar su comportamiento. —Dijo moviendo su cañón a un lado como gesto de gratitud hacia el ex-gladiador.

Megatron mostró una sonrisa afilada y espeluznante. —Bien hecho entonces, Shockwave. Siento la necesidad de recompensar tu labor con lo que desees, te lo concederé. —Iba recargando sus garras sobre el brazo de su trono.

No es necesario que haga eso... —Intentó decir Shockwave, pero fue interrumpido por el tirano, quien no parecía convencido por su respuesta.

Has estado tanto tiempo solo en ese lugar desolado. No dudes en que te daré lo que pidas. —Afirmó Megatron sin tomarle mucha importancia lo que llegara a significar.

Shockwave quedó en silencio, reflexionando sobre la franqueza de las palabras de su líder. Su óptica escarlata atenuó su brillo ante la propuesta, consciente de que podría necesitarla en algún momento de emergencia donde solo la lógica estuviera en juego.

Lo tomaré en consideración para el futuro, Lord Megatron. —Finalmente aceptó la oferta que se le presentaba. Había tantos planes y una gran curiosidad por descubrir la Tierra orgánica.

De acuerdo, respetaré tu decisión. No desperdicies esta oportunidad que te estoy concediendo por tu excelencia. —Pausó el temible Decepticon, dejando en claro todo lo que había dicho. No le sorprendía que Shockwave no aceptara su compensación fácilmente.

Pero había una razón por la cual valoraba a su subordinado, junto con Soundwave. Eran autosuficientes, esa era la palabra correcta para describir a ese dúo.

Puedes retirarte, sigue creando un ejército para un mejor futuro en nuestra causa —Elogió Megatron a la creatividad de Shockwave. Este asintió en agradecimiento y realiza una reverencia ante su señor.

Se termina retirando del lugar tranquilamente, sin dejar a su paso ruido alguno. Por alguna razón, todo el tiempo parecía tener una especie de Deja Vú al hablar con Megatron.

No entendía porqué ahora se preguntaba frecuentemente por medio de emociones que no debería sentir por ser una máquina sin muchos motivos de sentir emociones.

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Se encontraba en su laboratorio, debido que le tocaba días estar en sus investigaciones y dejar al predacon que siga yendo a misiones con lo que ha aprendido.

El estaba inmerso en sus investigaciones y experimentos, pero ninguno le daba tanta intriga como aquel sentimiento por la siente, ameritaba que hace mucho tiempo no había presenciado ver con su único óptico al predacon.

Por suerte para Shockwave, estaba tranquilo en su oficio, a oscuras y sin la presencia de alguien que lo interrumpiera sin avisar primero.

Habia hecho hallazgos impresionantes en cada rasgo del espécimen que ni él mismo le hubiera resultado algo posible, cada aliento que suelta es más caliente que el del planeta Mercurio como los humanos nombraban, tiene máximas de 700 Kelvin (o 427 grados Celsius/800 grados Fahrenheit) durante el día según lo que ha estado estudiando, esta habilidad era suficiente para derribar a los demás autobots restantes.

Cada día aprendía datos nuevos, pondría en práctica la habilidad del predacon más tarde, ya que por lo general, aún no sabía como controlar su llamarada correctamente y eso podría darle desventaja contra el bando enemigo.

Con esto será suficiente. —Guardaba cada apunte que requería investigaciones por cuenta propia. Se escuchaba su articulador de codo arrastrarse ligeramente mientras tecleaba en su computadora, uno se pregunta como ha aguantado tanto peso en un cañón como ese.

Para muchos, aquello alentaba sus movimientos al querer maniobrar, incluso podrían los autobots llevarlo en desventaja con eso. Solo Shockwave sabe por lo que ha tenido que pasar para llegar hasta aquí.

Anotaba todo aquello con su único servo como parte de sus informes acerca de lo tanto que le costaba entender. Era un don lo que tenía, su curiosidad le abrió infinidad de posibilidades llegar lejos.

Pero también fue su perdición al tocar algo que no debía.

De nuevo recuerdos borrosos retumbaron en el procesador de Shockwave, sus ventiladores hicieron ruido al momento de tener ese ese recuerdo borroso. Su pasado aún no lo dejaba en paz, lo llevó hacia donde no podría estar más mejor.

Su vida pasada a lo mejor trataba de reclamar su presente pero simplemente este rechazaba rotundamente querer saber más de lo que una vez había sido.

Pocos sabían que Shockwave era alguien tan importante que poco a poco fue olvidado hasta quedar entre la oscuridad. Megatron antes de ser lo que ahora se había convertido, lo conoció en medio de los primeros ciclos dando los pasos con su nuevo cuerpo.

Shockwave sabía muy bien que la morfología que presentaba no era su verdadero cuerpo, y a pesar de la discriminación que recibía en el antiguo Cybertron Megatron fue el único que vió potencial en sus habilidades como ingeniero y científico.

//Flashback//

Fuera del estadio de gladiadores del lugar caído de Kaon se encontraban los individuos más marginados de Cybertron, entre esos rincones sucios y destruidos era completamente común que habitaran aquellos inombrarles que los sometieron a la empurata como castigo de sus actos.

Era tanto el desplazo de los marginados que caían en esas ruinas.

Shockwave no era la excepción a esta regla, llevaba hace más de un tiempo habitando ahí. Todos se conocían entre sí pero él en especial nadie conocía. Los rumores sobre él llegaron a oídos de Megatronus, quien vio la oportunidad de reclutarlo para unirse a su causa.
para este era la oportunidad de invitar a Shockwave a unirse.

Megatronus convocó a Shockwave a sus improvisados aposentos en la chatarra cerca del estadio. Un gladiador plateado sonrió al cíclope morado, invitándolo a unirse a su bando.

Únete a mi causa y podrás ser lo que tanto te encanta. Solo faltas tú para pertenecer a esta comunidad, Shockwave. —Dijo un gladiador plateado sonriendo, esperanzado en que el científico considerara unirse a ellos.

Shockwave se mostró inseguro y planteó una pregunta.— ¿Cómo pretendes hacer que me acepten por mi condición? —Movió sus antenas con curiosidad, intrigado por la propuesta.

Mi estimado, nosotros haremos respetar nuestros derechos. Si te unes nada te faltará. —Aseguró, tratando de convencer a Shockwave de tomar una decisión.

Al notar la indecisión de Shockwave, Megatronus decidió revelar sus verdaderas intenciones.

Sé muy bien quién eres, Shockwave. Fuiste alguien importante en el Alto Consejo, no creas que no he oído hablar de ti. —Dijo Megatronus con una sonrisa que provocó escalofríos en Shockwave.

Shockwave intentó negar los rumores y afirmó que era como era desde que fue creado, pero Megatronus no se dejó engañar. — A mí no me pueden mentir, ¿sabes? Si lo hacen, pagan las consecuencias. —Advirtió con una mirada amenazante, no era buena idea retar al mejor gladiador de Kaon.

Yo si fuera tú, diría la verdad. No es de extrañarse que uno de los miembros del consejo haya desaparecido hace ciclos.

Shockwave estaba nervioso y le costaba admitir la razón por la que fue destruido y terminó en ese lugar. Finalmente, resignado, soltó un suspiro.

Me estás confundiendo... —Dijo Shockwave, tratando de negar su identidad anterior. Sabía que su vida estaría en peligro si todos se enteraban de que una figura importante se encontraba entre ellos.

Megatronus estaba convencido de que Shockwave era la figura de la que había oído hablar y que había hablado con Orion. Nunca había tenido la oportunidad de hablar directamente con él debido a las barreras sociales impuestas por las castas.

Entiendo... Supongo que tampoco quieres que Orion se entere de lo que te has convertido. —Comentó Megatronus. —Él piensa que te fuiste sin más. Nunca tuve la oportunidad de hablar contigo como lo hago ahora.

Shockwave miraba confundido al individuo que que se puso de pie y se acercó a él, sacando un cofre con el logo decepticon. Megatronus se dirigió en dirección a este.

Tal vez ya no seas ese sujeto justo que había conocido pero tu secreto estará a salvo, casi nadie sabe tu pasado. —Dijo el mech plateado mientras observaba el logo decepticon en sus dígitos.— Ahora lo que importa es en lo que eres bueno y no dudo en tus conocimientos en la ciencia.

¿A qué quiere llegar con esto, Megatronus? —Shockwave no entendía a dónde quería llegar Megatronus, y la risa de este último lo hizo sentir incómodo. Esperaba otra respuesta menos esa.

Quiero que trabajes para mí. Sé que necesitas ayuda con la pandilla que te molesta todas las noches. —Dijo Megatronus, aprovechando la oportunidad para presionar a Shockwave a que aceptara su propuesta.—Piénsalo, Shockwave. ¿No te gustaría hacer lo que quieras? Este es tu momento para decidir.

Megatronus presionaba al tanque para que accediera a su petición.— Ser un don nadie en este lugar en ruinas o ser un Decepticon.

Shockwave no había pensado mucho en su futuro con su nueva vida. ¿Realmente quería esto para su vida? ¿Seguir siendo desplazado una y otra vez? Megatron le estabaofreciendo la oportunidad de rehacer su vida.

Miró detenidamente el logo del partido del gladiador y sintió cierta seguridad en sus palabras. Lentamente, Shockwave decidió tomar el logo, aceptando su destino.

Esta decisión conmovió a Megatron, quien le aseguró con un apretón de mano al momento de tomar la placa decepticon.— No te arrepentirás de tu elección, Shockwave. Llegarás muy lejos.

A partir de ese momento, Shockwave aceptó su destino como Decepticon. Con el respaldo de Megatron, se abría ante él un nuevo camino lleno de posibilidades. Shockwave.

Llegarás muy lejos...—

— Muy lejos —

— Lejos —

— Shockwave. —

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Luego de ese flashback, los sensores ópticos de Shockwave se apagaron momentáneamente, recalibrándose por nanociclos después de revivir aquel recuerdo. Recuperó la conciencia justo a tiempo para amortiguar la caída de una recarga de emergencia que estaba a punto de caer sobre la mesa. Se sostuvo en el borde de la mesa mientras las antenas de su yelmo se calibraban para adaptarse a la situación.

Aunque no se sorprendió por los recuerdos bloqueados que habían resurgido, Shockwave se sentía confundido en su interior. Varios objetos que estaban sobre la mesa cayeron al suelo debido al impacto. Un incómodo silencio se apoderó del laboratorio.

Otra vez esos recuerdos...Cuando dejarán de interrumpir mi presente. —Pronunció el científico, cuya mente siempre estaba enfocada en nuevas innovaciones para su causa, más que en sí mismo. Era consciente de lo que le habían hecho, de eso no había duda, pero los recuerdos de esos eventos estaban bloqueados.

Shockwave recuperó su postura original y comenzó a recoger su equipo de trabajo. Fue en ese momento que escuchó claramente la puerta del laboratorio abrirse y unos pasos de tacones resonar en la habitación. Sabía exactamente de quién se trataba.

Levantó la mirada para encontrarse con Starscream, quien apenas se estaba recuperando de su encuentro con la bestia.

Starscream, he expresado en innumerables ocasiones mi disgusto por visitas indeseables. —Dijo Shockwave con un tono seco y una mirada de desprecio dirigida hacia el segundo al mando.

Starscream, ya recuperado de sus heridas, se acercó a él con desprecio y desdén, sin olvidar su característico tono burlesco y despreciativo.

Observó el desorden en la habitación y la posición en la que se encontraba Shockwave, lo cual le hizo soltar una risa.— Qué pocilga me encuentro, ni yo dejo tanto desorden.

Shockwave, manteniendo su compostura y sin permitir que las palabras de Starscream lo afectaran, respondió con clase. — Tu falta de respeto y tus intentos de burlarte no son más que una muestra de tu propia mediocridad.

Las palabras de Shockwave revelaban su disgusto, pero las pronunciaba de manera contenida y con una elegancia fría. No iba a permitir que Starscream obtuviera el placer de verlo perder los estribos.

El segundo al mando de Megatron rió.— Oh, Shockwave, siempre tan serio. ¿Dónde está tu sentido del humor?

— ¿A qué has venido? Si no tienes nada relevante que contar, te ordeno que salgas de mi laboratorio. —Pregunta Shockwave mientras acomodaba su equipo de manera desinteresada.

Pero las palabras de Starscream hicieron que se detuviera en seco.

Entonces no te importa que la bestia acaba de ser herida. No me cabe duda de que es una bestia inútil. —El Seeker escupió la noticia con una sonrisa llena de malicia dirigida hacia Shockwave.

Las palabras de Starscream resonaron en el yelmo de Shockwave, y a pesar de su habilidad para ocultar sus emociones, una mezcla de preocupación y molestia se apoderó de él. Mantuvo su compostura y respondió con frialdad.

Starscream, tus intentos de provocación son patéticos y predecibles —Respondió Shockwave con su característica voz fría y calculada.— A diferencia de ti, el Predacon resultó herido, pero ha cumplido su parte con valentía y coraje al completar una misión. Mientras que tú solo te preocupas por tu propio ego y tus ansias de poder. —Afirmó sin importarle la respuesta que recibiría de Starscream.

Shockwave se negaba a permitir que las palabras de Starscream lo perturbaran. Continuó con su respuesta, mostrando su superioridad intelectual.— Mi enfoque está en el bienestar general de nuestra facción y en asegurar que nuestras creaciones alcancen su máximo potencial.

¡Tsk! —Se escuchó el sonido de frustración de Starscream, indicando que había logrado molestar a Shockwave. Pero antes de que pudiera responder, una comunicación urgente interrumpió su intercambio.

"Megatron requiere la presencia de Shockwave y Starscream de inmediato en la sala de mando. Es una orden" Dijo la voz robótica a través de los altavoces del laboratorio.

Ambos Decepticons intercambiaron miradas brevemente antes de dirigirse hacia la puerta. A pesar de sus diferencias y desconfianza mutua, sabían que debían atender el llamado de su líder.

En silencio, caminaron por los pasillos de la base Decepticon hacia la sala de mando. El ambiente estaba cargado de tensión mientras se acercaban al epicentro del poder de Megatron. Al llegar, encontraron al tirano Decepticon de pie frente a un holoproyector, analizando un mapa estratégico junto a Soundwave que permanecía en silencio a su lado.

Lord Megatron, ha requerido nuestra presencia. ¿En qué puedo servirle? —Preguntó Shockwave con su típica voz monótona y sin emociones.

Megatron se volvió hacia ellos, su mirada intensa y su presencia imponente llenaban la sala.— Debemos discutir nuestro próximo movimiento. Los Autobots se han vuelto más agresivos últimamente, y necesitamos una estrategia para contrarrestarlos. —Este lo decía de forma seria.

— Starscream, informa sobre la situación actual en la Tierra. Shockwave, quiero que analices los datos y propongas una táctica que nos dé la ventaja, ya que la bestia resultó herida.

Ambos Decepticons asintieron en respuesta y se pusieron a trabajar inmediatamente. A pesar de sus diferencias y rivalidades, sabían que su lealtad a Megatron y a la causa Decepticon era primordial.

En ese momento, dejarían a un lado sus desacuerdos personales y se enfocarían en encontrar la mejor manera de derrotar a Optimus Prime.

El laboratorio y las tensiones internas se quedarían atrás temporalmente, ya que el destino de la guerra entre Autobots y Decepticons estaba en juego una vez más.

Espero y las lesiones no sean muy graves como lo dijo Starscream.〕

Decidiendo actuar en consecuencia y con producencia en este trabajo que le encomenda su líder, tuvo que esperar hasta la noche cuando todos en la base Decepticon estaban sumidos en el sueño.

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La noche había caído sobre la nave, y Shockwave se encontraba ocupado preparando todo lo necesario para su visita al lugar donde se encontraba la bestia. Había dejado su laboratorio en perfecto orden, afortunadamente había terminado con los restos predacon que le habían proporcionado.

Una vez que todo estuvo en orden, salió de la instalación en silencio, llevando consigo un kit especial. Estaba decidido a curar las lesiones de la bestia, pero no sabía qué tan graves eran. Solo le habían informado que Knock Out no sabía cómo tratar a las bestias, solo había logrado detener el sangrado.

Por lo tanto, Shockwave debía llegar lo más pronto posible al lugar donde la bestia se estaba recuperando. Con el código de seguridad que le habían proporcionado, se dirigió hacia allí y comenzó a teclearlo en el panel. La puerta se abrió de inmediato, revelando un fondo oscuro y la imponente figura de la bestia descansando débilmente.

Con cautela, Shockwave se acercó, examinando las heridas de la bestia. Sin embargo, antes de que pudiera realizar un diagnóstico completo, Predaking abrió los ojos y lo miró fijamente. Instintivamente, Shockwave retrocedió, creyendo que la bestia estaba molesta por su presencia.

Para su sorpresa, en lugar de ira o frustración, vio un destello de alegría en aquellos ópticos dorados. La bestia se alegró de ver a su creador, y esa conexión entre ellos se hizo evidente.

Mostrando su gratitud por la presencia del científico. A pesar de su dolor, ver a Shockwave allí hacía que el sufrimiento fuera más llevadero.

Shockwave, sorprendido por la reacción de la bestia, decidió comunicarse con ella.— Estoy aquí para evaluar tu estado —Respondió, tratando de ocultar cualquier emoción que pudiera revelar.

En lugar de ira o rechazo, la bestia mostró una chispa de confianza y aceptación en sus ópticas. Aquella criatura gigantesca envolvió a Shockwave con su cola ligeramente, acercaba sus fauces cerca de este, sin que el científico comprendiera del todo el significado de ese gesto en ese momento.

No obstante, siguió adelante y sacó un contenedor de energon de su compartimento, colocándolo cerca de la bestia.

He traído energon para ti. Necesitas recuperar tus fuerzas y sanar tus heridas. —Explicó Shockwave, esperando que la bestia comprendiera su intención.

La bestia miró débilmente a su creador y comenzó a consumir el energon contento. Shockwave observó en silencio, sintiendo un atisbo de alivio al ver que su creación aceptaba su ayuda y se beneficiaba de ella.

Mientras la bestia continuaba consumiendo el energon, Shockwave sacó varias herramientas de su kit para proceder con la intervención. Se acercó cuidadosamente a la bestia y comenzó a examinar y buscar las fugas que había sufrido durante la pelea. Encontró una de las heridas en uno de los alerones de la bestia.

Bestia, tengo que detener estas fugas. El proceso puede ser doloroso —Advirtió Shockwave, preparándose para lo que tenía por delante.

La bestia, aunque temerosa, entendió que su creador estaba haciendo todo eso por su bien. A pesar del dolor, no tuvo otra opción más que vencer su orgullo y extendió uno de sus alas heridas. El científico, con aquella fría mano, rozó el ala de la bestia, provocando un cosquilleo inesperado.

No te preocupes, mantén la calma. Esto llevará tiempo, pero todo saldrá bien. —Aseguró Shockwave, consciente de la gravedad de la herida. Con determinación, tomó una de sus herramientas y comenzó a trabajar para cerrar la herida.

La bestia gruñó de dolor cuando sintió cómo la herramienta se adentraba lentamente en la herida. Shockwave, manteniendo la concentración en su labor, instó a la bestia a cooperar para agilizar el proceso.

El predacon luchaba contra el dolor mientras la operación continuaba. A pesar de las ansias de la bestia de lanzar a Shockwave lejos con un fuerte coletazo, sabía que no sería justo hacerle eso a su creador. Así que se mantuvo quieto, soportando el dolor que se intensificaba con cada movimiento de la herramienta.

No pienses en arrojarme, estoy haciendo esto por tu bien. —Murmuró en advertencia, concentrado en su tarea y en la salvación de su creación.

El proceso continuó, y la bestia gruñía de frustración y dolor. Pero poco a poco, Shockwave logró cerrar la herida en el alerón, asegurándose de que estuviera completamente sellada.

A medida que avanzaba, su habilidad y precisión se hacían evidentes, demostrando el fruto de su dedicación y esfuerzo.

Tras completar la primera intervención, Shockwave se movió hacia las otras heridas de la bestia. Cada una de ellas requería una atención minuciosa y delicada. La bestia, aunque resistiendo el dolor, confiaba en el juicio de su creador y se esforzaba por soportar el proceso.

El tiempo transcurría, él y la bestia establecieron un extraño vínculo durante aquella intervención. A pesar de sus diferencias y de la frialdad inherente de Shockwave, ambos compartían un objetivo común: la recuperación y el bienestar de la bestia.

Poco a poco, las heridas de la bestia fueron cerrándose, y el dolor disminuyó gradualmente. La intervención había sido exitosa, y la bestia comenzaba a sentir un alivio que no había experimentado en mucho tiempo.

Mientras trabajaba, Shockwave no pudo evitar recordar los momentos en los que creó al ejemplar recordó el laboratorio en el que había dado vida a la bestia, su objetivo de crear un guerrero feroz y poderoso. Ahora, verlo en ese estado vulnerable despertaba un sentido de responsabilidad y cuidado en él.

El proceso fue lento y meticuloso, pero Shockwave se aseguró de tratar cada herida de forma adecuada.

Tranquilo, ya casi termino —Shockwave trataba de calmarlo. Poco a poco, Predaking comenzó a relajarse, confiando en las habilidades de su creador. A pesar del dolor, la bestia sabía que Shockwave estaba haciendo todo lo posible para ayudarlo. La conexión entre ambos se fortaleció con cada acción y movimiento.

Finalmente, después de horas de trabajo, Shockwave completó la intervención. Las heridas estaban cerradas y la bestia parecía más tranquila. Aunque aún había un largo camino de recuperación por delante, el científico sabía que había hecho todo lo posible por su creación.

Apreciaba con satisfacción su trabajo y luego dirigió su atención hacia la bestia, cuyos ópticos dorados se encontraban ahora serenos.

Lo has soportado admirablemente, Predaking. Ahora, necesitas descansar y permitir que tu cuerpo se recupere. —Dijo Shockwave con una voz llena de seriedad y compasión.

La bestia gruñó suavemente, como si quisiera agradecer a su creador por todo lo que había hecho por él. A pesar de la frialdad de Shockwave, la bestia había encontrado en él un aliado en su lucha por sobrevivir.

Dejaré que recargues. —Shockwave recogió sus herramientas y se alejó de la bestia con cuidado.

No te fuerces por ahora o tus lesiones no podrán sanar adecuadamente. —La bestia se recostó con cuidado y agradecido por el alivio que había experimentado. A pesar del dolor y la dificultad, sabía que su creador se había esforzado por ayudarlo y lo había hecho con éxito.

El científico sin más motivos de quedarse aquí, decide dejarlo recargar en paz. Observó por última vez a Predaking, sintiendo un vínculo especial entre ellos. Aunque eran diferentes en muchos aspectos, el científico y la bestia habían encontrado una conexión única.

Con el trabajo hecho, Shockwave regresó a su laboratorio, satisfecho pero también consciente de que su tarea no había terminado. Sabía que debía seguir monitoreando y cuidándolo durante su recuperación.

La noche pasó, y la nave quedó sumida en la oscuridad una vez más. Pero ahora, en aquel rincón de la nave, la bestia descansaba en paz, sintiéndose protegida y supervisado por su creador.

Shockwave, por su parte, reflexionaba sobre el significado de aquel encuentro. Había descubierto que, detrás de su fría apariencia y su afán por la ciencia, existía un vínculo especial que lo unía a su creación.

La bestia había despertado en él emociones que creía olvidadas, recordándole que, a pesar de todo, era capaz de preocuparse por algo más que sus experimentos y descubrimientos.

Ya no era solo una tarea científica, era una responsabilidad personal que había adquirido.

Mientras alistaba su litera para descansar Shockwave pensaba que su relación con la bestia había dado un giro importante. No era solo su creador, sino también su protector y aliado.

En el fondo, el científico experimentaba un sentimiento de orgullo por tener la oportunidad de ayudar a una criatura tan poderosa y única.

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Shockwave continuó trabajando incansablemente en ciclos posteriores, dedicado por completo a asegurar la recuperación completa de su creación. Había trascendido la simple relación de creador y creación, existiendo entre él y Predaking una conexión única y profunda que solo ellos comprendían a pesar de sus diferencias.

Para Shockwave, la preocupación que sentía por su creación era algo nuevo e inesperado. No había pasado una sola noche en la que no esperara la llegada del Predacon para ser acompañado después de complejas misiones contra los Autobots. Sin embargo, en ese momento se encontraba en su cueva, un refugio adaptado a cualquier obstáculo y alejado de las amenazas de los Autobots.

Dado que era difícil rastrear su ubicación, el Predacon no lo visitaba con frecuencia, ya que tardaría al menos tres días debido a los experimentos en los que estaba involucrado. Apenas estaba comenzando a desarrollar los cuerpos de la raza ya extinta, y como todo ser, también experimentaba agotamiento y presión por parte de su señor. No tenía más opción que complacerlo, ya que esa era su única virtud, y se sentía orgulloso de tener ese don especial.

Mientras se concentraba en su trabajo, Shockwave escuchó un ruido inusual dentro de la cueva que lo alertó. Se detuvo en seco y miró extrañado hacia la salida, sus antenas se contrajeron ansiosas. El origen del ruido sería descubierto y no tendría piedad al disparar. Las bestias no se creaban de la noche a la mañana, y cualquier intento de destruirlos provocaría su furia.

El agotamiento acumulado por trabajar durante largas horas lo había dejado al borde de una descarga, pero no podía permitirse descansar. Avanzó lentamente hacia la salida, con su cañón apuntando hacia los lugares que consideraba sospechosos. Dio un paso afuera y examinó las rocas en medio de la entrada. Pronto se daría cuenta de que no se trataba de un simple intruso.

Con la mirada fija en los árboles y en todas las direcciones, buscaba la anomalía que había provocado ese ruido inusual. Sin embargo, no encontró nada más que la luna en su última etapa brillante, iluminando su cueva como en los tiempos dorados de Cybertron, antes de su declive y transformación en lo que era ahora.

Si fueran los Autobots, ya habrían causado estragos. — Suspiró Shockwave, cansado de darse cuenta de que el ruido no era más que parte de la naturaleza orgánica del planeta, como si la propia Tierra tuviera voz.

Después de algunos ciclos, regresó a su guarida y continuó con su labor. Sin embargo, al entrar, sintió una fuerte aura que no podía describir científicamente. El ambiente se volvió pesado y tuvo la sensación de que algo malo estaba por suceder.

Un sonido lo alertó desde el interior de la cueva. Sin dudarlo, se preparó para atacar al intruso que había descubierto su guarida, pero al asomarse, se encontró con una silueta robusta, más alta que él.

En ese momento, Shockwave no sabía si se trataba de un Autobot o algo completamente diferente. Megatron le habría informado si alguien iba a visitarlo, no había excusas. Sea lo que fuera esa cosa, estaría en graves problemas con su líder si no lograba detenerlo.

Se conectaba a las comunicaciones de la Decepticon para contactar y pedir refuerzos.

Habla Shockwave, necesito refuerzo a la cueva de inmediato. —Llamó desde la radio mientras se preparaba para atacar.— ¿Alguien me escucha?

Intentó comunicarse a través de las frecuencias de los Decepticons para pedir refuerzos, pero nadie respondió a su llamado. La señal parecía no estar funcionando correctamente, probablemente debido a los daños causados por la bestia en una de las antenas centrales.

El desconocido que se encontraba frente a él lamentaría el haber entrado en su guarida. Era su deber defender lo que era suyo. Con valentía, Shockwave salió de su escondite, preparado para disparar su cañón de fusión.

Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba equivocado al pensar que se trataba de algo más. Quedó en silencio y perplejo, bajando su cañón mientras miraba hacia arriba. La bestia lo miraba fijamente con una mirada penetrante, pero no había hostilidad en sus ojos. No era un enemigo,

Era nada más ni nada menos que la bestia que estaba mirándolo fijamente con esa mirada depredadora.

¿Dónde estaba ahora la silueta?

Juró haberlo visto, tuvo que reiniciar sus sistemas para volver a procesar lo que estaba viendo ahora mismo. Inclusive buscaba con su mirada a la silueta.

Impresionante olfato tuvo que llevarte hasta la guarida. —El predacon se adelantó lentamente hacia Shockwave, quien retrocedió instintivamente con desconfianza.

La bestia emitió un sonido grave y resonante, como si estuviera tratando de comunicarse. Shockwave, siendo un ser científico y curioso, decidió bajar la guardia y escuchar lo que tenía que decir.-Interesante habilidad.-

Su óptica brillaba tenuemente al ver que no se trataba de un intruso, aún así estaba sintiendo que algo no andaba bien con la bestia. ¿Realmente algo ocultaba el predacon? Si eso fuera real, no sabría cómo interpretar la historia y los supuestos datos que arrojaban sobre esta raza.

Creía que esto era sumamente inquietante, teorizando que la bestia pensaba por sí sola. No estaba seguro si creer que la bestia estaba ocultando algo o no, pero si tenía que asimilarlo, tenía que mantener la calma.

Seguramente ya has visto a tus hermanos. —Le dijo mientras le daba la espalda a Predaking y pasaba frente a las incubadoras. — Pronto surgirán y no estarás más solo.

El predacon siguió a Shockwave mientras apreciaba a sus hermanos. Finalmente, no estaría solo. Quisiera agradecerle a su creador, pero ya estaba notando que Shockwave estaba sospechando de él.

Ahora estaba observando los procedimientos que Shockwave realizaba con el ácido cyber-nucleico.

Notaba a Shockwave un poco exasperado y lleno de hartazgo cuando algo no salía bien. Pensó el predacon, mirando al cíclope mientras realizaba su trabajo. Podía escuchar las ventilaciones de Shockwave hacer ruido constantemente.

Decidió poner una de sus garras encima de la mesa, llamando la atención de Shockwave. Sin embargo, no logró su objetivo y solo recibió un regaño.— Basta, harás que algo falle en el proceso. —Le reprochó el científico.

En un segundo intento, con cuidado, el predacon tomó con su gran boca uno de los frascos que contenía una sustancia amarilla. Shockwave trató de quitarle el frasco, pero el predacon se lo alzaba más alto, evitando que lo alcanzara.

El cíclope intentaba descifrar lo que ocultaba el predacon, pero no conseguía nada y solo pensó que tal vez estaba volviéndose loco de estrés por pensar eso del predacon.— Es ilógico tu actitud... —Suspiró con derrota.

He dicho que te detengas, ahora. —Habló de manera hostil, con su grave voz.

Entonces, la bestia dejó el frasco en su lugar y comenzó a empujar con su cabeza contra el parabrisas de Shockwave, haciendo que retrocediera y se diera cuenta de que quería salir con él solo esa noche a patrullar.

Estoy ocupado y no tengo tiempo para salir a patrullar. Tengo muchas cosas que hacer —Se alejó de su creación y continuó con lo que estaba haciendo.

El comportamiento de Shockwave molestó al predacon, quien gruñó con molestia hacia él. Hasta que se le ocurrió una idea perfecta. En un momento de descuido de Shockwave, la bestia aprovechó su peso para empujarlo al suelo y subirse encima de él. No tenía idea de cómo había llegado allí, siendo aplastado por Predaking. Esto parecía una broma.

Estás sentado sobre mí... —Dijo Shockwave molesto, mientras la bestia permanecía encima de él como si el mech morado no existiera.— Tu insoportable comportamiento no me gusta. Déjame ahora...

Fue ignorado por completo, mientras la bestia movía su cola de un lado a otro. Shockwave suspiró fastidiado y con dolor en las piernas.

Sentía la necesidad de aceptar el patrullaje, aunque no implicaba algo significativo.— De acuerdo, iremos a donde quieras, pero déjame libre. —Dijo Shockwave una vez que fue liberado.— Gracias.

Cumplió su promesa, guardó sus instrumentos y colocó dispositivos que le avisarían de cualquier anormalidad en la caverna. Cuando estuvieron afuera, la bestia atrapó a Shockwave con su mandíbula y lo sentó en su lomo.

Sabes que eso no era necesario. Me dejaste con mucha saliva... —Expresaba Shockwave un poco asqueado, mientras se quitaba la saliva del cuerpo. La bestia no se inmutó y extendió sus enormes alas anaranjadas para volar.

Ya era tarde para querer bajarse, ya que la criatura estaba en pleno vuelo. Se aferró a la espalda del predacon mientras observaba el paisaje desde las alturas. A pesar de su disgusto inicial, no pudo evitar sentir una mezcla de emoción y asombro por la experiencia única que estaba viviendo.

El predacon volaba con gracia y destreza, surcando el cielo nocturno mientras dejaba atrás la base de Shockwave. No había duda de que esta criatura era formidable y poderosa. A medida que avanzaban, comenzó a relajarse y a disfrutar del paseo.

Mientras volaban, el predacon emitió un rugido profundo y resonante, como si estuviera expresando su alegría por tener compañía. A pesar de su naturaleza fría y lógica, no pudo evitar sentir una conexión momentánea con la bestia. Ambos compartían la soledad y la falta de comprensión por parte de otros seres.

La bestia notaba a su creador tan concentrado con la vista como un sparkling curioso de conocer más de su entorno, tuvo el descaro de hacer un movimiento tan brusco que Shockwave se aferró mucho a él. Incluso escuchó un gruñido por parte de este.

¿Por qué hiciste eso? —Cuestionó molesto Shockwave aferrado a la bestia que seguía volando a gusto por los cielos, solo así podía sentir el calor de su amo contra su coraza.

El vuelo continuó durante un tiempo indeterminado. El predacon guió a Shockwave a través de paisajes impresionantes y majestuosos. Sobrevolaron montañas, bosques y ríos, mientras la noche se desplegaba ante ellos en su esplendor. El silencio reinaba entre ellos, solo interrumpido por el sonido del viento y los latidos del corazón del predacon.

Finalmente, el predacon aterrizó en la superficie de una gran montaña con cuidado hasta que Shockwave tuviera la seguridad de bajar. Elevando una vista panorámica, unas montañas que daban la vista hacia la luna.

Shockwave descendió con cautela del lomo de la criatura y se detuvo para admirar el paisaje que se extendía ante él. Las estrellas brillaban en el oscuro cielo, iluminando suavemente la tierra. Era un momento de tranquilidad y serenidad que le llenaba de asombro.

— ¿Así que esto es lo que querías decir con salir a patrullar? —Dijo mientras se encontraban en medio de las montañas de Jasper, contemplando la luna desde una cercanía excepcional.

La luna era impresionante durante la noche, un espectáculo visual que dejaba sin palabras. La vista desde lo alto era pacífica y solitaria.

Hace eones que no veía una luna tan hermosa. —Susurró mientras se volvía hacia el predacon que estaba a su lado.

La brisa del viento golpeaba su pesado armazón y observaba el horizonte. Desde allí, el pueblo Jasper parecía cálido y acogedor. No había ningún autobot cerca al que informar.

La bestia disfrutaba del atardecer y la suave brisa. Se acostó después de unos minutos, mientras seguía contemplando el paisaje con sus ojos entrecerrados.

Shockwave no estaba seguro de las intenciones del predacon al llevarlo hasta allí. La verdad era que los datos históricos sobre esa especie eran escasos, y desconocía si realmente eran capaces de sentir las emociones de quienes los rodeaban.

Quizás poseían la habilidad de presenciar lo que otros sentían a través de su campo de visión.

Lo que estaba experimentando en ese momento eran sensaciones. No era lo que esperaba, pero había aceptado venir aquí para descansar fuera de la nave y apartarse del resto.

Quería estar en su zona de confort y relajar su mente.

No estaba del todo seguro si la bestia intentaba acercarse a él. Rotundamente se negaba a abrirse a alguien más. Le parecía extraño compartir esos momentos con una criatura. Solo de pensarlo, sentía una extraña incomodidad.

Creo que deberíamos volver a la cueva —Dijo con cierta molestia, dándose la vuelta y alejándose, sumido en sus pensamientos, dejando al predacon solo en silencio.

El predacon, confundido por el cambio de humor de Shockwave, se levantó y extendió sus enormes alas, esperando a que el titán morado subiera a su espalda. Era hora de regresar a su laboratorio secreto.

Sé que entiendes lo que digo —Habló el científico mirando a la bestia.— Te recuerdo que entre tú y yo no habrá intercambios; solo soy tu creador y tú... mi creación.

La bestia gruñó en respuesta al comentario del científico, molesta por dentro. Permitió que Shockwave se subiera a su espalda y lo agarró con fuerza.

Pronto, levantó vuelo, moviendo sus alas con elegancia, llevando a Shockwave de regreso al laboratorio antes de que algún autobot se acercara y descubriera su paradero.

Shockwave se sentía confundido en medio del trayecto. El afecto no era algo a lo que estuviera acostumbrado a experimentar, al menos no desde que sufrió aquella traición y todo lo que fue en el pasado quedó muerto, al igual que aquel senador.

Mantendría su distancia y, si eso implicaba no permitir que la bestia entrara a su laboratorio, así sería. Se había dado cuenta de que sus emociones estaban desordenadas, algo que nunca antes había experimentado.

Una vez más, se encontraban en la entrada de la cueva y Shockwave descendió rápidamente del predacon.

Bien, gracias por el paseo —Comenta abruptamente, como si quisiera evitar cualquier otra interacción.

El predacon miró fijamente a su creador, como si intentara retenerlo, lo cual no parecía ser solo un simple despido.

Pero no permitió que Shockwave entrara y lo acorraló, usando su cola para bloquearle el paso, haciendo que el científico se volteara rápidamente. Al hacerlo, se encontró cara a cara con la bestia, que no parecía estar contenta.

Los falsos alerones de Shockwave se tensaron al sentir la cercanía del predacon y su respiración cerca de su cuello, lo que le provocó ciertos escalofríos. Intentó mantenerse firme, pero la respiración pesada de la bestia recorriendo su cuerpo lo dejó estático. Lastimar a la bestia no le convenía en absoluto.

¿Qué estás haciendo, bestia? No me enfades... —Dijo Shockwave con un tono amenazante.

La bestia gruñó en respuesta, mostrando su descontento. Sus ojos se clavaron en los de Shockwave, transmitiendo una intensidad que el científico no podía ignorar. Era como si la bestia estuviera tratando de comunicarse de alguna manera, aunque su lenguaje no fuera verbal.

Shockwave se sintió intrigado y cauteloso al mismo tiempo. Aquella criatura despertaba un interés en él que no lograba comprender del todo.

Aunque se negaba a admitirlo, algo en la bestia le generaba curiosidad y cierta conexión inexplicable.

Sin embargo, su mente racional y científica luchaba contra esas emociones. No podía permitirse ser vulnerable ni permitir que nadie se acercara demasiado. La confianza era un concepto que había quedado destrozado en el pasado, y no estaba dispuesto a arriesgarse a sentir ese dolor otra vez.

Aleja tu cola y déjame pasar. —Exigió Shockwave, intentando mantener su autoridad pero la respiración de este lo sacaban de su posición.

La bestia no se movió, sus ojos seguían clavados en los de Shockwave. Parecía desafiarlo, como si estuviera poniendo a prueba su dominio sobre el científico.

En ese momento, algo en Shockwave se quebró. La rigidez de su postura se desvaneció y una pequeña fisura se abrió en su corazón, permitiendo que una chispa de emoción se filtrara.

Bestia... —Aunque era un científico frío y calculador, también era un ser con sentimientos que, aunque los había dejado enterrados profundamente, seguían latentes.

No entiendes... —Murmuró Shockwave con una mezcla de frustración y tristeza.— No puedo permitirme involucrarme emocionalmente. No puedo repetir los errores del pasado.

La bestia pareció entender las palabras de Shockwave. Sus ojos, antes desafiantes, se ablandaron ligeramente, revelando una comprensión silenciosa.

Shockwave suspiró y decidió dar un pequeño paso hacia atrás, liberándose de la presión de la cola del predacon. La bestia retrocedió también, permitiéndole el paso.

No te equivoques, bestia. Puedes quedarte aquí, pero no te acerques demasiado. No tengo espacio para las emociones en mi laboratorio. —Advirtió Shockwave mientras se alejaba, dejando a la bestia atrás.

A medida que se adentraba en la cueva, Shockwave no pudo evitar sentir una mezcla de alivio y pesar. Había cerrado una puerta que había empezado a abrirse, pero no podía negar que una parte de él deseaba haber permitido esa conexión.

Mientras ingresaba a su laboratorio, sabía que sus emociones seguían siendo un enigma. Pero, por ahora, prefería mantenerlas bajo control, concentrándose en su trabajo y en los desafíos científicos que tenía por delante.

El predacon, por su parte, volvió a su estado de ser solitario y enigmático, guardando los secretos que aún desconocía Shockwave. Ambos estaban en la cueva, cada uno con su propio mundo interno, pero con un vínculo inesperado forjado en una sola noche.
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